4 agosto, LUNES  18 semana del tiempo ordinario 


Jeremías 28,1-17

Al principio del reinado de Sedecías en Judá, el mes quinto, Ananías, hijo de Azur, profeta natural de Gabaón, me dijo en el templo, en presencia de los sacerdotes y de toda la gente: «Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: "Rompo el yugo del rey de Babilonia. Antes de dos años devolveré a este lugar todo el ajuar del templo que Nabucodonosor, rey de Babilonia, cogió y se llevó a Babilonia. A Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, y a todos los judíos desterrados en Babilonia yo los haré volver a este lugar –oráculo del Señor–, porque romperé el yugo del rey de Babilonia."»
El profeta Jeremías respondió al profeta Ananías, en presencia de los sacerdotes y del pueblo que estaba en el templo; el profeta Jeremías dijo: «Amén, así lo haga el Señor. Que el Señor cumpla tu profecía, trayendo de Babilonia a este lugar todo el ajuar del templo y a todos los desterrados. Pero escucha lo que yo te digo a ti y a todo el pueblo: "Los profetas que nos precedieron, a ti y a mi, desde tiempo inmemorial, profetizaron guerras, calamidades y epidemias a muchos países y a reinos dilatados. Cuando un profeta predecía prosperidad, sólo al cumplirse su profecía era reconocido como profeta enviado realmente por el Señor."»
Entonces Ananías le quitó el yugo del cuello al profeta Jeremías y lo rompió, diciendo en presencia de todo el pueblo: «Así dice el Señor: "Así es como
romperé el yugo del rey de Babilonia, que llevan al cuello tantas naciones, antes de dos años."»
El profeta Jeremías se marchó por su camino. Después que el profeta Ananías rompió el yugo del cuello del profeta Jeremías,
vino la palabra del Señor a Jeremías: «Ve y dile a Ananías: "Así dice el Señor: Tú has roto un yugo de madera, yo haré un yugo de hierro. Porque así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Pondré yugo de hierro al cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia; y se le someterán, y hasta las bestias del campo le entregaré."»
El profeta Jeremías dijo a Ananías profeta: «
Escúchame, Ananías; el Señor no te ha enviado, y tú has inducido a este pueblo a una falsa confianza. Por eso, así dice el Señor: "Mira: yo te echaré de la superficie de la tierra; este año morirás, porque has predicado rebelión contra el Señor."»
Y el profeta Ananías murió aquel mismo año, el séptimo mes.


Salmo  118  R/. Instrúyeme, Señor, en tus leyes

Apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu voluntad. R/.
No quites de mi boca las palabras sinceras,
porque yo espero en tus mandamientos. R/.
Vuelvan a mi tus fieles
que hacen caso de tus preceptos. R/.
Sea mi corazón perfecto en tus leyes,
así no quedaré avergonzado. R/.
Los malvados me esperaban para perderme,
pero yo meditaba tus preceptos. R/.
No me aparto de tus mandamientos,
porque tú me has instruido. R/.

Mateo (14,13-21):

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. 
Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.» 
Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.» 
Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.» 
Les dijo: «Traédmelos.» 
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

PARA VIVIR ESTA PALABRA

Jeremías y Ananías El texto de la primera lectura nos habla de profetas verdaderos y falsos. Todos dicen que hablan en nombre de Dios, pero los falsos suelen decir las palabras que la gente quiere oir, palabras demagógicas que tranquilizan y bendicen la situación. Ananías «induce a una falsa confianza»: ni le cabe en la cabeza que Jerusalén pueda caer. Mientras que los verdaderos, como Jeremías, intentan ser fieles a la voluntad de Dios y se atreven a denunciar los pecados de sus oyentes y, muy a su pesar, a anunciar castigos.
¿Es buen padre el que siempre da la razón a su hijo? ¿es buen educador el que siempre concede lo que gusta a sus alumnos? ¿quién es buen profeta y quién,no? Jesús decía: «por sus frutos los conoceréis». Pero qué difícil es discernir, también ahora, entre la auténtica voz de Dios y la que obedece, más bien, a intereses personales o a los postulados de la mayoría o de los poderosos! Es difícil, por ejemplo, para los responsables de la Iglesia discernir qué movimientos son del Espíritu con mayúscula, y cuáles, de otros espíritus con minúscula.
En nuestra vida personal, o en el ámbito de una familia o comunidad religiosa o parroquial, ¿buscamos la voluntad de Dios con sinceridad, cuando hacemos discernimiento comunitario para tomar decisiones? ¿o nos engañamos, buscándonos a nosotros mismos y manipulando, más o menos conscientemente, «la voluntad de Dios»?

HOY pedir con el salmo: «instrúyeme, Señor, en tus leyes, apártame del camino falso, no quites de mi boca las palabras sinceras... sea mi corazón perfecto en tus leyes».



3 agosto, DOMINGO  18 del tiempo ordinario 

Isaías 55, 1-3

Así dice el Señor:
«Oíd, sedientos todos, acudid por agua, 
también los que no tenéis dinero: 
venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde. 
¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta, 
y el salario en lo que no da hartura? 
Escuchadme atentos, y comeréis bien,
saborearéis platos sustanciosos.
Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme, y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David. »


Salmo 144  R. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores.

El Señor es clemente y misericordioso, 
lento a la cólera y rico en piedad; 
el Señor es bueno con todos, 
es cariñoso con todas sus criaturas. R.

Los ojos de todos te están aguardando, 
tú les das la comida a su tiempo; 
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente. R. 

El Señor es justo en todos sus caminos, 
es bondadoso en todas sus acciones; 
cerca está el Señor de los que lo invocan, 
de los que lo invocan sinceramente. R.


Romanos 8, 35. 37-39

Hermanos:
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?
Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.


Mateo 14, 13-21

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos.
Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
«Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.»  Jesús les replicó:
- «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.»  Ellos le replicaron:
- «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.»  Les dijo: - «Traédmelos.»
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tornando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.


"DÁDLES VOSOTROS DE COMER"

Jesús está ocupado en curar a aquellas gentes enfermas y desnutridas que le traen de todas partes. Lo hace, según el evangelista, porque su sufrimiento le conmueve. Mientras tanto, sus discípulos ven que se está haciendo muy tarde. Su diálogo con Jesús nos permite penetrar en el significado profundo del episodio llamado erróneamente “la multiplicación de los panes”.

Los discípulos hacen a Jesús un planteamiento realista y razonable: “Despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer”. Ya han recibido de Jesús la atención que necesitaban. Ahora, que cada uno se vuelva a su aldea y se compre algo de comer según sus recursos y posibilidades.

La reacción de Jesús es sorprendente: “No hace falta que se vayan. Dadles vosotros de comer”. El hambre es un problema demasiado grave para desentendernos unos de otros y dejar que cada uno lo resuelva en su propio pueblo como pueda. No es el momento de separarse, sino de unirse más que nunca para compartir entre todos lo que haya, sin excluir a nadie.

Los discípulos le hacen ver que solo hay cinco panes y dos peces. No importa. Lo poco basta cuando se comparte con generosidad. Jesús manda que se sienten todos sobre el prado para celebrar una gran comida. De pronto todo cambia. Los que estaban a punto de separarse para saciar su hambre en su propia aldea, se sientan juntos en torno a Jesús para compartir lo poco que tienen. Así quiere ver Jesús a la comunidad humana.

¿Qué sucede con los panes y los peces en manos de Jesús? No los “multiplica”. Primero bendice a Dios y le da gracias: aquellos alimentos vienen de Dios: son de todos. Luego los va partiendo y se los va dando a los discípulos. Estos, a su vez, se los van dando a la gente. Los panes y los peces han ido pasando de unos a otros. Así han podido saciar su hambre todos.

El arzobispo de Tánger ha levantado una vez más su voz para recordarnos “el sufrimiento de miles de hombres, mujeres y niños que, dejados a su suerte o perseguidos por los gobiernos, y entregados al poder usurero y esclavizante de las mafias, mendigan, sobreviven, sufren y mueren en el camino de la emigración”.

En vez de unir nuestras fuerzas para erradicar en su raíz el hambre en el mundo, solo se nos ocurre encerrarnos en nuestro“bienestar egoísta” levantando barreras cada vez más degradantes y asesinas. ¿En nombre de qué Dios los despedimos para que se hundan en su miseria? ¿Dónde están los seguidores de Jesús?

