Las Hijas de María Auxiliadora celebramos nuestro 23 Capítulo General. Estamos reunidas 194 salesianas de todo el mundo en Roma. 

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28 septiembre, DOMINGO 26 del tiempo ordinario
Ezequiel 18, 25-28
Así dice el Señor:
«Comentáis: “No es justo el proceder del Señor.”
Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.»
Sal 24, 4bc-5. 6-7. 8-9 R. Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.
Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: 
haz que camine con lealtad;
 
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
 
y todo el día te estoy esperando. R.

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas,
 
no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud;
 
acuérdate de mi con misericordia, por tu bondad, Señor. R.

El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores;
 
hace caminar a los humildes con rectitud,
 
enseña su camino a los humildes. R.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 1-11
Hermanos:
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.
Él a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
 
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
 
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
 
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
 
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
 
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
 
y toda lengua proclame:
 
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

evangelio según san Mateo 21, 28-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
- «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, Señor." Pero no fue.
¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»
Contestaron: «El primero. »
Jesús les dijo:
- «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»

POR DELANTE DE NOSOTROS       
        
         Un día Jesús pronunció estas duras palabras contra los dirigentes religiosos de su pueblo: “Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de de Dios”. Hace unos años pude comprobar que la afirmación de Jesús no es una exageración.
         Un grupo de prostitutas de diferentes países, acompañadas por algunas Hermanas Oblatas, reflexionaron sobre Jesús con la ayuda del libro Jesús. Aproximación histórica. Todavía me conmueve la fuerza y el atractivo que tiene Jesús para estas mujeres de alma sencilla y corazón bueno. Rescato algunos de sus testimonios.
         .“Me sentía sucia, vacía y poca cosa, todo el mundo me usaba. Ahora me siento con ganas de seguir viviendo porque Dios sabe mucho de mi sufrimiento... Dios está dentro de mí. Dios está dentro de mí. Dios está dentro de mí. ¡Este Jesús me entiende!...”.
         .“Ahora, cuando llego a casa después del trabajo, me lavo con agua muy caliente para arrancar de mi piel la suciedad y después le rezo a este Jesús porque él sí me entiende y sabe mucho de mi sufrimiento... Jesús, quiero cambiar de vida, guíame porque tú solo conoces mi futuro...”
         .“Yo pido a Jesús todo el día que me aparte de este modo de vida. Siempre que me ocurre algo, yo le llamo y él me ayuda. El está cerca de mí, es maravilloso... Él me lleva en sus manos, él me carga, siento la presencia de él...”
         . “En la madrugada es cuando más hablo con él. Él me escucha mejor porque en este horario la gente duerme. Él está aquí, no duerme. Él siempre está aquí. A puerta cerrada, me arrodillo y le pido que merezca su ayuda, que me perdone, que yo lucharé por él...”
         . “Un día yo estaba apoyada en la plaza y dije: Oh, Dios mío, ¿será que yo solo sirvo para esto? ¿Solo para la prostitución?... Entonces es el momento en que más sentí a Dios cargándome, ¿entendiste?, transformándome. Fue en aquel momento. Tanto que yo no me olvido. ¿Entendiste?...”
         . “Yo ahora hablo con Jesús y le digo: aquí estoy, acompáñame. Tú viste lo que le sucedió a mi compañera (se refiere a una compañera asesinada en un hotel). Te ruego por ella y pido que nada malo suceda a mis compañeras, Yo no hablo, pero pido por ellas pues ellas son personas como yo...”

         . “Estoy furiosa, triste, dolida, rechazada, nadie me quiere, no sé a quien culpar, o sería mejor odiar a la gente y a mí, o al mundo. Fíjate, desde que era niña yo creí en Ti y has permitido que esto me pasara... Te doy otra oportunidad para protegerme ahora. Bien, yo te perdono, pero por favor no me dejes de nuevo...”        (J.A. Pagola)



27 septiembre, SÁBADO,  25 semana del tiempo ordinario
San Vicente de Paúl

Eclesiastés 11,9–12,8:

Disfruta mientras eres muchacho y pásalo bien en la juventud; déjate llevar del corazón, de lo que atrae a los ojos; y sabe que Dios te llevará a juicio para dar cuenta de todo. Rechaza las penas del corazón y rehuye los dolores del cuerpo: niñez y juventud son efímeras. Acuérdate de tu Hacedor durante tu juventud, antes de que lleguen los días aciagos y alcances los años en que dirás: «No les saco gusto.» Antes de que se oscurezca la luz del sol, la luna y las estrellas, y a la lluvia siga el nublado. Ese día temblarán los guardianes de casa y los robustos se encorvarán, las que muelen serán pocas y se pararán, las que miran por las ventanas se ofuscarán, las puertas de la calle se cerrarán y el ruido del molino se apagará, se debilitará el canto de los pájaros, las canciones se irán callando, darán miedo las alturas y rondarán los terrores. Cuando florezca el almendro, y se arrastre la langosta, y no dé gusto la alcaparra, porque el hombre marcha a la morada eterna y el cortejo fúnebre recorre las calles. Antes de que se rompa el hilo de planta, y se destroce la copa de oro, y se quiebre el cántaro en la fuente, y se raje la polea del pozo, y el polvo vuelva a la tierra que fue, y el espíritu vuelva a Dios, que lo dio. Vanidad de vanidades, dice Qohelet, todo es vanidad.

Salmo 89 R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación


Evangelio según san Lucas 9,43b-45

En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacia, Jesús dijo a sus discípulos: «Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres.»
Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.

SAN VICENTE DE PAÚL, CARTA 2.546:

Cómo el servicio a los pobres ha de ser preferido a todo
 “Nosotros no debemos estimar a los pobres por su apariencia externa o su modo de vestir, ni tampoco por sus cualidades personales, ya que, con frecuencia, son rudos e incultos. Por el contrario, si consideráis a los pobres a la luz de la fe, os daréis cuenta de que representan el papel del Hijo de Dios, ya que él quiso también ser pobre. Y así, aun cuando en su pasión perdió casi su apariencia humana, haciéndose necio para los gentiles y escándalo para los judíos, sin embargo, se presentó a éstos como evangelizador de los pobres: Mi Padre me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres.
Pues también nosotros debemos estar imbuidos de estos sentimientos e imitar lo que Cristo hizo, cuidando de los pobres, consolándolos, y apoyándolos.

Cristo, en efecto, quiso nacer pobre, llamó junto a sí a unos discípulos pobres, se hizo él mismo servidor de los pobres, y de tal modo se identificó con ellos, que dijo que consideraría como hecho a él mismo todo el bien o el mal que se hiciera a los pobres.  Dios ama a los pobres, y, por lo mismo, ama también a los que aman a los pobres, ya que, cuando alguien tiene un afecto especial a una persona, extiende este afecto a los que dan a aquella persona muestras de amistad o de servicio...

El servicio a los pobres ha de ser preferido a todo, y hay que prestarlo sin demora. Por esto, si en el momento de la oración hay que llevar a algún pobre un medicamento o un auxilio cualquiera, id a él con el ánimo bien tran­quilo y haced lo que convenga, ofreciéndolo a Dios como prolongación de la oración. Y no tengáis ningún escrúpulo ni remordimiento de conciencia si, por prestar servicio a los pobres, habéis dejado, la oración, ya que por Dios lo hacemos todo”.



26 septiembre, VIERNES,  25 semana del tiempo ordinario

Eclesiastés 3,1-11:

Todo tiene su tiempo y sazón, todas las tareas bajo el sol: tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de matar, tiempo de sanar; tiempo de derruir, tiempo de construir; tiempo de llorar, tiempo de reír; tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar; tiempo de arrojar piedras, tiempo de recoger piedras; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de desechar; tiempo de rasgar, tiempo de coser; tiempo de callar, tiempo de hablar; tiempo de amar, tiempo de odiar; tiempo de guerra, tiempo de paz.
¿Qué saca el obrero de sus fatigas?
Observé todas las tareas que Dios encomendó a los hombres para afligirlos:
todo lo hizo hermoso en su sazón y dio al hombre el mundo para que pensara;
pero el hombre no abarca las obras que hizo Dios desde el principio hasta el fin.

Salmo 143 R/. Bendito el Señor, mi Roca
Bendito el Señor, mi Roca, 
mi bienhechor, mi alcázar, 
baluarte donde me pongo a salvo, 
mi escudo y mi refugio. R/. 
Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?; ¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos? 
El hombre es igual que un soplo; 
sus días, una sombra que pasa. R/.

Evangelio según san Lucas 9,18-22:

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» 
Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.» 
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» 
Pedro tomó la palabra y dijo: «El Mesías de Dios.» 
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.»


PARA VIVIR ESTA PALABRA

El autor del Eclesiastés cita de un modo un tanto poético y monótono, veintiocho acciones humanas, opuestas y contradictorias, que siguen el ritmo de la vida del hombre: ¡hacer y deshacer!
En efecto, todos tenemos experiencia de este terminar algo y volver a empezar. A veces, la alternancia puede llegar a cansar o a buscarle nuevos sentidos a lo mismo ¿Por qué lavar los platos para volver a usarlos y a lavarlos y así indefinidamente? De esto saben mucho quiénes realizan tareas ordinarias que tantas veces pasan desapercibidas.

El autor del Eclesiastés no es un ateo, aun cuando pueda parecerlo en su forma de expresarse. Para él, en medio del flujo y reflujo del «tiempo», está lo «infinito» que se va construyendo. La fluctuación monótona y deprimente del tiempo que pasa es el terreno misterioso de una eternidad naciente en el seno mismo del tiempo que se “va desmoronando”.

¡El tiempo, finalmente, tiene pues un sentido! pero no en sí mismo, sino en Dios, en la eternidad de Dios. Y sin embargo no se trata de buscar el sentido del tiempo solamente en el más allá y el después, como si fuera necesario refugiarse en el cielo y huir de lo temporal para descubrir el sentido de lo eterno.

La eternidad ya ha comenzado, es “pariente” del tiempo. Recordemos el HOY de la salvación en el evangelio de san Lucas (Hoy ha nacido .. Hoy ha llegado la salvación a esta casa … Hoy estarás conmigo en el Paraíso..) El HOY está en la eternidad, estamos inmersos en ella, y todo lo que hacemos, minuto tras minuto, toma una densidad eterna en Dios. En efecto algo de lo «permanente» se construye en el núcleo mismo de lo que fluye y pasa. «Incluso si en mí el hombre exterior se va arruinando, el hombre interior se construye día a día», decía san Pablo, que próximo a la muerte, era consciente de ir hacia la plenitud de la Vida, una vida que ya había comenzado, como la tuya y la mía.


25 septiembre, JUEVES,  25 semana del tiempo ordinario

Eclesiastés 1,2-11:

¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet; vanidad de vanidades, todo es vanidad! ¿Qué saca el hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? Una generación se va, otra generación viene, mientras la tierra siempre está quieta. Sale el sol, se pone el sol, jadea por llegar a su puesto y de allí vuelve a salir. Camina al sur, gira al norte, gira y gira y camina el viento. Todos los ríos caminan al mar, y el mar no se llena; llegados al sitio adonde caminan, desde allí vuelven a caminar. Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. No se sacian los ojos de ver ni se hartan los oídos de oír. Lo que pasó, eso pasará; lo que sucedió, eso sucederá: nada hay nuevo bajo el sol. Si de algo se dice:«Mira, esto es nuevo», ya sucedió en otros tiempos mucho antes de nosotros. Nadie se acuerda de los antiguos y lo mismo pasará con los que vengan: no se acordarán de ellos sus sucesores.

Salmo 89 R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación

evangelio según san Lucas 9,7-9:

En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que habla aparecido Elías, y otros que habla vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía: «A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?» Y tenla ganas de ver a Jesús.

PARA VIVIR ESTA PALABRA

¿Qué saca el hombre de toda la fatiga con que se afana bajo el sol? En efecto, si buscamos solamente «bajo el sol», es decir, «en este mundo», el sentido de la existencia humana... encontramos ¡que no tiene sentido! ¿de dónde viene y a dónde va? ¿para qué?

Si sólo disponemos de la “luz del sol” para descubrir el valor de la vida... sacaremos la conclusión de que no hay nada que valga la pena de ser vivido, pues al final todo se agota en sí mismo. No tiene mayor trascendencia. La insatisfacción terrestre causa un «vacío de sentido» que sólo podrá colmar la aceptación de la revelación de Dios realizada en Jesucristo.

Herodes perdió su oportunidad, estaba intrigado por lo que oía de Jesús, pero era una curiosidad superficial, “instalada en su bienestar”, no abierta a cambios en su propia vida. Buscaba el “espectáculo Jesús”, cosa que Él no le brindó cuando lo tuvo delante en la pasión.

Jesús vive y está muy cerca de nosotros, de nuestros quehaceres cotidianos. Para poderlo reconocer hemos de purificar nuestra mirada de toda vanidad.

LA VOZ DE SAN AGUSTÍN
El amor a las sombras hace a los ojos del alma más débiles e incapaces para llegar a ver el rostro de Dios. Por eso, el hombre mientras más gusto da a su debilidad más se introduce en la oscuridad.


24 septiembre, MIÉRCOLES,  25 semana del tiempo ordinario


 Proverbios 30,5-9:
La palabra de Dios es acendrada, él es escudo para los que se refugian en él. No añadas nada a sus palabras, porque te replicará y quedarás por mentiroso. Dos cosas te he pedido; no me las niegues antes de morir: aleja de mi falsedad y mentira; no me des riqueza ni pobreza, concédeme mi ración de pan; no sea que me sacie y reniegue de ti, diciendo: «¿Quién es el Señor?»; no sea que, necesitando, robe y blasfeme el nombre de mi Dios.

Salmo 118 R/. Lámpara es tu palabra para mis pasos, Señor

 evangelio según san Lucas 9,1-6:

En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. 
Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: «No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el Evangelio y curando en todas partes.



PARA VIVIR ESTA PALABRA

Una vez elegido el nuevo Israel, los doce, Jesús los hace capaces de llevar adelante su misión liberadora. Para esta misión que tienen que llevar adelante, los discípulos tienen que haber abandonado sus propias seguridades.

Durante el camino deben ir confiados en Dios y no en las seguridades humanas:

- no deben llevar bastón, que se usaba como arma defensiva, pero innecesaria en la vida cristiana (“al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra”: a la violencia sufrida no se ha de responder con violencia, sino con amor);

- ni alforja o provisiones, ni dinero, pues Jesús los quiere pobres, como prueba de que tienen su confianza y seguridad puesta en Dios y no en los bienes de la tierra (“Dichosos los pobres porque tenéis a Dios por rey; 6,20);

- ni dos túnicas, pues no deben alinearse del lado de los ricos, ni parecerse a ellos en un mundo lleno de necesidades y carencias (llevar dos túnicas es propio de gente rica o acomodada, contra la que Jesús ha dirigido una malaventuranza: “Ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis repletos, porque vais a pasar hambre!; 6,24-25);

- ni andar cambiando de casa, pues deben aceptar la hospitalidad que les ofrezcan. Lo importante es disfrutar de la acogida allí donde se alojen.

Y a quienes no practiquen con ellos la acogida, los discípulos deben considerarlos como paganos, pues no es práctica cristiana cerrar la puerta a quien llama a tu puerta. La costumbre que tenían los judíos al volver a Palestina de sacudirse hasta el polvo de los pies que se les había adherido al visitar un país pagano, es la que deben ellos practicar ahora en territorio judío para con los que no los reciban; éstos deben ser considerados paganos.

Si nuestra misión en el mundo no tiene éxito, tal vez haya que revisar a fondo nuestro comportamiento no sea que estemos demasiado apegados al dinero, a los bienes o a las seguridades que evidencian nuestra falta de confianza en un Dios tan generoso que “hacer salir el sol sobre buenos y malos”.

23 de septiembre 2014, MARTES, 25 semana del tiempo ordinario

Proverbios 21, 1-6. 10-13


El corazón del rey es una acequia en manos de Dios, la dirige adonde quiere.
Al hombre le parece siempre recto su camino, pero es Dios quien pesa los corazones.
Practicar el derecho y la justicia Dios lo prefiere a los sacrificios.
Ojos altivos, mente ambiciosa, el pecado es el distintivo de los malvados.
Los planes del diligente traen ganancia, los del atolondrado traen indigencia.
Tesoros ganados por boca embustera son humo que se disipa y lazos mortales.
Afán del malvado es buscar el mal, no mira con piedad a su prójimo.
Cuando el cínico la paga, aprende el inexperto, pero el sensato aprende con la experiencia.
El honrado observa cómo la casa del malvado precipita al malvado en la ruina.
Quien cierra los oídos al clamor del necesitado no será escuchado cuando grite.


Sal 118 R. Guiame, Señor, por la senda de tus mandato

 

evangelio según san Lucas 8, l9-21

En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.Entonces lo avisaron:
-«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.»
Él les contestó:
-«Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la pala-bra de Dios y la ponen por obra.»

 

PARA VIVIR ESTA PALABRA

Frente al parentesco de la sangre, Jesús amplia las bases de la nueva familia de su Reino, de la que toman parte todos los que escuchan (acogen en su interior) y cumplen (la realizan con acciones) su palabra. Es preciso volver sobre los dos verbos: 
- "escuchar la palabra", es decir, abrirse a la gracia, recibiendo el don de amor que Dios nos ofrece en Cristo; 
- cumplir la palabra: traducir en la propia vida lo escuchado . 

El mensaje de Jesús se centra en estos rasgos de gracia y exigencia. Es como la respiración en la que hay dos movimientos: inspiración (hacia dentro) y expiración (hacia fuera). 

Ser cristiano significa vivir en el misterio del amor que Dios nos comunica como nuevo modo de existencia; y, a la vez, supone lograr que el don se expanda de tal forma que se convierta en una existencia compartida. 

Los que escuchan y cumplen la palabra de Jesús se han convertido en su familia. Son la madre y los hermanos; es decir, forman con Jesús mismo un mismo hogar de comunión y de confianza. Las barreras de este mundo (divisiones sociales, políticas, religiosas) pierden su sentido. En Jesús y por Jesús se constituye la familia universal, siendo miembros los unos de los otros. 

Y en esta familia, hay una Madre: María es madre de Jesús por el "sí" total y absoluto, dado un día a la Palabra de Dios: "Hágase en mí según tu palabra" (Lc 1. 37). El texto no es un rechazo de María, es más bien una alabanza y nuestra vida ha de ser como la de Ella.

22 de septiembre 2014, LUNES, 25 semana del tiempo ordinario

Proverbios 3,27-34:

Hijo mío, no niegues un favor a quien lo necesita, si está en tu mano hacérselo. Si tienes, no digas al prójimo: «Anda, vete; mañana te lo daré.» No trames daños contra tu prójimo, mientras él vive confiado contigo; no pleitees con nadie sin motivo, si no te ha hecho daño; no envidies al violento, ni sigas su camino; porque el Señor aborrece al perverso, pero se confía a los hombres rectos; el Señor maldice la casa del malvado y bendice la morada del honrado; se burla de los burlones y concede su favor a los humildes; otorga honores a los sensatos y reserva baldón para los necios.

Sal 14 R/. El justo habitará en tu monte santo, Señor

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R/.
El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R/.
El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R/.

evangelio según san Lucas 8,16-18:

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. A ver si me escucháis bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener.»

PARA VIVIR ESTA PALABRA


Tenemos una cierta tendencia a privatizar la fe, mientras que Jesús nos invita a dar testimonio ante los demás. ¡Qué efecto evangelizador tiene el que un político, o un deportista, o un artista conocido no tengan ningún reparo en confesar su fe cristiana o su adhesión a los valores más profundos!

¿Iluminamos a los que viven con nosotros? ¿les hacemos más fácil el camino? No hace falta escribir libros o emprender obras muy solemnes. ¡Cuánta luz difunde a su alrededor una madre /padre sacrificada/o, el amigo/a que sabe animar y también decir una palabra orientadora, esa hija/o que está cuidando de su padre/madre enfermo/a, el anciano/a que muestra paciencia y ayuda con su interés y sus consejos a los más jóvenes, el voluntario que sacrifica sus vacaciones para ayudar a los más pobres! No encienden una hoguera espectacular. Pero sí un farol-candil, que sirve de luz en la oscuridad y hace la vida más llevadera a los demás.

El día de nuestro Bautismo -y lo repetimos en la Vigilia Pascual cada año- se encendió para cada uno de nosotros una vela, tomando la luz del Cirio pascual símbolo de Cristo. Es un gesto que nos recuerda nuestro compromiso, como bautizados, de dar testimonio de esa luz ante las personas que viven con nosotros.

El Vaticano II llama a la Iglesia Lumen Gentium, luz de las naciones. Lo deberíamos ser en realidad, comunicando la luz y la alegría y la fuerza del Amor que recibimos de Dios.

Jesús es la Luz del mundo y nos dice a sus seguidores: "vosotros luz del mundo·. "El que tiene", es decir, el que se mantiene abierto ante el don de la vida que Cristo le ofrece "recibirá más" (recibirá la plenitud del reino); por el contrario, "aquél que no tiene" (no tiene apertura a la gracia) está en serio peligro de perderlo todo. Es una seria advertencia, pero precisamente para no ir por ese camino de "cerrazón", sino permanecer abiertos al don de Dios. También a los que tienen para que hagan lo posible por ayudar a abrirse a los demás

La voz del Papa Francisco
Quien cree ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino, porque llega a nosotros desde Cristo resucitado, estrella de la mañana que no conoce ocaso.
(Lumen Fidei 1)



21 septiembre 2014, DOMINGO 25 del tiempo ordinario



 Isaías 55, 6-9
Buscad al Señor mientras se le encuentra, 
invocadlo mientras esté cerca;
 
que el malvado abandone su camino,
y el criminal sus planes;
 
que regrese al Señor, y él tendrá piedad,
 
a nuestro Dios, que es rico en perdón.
 