¿Cuándo se oye en nuestras eucaristías el grito de Jesús. “Dadles vosotros de comer”?"  (J.A Pagola)

Sufres, lloras, mueres

Cesareo Gabarain - Espiritual Negro

1. Cuando un niño con hambre pide pan, / cuando llora pues nunca se lo dan. / ¡Oh! Tiemblo por Ti, Jesús, / sufres, lloras, mueres. / Con los niños de hambre mueres Tú.

2. Mueres Tú cuando un hombre esclavo está, / cuando grita pidiendo libertad. / ¡Oh! Tiemblo por Ti, Jesús, / sufres, lloras, mueres. / Con los hombres esclavos mueres Tú.

3. Cuando siento que el mundo en guerra está, / que el hermano al hermano matará. / ¡Oh! Tiemblo por Ti, Jesús, / sufres, lloras, mueres. / Con los hombres que mueren mueres Tú.

4. Cuando pasas enfermo junto a mí, / cuando olvido tu hambre y tu sufrir. / ¡Oh! Tiemblo por Ti, Jesús, / sufres, lloras, mueres. / Por mi absurdo egoísmo mueres Tú.


2 agosto, sábado,  17 semana del tiempo ordinario 

(Ntra. sra. de los Ángeles)

Jeremías 26,11-16.24:

En aquellos días, los sacerdotes y los profetas dijeron a los príncipes y al pueblo: «Este hombre es reo de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como lo habéis oído con vuestros oídos.»
Jeremías respondió a los príncipes y al pueblo: «El Señor me envió a profetizar contra este templo y esta ciudad las palabras que habéis oído. Pero, ahora, enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, escuchad la voz del Señor, vuestro Dios; y el Señor se arrepentirá de la amenaza que pronunció contra vosotros. Yo, por mi parte, estoy en vuestras manos: haced de mí lo que mejor os parezca. Pero, sabedlo bien: si vosotros me matáis, echáis sangre inocente sobre vosotros, sobre esta ciudad y sus habitantes. Porque ciertamente me ha enviado el Señor a vosotros, a predicar a vuestros oídos estas palabras.»
Los príncipes del pueblo dijeron a los sacerdotes y profetas: «Este hombre no es reo de muerte, porque nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios.»
Entonces Ajicán, hijo de Safán, se hizo cargo de Jeremías, para que no lo entregaran al pueblo para matarlo.

Salmo 68 R/. Escúchame, Señor, el día de tu favor

Arráncame del cieno, que no me hunda;
líbrame de los que me aborrecen,
y de las aguas sin fondo.
Que no me arrastre la corriente,
que no me trague el torbellino,
que no se cierre la poza sobre mí. R/.
Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R/.
Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R/.


 Mateo 14,1-12:

En aquel tiempo oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús, y dijo a sus ayudantes: «Ese es Juan Bautista que ha resucitado de entre los muertos, y por eso los Poderes actúan en él.»
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado por motivo de Herodías, mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta. El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: «Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista.»
El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre. Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron y fueron a contárselo a Jesús.


PARA VIVIR ESTA PALABRA

Dura la misión del profeta Jeremías. En nombre de Dios, tiene que reprender a su pueblo. Un pueblo que creía que con tener el Templo y todo el culto tributado en él… agradaba a Dios. Pero Jeremías alza su voz contra esta creencia. No basta con tener el Templo dedicado a Yahvé y ofrecer allí sacrificios. Lo que pide Dios es rectitud de vida, es conducta apropiada. Es vivir conforme, a nivel personal y de pueblo, a los mandatos de Dios, donde el amor a Dios va unido al amor a los hermanos. Los “sacerdotes y profetas” quisieron convencer al pueblo de que Jeremías era reo de muerte porque “había profetizado contra esta ciudad”. Pero Jeremías no había profetizado contra “esta ciudad”, ni contra el Templo, sino contra la mala conducta de muchos que acudían al Templo. Menos mal que, para no caer en un nuevo pecado, los príncipes del pueblo salvaron la vida de Jeremías porque reconocieron que “nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios”.


El evangelio nos narra el recuerdo que tiene el rey Herodes de la muerte, la decapitación de Juan Bautista, que él ordenó. No puede estar  tranquilo. Sabe que mandó matar de manera injusta a Juan, que tenía la libertad de indicarle lo que hacía mal, viviendo con la mujer de su hermano. Una vez más hay que afirmar que el evangelio se dirige a nosotros y no basta con concluir lo malo que era Herodes. La palabra de Dios nos interpela para que nosotros no hagamos otro tanto, para que no seamos injustos, para que nunca usemos nuestro poder de manera abusiva.


A 5 km de Asís, Italia, en el valle, se encuentra Santa María de los Angeles, hermosa basílica construida sobre LA PORCIUNCULA

La pequeña capilla de la Porciúncula fue donde San Francisco fundó la Orden de los Frailes Menores en el 1209, confiándola a la protección de la Virgen.
Reliquias que se encuentran en Santa María de los Angeles:- el cordón de San Francisco,
-la estatua del santo con las palomas que siempre allí anidan,
-las rosas sin espinas fruto del milagro cuando el santo se tiró sobre ellas para rechazar una tentación,
- la capilla de las lágrimas donde San Francisco rezaba por la Pasión de Cristo y por los pecadores...

1 agosto, VIERNES,  17 semana del tiempo ordinario 

san Alfonso María Ligorio (obispo y doctor de la Iglesia)

Jeremías 26,1-9:

Al comienzo del reinado de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra del Señor a Jeremías: «Así dice el Señor: Ponte en el atrio del templo y di a todos los ciudadanos de Judá que entran en el templo para adorar, las palabras que yo te mande decirles; no dejes ni una sola. A ver si escuchan y se convierte cada cual de su mala conducta, y me arrepiento del mal que medito hacerles a causa de sus malas acciones. Les dirás: Así dice el Señor: Si no me obedecéis, cumpliendo la ley que os di en vuestra presencia, y escuchando las palabras de mis siervos, los profetas, que os enviaba sin cesar (y vosotros no escuchabais), entonces trataré a este templo como al de Silo, a esta ciudad la haré fórmula de maldición para todos los pueblos de la tierra.»
Los profetas, los sacerdotes y el pueblo oyeron a Jeremías decir estas palabras, en el templo del Señor. Y, cuando terminó Jeremías de decir cuanto el Señor le había mandado decir al pueblo, lo agarraron los sacerdotes y los profetas y el pueblo, diciendo: «Eres reo de muerte. ¿Por qué profetizas en nombre del Señor que este templo será como el de Silo, y esta ciudad quedará en ruinas, deshabitada?»
Y el pueblo se juntó contra Jeremías en el templo del Señor.


Salmo 68 R/. Que me escuche tu gran bondad, Señor.

Más que los pelos de mi cabeza
son los que me odian sin razón;
más duros que mis huesos,
los que me atacan injustamente.
¿Es que voy a devolver lo que no he robado? R/.
Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre;
porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R/.
Pero mi oración se dirige a ti,
Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude. R/.


Mateo 13,54-58:

En aquel tiempo fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada: «¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos, Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?» Y aquello les resultaba escandaloso.
Jesús les dijo: «Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta.» Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.

PARA VIVIR ESTA PALABRA


 “Y desconfiaban de él”. Sólo porque no respondía a sus expectativas, desconfiaban de él. Porque veían los milagros que hacía y captaban su sabiduría, pero era más fuerte para ellos constatar que sólo era “el carpintero”, “el hijo de María”. Y, junto a la desconfianza, sentían cierto miedo y prevención. 

¿Llegaría a oídos de María aquel desprecio de llamar a Jesús “el hijo de María”? Lo ignoramos, aunque es probable, ya que María era una mujer muy normal y con mucho sentido común. Y, en este caso hipotético, seguro que ella lo guardaría, como solía hacer con lo que no entendía, en su corazón, con mucha paz y sintiéndolo por ellos, que así dejaban escapar la oportunidad de su vida.