Mis planes no son vuestros planes,
vuestros caminos no son mis caminos -oráculo del Señor.
Como el cielo es más alto que la tierra,
mis caminos son más altos que los vuestros,
 
mis planes, que vuestros planes.
Sal 141, 2-3. 8-9. 17-18 R. Cerca está el Señor de los que lo invocan.

Pablo a los Filipenses 1, 20c-24. 27
Hermanos:
Cristo será glorificado abiertamente en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.
Me encuentro en ese dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros.
Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo.

Mateo 20, 1-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
- «El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido."
Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo.
Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:
 
"¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?"
Le respondieron: "Nadie nos ha contratado."
Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña."
Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz:
"Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros."
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:
"Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno."
Él replicó a uno de ellos:
"Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?"
Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»

NO DESVIRTUAR LA BONDAD DE DIOS (José A. Pagola)

A lo largo de su trayectoria profética, Jesús insistió una y otra vez en comunicar su experiencia de Dios como “un misterio de bondad insondable” que rompe todos nuestros cálculos. Su mensaje es tan revolucionario que, después de veinte siglos, hay todavía cristianos que no se atreven a tomarlo en serio.

Para contagiar a todos su experiencia de ese Dios Bueno, Jesús compara su actuación a la conducta sorprendente del señor de una viña. Hasta cinco veces sale él mismo en persona a contratar jornaleros para su viña. No parece preocuparle mucho su rendimiento en el trabajo. Lo que quiere es que ningún jornalero se quede un día más sin trabajo.

Por eso mismo, al final de la jornada, no les paga ajustándose al trabajo realizado por cada grupo. Aunque su trabajo ha sido muy desigual, a todos les da “un denario”: sencillamente, lo que necesitaba cada día una familia campesina de Galilea para poder vivir.

Cuando el portavoz del primer grupo protesta porque ha tratado a los últimos igual que a ellos, que han trabajado más que nadie, el señor de la viña le responde con estas palabras admirables: “¿Vas a tener envidia porque yo soy bueno?”. ¿Me vas a impedir con tus cálculos mezquinos ser bueno con quienes necesitan su pan para cenar?

¿Qué está sugiriendo Jesús? ¿Es que Dios no actúa con los criterios de justicia e igualdad que nosotros manejamos? ¿Será verdad que Dios, más que estar midiendo los méritos de las personas como lo haríamos nosotros, busca siempre responder desde su Bondad insondable a nuestra necesidad radical de salvación?

Confieso que siento una pena inmensa cuando me encuentro con personas buenas que se imaginan a Dios dedicado a anotar cuidadosamente los pecados y los méritos de los humanos, para retribuir un día exactamente a cada uno según su merecido. ¿Es posible imaginar un ser más inhumano que alguien entregado a esto desde toda la eternidad?

Creer en un Dios, Amigo incondicional, puede ser la experiencia más liberadora que se pueda imaginar, la fuerza más vigorosa para vivir y para morir. Por el contrario, vivir ante un Dios justiciero y amenazador puede convertirse en la neurosis más peligrosa y destructora de la persona.

Hemos de aprender a no confundir a Dios con nuestros esquemas estrechos y mezquinos. No hemos de desvirtuar su Bondad insondable mezclando los rasgos auténticos que provienen de Jesús con trazos de un Dios justiciero tomados del Antiguo Testamento. Ante el Dios Bueno revelado en Jesús, lo único que cabe es la confianza.


            

Sábado 20 septiembre 2014 / 24 semana del tiempo ordinario


de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15,35-37.42-49:

Alguno preguntará: « ¿Y cómo resucitan los muertos? ¿Qué clase de cuerpo traerán?» ¡Necio! Lo que tú siembras no recibe vida si antes no muere. Y, al sembrar, no siembras lo mismo que va a brotar después, sino un simple grano, de trigo, por ejemplo, o de otra planta. Igual pasa en la resurrección de los muertos: se siembra lo corruptible, resucita incorruptible; se siembra lo miserable, resucita glorioso; se siembra lo débil, resucita fuerte; se siembra un cuerpo animal, resucita cuerpo espiritual. Si hay cuerpo animal, lo hay también espiritual. En efecto, así es como dice la Escritura: «El primer hombre, Adán, fue un ser animado.» El último Adán, un espíritu que da vida. No es primero lo espiritual, sino lo animal. Lo espiritual viene después. El primer hombre, hecho de tierra, era terreno; el segundo hombre es del cielo. Pues igual que el terreno son los hombres terrenos; igual que el celestial son los hombres celestiales. Nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seremos también imagen del hombre celestial.


evangelio según san Lucas 8,4-15:


En aquel tiempo, se le juntaba a Jesús mucha gente y, al pasar por los pueblos, otros se iban añadiendo. 

Entonces les dijo esta parábola: «Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso y, al crecer, se secó por falta de humedad. Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y, al crecer, dio fruto al ciento por uno.»

Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga.»

Entonces le preguntaron los discípulos: «¿Qué significa esa parábola?»

Él les respondió: «A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan. El sentido de la parábola es éste: La semilla es la palabra de Dios. 



- Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. 



- Los del terreno pedregoso son los que, al escucharla, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan. 



- Lo que cayó entre zarzas son los que escuchan, pero, con los afanes y riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no maduran. 



- Los de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando.»




PARA VIVIR ESTA PALABRA


La explicación de la parábola de la semilla que cae en tierra y el misterio de no dar o si dar fruto la tenemos por el mismo Jesús, que dice a sus discípulos y discípulas que  ellos y ellas tienen el conocimiento de los secretos del Reino. A ellos y ellas les daba más "formación e información" a raíz de sus preguntas en la casa.



Jesús dice 3 motivos por los que no crece la semilla plantada y el quid de la tierra buena, que son la gente de “corazón noble y generoso, que escuchan", la reflexionan en su interior (lo que hacía María) y la ponen en práctica día a día (perseverando). 



Si queremos ser tierra buena, hemos de examinar nuestro corazón y cultivar las actitudes señaladas  por Jesús: corazón noble y generoso, escucha activa, constancia en  practicar lo comprendido con fidelidad diaria.



Y están también, fijándonos en por qué no crece la semilla, las actitudes que hemos de evitar. Son un buen examen de conciencia, porque aunque uno se crea "tierra buena" ya se sabe que "los pájaros, piedras y zarzas" pueden brotar.



Hay que tener cuidado con los “pájaros, piedras y zarzas” de los que nadie estamos libres, es decir: la superficialidad, la inconstancia y las excesivas preocupaciones por lo material.




Viernes 19 septiembre 2014 / 24 semana del tiempo ordinario

de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15,12-20:

Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que dice alguno de vosotros que lo muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo. Además, como testigos de Dios, resultamos unos embusteros, porque en nuestro testimonio le atribuimos falsamente haber resucitado a Cristo, cosa que no ha hecho, si es verdad que los muertos no resucitan. Porque, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís con vuestros pecados; y los que murieron con Cristo se han perdido. Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados. ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos.

evangelio según san Lucas 8,1-3:

En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.

PARA VIVIR ESTA PALABRA

El evangelio nos transmite el camino abierto por Jesús en su actitud abierta al discipulado, sorprendente para aquella época, de las mujeres. Ayer defendió a una mujer, conocida en la ciudad como pecadora, contra las críticas de un fariseo. Ahora, en el comienzo del capítulo octavoI, Lucas describe como Jesús iba por los poblados y por las ciudades de Galilea, y la novedad es que iba acompañado no sólo por los discípulos, sino que también por las discípulas. Éstas no se limitaban a las “tareas de casa” sino que le escuchaban y participaban de sus enseñanzas y diálogos. También ellas lo anunciaban a los otros lo aprendido con el Maestro. 

La expresión “seguir a Jesús” (cf. Mc 1,18; 15,41) indica la condición del discípulo que sigue al Maestro, veinte y cuatro horas por día, procurando imitar su ejemplo y participar de su destino.



Lucas coloca a los discípulos y a las discípulas en pie de igualdad, pues ambos siguen a Jesús. Lucas también conservó los nombres de algunas de estas discípulas: María Magdalena, nacida en la ciudad de Mágdala. Había sido curada de siete demonios (enfermedades, ¡no la prostitución!), Juana, mujer de Cusa, procurador de Herodes Antipas, que era gobernador de Galilea. Susana y varias otras. De ellas se afirma que “sirven a Jesús con sus bienes”.



Lucas es el evangelio donde aparecen mayor número de episodios en que se destaca la relación de Jesús con las mujeres. Y la novedad no está sólo en la presencia de las mujeres alrededor de Jesús, sino también y sobre todo en la actitud de de Jesús con relación de Jesús con las mujeres. A diferencia de los maestros de la época, Jesús acepta a las mujeres como seguidoras y discípulas. 

Hemos de preguntarnos, a la luz de esta Palabra,  si en la actualidad en todas las Iglesias se valora a la mujer según la línea abierta por Jesús con su actuación.



Jueves 18 septiembre 2014 / 24 semana del tiempo ordinario

de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15,1-11:

Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando, si es que conserváis el Evangelio que os proclamé; de lo contrario, se ha malogrado vuestra adhesión a la fe. Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció también a mí. Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.

evangelio según san Lucas 7,36-50:

En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume.
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: «Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.»
Jesús tomó la palabra y le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.»
Él respondió: «Dímelo, maestro.»
Jesús le dijo: «Un prestamista tenía dos deudores; uno le debla quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?»
Simón contestó: «Supongo que aquel a quien le perdonó más.»
Jesús le dijo: «Has juzgado rectamente.»
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama.»
Y a ella le dijo: «Tus pecados están perdonados.»
Los demás convidados empezaron a decir entre sí: «¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?»
Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.»

PARA VIVIR ESTA PALABRA



Seguramente esta mujer había escuchado hablar a Jesús algunas veces. Lo había observado y comprendido su mensaje de perdón y de paz. No hay nadie perdido para Dios. Ama a cada uno/a y tiene un proyecto de felicidad para cada persona. Con nuestra libertad o empujados por las circunstancias se puede tomar el camino equivocado, pero Jesús dice que es posible comenzar de nuevo. Con su gracia vivir de una forma nueva, como Él. 



Esta mujer estaba decidida y estaría buscando encontrar el momento de acercarse a Jesús para buscar la sanación que sólo Él puede dar. 



Se armó de valor y llevó su perfume para regalarlo a Jesús. Con el bullicio de la fiesta pudo entrar y tomar por sorpresa la iniciativa. Pero la emoción le pudo y sólo pudo echarse a llorar. 



El fariseo no ve con la mirada misericordiosa de Dios. La tienen ya condenada y a Jesús casi también. ¿Se está dejando tocar por una pecadora? Jesús le cuenta esa breve parábola y le dice que ella si que tiene mucho amor, mientras que él ni siquiera ha tenido los gestos de cortesía que Jesús, como cualquier invitado, se merecía. No se le habían pasado por alto a Jesús y le pone de ejemplo los gestos de la mujer para con él. 