Junto a María, hubo muchos gestos de confianza en Jesús, sobre todo entre la gente sencilla. Al verificar este sentimiento sobre Jesús, el evangelista, indirectamente, nos invita a resaltar la actitud de lealtad y amistad de muchos otros. Y pensamos en Lázaro, en Marta y María, en María Magdalena, en Nicodemo, en José de Arimatea, y en tantas otras y otros que mostraron hacia Jesús los mejores sentimientos.

Jesús sintió el desprecio: “Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta”. Y, “porque les faltaba fe, no pudo hacer allí muchos milagros”. Sí los había hecho, en otros sitios. Jesús había tenido signos liberadores, gestos de curación y palabras de compasión y de cercanía. Pero, quienes, por paisanaje, tenían obligación de conocerle mejor, no lo lograron, les faltó fe.

¿Y a nosotros nos falta fe?  Fe, más que una declaración es un modo de pensar, un estilo de vivir, un modo de comportarse y en concreto, de amar según Jesús y las actitudes y valores evangélicos que él vivió y practicó  en el día a día de modo sencillo.


SAN ALFONSO MARÍA LIGORIO

Decía a sus misioneros: «Emplead un estilo sencillo, pero trabajad a fondo vuestros sermones. Un sermón sin lógica resulta disperso y falto de gusto. Un sermón pomposo no llega a la masa. Por mi parte, puedo deciros que jamás he predicado un sermón que no pudiese entender la mujer más sencilla».

31 julio, Jueves,  17 semana del tiempo ordinario 

(memoria de san Ignacio de loyola)


Jeremías 18,1-6:

Palabra del Señor que recibió Jeremías: «Levántate y baja al taller del alfarero, y allí te comunicaré mi palabra.»
Bajé al taller del alfarero, que estaba trabajando en el torno. A veces, le salía mal una vasija de barro que estaba haciendo, y volvía a hacer otra vasija, según le parecía al alfarero.
Entonces me vino la palabra del Señor: «¿Y no podré yo trataros a vosotros, casa de Israel, como este alfarero? –oráculo del Señor–. Mirad: como está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano, casa de Israel.»


Salmo 145 R/. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob

Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista. R/.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes. R/.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él. R/.


evangelio según san Mateo 13,47-53:

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?»
Ellos les contestaron: «Sí.»
Él les dijo: «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.


PARA VIVIR ESTA PALABRA

La imagen que utiliza el profeta Jeremías comparando a Dios con un alfarero, evoca la narración de la creación del hombre en el libro del Génesis 2, 7: “Dios formó al hombre con polvo del suelo”.

Podemos pensar en algunas enseñanzas que nos sugiere el pasaje:
1. Dios tiene un sueño de amor para cada uno de nosotros. Nuestra vida es un ir descubriendo ese sueño, su Voluntad, y cumplirlo. Pero como muchas veces ofrecemos resistencia y el resultado final no es el esperado por Dios, pues Él, como el alfarero, rompe su vasija y comienza una nueva, hace añicos nuestros planes hasta lograr lo que tiene en su mente. Esto nos desconcierta, pero de lo que se trata es de avivar nuestra fe, de que estamos en sus manos, las mejores manos sin duda alguna. 

2. Cada hombre salido de la mano artesana de Dios es único e irrepetible, al igual que dos obras de artesanía no son idénticas. Por ello los cuidados de Dios para con cada uno son diferentes. Él cuida de todos, pero no del mismo modo, sino según cada uno necesita. Esto no debe suscitar envidias ni comparaciones, sino fortalecer nuestra fe de que estamos en manos de quien mejor nos conoce y más nos ama. Viviendo en esta confianza seremos felices como repetimos en el salmo: “Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, el que espera en el Señor, su Dios”.

“El Reino de los Cielos se parece a una red”.   La red echada en el mar es signo de la Iglesia, en cuyo seno hay justos y pecadores, y esto hasta el final de los tiempos. 

Hoy celebramos la memoria de San Ignacio de Loyola. Este santo es para todos un ejemplo de cómo Dios no defrauda a quien lo busca de corazón y nunca es tarde para volver a Dios y emprender un serio camino de conversión y santidad. Su esfuerzo, disciplina y fuerza de voluntad como buen militar, supo transformarlos para quedarse en la mejor Compañía, la de Jesús. Y a Dios nadie le gana en generosidad, lo ha hecho "capitán" de un ejército de bien (los jesuitas) y dado un Plan de batalla, los Ejercicios Espirituales, válidos para todos y todos los tiempos. Se los inspiró María en la cueva de Manresa (Barcelona).



30 julio, Miércoles,  17 semana del tiempo ordinario

Jeremías 15,10.16-21:

Ay de mí, ¡madre mía!, ¿por qué me diste a luz? Soy hombre que trae líos y contiendas a todo el país. No les debo dinero, ni me deben; ¡pero todos me maldicen! Cuando me llegaban tus palabras, yo las devoraba. Tus palabras eran para mí gozo y alegría, porque entonces hacías descansar tu Nombre sobre mí, ¡oh Yavé Sabaot! Yo no me sentaba con otros para bromear, sino que, apenas tu mano me tomaba, yo me sentaba aparte, pues me habías llenado de tu propio enojo. ¿Por qué mi dolor no tiene fin y no hay remedio para mi herida? ¿Por qué tú, mi manantial, me dejas de repente sin agua?
Entonces Yavé me dijo: «Si vuelves a mí, yo te haré volver a mi servicio. Separa el oro de la escoria si quieres ser mi propia boca. Tendrán que volver a ti, pero tú no volverás a ellos. Haré que tú seas como una fortaleza y una pared de bronce frente a ellos; y si te declaran la guerra, no te vencerán, pues yo estoy contigo para librarte y salvarte. Te protegeré contra los malvados y te arrancaré de las manos de los violentos.»

Salmo 58,2-18 R/. Dios es mi refugio en el peligro

Líbrame de mi enemigo, Dios mío,
protégeme de mis agresores;
líbrame de los malhechores,
sálvame de los hombres sanguinarios. R/.
Mira que me están acechando
y me acosan los poderosos.
Sin que yo haya pecado ni faltado, Señor,
sin culpa mía, avanzan para acometerme. R/.
Estoy velando contigo, fuerza mía,
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar;
que tu favor se adelante, oh Dios,
y me haga ver la derrota del enemigo. R/.
Yo cantaré tu fuerza,
por la mañana aclamaré tu misericordia:
porque has sido mi alcázar
y mi refugio en el peligro. R/.
Y tañeré en tu honor, fuerza mía,
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar. R/.


evangelio según san Mateo 13,44-46:

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.»


PARA VIVIR ESTA PALABRA

El  profeta Jeremías está viviendo un momento difícil: su vocación y entusiasmo por anunciar la Palabra de Dios, que es el gozo y la alegría de su corazón, no encuentran la respuesta esperada; al contrario, la gente le maldice y le persigue.

Es el momento de la duda. Dios se ha vuelto un “arroyo engañoso, de aguas inconstantes”. La oración de Jeremías es una lamentación, se queja .. Su vida ha sido “coherente” con la misión recibida, se ha esforzado e incluso ha renunciado a aspectos valiosos y gratificantes de la vida, como casarse. Y todo ¿para qué?
Esta es la lógica que le enreda, que le hace titubear igual que muchas veces nos ocurre a nosotros. Son los momentos de crisis en la fe, pero en los que Dios nos espera y sale a nuestro encuentro como lo hizo con Jeremías ayudándonos a crecer, a separar “lo precioso de la escoria”, a purificar nuestra fe y hacerla más auténtica, más confiada, más humilde. Son momentos en los que, si abrimos el corazón, si sabemos permanecer en medio de la oscuridad, podremos escuchar de nuevo al Señor que nos dice “yo estoy contigo para librarte y salvarte” e ir haciendo de estas palabras nuestro apoyo, nuestra fuerza y también nuestra paz, independientemente de “resultados” que además ¿Quién puede valorarlos? Dejemos a Dios que se ocupe de los frutos, a nosotros nos toca sólo sembrar una semilla que no nos pertenece, que no es nuestra, fiados sólo en su llamada y su promesa de presencia fiel a lo largo de nuestra vida, que Él mantiene como lo hizo con Jesús y María. 