La lección queda ahí para todos y Lucas la ha recogido para Teótimo, el ilustre personaje a quien va dedicado su evangelio, pero también está ahí para nosotros. El núcleo del evangelio es el vivir el amor, no sólo decirlo de palabras. El pecado no tiene la última palabra, sino el amor demostrado. 



Jesús perdona los pecados ¿Quién es éste? Es la misericordia de Dios hecha carne, que solo necesita que le abramos de par en par las puertas de nuestro corazón como lo hizo esta mujer. “Vete en paz tu fe te ha salvado”. Sí, has creído en el Amor que vence al mal, te has abierto a la misercordia y así has comenzado una nueva andadura, la vía de la felicidad que te llevará a la plenitud de la vida: estás salvado/a. Vive así “salvado” y canta como María a “Dios mi salvador”. Nadie te podrá quitar esta alegría. 



LA VOZ DE SAN AGUSTÍN
Ama y haz lo que quieras

Miércoles 17 septiembre 2014/ 24 semana del tiempo ordinario


de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12,31–13,13:




Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca. ¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará. Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño. Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.







evangelio según san Lucas 7,31-35:



En aquel tiempo, dijo el Señor: «¿A quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos? Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: "Tocarnos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis." Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenía un demonio; viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: "Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de publicanos y pecadores." Sin embargo, los discípulos de la sabiduría le han dado la razón.»






PARA VIVIR ESTA PALABRA

El himno de la Caridad es uno de los grandes textos del Nuevo Testamento, citado por todos cuando se trata de hablar del amor. Todos lo entendemos. El deseo profundo del corazón humano es poder dar y recibir un amor de esas características. 

En realidad el texto describe a Jesucristo mismo, su estilo de vida y actuación en su vida terrena y también ahora Resucitado, acompañando a cada uno y a toda la Humanidad. 

Dios es Amor dirá san Juan (1 Juan 4,8) y nosotros también porque estamos hechos a su imagen y semejanza. 1 Cor 13 describe también la profundidad de nuestro ser y lo que hemos de llegar a vivir en coherencia con el ser que ya somos. En camino hacia esa perfección de amor en plenitud. 

Podemos ponernos en las manos de Dios y presentarle con sencillez nuestra situación, lo que nos resulta difícil vivir desde el amor, y expresarle nuestro deseo de “dejarnos hacer” por Él, para irnos acercando a esa experiencia y plenitud del verdadero amor.

El breve texto evangélico de Lucas es una denuncia de Jesús: ¡nuestros descontentos! No estamos nunca contentos/as con lo que tenemos, con la realidad que nos toca vivir. Es una actitud de la gente de antes y de ahora, que cierra y dificulta la propia colaboración en la llegada del Reino.  Hemos de partir de la aceptación de la propia realidad para poder llegar a transformarla en la dirección que Jesús nos señala y actúa, porque Él hace la historia con nosotros ¡no se ha ido! Hemos de aprender a mirar la realidad con sus ojos y eso sólo se puede hacer en diálogo con Él, tratándole como amigo con la mano tendida en las propias circunstancias y realidad, aliándonos con Él desde dónde estamos. 

La voz de santa María Mazzarello
Vivid continuamente en su Presencia



MARTES 16 septiembre 2014/ 24 semana del tiempo ordinario

de la primera carta del apóstol Pablo a los Corintios 12,12-14.27-31a:

Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo. Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro. Y Dios os ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas, el don de interpretarlas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos las interpretan? Ambicionad los carismas mejores.

 evangelio según san Lucas 7,11-17:
En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío. Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.
Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: «No llores.»
Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!»
El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.» La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.

PARA VIVIR ESTA PALABRA

Las cartas de Pablo a la Iglesia de Corinto, son dos cartas de amonestación y consejo, a una comunidad especialmente querida por Pablo. Corinto era una ciudad con un importante puerto, con mucha vida social donde se hacía gala de libertades individuales. Pablo había fundado una comunidad cristiana, que inició su andadura con una gran ilusión y carismas. 

Al irse Pablo aparecen los primeros problemas derivados de la confrontación con el paganismo y la inmoralidad reinante en la ciudad. Aparecen divisiones y grupos en la comunidad, libertinaje moral, errores doctrinales, etc., ante esta situación, Pablo intenta restablecer el orden y darles criterios a los que atenerse. Así, va exponiendo en su carta los grandes temas doctrinales que orientarán asuntos prácticos de la vida cotidiana de la comunidad. Hoy siguen dándonos luz para la vida de nuestras comunidades.

En este fragmento expone  la unidad que debe tener la comunidad de cristianos, salvados y reconciliados con Dios por la muerte de Jesús y el bautismo en su Espíritu. Todos, cada uno con el carisma propio y la dedicación de sus cualidades y talentos y la vocación de servicio que Jesús nos enseñó, ocupan un lugar imprescindible en la comunidad de creyentes. 

Se compadeció de ella y le dijo: “¡No llores!”. El amor que Jesús muestra es sincero, lleno de ternura y  compasivo. No pasa de largo ante nuestros dolores, ante nuestras pérdidas que nos hacen sufrir y llorar. A todos como a la viuda nos dice: «¡No llores!» Yo me ocupo de ti. Y le entregó lo que más quería: a aquel joven ¡vivo!, lleno de vida y en pie.


Señor y dador de vida, haz que sintamos y lloremos “el amor perdido”. Sigue compadeciéndote de nosotros como de la viuda de Naín. Resucita y entréganos la vida renovada que tu nos quieres dar cada día, para vivir en santa y eterna alegría. Amén.


LUNES 15  septiembre 2014, Ntra sra de los Dolores

Hebreos 5,7-9:
Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.

evangelio según san Juan 19,25-27:
En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.»
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.

PARA VIVIR ESTA PALABRA
La Sagrada Escritura  conserva  “siete palabras” de María. Cada una de estas siete palabras es como una ventana que permite mirar hacia dentro de la casa de María para descubrir cómo era su relación  con Dios. La clave sobre ella nos la da Lucas en esta frase: “Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica." (Lucas 11,27-28):



1ª Palabra: "¿Cómo puede ser esto si no conozco hombre?" (Lc 1,34)

2ª Palabra: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra." (Lc 1,38)

3ª Palabra es todo el canto del Magnificat: "Engrandece mi alma al Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador" (Lc 1,46-55)

4ª Palabra: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo, angustiados, te buscábamos" (Lc 2,48)

5º Palabra: "¡No tienen vino!" (Jn 2,3)

6ª Palabra: "Haced lo que él os diga!" (Jn 2,5)

7ª Palabra: El silencio a los pies de la Cruz, más elocuente que mil palabras (Jn 19,25-27)


 María al pie de la cruz, junto al Crucificado, mujer fuerte y silenciosa, amando como el Hijo “hasta el extremo”, sin entender, pero confiando en el Dios siempre mayor y más grande que también sufre y no violenta la libertad de sus hijos aunque hagan mal. ¿Cómo es mi devoción a María, la madre de Jesús?


En la escultura de la  Piedad de Miguel Angel, María aparece muy  joven con el Hijo muerto en brazos. María más joven que su hijo crucificado, cuando ya tenía que tener como mínimo alrededor de 50 años. Al preguntarle al escultor porqué había esculpido el rostro de Maríal tan joven, Miguel Angel contestó: “Las personas apasionadas por Dios no envejecen nunca”. ¡Apasionada por Dios! ¿Hay en mí esta pasión?

DOMINGO 14 septiempre 2014. Exaltación de la cruz

Números 21, 4b-9:
En aquellos días, el pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: -«¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo.» El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: -«Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes.» Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: -«Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla.» Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.

Pablo a los Filipenses 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

evangelio según san Juan 3, 13-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
-«Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»

MIRAR CON FE AL CRUCIFICADO
        
            La fiesta que hoy celebramos los cristianos es incomprensible y hasta disparatada para quien desconoce el significado de la fe cristiana en el Crucificado. ¿Qué sentido puede tener celebrar una fiesta que se llama “Exaltación de la Cruz” en una sociedad que busca apasionadamente el “confort” la comodidad y el máximo bienestar?
         Más de uno se preguntará cómo es posible seguir todavía hoy exaltando la cruz. ¿No ha quedado ya superada para siempre esa manera morbosa de vivir exaltando el dolor y buscando el sufrimiento? ¿Hemos de seguir alimentando un cristianismo centrado en la agonía del Calvario y las llagas del Crucificado?
         Son sin duda preguntas muy razonables que necesitan una respuesta clarificadora. Cuando los cristianos miramos al Crucificado no ensalzamos el dolor, la tortura y la muerte, sino el amor, la cercanía y la solidaridad de Dios que ha querido compartir nuestra vida y nuestra muerte hasta el extremo.
         No es el sufrimiento el que salva sino el amor de Dios que se solidariza con la historia dolorosa del ser humano. No es la sangre la que, en realidad, limpia nuestro pecado sino el amor insondable de Dios que nos acoge como hijos. La crucifixión es el acontecimiento en el que mejor se nos revela su amor.
         Descubrir la grandeza de la Cruz no es atribuir no sé qué misterioso poder o virtud al dolor, sino confesar la fuerza salvadora del amor de Dios cuando, encarnado en Jesús, sale a reconciliar el mundo consigo.
         En esos brazos extendidos que ya no pueden abrazar a los niños y en esas manos que ya no pueden acariciar a los leprosos ni bendecir a los enfermos, los cristianos “contemplamos” a Dios con sus brazos abiertos para acoger, abrazar y sostener nuestras pobres vidas, rotas por tantos sufrimientos.
         En ese rostro apagado por la muerte, en esos ojos que ya no pueden mirar con ternura a las prostitutas, en esa boca que ya no puede gritar su indignación por las víctimas de tantos abusos e injusticias, en esos labios que no pueden pronunciar su perdón a los pecadores, Dios nos está revelando como en ningún otro gesto su amor insondable a la Humanidad.
         Por eso, ser fiel al Crucificado no es buscar cruces y sufrimientos, sino vivir como él en una actitud de entrega y solidaridad aceptando si es necesario la crucifixión y los males que nos pueden llegar como consecuencia. Esta fidelidad al Crucificado no es dolorista sino esperanzada. A una vida “crucificada”, vivida con el mismo espíritu de amor con que vivió Jesús, solo le espera resurrección. (José A. Pagola)

SÁBADO 13 septiempre 2014. 23 semana del tiempo ordinario

de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 14-22
Amigos míos, no tengáis que ver con la idolatría. Os hablo como a gente sensata, formaos vuestro juicio sobre lo que digo. El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan. Considerad a Israel según la carne: los que comen de las víctimas se unen al altar. ¿Qué quiero decir? ¿Que las víctimas son algo o que los ídolos son algo? No, sino que los gentiles ofrecen sus sacrificios a los demonios, no a Dios, y no quiero que os unáis a los demonios. No podéis beber de los dos cálices, del Señor y del de los demonios. No podéis participar de las dos mesas, de la del Señor y de la de los demonios. ¿Vamos a provocar al Señor? ¿Es que somos más fuertes que él?

 evangelio según san Lucas 6, 43-49
En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos:
-«No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su fruto; porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca. ¿Por qué me llamáis “Señor, Señor”, y no hacéis lo que digo? El que se acerca a mi, escucha mis palabras y las pone por obra, os voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida.
El que escucha y no pone por obra se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; arremetió contra ella el río, y en seguida se derrumbó y quedó hecha una gran ruina.»