Nuestra fe es nuestro tesoro, nuestra "lotería". No parece que ni el hombre que estaba en el campo, ni el comerciante de perlas finas mantuvieran una actitud especial de búsqueda, sino que ¡la encuentran! y eso sí, ¡saben ver y entienden el gran valor del descubrimiento!. Y es que se trata de hacernos caer en la cuenta de esa dimensión de gratuidad que implica la llegada del Reino y a la vez la responsabilidad de ¡darse cuenta del valor de lo que de verdad importa!

Cuidemos:

- La actitud de atención para poder ver. Viviendo distraídos y sin tener los ojos despiertos a lo que ocurre a nuestro alrededor en el hoy posiblemente se nos escapará lo importante.
- La capacidad de saber distinguir lo valioso de lo que no lo es y esta se cultiva, se aprende, se educa aunque hay personas que parece que la tienen de manera innata: son los sencillos de los que nos habla el Evangelio. Pero la mayoría hemos tenido que ir haciendo un proceso de aprendizaje gracias a tantas personas y situaciones que nos han ido enseñando, acompañando y aún así cuántas veces perdemos el norte. Sólo entonces podemos valorar las cosas importante y en esa medida disfrutarlas, alegrarnos con ellas y cuidarlas.

LA VOZ DE SAN JUAN CRISÓSTOMO

¿quién es más rico, el que teme constantemente perder sus riquezas o el que goza de lo poco como si  estuviera nadando en abundancia?

29 julio, MARTES,  17 semana del tiempo ordinario

Jeremías 14,17-22:

Mis ojos se deshacen en lágrimas, día y noche no cesan: por la terrible desgracia de la Doncella de mi pueblo, una herida de fuertes dolores. Salgo al campo: muertos a espada; entro en la ciudad: desfallecidos de hambre; tanto el profeta como el sacerdote vagan sin sentido por el país. «¿Por qué has rechazado del todo a Judá? ¿Tiene asco tu garganta de Sión? ¿Por qué nos has herido sin remedio? Se espera la paz, y no hay bienestar, al tiempo de la cura sucede la turbación. Señor, reconocemos nuestra impiedad, la culpa de nuestros padres, porque pecamos contra ti. No nos rechaces, por tu nombre, no desprestigies tu trono glorioso; recuerda y no rompas tu alianza con nosotros. ¿Existe entre los ídolos de los gentiles quien dé la lluvia? ¿Soltarán los cielos aguas torrenciales? ¿No eres, Señor Dios nuestro, nuestra esperanza, porque tú lo hiciste todo?


Sal 33 R/. Bendigo al Señor en todo momento

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R/.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R/.


san Juan 11,19-27:

En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.»
Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.»
Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.»
Jesús le dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»
Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»

PARA VIVIR ESTA PALABRA

Éste cántico de Jeremías es un cántico de lamentación en tiempos de hambre y de guerra. En ese momento la desesperación es tal que no hay esperanza porque, en vez de paz y bienestar, cada vez hay más turbación y angustia. Pero el profeta apela a la alianza de Dios con el pueblo arrepentido. Precisamente por mantener las promesas de esta alianza, Yahvé ha protegido siempre a su pueblo en situaciones muy críticas.
Leo a Jeremías y mi pensamiento me lleva a nuestro mundo actual. Hoy parece que todo se hunde por momentos. Hambre (física y espiritual) y guerra (real y de valores). Confusión. Parece que, cuanto más nos empeñamos en alcanzar la paz y el bienestar.., más angustiados e impotentes nos sentimos porque no vemos salida y estamos cansados, porque hay factores que escapan a nuestro control.
Es Importante nuestra actitud, nuestra valoración del papel que cada uno desempeñamos en esta situación, por pequeño que nos parezca. Y es importante que de nuestra valoración y reflexión lleguemos a un compromiso. Un compromiso real.
Pero solos, no. Solos somos limitados. Por ello, más importante aún será que nuestra esperanza no se rompa. Que no rompamos nuestra relación con Dios, porque Dios no romperá su alianza con nosotros. Ahí sigue: iluminando, orientando, esperando que abramos nuestros oídos, nuestros ojos y nuestra mente. Nunca se cansa.

Marta nos da ejemplo de discípula fiel del Señor. Su confianza en él es plena. Realiza la confesión de fe que en los evangelios sinópticos realiza Pedro. Es una mujer entregada al servicio de Dios y de los demás. De gran valía y autoridad en su casa. Contrariamente a las costumbres de Israel, toman la iniciativa de acoger a Jesús en su casa. El episodio de san Lucas de "contrariedad con su hermana" no es sino una enseñanza de que sólo una cosa es necesaria: JESÚS. Y se escoja la parte que se escoja, es decir permanecer sentados a los pies de Jesús o atareados en el servicio, lo único importante es tener la atención centrada en Él y no perder este "norte". Su hermana María, escogió "la parte más fácil", Marta la más difícil, porque en la multitud y multiplicidad de tareas es más difícil mantener la concentración en Jesús. Jesús se lo recordó, pero aquel episodio no es una "declaración" de que la vida contemplativa (María) sea más buena o mejor que la "activa" Marta. Ambas son "partes". El unum necesarium es lo  importante: Jesús. Vivir centrados en él, sea sentados o sirviendo. 

Felicidades a todas las Martas en su día. 

28 julio, LUNES,  17 semana del tiempo ordinario

: ESCUCHAR Y TRABAJAR.
No se trata de juzgar cuál de las dos hermanas o cual de dos estilos es mejor, sino de hacer ver con claridad que cuando el Señor pasa hay que acogerlo en casa, como ha hecho Marta, y cuando habla escucharlo, como hace María. El Señor remarca que hay un tiempo para cada cosa. En nuestra vida aparecerán momentos en que tendremos que trabajar y momentos en que tendremos que estar atentos al Señor, dialogar con Él, escucharle, momentos de trabajo y momentos de oración.


Jeremías 13, 1-11

Así me dijo el Señor: -«Vete y cómprate un cinturón de lino, y rodéate con él la cintura; pero que no toque el agua.» Me compré el cinturón, según me lo mandó el Señor, y me lo ceñí. Me volvió a hablar el Señor: -«Torna el cinturón que has comprado y llevas ceñido, levántate y ve al río Éufrates, y escóndelo allí, entre las hendiduras de las piedras. »
Fui y lo escondí en el Éufrates, según me había mandado el Señor. Pasados muchos días, me dijo el Señor: -«Levántate, vete al río Éufrates y recoge el cinturón que te mandé esconder allí. » Fui al Éufrates, cavé, y recog1 el cinturón del sitio donde lo había escondido: estaba estropeado, no servía para nada. Entonces me vino la siguiente palabra del Señor: -«Así dice el Señor: De este modo consumiré la soberbia de Judá, la gran soberbia de Jerusalén. Este pueblo malvado que
se niega a escuchar mis palabras, que se comporta con corazón obstinado y sigue a dioses
extranjeros, para rendirles culto y adoración, será como ese cinturón, que ya no sirve para nada. Como se adhiere el cinturón a la cintura del hombre, así me adherí la casa de Judá y la casa de Israel -oráculo del Señor-, para
que ellOs fueran mi pueblo, mi fama, mi alabanza, mi ornamento; pero no me escucharon.»


Salmo: Dt 32, 18-19. 20. 21 R. Despreciaste a la Roca que te engendró.

Despreciaste a la Roca que te engendró,
y olvidaste al Dios que te dio a luz.
Lo vio el Señor, e irritado
rechazó a sus hijos e hijas. R.
Pensando: «Les esconderé mi rostro
y veré en qué acaban,
porque son una generación depravada,
unos hijos desleales.» R.
«Ellos me han dado celos con un dios ilusorio,
me han irritado con ídolos vacíos;
pues yo les daré celos con un pueblo ilusorio,
los irritaré con una nación fatua.» R.


Mateo 13, 31-35

En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: -«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.» Les dijo otra parábola:
-«El reino de los cielos
se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente.»
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.»


PARA VIVIR ESTA PALABRA

El episodio de la faja podrida es, sin duda, una parábola, y no un hecho real llevado a cabo por el profeta: es muy difícil imaginarse que Jeremías haya recorrido cuatro veces los mil kilómetros que separaban su patria del río Eufrates.
Lo mismo que Jeremías embellece su atuendo con una faja nueva que se ciñe a la cintura, de igual modo Yahvé se embellece con Israel. Este pueblo era para Dios un verdadero ornamento colocado directamente sobre su piel: tan íntimas eran sus relaciones.
Pero Israel se ha desligado de Yahvé con la misma facilidad con que se desprende uno del cinturón; y así como el cinturón del profeta se ha podrido en contacto con la humedad del Eúfrates, así Israel quedará reducido a la más absoluta inutilidad (v. 10).

La imagen es elocuente. Yahvé ha hecho de Israel algo entrañablemente suyo, y este pueblo vive de la intimidad misma que Dios le propone. En cuanto Israel rompe sus compromisos con su Señor, pierde automáticamente su razón de ser; como el cinturón de cuero expuesto a la humedad, enmohece y su aniquilación no se hace esperar.


En el evangelio, estamos todavía en el capítulo de las parábolas de Jesús: esta vez, dos muy breves, la del grano de mostaza y la de la levadura en el pan.
Un grano de mostaza se convierte en una planta respetable. La intención es clara: Dios parece elegir lo pequeño e insignificante, pero luego resulta que, a partir de esa semilla, llega a realizar cosas grandes.
La levadura también es pequeña, pero puede hacer fermentar toda una masa de harina y permite elaborar un pan sabroso.
Es el estilo de Dios. No irrumpe espectacularmente en el mundo, sino a modo de una semilla que brota y germina silenciosamente y se convierte en planta. Como la levadura, que, también silenciosamente, transforma la masa de harina.


Esta manera de actuar de Dios, a partir de las cosas sencillas, se cumple del todo y especialmente en Jesús. Se encarnó en un pueblo pequeño y se valió de personas humildes, como su madre para realizar lo más grande que ha podido ocurrir en la humanidad.


LA VOZ DEL PAPA FRANCISCO
Ser Iglesia es ser Pueblo de Dios, de acuerdo con el gran proyecto de amor del Padre. Esto implica ser el fermento de Dios en medio de la humanidad. Quiere decir anunciar y llevar la salvación de Dios en este mundo nuestro, que a menudo se pierde, necesitado de tener respuestas que alienten, que den esperanza, que den nuevo vigor en el camino. La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio.


27 julio, DOMINGO 17 del tiempo ordinario

del primer libro de los Reyes 3, 5. 7-12

En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo:
- «Pídeme lo que quieras.»
Respondió Salomón:
- «Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?»
Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo:
- «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti.»


Salmo 118 R. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

Mi porción es el Señor; 
he resuelto guardar tus palabras.
Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R.

Que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo; 
cuando me alcance tu compasión, viviré,
y mis delicias serán tu voluntad. R.

Yo amo tus mandatos
más que el oro purísimo; 
por eso aprecio tus decretos 
y detesto el camino de la mentira. R. 

Tus preceptos son admirables, 
por eso los guarda mi alma; 
la explicación de tus palabras ilumina, 
da inteligencia a los ignorantes. R.


san Pablo a los Romanos 8, 28-30

Hermanos:
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio.
A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos.
A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó, a los que justificó, los, glorificó.


san Mateo 13, 44-52

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
- «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.
El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Entendéis bien todo esto?» 
Ellos le contestaron: 
- «Sí.»
Él les dijo:
«Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»

LA DECISIÓN MÁS IMPORTANTE
     
      El evangelio recoge dos breves parábolas de Jesús con un mismo mensaje. En ambos relatos, el protagonista descubre un tesoro enormemente valioso o una perla de valor incalculable. Y los dos reaccionan del mismo modo: venden con alegría y decisión lo que tienen, y se hacen con el tesoro o la perla. Según Jesús, así reaccionan los que descubren el reino de Dios.
         Al parecer, Jesús teme que la gente le siga por intereses diversos, sin descubrir lo más atractivo e importante: ese proyecto apasionante del Padre, que consiste en conducir a la humanidad hacia un mundo más justo, fraterno y dichoso, encaminándolo así hacia su salvación definitiva en Dios.
         ¿Qué podemos decir hoy después de veinte siglos de cristianismo? ¿Por qué tantos cristianos buenos viven encerrados en su práctica religiosa con la sensación de no haber descubierto en ella ningún “tesoro”? ¿Dónde está la raíz última de esa falta de entusiasmo y alegría en no pocos ámbitos de nuestra Iglesia, incapaz de atraer hacia el núcleo del Evangelio a tantos hombres y mujeres que se van alejando de ella, sin renunciar por eso a Dios ni a Jesús?
         Después del Concilio, Pablo VI hizo esta afirmación rotunda: ”Solo el reino de Dios es absoluto. Todo lo demás es relativo”. Años más tarde, Juan Pablo II lo reafirmó diciendo: “La Iglesia no es ella su propio fin, pues está orientada al reino de Dios del cual es germen, signo e instrumento”. El Papa Francisco nos viene repitiendo: “El proyecto de Jesús es instaurar el reino de Dios”.
         Si ésta es la fe de la Iglesia, ¿por qué hay cristianos que ni siquiera han oído hablar de ese proyecto que Jesús llamaba “reino de Dios”? ¿Por qué no saben que la pasión que animó toda la vida de Jesús, la razón de ser y el objetivo de toda su actuación, fue anunciar y promover ese proyecto humanizador del Padre: buscar el reino de Dios y su justicia?
         La Iglesia no puede renovarse desde su raíz si no descubre el “tesoro” del reino de Dios. No es lo mismo llamar a los cristianos a colaborar con Dios en su gran proyecto de hacer un mundo más humano, que vivir distraídos en prácticas y costumbres que nos hacen olvidar el verdadero núcleo del Evangelio.
         El Papa Francisco nos está diciendo que “el reino de Dios nos reclama”. Este grito nos llega desde el corazón mismo del Evangelio. Lo hemos de escuchar. Seguramente, la decisión más importante que hemos de tomar hoy en la Iglesia y en nuestras comunidades cristianas es la de recuperar el proyecto del reino de Dios con alegría y entusiasmo.(Jose A. Pagola)

26 julio 2014, Sábado, 16 semana del tiempo ordinario

Jeremías 7,1-11:

Palabra del Señor que recibió Jeremías: «Ponte a la puerta del templo, y grita allí esta palabra: "¡Escucha, Judá, la palabra del Señor, los que entráis por esas puertas para adorar al Señor! Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, y habitaré con vosotros en este lugar. No os creáis seguros con palabras engañosas, repitiendo: 'Es el templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor.' Si enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones, si juzgáis rectamente entre un hombre y su prójimo, si no explotáis al forastero, al huérfano y a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, si no seguís a dioses extranjeros, para vuestro mal, entonces habitaré con vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres, desde hace tanto tiempo y para siempre. Mirad: Vosotros os fiáis de palabras engañosas que no sirven de nada. ¿De modo que robáis, matáis, adulteráis, juráis en falso, quemáis incienso a Baal, seguís a dioses extranjeros y desconocidos, y después entráis a presentaros ante mí en este templo, que lleva mi nombre, y os decís: 'Estamos salvos', para seguir cometiendo esas abominaciones? ¿Creéis que es una cueva de bandidos este templo que lleva mi nombre? Atención, que yo lo he visto."» Oráculo del Señor.


Salmo 83,3.4.5-6a.8a.11 R/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!

Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor, mi corazón
y mi carne retozan por el Dios vivo.R/.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
y la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.R/.
Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza;
caminan de baluarte en baluarte.R/.
Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa, y prefiero
el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.R/.


Mateo 13,24-30:

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: 'Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.'»

PARA VIVIR ESTA PALABRA

 “Si enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones...”. Al pueblo judío le gustaba presumir de ser el pueblo de Dios, el pueblo elegido, aunque después fuese detrás de otros dioses. Por eso, Yahvé les advierte: “No os creáis seguros con palabras engañosas, repitiendo: Es el Templo del Señor, el Templo del Señor… ¿Creéis que este templo que lleva mi nombre es una cueva de bandidos? Vosotros os fiáis de palabras engañosas que no sirven de nada”, y les pide que cambien de conducta y que con sus obras cumplan lo que él les ha indicado. “Obras son amores y no buenas razones”.

 Nuestras palabras y nuestras obras tienen que estar acordes con nuestro corazón cristianizado.