PARA VIVIR ESTA PALABRA

San Pablo alerta a los corintios para que no tengan nada que ver con la idolatría, con los paganos que ofrecen sacrificios a los ídolos, a los que no son dioses, en lenguaje paulino, a los demonios. Les recuerda para ello que en “nuestra acción de gracias”, en la eucaristía, bebemos la sangre de Cristo y comemos el cuerpo de Cristo, lo que produce en nosotros un efecto especial, nos une tanto a Cristo como a todos los que participan del banquete eucarístico. La unión producida es como la unión de los miembros de un cuerpo entre sí. Los que ofrecen y participan de los sacrificios a los ídolos, a los demonios, se unen a ellos. La conclusión de san Pablo es bien lógica, “no podéis beber de las dos copas, de la del Señor y de la de los demonios”. Ambas son incompatibles entre sí. Pero nosotros somos de Cristo, queremos vivir su misma vida que nos ha regalado, queremos vivir en unión y amistad con él.

El evangelio nos habla de la importancia del buen corazón y de las obras. El buen corazón produce siempre frutos buenos. De donde se deduce la importancia de tener un buen corazón para que nuestras palabras y nuestras obras broten de él.
Sobre las palabras y las obras. Lo decisivo no son las palabras que pueden ser muy bonitas, muy hermosas… sino las obras, que deben ser la buena traducción de las buenas palabras. Debe haber coherencia entre las palabras y las obras, entre las buenas palabras y las buenas obras. 

Tenemos que escuchar y hacer nuestras las palabras de vida del Señor y llevarlas a nuestras obras. Entonces, aunque las tormentas nos lleguen, no hay que temer, nuestra persona, nuestra casa está asentada sobre la Roca firme que es su Amor.

LA VOZ DE SAN JUAN CRISÓSTOMO (349-407), obispo de Constantinopla. Gran predicador por lo que mereció el apelativo de Crisóstomo, es decir, “boca de oro”.
“Cristo está conmigo, ¿qué puedo temer? Que vengan a asaltarme las olas del mar y la ira de los poderosos; todo eso no pesa más que una telaraña… éste es mi alcázar, ésta es mi roca inamovible, éste es mi báculo seguro”


VIERNES 12 septiempre 2014, 23 semana del tiempo ordinario


de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22b-27
Hermanos:
El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio. Porque, siendo libre como soy, me he hecha esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes. Ya sabéis que en el estadio todos los corredores cubren la carrera, aunque uno solo se lleva el premio. Corred así: para ganar. Pero un atleta se impone toda clase de privaciones. Ellos para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita. Por eso corro yo, pero no al azar; boxeo, pero no contra el aire; mis golpes van a mi cuerpo y lo tengo a mi servicio, no sea que, después de predicar a los otros, me descalifiquen a mí. 


Evangelio según san Lucas 6, 39-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
-« ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más que su maestro, sí bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.»


PARA VIVIR ESTA PALABRA

Hipócrita es el que pretende o finge ser lo que no es. La primera parte del texto evangélico pone el dedo en esta llaga- La hipocresía de los escribas y fariseos fue uno de los pecados que con más fuerza denunció Jesús, llegando a llamarles “guías ciegos”. nosotros mismos tendríamos que concluir que todos, en algún momento al menos, somos o nos conducimos como hipócritas. A todos nos cuesta reconocer los propios errores, y, sin embargo nos atrevemos a criticar los ajenos. Jesús lo llama ver motas en el ojo del otro y no darse uno cuenta de tus propias vigas.La autocrítica leal y sincera  es condición para la credibilidad..
Jesús nos pide que no finjamos lo que no somos. Pide autenticidad, pasión por la verdad. La autenticidad evangélica llega hasta las profundades del corazón humano, no es sólo evitar la corrupción –disparada hoy a todos los niveles- sino para mirarlo todo con la limpieza de un corazón auténtico y llegar a comprender, para vivir y practicar, la compasión y la misericordia, las actitudes más auténticas de Jesús.


LA VOZ DE LA SABIDURÍA ANTIGUA
"Conócete a ti mismo"

JUEVES 11 septiembre 2014. 23 semana del tiempo ordinario
evangelio según san Lucas 6, 27-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian.
Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores lo hacen. Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. ¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados;dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros.»

PARA VIVIR ESTA PALABRA
En Corinto había cristianos que se habían convertido a Cristo en un ambiente de idolatría. Éstos habían participado durante mucho tiempo en las prácticas paganas y ahora, a pesar de haberlas abandonado, consideraban indigno comer ciertos alimentos, como la carne sacrificada a los ídolos, pues creían que hacer esto constituía entrar en comunión con el dios al que ya habían renunciado. Sabían que había un solo Dios, pero en el ambiente en el que vivían estaban esos “escrúpulos” y el qué dirán.
San Pablo se refiere a estos cristianos como “débiles”, pues aún no tenían una formación firme en la fe. Así que, por ser más débiles en la fe, había que respetar su conciencia, cosa que no comprendían ni hacían los que estaban mejor formados y eran más fuertes en la fe, que por no dar importancia al asunto de comer carne, eran motivo de escándalo y piedra de tropiezo para los más débiles. Pablo deja claro que lo más importante es la caridad para con los hermanos. No debemos contribuir con nuestros actos a que los más débiles se alejen del Señor. La caridad es la que debe regular la conducta de todos, especialmente de los que se consideran fuertes y libres de prejuicios..
Está el reto siempre de que nuestra caridad no sea una farsa sino el timón que guíe nuestra vida.
El Evangelio de hoy nos toca muy dentro de nuestra vida y de las relaciones con los demás. El Señor nos pide  que amemos a quienes nos cuesta amar. Jesús pide que amemos al enemigo. No está hablando de sentimientos sino de conducta. Porque amar no es sólo un sentimiento, es sobre todo un comportamiento, una decisión de amar aunque cueste y tratar a esa persona que me cuesta como las más querida. No se logra de un día para otro. Se necesita mucha paciencia y no decaer en el empeño. Ir paso a paso. La saludo. Rezo por ella. La trato con amabilidad. Le pido un favor. Se lo hago. Veo lo bueno de ella. En fin: “haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldigan y rogad por los que os difamen”.

LA VOZ DE SAN AGUSTÍN
Ama y haz lo que quieras 

Miércoles 10 septiembre 2014,  23 semana del tiempo ordinario


evangelio según san Lucas 6,20-26:

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: «Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.»

PARA VIVIR ESTA PALABRA

En san Mateo encontramos las 8 bienaventuranzas. En san Lucas el discurso es más breve y radical: 4 bienaventuranzas y 4 advertencias serias de peligro serio:

Lucas 6,20: ¡Bienaventurados los pobres! Mirando hacia los discípulos, Jesús declara: "¡Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de los cielos!"Esta declaración identifica la categoría social de los discípulos. ¡Ellos son pobres! Y a ellos Jesús promete: “¡Vuestro es el Reino de los Cielos!” No es una promesa para el futuro. El verbo está al presente. El Reino les pertenece ya. En el evangelio de Mateo, Jesús explicita el sentido y dice: "¡Bienaventurados los pobres de Espíritu!" (Mt 5,3). Son los pobres que tienen al Espíritu de Jesús. Pues hay pobres con cabeza o espíritu de rico. Los discípulos de Jesús son pobres con cabeza de pobre. Como Jesús no quieren acumular, pero asumen su pobreza y, como él, luchan por una convivencia más justa, donde haya fraternidad y puesta en común de los bienes, sin discriminación.
• Lucas 6,21-22: ¡Bienaventurados los que ahora tiene hambre y lloran! En la 2ª y 3ª bienaventuranza Jesús dice. "¡Bienaventurados los que ahora tenéis hambreporque seréis saciados! ¡Bienaventurados los que ahora lloráis porque reiréis!" Una parte de las frases está al presente y otra al futuro. Aquello que ahora vivimos y sufrimos no es lo definitivo. Lo definitivo es el Reino que estamos construyendo hoy con la fuerza del Espíritu de Jesús. Construir el Reino trae sufrimiento y persecución, pero una cosa es cierta: el Reino va a llegar y “¡seréis saciados y reiréis!”.
• Lucas 6,23: ¡Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien....! La bienaventuranza se refiere al futuro: "Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, os expulsen, proscriban vuestro nombre como malo por causa del Hijo del Hombre. ¡Alegraos ese día porque grande será vuestra recompensa, porque así fueron tratados los profetas!" Con estas palabras de Jesús, Lucas anima a las comunidades de su tiempo, que estaban siendo perseguidas. El sufrimiento es "dolor de parto" siempre. ¡Fuente de esperanza! La persecución era una señal de que el futuro anunciado por Jesús estaba llegando. Iban por el justo camino
• Lucas 6,24-25: ¡Ay de vosotros los ricos! ¡Ay de vosotros los que estáis hartos y os reís! Después de las cuatro bienaventuranzas a favor de los pobres y excluidos, siguen cuatro amenazas o maldiciones contra los ricos y los que se lo pasan bien y son elogiados por todos. Las cuatro amenazas tienen la misma forma literaria que las cuatro bienaventuranzas. La 1ª está al presente. La 2ª y la 3ª tienen una gran parte al presente y la otra al futuro. Y la 4ª se refiere enteramente al futuro. Estas amenazas sólo se encuentran en el evangelio de Lucas y no en el de Mateo. Lucas es más radical en la denuncia de la injusticia.
Delante de Jesús, en aquella planicie no había ricos. Sólo había gente pobre, venida de todos los lados (Lc 6,17-19). Asimismo, Jesús dice: "¡Ay de vosotroslos ricos!" Y es que Lucas, al transmitir estas palabras de Jesús, estaba pensando más en las comunidades de su tiempo. En ellas había ricos y pobres, y había discriminación de los pobres por parte de los ricos, la misma que marcaba la estructura del Imperio Romano (cf. Sant. 5,1-6; Ap 3,17-19). Jesús hace una crítica dura y directa a los ricos: ¡Vosotros los ricos, ya tenéis consolación! ¡Vosotros ya estáis hartos, pero pasaréis hambre! ¡Vosotros os estáis riendo, pero quedaréis afligidos y lloraréis! Señal de que para Jesús, la pobreza no es una fatalidad, ni es fruto de prejuicios, sino que es fruto de enriquecimiento injusto de los otros.
• Lucas 6,26: ¡Ay de vosotros cuando todos hablen bien de vosotros, porque así vuestros padres trataron a los falsos profetas!” Esta cuarta amenaza se refiere a los hijos de los que en el pasado elogiaban a los falsos profetas. Es que algunas autoridades de los judíos usaban su prestigio y su autoridad, para criticar a Jesús.

"Razonar y convencer, ¡qué difícil, largo y trabajoso!
¿Sugestionar? ¡Qué fácil, rápido y barato."
     
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), médico español


MARTES 9 septiembre 2014.  23 semana del tiempo ordinario


de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 6, 1-11
Hermanos:
Cuando uno de vosotros está en pleito con otro, ¿cómo tiene el descaro de llevarlo a un tribunal
pagano y no ante los santos?
¿Habéis olvidado que los santos juzgarán el universo?
Pues si vosotros vais a juzgar al mundo, ¿no estaréis a la altura de juzgar minucias?
Recordad que juzgaremos a ángeles: cuánto más asuntos de la vida ordinaria.
De manera que para juzgar los asuntos ordinarios dais jurisdicción a ésos que en la Iglesia no
pintan nada.
¿No os da vergüenza?
¿Es que no hay entre vosotros ningún entendido que sea capaz de arbitrar entre dos hermanos?
No señor, un hermano tiene que estar en pleito con otro, y además entre no creyentes.
Desde cualquier punto de vista ya es un fallo que haya pleitos entre vosotros.
¿No estaría mejor sufrir la injusticia?
¿No estaría mejor dejarse robar?
En cambio, sois vosotros los injustos y los ladrones, y eso con hermanos vuestros.
Sabéis muy bien que la gente injusta no heredará el reino de Dios.
No os llaméis a engaño: los inmorales, idólatras, adúlteros, afeminados, invertidos, ladrones, codiciosos,
borrachos, difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios.
Así erais algunos antes.
Pero os lavaron, os consagraron, os perdonaron en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y por
Espíritu de nuestro Dios.

Salmo 149, R. El Señor ama a su pueblo.


evangelio según san Lucas 6, 12-19

En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé,
Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas
Iscariote, que fue el traidor.
Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de
pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salta de él una fuerza que los curaba a todos.



PARA VIVIR ESTA PALABRA

Pablo se extraña de que los problemas entre cristianos no se resuelvan entre cristianos. Ya es duro que haya problemas, tan duro como inevitable por nuestra propia condición humana. Pablo se extraña de que el trato entre cristianos no sea diferente, que aquello que se critica de los «no creyentes» forme parte también de la vida de los cristianos y entre cristianos. Que no sepan resolver los problemas de manera cristiana. Que fácilmente hayan olvidado que fueron lavados y perdonados en nombre del Señor. Que se les había dado otra oportunidad de vivir. Que no hayan entendido que la fraternidad debería ser el distintivo cristiano y que los conflictos no se resuelvan desde ella.

HOY nos hace reflexionar a todos sobre nuestras relaciones entre hermanos y hermanas, sobre nuestros modos de proceder y procuremos esforzarnos en vivir según nuestro modelo que es Jesús. Y si nos cuesta, encontraremos fuerza en la oración. Vemos como Jesús ora al Padre, en momentos de oscuridad, antes de tomar decisiones importantes. 

La elección de los Doce no se hace a la ligera, sino que viene precedida de una prolongada oración de Jesús, dialogando con Dios. Y los escoge a cada uno de un origen totalmente diverso. Gente muy sencilla. Posiblemente ninguno de ellos entendió perfectamente lo que Jesús estaba haciendo cuando les llamó ni lo que quería de ellos. Pero Jesús, que sabía lo que hacía, creyó en ellos y creyó en el poder de la gracia de Dios, capaz de hacer de personas normales y corrientes, como nosotros, personas importantes y necesarias.También nosotros hemos sigo escogidos para estar con Él y salir a anunciarlo con palabras y gestos, con la propia vida. Si nos sentimos "heridos o débiles" acudamos a Él, porque en Él esta la fuerza que sana y da vida. Basta salir de nosotros, acercarnos a Él y "tocarlo" con la fe, la oración, el deseo... y se toca en los más necesitados, en su Palabra y en la Eucaristía. 

LA VOZ DE SAN AGUSTÍN

Tenemos la certeza de “nutrirnos un día de lo sabroso de su casa y de beber del torrente de sus delicias, porque “en él está la fuente viva, y su luz nos hará ver la luz” (Sal. 35,8s); aquel día, en el cual todos nuestros deseos quedarán saciados con sus bienes y ya nada tendremos que pedir gimiendo, pues todo lo poseeremos gozando.



  8 septiembre 2014, LUNES, 23 semana del tiempo ordinario

NATIVIDAD DE MARÍA

Lectura de la profecía de Miqueas (5,1-4a):

Así dice el Señor: «Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial. Los entrega hasta el tiempo en que la madre dé a luz, y el resto de sus hermanos retornará a los hijos de Israel. En pie, pastoreará con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor, su Dios. Habitarán tranquilos, porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra, y éste será nuestra paz.»

Salmo 12 R/. Desbordo de gozo con el Señor

Porque yo confío en tu misericordia:
alegra mi corazón con tu auxilio. R/.

Y cantaré al Señor
por el bien que me ha hecho. R/.

evangelio según san Mateo (1,1-16.18-23):

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»

PARA VIVIR ESTA PALABRA
La celebración de la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, es conocida en Oriente desde el siglo VI. Fue fijada el 8 de septiembre, día con el que se abre el año litúrgico bizantino, el cual se cierra con la Dormición, en agosto.

 En Occidente fue introducida hacia el siglo VII y es una de aquellas cuatro principales fiestas de María en honor de las cuales el Papa Sergio I organizó una solemne procesión que salía de la iglesia de San Adriano en el foro romano y terminaba en Santa María Mayor, donde se celebraba la Misa.


Los orígenes de esta fiesta hay que buscarlos en Oriente y probablemente en Jerusalén. Ya en el siglo V existía en Jerusalén el santuario mariano situado junto a los restos de la piscina Probática, o sea, de las ovejas. Debajo de la hermosa iglesia románica, levantada por los cruzados, que aún existe -la Basílica de Santa Ana- se hallan los restos de una basílica bizantina y unas criptas excavadas en la roca que parecen haber formado parte de una vivienda que se ha considerado como la casa natal de la Virgen.
El primer testimonio de la fiesta es un himno de Román el Melodo (año 560). Para San Andrés de Creta (740) esta fiesta es ya una antigua tradición. En Occidente se introdujo en el siglo VII. Además de la noticia del Liber Pontificalis referente a la procesión ordenada por Sergio I, tenemos el testimonio de los sacramentarios romanos a partir del Gelasiano antiguo. No obstante, la fiesta se propagó muy lenta y desigualmente en Occidente: en Milán en tiempo de Beroldo(1124) era desconocida, no obstante hallarse consignada en los Martirologios.
A partir delsiglo XI-XII se halla generalmente establecida. La octava fue debida a un voto de los cardenales en el difícil cónclave de 1241. Gregorio XI (1378) la dotó de una vigilia.
Es la fiesta patronal de muchísimos santuarios y es así un bella manera de simbolizar el nacimiento espiritual de la Virgen en muchos pueblos. En los nuevos libros litúrgicos promulgados por Pablo VI, esta fiesta ha sido muy revalorizada. 
La fiesta tiene la alegría de un anuncio premesiánico.  Es por eso, que esta celebración, como enseña San Andrés de Creta es, “el principio de las festividades y sirve como puerta hacia la gracia y la verdad.”San Juan Damasceno dijo: “el día de la natividad de la Madre de Dios es festividad de alegría universal, pues a través de Ella se renovó todo el género humano, y la aflicción de la madre Eva se convirtió en alegría”.

Poesía a la Natividad de María(Lope de Vega)
Canten hoy, pues nacéis vos,
los ángeles, gran Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Canten hoy, pues a ver vienen
nacida su Reina bella,
que el fruto que esperan de ella
es por quien la gracia tienen.
Digan, Señora, de vos,
que habéis de ser su Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Pues de aquí a catorce años,
que en buena hora cumpláis,
verán el bien que nos dais,
remedio de tantos daños.
Canten y digan, por vos,
que desde hoy tienen Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Y nosotros, que esperamos
que llegue pronto Belén,
preparemos también,
el corazón y las manos.
Vete sembrando, Señora,
de paz nuestro corazón,
y ensayemos, desde ahora,
para cuando nazca Dios. Amén.


 7 septiembre 2014, DOMINGO, 23 del tiempo ordinario


de la profecía de Ezequiel 33, 7-9
Así dice el Señor:
«A ti hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel;
cuando escuches palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte.
Si yo digo al malvado:
"¡Malvado, eres reo de muerte!",
y tú no hablas, poniendo en guardia al malvado
 
para que cambie de conducta, el malvado morirá por su culpa,
pero a ti te pediré cuenta de su sangre;
 
pero si tú pones en guardia al malvado para que cambie de conducta,
 
si no cambia de conducta,
 
él morirá por su culpa, pero tú has salvado la vida.»
Salmo 94  R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
 
entremos a su presencia dándole gracias,
 
aclamándole con cantos. R.

Entrad, postrémonos por tierra,
 
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
 
Porque él es nuestro Dios,
 
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
 
como el día de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque hablan visto mis obras.» R.

del apóstol san Pablo a los Romanos 13, 8-10
Hermanos:
A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama a su prójimo tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el «no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás» y los demás mandamientos que haya, se resumen en esta frase: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo. »
Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.

evangelio según san Mateo 18, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has, salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano.
Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.
Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. »

ESTÁ ENTRE NOSOTROS

         Aunque las palabras de Jesús, recogidas por Mateo, son de gran importancia para la vida de las comunidades cristianas, pocas veces atraen la atención de comentaristas y predicadores. Esta es la promesa de Jesús: “Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
         Jesús no está pensando en celebraciones masivas como las de la Plaza de San Pedro en Roma. Aunque solo sean dos o tres, allí está él en medio de ellos. No es necesario que esté presente la jerarquía; no hace falta que sean muchos los reunidos.
         Lo importante es que “estén reunidos”, no dispersos, ni enfrentados: que no vivan descalificándose unos a otros. Lo decisivo es que se reúnan “en su nombre”: que escuchen su llamada, que vivan identificados con su proyecto del reino de Dios. Que Jesús sea el centro de su pequeño grupo.
         Esta presencia viva y real de Jesús es la que ha de animar, guiar y sostener a las pequeñas comunidades de sus seguidores. Es Jesús quien ha de alentar su oración, sus celebraciones, proyectos y actividades. Esta presencia es el “secreto” de toda comunidad cristiana viva.
         Los cristianos no podemos reunirnos hoy en nuestros grupos y comunidades de cualquier manera: por costumbre, por inercia o para cumplir unas obligaciones religiosas. Seremos muchos o, tal vez, pocos. Pero lo importante es que nos reunamos en su nombre, atraídos por su persona y por su proyecto de hacer un mundo más humano.
         Hemos de reavivar la conciencia de que somos comunidades de Jesús. Nos reunimos para escuchar su Evangelio, para mantener vivo su recuerdo, para contagiarnos de su Espíritu, para acoger en nosotros su alegría y su paz, para anunciar su Buena Noticia.
         El futuro de la fe cristiana dependerá en buena parte de lo que hagamos los cristianos en nuestras comunidades concretas las próximas décadas. No basta lo que pueda hacer el Papa Francisco en el Vaticano. No podemos tampoco poner nuestra esperanza en el puñado de sacerdotes que puedan ordenarse los próximos años. Nuestra única esperanza es Jesucristo.
         Somos nosotros los que hemos de centrar nuestras comunidades cristianas en la persona de Jesús como la única fuerza capaz de regenerar nuestra fe gastada y rutinaria. El único capaz de atraer a los hombres y mujeres de hoy. El único capaz de engendrar una fe nueva en estos tiempos de incredulidad. La renovación de las instancias centrales de la Iglesia es urgente. Los decretos de reformas, necesarios. Pero nada tan decisivo como el volver con radicalidad a Jesucristo.  (José A. Pagola)