El trigo y la cizaña. Es una realidad, que no nos acabamos de explicar del todo, que en el mundo y en cada corazón humano hay trigo y hay cizaña, hay bien y hay mal. Es nuestra experiencia de cada día. Jesús, que en su corazón no había más que trigo, nos invita a una lucha continua contra el mal. Porque el mal es lo que nos hace daño a nosotros y los demás. Para ello nos anuncia la llegada del reino de Dios y nos pide que nos apuntemos a él. Nos pide que dejemos que Dios, su Padre y el nuestro, sea el rey de nuestro corazón, el que rija y dirija nuestros pensamientos y acciones. Como Dios es Amor nos impulsará a que el amor sea el motor y la finalidad de todo lo que hagamos. Todo en nosotros ha de partir del amor y ha de buscar amar, amar a Dios, a nuestros hermanos y a nosotros mismos. Eso fue lo que hizo Jesús, en todo momento se dejó llevar por el amor. “Os he dado ejemplo para que vosotros hagáis otro tanto”.

San Juan Crisóstomo (345?-407), presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia Homilías sobre san Mateo, 46, 1-2


La parábola de la cizaña
     El método del diablo es el de mezclar siempre la verdad con el error, revestido éste con las apariencias y colores de la verdad, de manera que pueda seducir fácilmente a los que se dejan engañar. Por eso el Señor sólo habla de la cizaña porque esta planta se parece al trigo. Seguidamente indica cómo lo hace para engañar: «mientras la gente dormía». Por ahí se ve el grave peligro que corren los jefes, sobre todo aquellos a quienes les ha sido confiada la guarda del campo; por otra parte, ese peligro no amenaza sólo a los jefes, sino también a los subordinados. Esto mismo nos enseña que el error viene después de la verdad... Cristo nos dice todo esto para enseñarnos a no dormirnos..., de ahí la necesidad de la vigilancia de un guardia. Y también nos dice: «El que persevere hasta el final, se salvará» (Mt 10,22).

     Considera ahora el celo de los criados: quieren arrancar la cizaña inmediatamente; es cierto que, aunque les falte reflexión, dan pruebas de su solicitud por la simiente. Sólo buscan una cosa que no es vengarse del que ha sembrado la cizaña sino de salvar la cosecha; por eso quieren echar totalmente el mal del campo... ¿Y qué responde el Maestro? Se lo priva por dos razones: la primera el temor de perjudicar el trigo; la segunda, la certeza de que un castigo inevitable se abatirá sobre los que están afectados de esa enfermedad mortal. Si queremos que se les castigue sin que se perjudique la cosecha, debemos esperar el momento conveniente... Por otra parte ¿es posible que una parte de esa cizaña se convierta en trigo? Si lo arrancáis ahora podéis perjudicar la próxima cosecha arrancando a los que podrían llegar a ser mejores.


25 julio 2014, VIERNES 

SANTIAGO APÓSTOL


Hechos de los apóstoles 4, 33; 5, 12. 27b-33; 12, 2

En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó: «¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.»
Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.» Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.

Salmo 66 R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R/.

segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4,7-15:

Este tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros. Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.

Mateo 20, 20-28

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?»
Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.»
Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?»
Contestaron: «Lo somos.»
Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre.»
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.» 


PARA VIVIR ESTA PALABRA


 Santiago, en el Evangelio, aparece como uno de los discípulos predilectos de Jesús. Lo encontramos en casa de Simón Pedro, cuando realiza la curación de la suegra de este; además de Pedro, sólo están con él Santiago y Juan; le vemos también en casa de Jairo, donde Jesús, junto con los padres de la joven muerta, permite entrar únicamente a Santiago y a Juan; en la Transfiguración, Jesús de nuevo volvió a llamar junto a sí a los tres discípulos predilectos; y, finalmente, al acercarse la Pasión y la muerte, Jesús se lleva consigo al monte de los olivos a los mismos que ha favorecido en los otros momentos significativos de su vida.

Por su vehemente temperamento, fueron apodados los “Boanerges”, los hijos del trueno, que no tuvieron empacho un día en pedir a Jesús que lloviera fuego sobre los que lo rechazaban. Y, en otro momento, como proclamamos hoy en el Evangelio, pidieron a Jesús, sirviéndose de su madre, Salomé, ocupar los primeros y mejores puestos en su Reino. Eso sí, se mostraron dispuestos, para justificar su petición, a beber el cáliz del Señor hasta el final.
Los Hechos de los Apóstoles, quizá más que los mismos Evangelios, nos van mostrando la evolución de estos pescadores y su conversión en los mejores y más fieles discípulos. En el año 44 Herodes Agripa dio muerte a Santiago, hermano de Juan, por la espada. Ese fue el último trago del cáliz preanunciado por Jes

Según una tradición, antigua y venerada, Santiago vino a España a predicar el evangelio. A él se deberían la fundación de las primeras iglesias, base y fundamento de nuestra fe posterior. Siempre según la tradición, envuelta en ternura, belleza y poesía, se presenta a Santiago, cansado y abatido, a orillas del Ebro, junto a un hito o pilar, donde se hace presente la Santísima Virgen, que vivía todavía, para animarle y entregarle las fuerzas que necesitaba para poder continuar y acabar la evangelización que había comenzado.


LA VOZ DE ORIGENES (siglo II-III)

Todos los que ven a Cristo no son iluminados del mismo modo sino según la medida de su capacidad de recibir la luz. Nuestros ojos corporales no  siempre están iluminados del mismo modo por el sol. Cuanto más alto uno sube, más puede contemplar su salida y mejor percibe su resplandor y su calor. Del mismo modo, nuestro espíritu cuanto más alto se eleva y sube hasta Cristo, más descubrirá el esplendor de su claridad, más intensamente será iluminado por su luz. El Señor mismo lo declara por boca del profeta: “Acercaos a mí y yo me acercaré a vosotros.” (Zac 1,3)...

24 julio 2014, JUEVES 

16ª semana del tiempo ordinario.

Jeremías 2, 1 3. 7 8. 12 13

Recibí esta palabra del Señor:
Ve y grita a los oídos de Jerusalén: “Así dice el Señor:
Recuerdo tu cariño de joven, tu amor de novia, cuando me seguías por el desierto, por tierra yerma.
Israel era sagrada para el Señor, primicia de su cosecha: quien se atrevía a comer de ella lo pagaba, la desgracia caía sobre él oráculo del Señor.
Yo os conduje a un país de huertos, para que comieseis sus buenos frutos; pero entrasteis y profanasteis mi tierra, hicisteis abominable mi heredad.
Los sacerdotes no preguntaban: ‘¿Dónde está el Señor?’, los doctores de la ley no me reconocían, los pastores se rebelaron contra mí, los profetas profetizaban por Baal, siguiendo dioses que de nada sirven
Espantaos, cielos, de ello, horrorizaos y pasmaos oráculo del Señor.
Porque dos maldades ha cometido mí pueblo:
Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron aljibes, aljibes agrietados, que no retienen el
agua.”


Salmo: Sal 35  R. En ti, Señor, está la fuente viva.

Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
tu justicia hasta las altas cordilleras,
tus sentencias son como el océano inmenso. R.

¡Qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!,
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias. R.

Porque en ti está la fuente viva,
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen
tu justicia con los rectos de corazón. R.


evangelio según san Mateo 13, 10-17:

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron:
-¿Por qué les hablas en parábolas?
Él les contestó:
-A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de
Isaías:
“Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure.”
¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron

PARA VIVIR ESTA PALABRA


Empiezan en este capítulo los primeros oráculos de Jeremías que llegan con algunas excepciones, hasta el capitulo sexto. Es la predicación de Jeremías correspondiente a la primera actividad del profeta entre los años 627 y 622 a. C., cuando tuvo lugar la reforma deuteronómica de Josías. Esto es claro porque responde a la ruptura de la alianza provocada por los reyes anteriores y porque todavía no se menciona la reforma del Deuteronomio.

El género literario es el de un pleito por la ruptura de un pacto, que comprende los elementos siguientes: tribunal que llama al acusado y a los testigos, recuerdo del beneficio del acusador, acusación y ultimátum o declaración de guerra. Todos estos elementos aparecen de alguna manera en el texto: recuerdo de la liberación de Egipto y de la conducción por el desierto hacia la tierra prometida (vv 2-6.21), llamada del acusado y de los testigos (2.4.9.10.12), acusación (5-8.11.13.20-25). Ante la actitud de Yahvé, que sólo piensa liberar y favorecer, que los hombres vivan como tales sin alienaciones ni idolatrías, el pueblo ha preferido vivir a su antojo, abandonando al Dios liberador y promotor de la fraternidad humana para seguir a dioses vanos y que nada valen, cuyas exigencias son alienantes y apartan de la tarea humana.

El ataque de Yahvé va dirigido al pueblo y, sobre todo, a los dirigentes, los cuales son, hasta cierto punto, responsables de la infidelidad de la comunidad. Su deber consistía en detectar las exigencias concretas de Yahvé en cada tiempo; pero ni siquiera han exhortado al pueblo a cambiar de conducta y a obrar de acuerdo con el espíritu de la alianza. El que intenta ser fiel a la salvación de Dios debe estar muy atento a las exigencias de esta salvación ofrecida, debe saber beber en la fuente de agua viva, debe recordar la continua liberación experimentada en su vida y, sobre todo, debe hacerlo todo extensivo a los demás. Es, pues, un deber de quien quiere aceptar la salvación, de quien quiere comprometerse con ella, recordar la actuación continua del Señor en la propia historia y en la de la humanidad, profesar que él es el único que puede y desea salvar, vencer los obstáculos en la propia vida y en la de los hermanos para llegar a una actitud fiel y comprometida con la salvación y colaborar en esta salvación y liberación. El agradecimiento por las obras de Dios compromete, pues, a obrar por la liberación plena de todos.

“Al que tiene se le dará”. En el marco del discurso en parábolas sobre el Reino, inserta San Mateo esta explicación sobre el porqué de las parábolas.

El que tiene el corazón bien dispuesto, y los oídos abiertos, es “el que tiene”. Son los que habían recibido la Alianza del Sinaí, la Torá, pero que no se cierran a la venida del Mesías en la persona de Jesús. A estos se les dará el mandamiento nuevo, la nueva ley del amor que viene a dar cumplimiento y plenitud a la Ley antigua.
Sin embargo, los que oyen sin entender y miran sin ver, son “los que no tienen” y aún lo que creen tener les será quitado, porque no se convirtieron con la predicación de los profetas y se quedaron en la letra de la Ley.
¿Qué podemos hacer para no quedarnos en la letra y dejarnos transformar por el Espíritu?


23 julio 2014, MIÉRCOLES 

16ª semana del tiempo ordinario.

Fiesta de Santa Brígida de Suecia, patrona de Europa.

Lectura de la Fiesta

Gálatas 2, 19-20:

Hermanos: Para la Ley estoy muerto, porque la Ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios. Estoy crucificado con Cristo: vivo yo pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí.


Salmo 33: Bendigo al Señor en todo momento

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R/
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved que bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/
Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada.R/


san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- Yo soy la verdadera vida, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no prmanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego lo recogen y los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid los que deseáis, y se realizará. Cone sto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.

PARA VIVIR ESTA PALABRA

Hoy abandonamos la lectura continua propia del tiempo ordinario, y la liturgia nos ofrece unos textos bíblicos que se supone quieren ilustrar el modo de situarse y de actuar que asumió en su vida la santa cuya fiesta celebramos: Santa Brígida, patrona de Europa.

Juan, a través de la alegoría de la vid y los sarmientos, explica de manera sencilla y comprensible la centralidad de Jesús en la vida. Sólo permaneciendo unidos a Él puede fluir en nosotros  la savia de la Vida verdadera que nos permite crecer, florecer, dar frutos, es decir su mismo Espíritu en nosotros. Unión de mente, corazón y acción.  Y esto es lo que hizo Brígida en su época (siglo XIV), con la cultura y mentalidad de aquel momento. 

Los escritos de Santa Brígida, y en particular sus Revelaciones, nos permiten conocer muy bien su mundo de ideas y pensamientos, sus ideales, su carácter y hasta el desenvolvimiento de su propia espiritualidad. En ellos queda reflejado: su gozo ante la obediencia ("La virginidad merece la corona-dice-, la viudedad acerca a Dios, el matrimonio no excluye del cielo; pero lo que lleva a la gloria es la obediencia"); su devoción a la humanidad de Cristo (a la pasión sobre todo), a la Eucaristía (Santa Brígida comulgaba los domingos y días de fiesta, lo que entonces se consideraba comunión muy frecuente), al Corazón de Jesús ("Cosa digna es -dice la Santa- que tu invicto Corazón, ¡oh Jesús!, sea siempre magnificado en el cielo y en la tierra e incesantemente alabado") y a la Santísima Virgen (en los escritos brigidinos se puede espigar una serie de afirmaciones que constituyen todo un tratado de mariología). También nos es dado seguir en ellos la lucha que, para conseguir una mayor perfección y llegar a la verdadera humildad, hubo de sostener contra diversas clases de tentaciones: tentaciones de orgullo y sensualidad; tentaciones contra la fe; sentimiento de verse abandonada por el Padre celestial y de considerarse, a veces, incapaz de orar. Pero también podemos ver allí su voluntad inquebrantable, su gusto siempre creciente por la austeridad, su deseo ferviente de apostolado, su afán de reformar las costumbres. Realmente es sombrío el cuadro que Santa Brígida traza en sus escritos al describir el estado de la cristiandad de su época; a laicos, Ordenes religiosas, presbíteros, obispos y papas: a todos llama a penitencia. Si no siempre tuvo éxito, consiguió muchas veces lo que se proponía. A su esposo, lo atrajo a una vida más piadosa; a su hija Catalina, la hizo entrar en el círculo de su actividad de fundación y santificación, y lo mismo sucedió con otras personas que con ella entraban en contacto. Por su carácter práctico y activo, por sus rasgos de simplificación espiritual, por su constante tendencia a la austeridad, se la ha considerado (sobre todo en su país) como una precursora de la Reforma; pero ésos son más bien rasgos de una auténtica reformadora hondamente católica, como lo prueba además su devoción a la Eucaristía y a la Santísima Virgen. Mujer de carácter complejo y gran coraje, fue una infatigable luchadora, y (como ella misma nos dice). "la mensajera de un gran Señor". 

Por eso Santa Brígida mereció que su muy amado Crucificado le dijera poco antes de morir: 

"Yo he hecho contigo como suele hacer el esposo, que se esconde de su esposa para ser de ella más ardientemente deseado. Así Yo no te he visitado con consuelos en este tiempo pasado porque era el tiempo de tu prueba. Pero ahora, una vez ya probada, ven a Mí".


22 julio 2014, MARTES 

16ª semana del tiempo ordinario. SANTA MARIA MAGDALENA

Miqueas 7, 14-15. 18-20

Señor, pastorea a tu pueblo con el cayado, a las ovejas de tu heredad, a las que habitan apartadas en la maleza, en medio del Carmelo.
Pastarán en Basán y Galaad, como en tiempos antiguos; como cuando saliste de Egipto y te mostraba mis prodigios.
¿Qué Dios como tú, que perdonas el pecado y absuelves la culpa al resto de tu heredad?
No mantendrá por siempre la ira, pues se complace en la misericordia.
Volverá a compadecerse y extinguirá nuestras culpas, arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos.
Serás fiel a Jacob, piadoso con Abrahán, como juraste a nuestros padres en tiempos remotos.

Salmo 84, 2-4. 5-6. 7-8 R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.

Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira. R.

Restáuranos, Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad? R.

¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación. R


Juan 20,1.11-18:

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?»
Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.»
Jesús le dice: «¡María!»
Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!»
Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."»
María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto.»

PARA VIVIR ESTA PALABRA

Miqueas es un profeta preocupado por la justicia social y, en nombre del Señor, juzga y anuncia que la injusticia trae duras consecuencias. Sin embargo, se abre también a la esperanza en la liberación y en la venida de un rey capaz de gobernar rectamente a su pueblo.