      


6 septiembre 2014, SÁBADO, 22 semana del tiempo ordinario


de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 6b-15
Hermanos:
En el caso de Apolo y de mí aprended aquello de «no saltarse el reglamento» y no os engriáis en uno a costa del otro. A ver, ¿quién te hace tan importante? ¿Tienes algo que no hayas recibido? Y, si lo has recibido, ¿a qué tanto orgullo, como si nadie te lo hubiera dado?
Ya tenéis todo lo que ansiabais, ya sois ricos, habéis conseguido un reino sin nosotros. ¿Qué más quisiera yo? Así reinaríamos juntos. Por lo que veo, a nosotros, los apóstoles, Dios nos coloca los últimos; parecemos condenados a muerte, dados en espectáculo público para ángeles y hombres. Nosotros, unos necios por Cristo, vosotros, ¡qué sensatos en Cristo! Nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros célebres, nosotros despreciados; hasta ahora hemos pasado hambre y sed y falta de ropa; recibimos bofetadas, no tenemos domicilio, nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; nos insultan, y les deseamos bendiciones; nos persiguen, y aguantamos; nos calumnian, y respondemos con buenos modos; nos tratan como a la basura del mundo, el deshecho de la humanidad, y así hasta el día de hoy.
No os escribo esto para avergonzaros, sino para haceros recapacitar, porque os quiero como a hijos; porque tendréis mil tutores en Cristo, pero padres no tenéis muchos; por medio del Evangelio soy yo quien os ha engendrado para Cristo Jesús.

Salmo 144  R. Cerca está el Señor de los que lo invocan
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R.
Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados. R.
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás. R.

 evangelio según san Lucas 6, 1-5
Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano.
Unos fariseos les preguntaron:
-«¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?» Jesús les replicó:
-« ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre?
Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.» Y añadió:
El Hijo del hombre es señor del sábado.»


PARA VIVIR ESTA PALABRA


San Pablo indica la finalidad de las palabras que dirige a los cristianos de Corinto: “no os escribo esto para avergonzaros, sino para haceros recapacitar”, y lo hace porque le importan mucho, “porque os quiero como a hijos”.

Llevado de ese amor les recuerda algunas verdades. Nunca un cristiano debe presumir, porque todo lo que somos y todos nuestros talentos los hemos recibido. Son las herramientas regaladas para que trabajemos con ellas en nuestra vida cristiana. Nadie se ha dado la vida a si mismo. De esta realidad debe surgir el agradecimiento a Dios, nuestro Creador y Padre, y a cuantos nos han ayudado en nuestra vida. Entre nosotros, a los que se ha servido Dios para que seamos cristianos, aquellos que “nos han engendrado para Cristo Jesús”.

Una vez más el evangelio nos presenta la cuestión del sábado, el día de descanso de Israel, en el que tienen prohibidas muchas cosas, entre otras, arrancar espigas de un sembrado, frotarlas con las manos y comer el grano, que es lo que hacen los discípulos de Jesús. En otras ocasiones, la réplica de Jesús va por “el sábado se ha hecho para el hombre y no el hombre para el sábado”. No hay ley humana ni divina que impida hacer el bien al hombre. Pero Jesús, en el pasaje evangélico de hoy, da otra respuesta: “El Hijo del hombre es señor del sábado”. El sábado es para la vida. Y es cierto que la vida se favorece descansando, pero primero alimentándose.


LA VOZ DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
 El domingo es el día por excelencia de la asamblea litúrgica, en que los fieles "deben reunirse para, escuchando la Palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recordar la pasión, la resurrección y la gloria del Señor Jesús y dar gracias a Dios, que los hizo renacer a la esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos» (SC 106; 1P 1,3): «Cuando meditamos, [oh Cristo], las maravillas que fueron realizadas en este día del domingo de tu santa y gloriosa Resurrección, decimos: Bendito es el día del domingo, porque en él tuvo comienzo la Creación [...] la salvación del mundo [...] la renovación del género humano [...] en él el cielo y la tierra se regocijaron [...]. Bendito es el día del domingo, porque en él fueron abiertas las puertas del paraíso para que Adán y todos los desterrados entren en él sin temor» (Fanqîth, Breviarium iuxta ritum Ecclesiae Antiochenae Syrorum).

         

 5 septiembre 2014, VIERNES. 22 semana del tiempo ordinario


de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 1-5

Hermanos: Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador, lo que se busca es que sea fiel. Para mi, lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor. Así, pues, no juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá la alabanza de Dios.

Salmo 36  R. El Señor es quien salva a los justos

Confía en el Señor y haz el bien,
habita tu tierra y practica la lealtad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R.
Encomienda tu camino al Señor, confía en él,
y él actuará: hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho como el mediodía. R.
Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles. R.
El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados
y los salva porque se acogen a él. R.

evangelio según san Lucas 5, 33-39

En aquel tiempo, dijeron a Jesús los fariseos y los escribas: -«Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber.» Jesús les contestó: -«¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán. » Y añadió esta parábola: -«Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino nuevo revienta los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: "Está bueno el añejo."»


PARA VIVIR ESTA PALABRA

A los judíos les extraña que los discípulos de Jesús tengan un comportamiento distinto del habitual entre ellos; pero la extrañeza llega hasta el colmo al constatar que su conducta difiere mucho de la de los discípulos de Juan en uno de los preceptos importantes para ellos, el ayuno. Y Jesús defiende el comportamiento de sus discípulos, aunque respetando con suma delicadeza a quienes pensaban y obraban de forma diferente.

Los amigos del novio que celebran la fiesta de bodas, el encuentro con el Señor, no pueden ayunar mientras el novio está con ellos. Ya llegará el momento de hacerlo.

Lo importante no es tanto ayunar cuanto escuchar y empaparse del mensaje de Jesús, que se centra en la venida ya cercana de un Dios que es salvación y perdón para todos, incluso para los pecadores y paganos. No oculta Jesús el riesgo de rechazar esa salvación, pero el que llega no es un Juez severo, el que llega es un Padre que sólo busca el bien y la felicidad del ser humano. Y Jesús, con lo que dice y, particularmente con lo que hace y con lo que vive, es quien nos muestra el rostro de su Padre Dios. No vive ayunando como el Bautista, sino comiendo con pecadores y dedicándose a curar, acoger, perdonar y liberar del mal. Lo que se nos pide es  acoger  el Amor del Padre-Madre que quiere hacer nuestra vida más sana, más dichosa, más justa, más humana. Lo decisivo no es la mortificación en sí, el ayuno, sino el amor fraterno que busca el bien de todos.

La novedad del Reino instaurado por Jesús no cabía en los moldes viejos del judaísmo; exigía odres nuevos, personas nuevas. El Reino es un vino nuevo, que pide a gritos conductas nuevas, estructuras distintas. Se trata de ser y vivir con un estilo nuevo, como el de Jesús, con valores evangélicos como los suyos.

Los seguidores de Jesús nos resistimos a que las cosas sigan igual que si no hubiera venido. Tratamos de ver y juzgar la realidad bajo el prisma del Evangelio; intentamos vivir, no fiándonos de nosotros, sino adquiriendo y practicando actitudes evangélicas. Queremos vivir nuestras relaciones con Dios bajo el prisma de la filiación, y, como consecuencia, viendo y tratando a los demás como a hermanos.

Y, desde estos odres, ofrecer el buen vino del Reino como la mejor noticia y el mejor regalo, no nuestro, sino de Dios. Y hacerlo buscando el bien integral de la persona humana, sabiendo que, al hacerlo, revierte para bien de todos.

LA VOZ DE JUAN PABLO II

Según la Carta a los Efesios la esposa es la Iglesia, lo mismo que para los profetas la esposa era Israel; se trata, por consiguiente, de un sujeto colectivo y no de una persona singular. Este sujeto colectivo es el pueblo de Dios, es decir, una comunidad compuesta por muchas personas, tanto mujeres como hombres. «Cristo ha amado a la Iglesia» (cf. Ef 5, 25), precisamente como comunidad, como Pueblo de Dios; y, al mismo tiempo, en esta Iglesia, […], él ha amado a cada persona singularmente. En efecto, Cristo ha redimido a todos sin excepción, a cada hombre y a cada mujer.

  4 septiembre, JUEVES. 22 semana del tiempo ordinario

de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3, 18-23:

Hermanos:
Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio.
Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: «Él caza a los sabios en su astucia. » Y también: «El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos.»
Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

Salmo R. Del Señor es la tierra y cuanto la llena

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.


evangelio según san Lucas 5, 1-11:

En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes.
Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
-«Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.»
Simón contestó:
-«Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.»
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a lo socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo:
-«Apártate de mi, Señor, que soy un pecador.»
Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón:
-«No temas; desde ahora serás pescador de hombres.»
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

PARA VIVIR ESTA PALABRA

Pablo habla del conocimiento profundo de la voluntad de Dios, este es el conocimiento de sabiduría e inteligencia espiritual, que el Espíritu Santo infunde en el corazón del cristiano para juzgar rectamente en función del fin último al que estamos llamados. 

La verdadera sabiduría es Cristo, en Él reside la verdad que nos revela  a Dios Padre. En él se nos ha dado todo y en él la humanidad se ha entregado plenamente a Dios. Lo único que se nos pide es nuestra disponibilidad para seguir su mismo ejemplo.  

Jesús en el evangelio, invita a la Iglesia,  nos invita, a adentrarnos, a ir un poco más allá, sin miedo. Si lo hacemos y confiamos, Él puede realizar su designio con nosotros. Hemos de fiarnos de su palabra y hacer lo que nos diga, como nos dice María en san Juan. 


LA VOZ DE SAN MÁXIMO DE TURIN, obispo del siglo V

Cuando el Señor, sentado en la barca, dice a Pedro: «Avanza mar adentro, y soltad las redes para pescar», no le aconseja tanto tirar los instrumentos de pesca en la profundidad de las aguas, como propagar en el fondo de los corazones las palabras de la predicación. Este abismo de los corazones lo ha penetrado san Pablo lanzando la palabra que dice: «¡Oh abismo de riqueza, sabiduría y ciencia de Dios!» (Rm 11,33) [...] Así como los pliegues de la red arrastra hasta la nave los peces que ha cogido, el seno de la fe conduce hacia el reposo a todos los hombres que ella reúne.


3 de septiembre 2014, MIÉRCOLES, 22 semana del tiempo ordinario

de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 3, 1 9

Hermanos, no pude hablaros como a hombres de espíritu, sino como a gente carnal, como a niños en Cristo. Por eso os alimenté con leche, no con comida, porque no estabais para más. Por supuesto, tampoco ahora, que seguís los instintos carnales. Mientras haya entre vosotros envidias y contiendas, es que os guían los instintos carnales y que procedéis según lo humano. Cuando uno dice «yo soy de Pablo» y otro, «yo de Apolo», ¿no estáis procediendo según lo humano? En fin de cuentas, ¿qué es Apolo y qué es Pablo? Ministros que os llevaron a la fe, cada uno como le encargó el Señor. Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer; por tanto, el que planta no significa nada ni el que riega tampoco; cuenta el que hace crecer, o sea, Dios. El que planta y el que riega son una misma cosa; si bien cada uno recibirá el salario según lo que haya trabajado. Nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros campo de Dios, edificio de Dios.

Salmo 32 R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres. R.
Desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón
y comprende todas sus acciones. R.
Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos. R.



Evangelio según San Lucas 4, 38 44

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. El, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles.
Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera, se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban:
–Tú eres el Hijo de Dios.
Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.
Al hacerse de día, salió a un lugar solitario.
La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese.
Pero él les dijo:
–También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado.
Y predicaba en las sinagogas de Judea. 



PARA VIVIR ESTA PALABRA

“Yo soy de Pablo” “Yo de Apolo”  Los partidismos!! que no llegan a ninguna parte.  Parcialidades que separan y no unen. Problema antiguo y nuevo. Dejamos lo esencial por lo secundario. 

Pablo y Apolo, como nosotros, son servidores. Cada uno ha de realizar la misión con todo su ser y hacer, dando lo mejor que ha recibido. Desplegamos en la acción nuestros dones, estamos dando la vida que Dios nos ha dado y es así como se acrecienta y multiplica. “Dios es quién hace crecer”.

Colaboradores: nuestra misión más auténtica es hacer sentir a los demás que Dios los ama, amándolos nosotros.  Pablo nos llama “campo de Dios”, “edificación de Dios”. No andamos perdidos, ¡somos de Dios!

En el evangelio contemplamos a  Jesús cercano a la vida de los que le rodean: entra en casa de Simón, no deja de atender a su suegra, se acerca a ella y aleja de ella la enfermedad. A la curación sucede el servicio, la gratitud, la generosidad. Este es un signo de discernimiento de quien ha sido de verdad tocado por Dios.

Jesús se retira a la soledad, El es consciente de dónde está el manantial de su Vida, en la relación con el Dios Padre-Madre. 

LA VOZ DE SAN JERÓNIMO, 
DOCTOR DE LA IGLESIA( año 347-420), presbítero, traductor de la biblia al latín



    “La suegra de Simón estaba acostada; tenía fiebre”. Que Cristo pueda venir a nuestra casa, entrar y curar con una sola palabra la fiebre de nuestros pecados. Cada uno de nosotros tiene fiebre. Cada vez que nos encolerizamos, tenemos fiebre; todos nuestros defectos son otras tantas subidas de fiebre. Pidamos a los apóstoles que oren a Jesús para que venga a nosotros y nos coja de la mano; porque en cuanto él habrá tocado nuestra mano, la fiebre desaparecerá.





2 septiembre, MARTES, 22 semana del tiempo ordinario

de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2,10b-16:

El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. ¿Quién conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Pues, lo mismo, lo íntimo de Dios lo conoce sólo el Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido un Espíritu que no es del mundo, es el Espíritu que viene de Dios, para que tomemos conciencia de los dones que de Dios recibimos. Cuando explicamos verdades espirituales a hombres de espíritu, no las exponemos en el lenguaje que enseña el saber humano, sino en el que enseña el Espíritu, expresando realidades espirituales en términos espirituales. A nivel humano, uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo, mientras él no está sujeto al juicio de nadie. «¿Quién conoce la mente del Señor para poder instruirlo?» Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo.


Salno 144  R/. El Señor es justo en todos sus caminos

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R/.


san Lucas 4,31-37:

En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús le intimó: «¡Cierra la boca y sal!»
El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen.»
Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.


PARA VIVIR ESTA PALABRA

 
Pablo recuerda que los evangelizadores son servidores; y cada uno de ellos habrá de actuar según la misión recibida. No debemos alinearnos en torno a líderes humanos porque «todo es vuestro (…) y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios (1 Cor 3, 21 ss.)»

¡Cuántas veces presentamos el mensaje del Evangelio como nuestro! ¡Cuántas veces nos ponemos en el centro del mensaje! ¡Cuántas veces decimos “este es mi grupo; éstos son mis dirigidos”! La evangelización es un acción movida por el Espíritu Santo, si no ¿de qué manera conoceríamos las palabras del Señor? Este texto que versa sobre «la sabiduría de los predicadores» es una llamada de atención y un estímulo a dejar que nuestra boca sea la de Dios, que nuestras palabras sean las de Dios, que nuestro foro sea el formado por los fieles del Señor porque todos somos de Cristo.


El evangelio de hoy nos hace pararnos en el porqué 
la palabra pronunciada por Jesús es eficaz. ¿Qué tiene su palabra? Es una palabra con autoridad porque a Jesús lo ven coherente. La Palabra hecha carne, visibilizada, creíble. Marcos añade que tiene autoridad por su manera diferente de enseñar. Jesús creaba y crea  una conciencia crítica en la gente con relación a las autoridades religiosas de la época. La gente percibía y comparaba: El enseña con autoridad, diferente de los escribas” (Mc 1,22.27). Los escribas de la época enseñaban citando a las autoridades. Jesús no cita a ninguna autoridad, sino que habla desde su propia experiencia de Dios y de la vida.


Además de la forma diferente que Jesús tiene de enseñar las cosas de Dios, el otro aspecto que causaba admiración en la gente es el poder que Jesús tiene sobre los espíritus impuros: "¿Qué palabra es ésta? Manda sobre los espíritus impuros con autoridad y poder, y ellos salen". Jesús abre un nuevo camino a la gente para poder conseguir la pureza mediante el contacto con él. En aquel tiempo, una persona impura no podía comparecer ante Dios para rezar y recibir la bendición prometida por Abrahán. Tenía que purificarse, primero. Había muchas leyes y normas que dificultaban la vida de la gente y marginaban a mucha gente considerándola impura. Pero ahora, purificadas por la fe en Jesús, las personas podían comparecer de nuevo en presencia de Dios y rezarle, sin necesidad de recorrer a aquellas complicadas y a veces dispendiosas normas de pureza.
La voz de la sabiduría popular
"Las palabras convencen, el ejemplo arrastra"


1 septiembre, LUNES, 22 semana del tiempo ordinario

de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2,1-5:

Yo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

Sal 118,97.98.99.100.101.102 R/. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

¡Cuánto amo tu voluntad!:
todo el día estoy meditando. R/.
Tu mandato me hace más sabio que mis enemigos,
siempre me acompaña. R/.
Soy más docto que todos mis maestros,
porque medito tus preceptos. R/.
Soy más sagaz que los ancianos,
porque cumplo tus leyes. R/.
Aparto mi pie de toda senda mala,
para guardar tu palabra. R/.
No me aparto de tus mandamientos,
porque tú me has instruido. R/.

evangelio según san Lucas 4,16-30:

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar la Buena Noticia  a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.»
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.» Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

PARA VIVIR ESTA PALABRA

Desde hoy hasta el final del Año litúrgico, es decir hasta que lleguen las 4 semanas de  Adviento, se nos presenta como lectura el evangelio de san Lucas.
Empezamos con su capítulo cuarto, porque en Adviento y Navidad ya se leyeron los tres primeros capítulos de Lucas: la anunciación, el nacimiento, la infancia de Jesús y su Bautismo en el Jordán.
Y empezamos con una escena programática, que se puede decir que da sentido a todo el ministerio mesiánico de Jesús: su primera predicación en la sinagoga de su pueblo Nazaret.
Una escena densa, muy bien narrada por Lucas, con una serie de detalles significativos:
- la costumbre de ir a la sinagoga todos los sábados,
- la invitación para que lea (de pie) al profeta; las lecturas de la Ley las hacían los rabinos; las de los profetas las podían hacer los laicos, como Jesús, que hubieran cumplido los treinta años;
- el pasaje de Isaías lo recuerda Lucas, porque es como el programa mesiánico de Jesús: "el Espíritu del Señor está sobre mí... me ha enviado a dar la Buena Noticia a los pobres, para dar la libertad a los oprimidos... para anunciar el año de gracia del Señor";
- el comentario es del mismo Jesús (sentado), con unas primeras palabras que son como la definición de lo que es una homilía: "hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oir";
- las primeras reacciones de admiración y aprobación por parte de sus paisanos,
- que, sin embargo, quedan bloqueados en su camino de fe porque conocen demasiado a Jesús: "¿no es éste el hijo de José?";
- la queja de Jesús sobre esta falta de fe, comparada con la acogida que ha encontrado en otros pueblos; cita dos refranes o dichos de la época: "médico, cúrate a ti mismo", y "ningún profeta es bien mirado en su tierra";
- la segunda reacción, esta vez de ira, ante estas palabras, hasta el punto de querer acabar con él despeñándolo por el barranco;
- pero Jesús "se abrió paso entre ellos y se alejaba".

Jesús aparece desde la primera página como el Enviado de Dios, su Ungido, el lleno del Espíritu. Y aparece también como el que anuncia la salvación a los pobres, a los cautivos, a los ciegos, a los oprimidos.
Lucas va a ser para nosotros un buen maestro para que sepamos presentar a Jesús, también a nuestro mundo de hoy, como el salvador de los pobres. "Me ha ungido y me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres". 

En la Plegaria Eucarística IV damos gracias a Dios Padre porque nos ha enviado a su Hijo Jesús, el cual "anunció la salvación a los pobres, la liberación a los oprimidos y a los afligidos el consuelo (la alegría)". 

Es un buen retrato de Jesús, que se irá desarrollando durante las próximas semanas: el que atiende a los pobres, el que quiere la alegría para todos, el que ofrece la liberación integral a los que padecen alguna clase de esclavitud. ¿Es éste también el programa de su comunidad, o sea, de nosotros? ¿se puede decir que estamos anunciando la buena noticia a los pobres? ¿y somos nosotros mismos esos pobres que se dejan alegrar por el anuncio de Jesús?


"Hoy se cumple esta Escritura". Hoy es "cada día". La Palabra no se nos proclama para sólo tener información de lo que pasó (eso no nos cambia), sino porque Dios quiere renovar su gracia salvadora hoy y aquí para nosotros. Es lo que nuestra meditación personal de esta Palabra debe buscar: actualizar en nuestras vidas lo que Dios nos dice en y por Jesús.

La voz de san Ignacio de Loyola
"NO el mucho saber harta, sino el gustar de las cosas internamente".