El «salmo de la esperanza» -como se le conoce a este mensaje de Miqueas que, en el capítulo 7, va del versículo 8 al 20- está escrito con la forma de un proceso en el que se pueden distinguir varias unidades. En ellas se habla de la restauración de la dignidad y del país, con evidentes tintes vengativos en las dos primeras unidades (8-10 y 11-13). Pero este mensaje no termina con una condena, sino con una exhortación a la esperanza -en la tercera unidad (14-17) encontramos una súplica por la restauración y en la cuarta (18-20), motivos para esa súplica-, pues el pueblo (Sión) proclama su arrepentimiento. Israel se vuelve a Yahvé, que es su luz y que perdona su pecado: «(Dios) volverá a complacerse y extinguirá nuestras culpas, arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos.»
Por todo ello, resuenan con especial fuerza las palabras del profeta Miqueas -«¿Qué Dios hay como tú, que perdonas el pecado y absuelves la culpa al resto de tu heredad?»- y del salmista -«¿No vas a devolvernos la vida, para que tu pueblo se alegre contigo? Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.»- llamando al perdón de Dios. Un perdón que todos deberíamos estar animados a pedir porque sabemos que no recibiremos un juicio inclemente, sino que será misericordioso y salvífico para que estemos alegres. Nuestro Dios, nos absuelve de la culpa, de la herida en el alma; nos devuelve a la vida. Esta es nuestra esperanza: sabernos perdonados en Aquél que nos salvó para siempre y, así, ser partícipes de la alegría de estar con el Padre por medio de su misericordia y el don del Espíritu.

«Mujer, ¿por qué lloras? ¿a quién buscas?». Las palabras dichas más arriba podrían quedarse elocuentes, bonitas, apropiadas… pero sin concretar, si no fuera porque hoy tenemos un ejemplo claro de que esa esperanza es verdadera y vivible. Santa María Magdalena fue un referente de discípula fiel en el cristianismo primitivo, si no ¿por qué razón iban los evangelistas a resaltar a una mujer en una cultura como la judía y en un asunto de tanto calado? ¿Por qué eligió Jesús a una mujer para que fuese la primera predicadora de su resurrección, la apóstol de los apóstoles?


21 julio 2014, LUNES 16ª

del tiempo ordinario

Miqueas 6,1-4.6-8:

Escuchad lo que dice el Señor: «Levántate y llama a juicio a los montes, que escuchen los collados tu voz.» Escuchad, montes, el juicio del Señor; atended, cimientos de la tierra: El Señor entabla juicio con su pueblo y pleitea con Israel: «Pueblo mío, ¿qué te hice o en qué te molesté? Respóndeme. Te saqué de Egipto, de la esclavitud te redimí, y envié por delante a Moisés, Aarón y María.» «¿Con qué me acercaré al Señor, me inclinaré ante el Dios de las alturas? ¿Me acercaré con holocaustos, con novillos de un año? ¿Se complacerá el Señor en un millar de carneros, o en diez mil arroyos de grasa? ¿Le daré un primogénito para expiar mi culpa; el fruto de mi vientre, para expiar mi pecado?» «Te han explicado, hombre, el bien, lo que Dios desea de ti: simplemente, que respetes el derecho, que ames la misericordia y que andes humilde con tu Dios.»

Salmo 49 R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios

«Congregadme a mis fieles,
que sellaron mi pacto con un sacrificio.»
Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar. R/.
«No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños.» R/.
«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?» R/.
«Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias, ése me honra; al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios.» R/.

Mateo 12,38-42:

En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: «Maestro, queremos ver un signo tuyo.» Él les contestó: «Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.»

PARA VIVIR ESTA PALABRA

 Jesús no ha querido ofrecer una señal de su poder por fuera o por encima de aquello que está realizando con los gestos de su propia vida. Su encarnación al servicio de los demás, es signo de Dios para todos los hombres. Por tanto, en esta línea debemos entender el contenido de la negativa de Jesús a dar un nuevo signo y ofrecer como única señal la del profeta Jonás. 

El "signo de Jonás" que propone Jesús a sus adversarios no puede limitarse al hecho de haber permanecido como muerto en el vientre del pez, sino al haber salido con vida y luego anunciar el mensaje de conversión a los ninivitas. De esta manera, Jonás se convierte en un milagro, cuya existencia es en sí misma un signo de la misericordia de Dios para un pueblo pecador que se convierte y cree en Dios. Los dos últimos versículos (41-42) concluyen la idea precedente: privados de los signos que piden, los judíos no se arrepentirán y serán aventajados por los gentiles-paganos en el juicio final.


LA VOZ DE BENEDICTO XVI

¿no es realmente un signo extraordinario la presencia de Jesús en todas las generaciones, esta fuerza de su persona que atrae también a los paganos, a los no-cristianos, a los ateos?



20 julio 2014, DOMINGO 16ª

del tiempo ordinario

del libro de la Sabiduría 12, 13. 16-19

Fuera de ti, no hay otro dios al cuidado de todo, 
ante quien tengas que justificar tu sentencia. 
Tu poder es el principio de la justicia,
y tu soberanía universal te hace perdonar a todos.
Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total,
y reprimes la audacia de los que no lo conocen.
Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación
y nos gobiernas con gran indulgencia,
porque puedes hacer cuanto quieres.
Obrando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, 
y diste a tus hijos la dulce esperanza
de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento.


Salno 85, 5-6. 9-10. 15-16a R. Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Tú, Señor, eres bueno y clemente, 
rico en misericordia con los que te invocan. 
Señor, escucha mí oración,
atiende a la voz de mi súplica. R.

Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor; 
bendecirán tu nombre: 
«Grande eres tú, y haces maravillas; 
tú eres el único Dios. » R.

Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, 
lento a la cólera, rico en piedad y leal, 
mírame, ten compasión de mí. R.


Romanos 8, 26-27

Hermanos:
El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.
Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.


evangelio según san Mateo 13, 24-43

24 Les propuso otra parábola:
—El Reino de los Cielos es como un hombre que sembró buena semilla en su campo.25 Pero, mientras dormían los hombres, vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. 26 Cuando brotó la hierba y echó espiga, entonces apareció también la cizaña. 27 Los siervos del amo de la casa fueron a decirle: «Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?» 28 Él les dijo: «Algún enemigo lo habrá hecho». Le respondieron los siervos: «¿Quieres que vayamos a arrancarla?» 29 Pero él les respondió: «No, no vaya a ser que, al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. 30 Dejad que crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega les diré a los segadores: “Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla; el trigo, en cambio, almacenadlo en mi granero”».
31 Les propuso otra parábola:
—El Reino de los Cielos es como un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo; 32 es, sin duda, la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es la mayor de las hortalizas, y llega a hacerse como un árbol, hasta el punto de que los pájaros del cielo acuden a anidar en sus ramas.
33 Les dijo otra parábola:
—El Reino de los Cielos es como la levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.
34 Todas estas cosas habló Jesús a las multitudes con parábolas y no les solía hablar nada sin parábolas, 35 para que se cumpliese lo dicho por medio del Profeta:
Abriré mi boca con parábolas,
proclamaré las cosas que estaban ocultas
desde la creación del mundo.
36 Entonces, después de despedir a las multitudes, entró en la casa. Y se acercaron sus discípulos y le dijeron:
—Explícanos la parábola de la cizaña del campo.
Él les respondió:
37 —El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; 38 el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno. 39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo; los segadores son los ángeles. 40 Del mismo modo que se reúne la cizaña y se quema en el fuego, así será al fin del mundo. 41 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles y apartarán de su Reino a todos los que causan escándalo y obran la maldad, 42 y los arrojarán en el horno del fuego. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. 43 Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. Quien tenga oídos, que oiga.

IMPORTANCIA DE LO PEQUEÑO  
        
            Al cristianismo le ha hecho mucho daño a lo largo de los siglos el triunfalismo, la sed de poder y el afán de imponerse a sus adversarios. Todavía hay cristianos que añoran un Iglesia poderosa que llene los templos, conquiste las calles e imponga su religión a la sociedad entera.
         Hemos de volver a leer dos pequeñas parábolas en las que Jesús deja claro que la tarea de sus seguidores no es construir una religión poderosa, sino ponerse al servicio del proyecto humanizador del Padre (el reino de Dios), sembrando pequeñas “semillas” de Evangelio e introduciéndose en la sociedad como pequeño “fermento” de vida humana.
         La primera parábola habla de un grano de mostaza que se siembra en la huerta. ¿Qué tiene de especial esta semilla? Que es la más pequeña de todas, pero, cuando crece, se convierte en un arbusto mayor que las hortalizas. El proyecto del Padre tiene unos comienzos muy humildes, pero su fuerza transformadora no la podemos ahora ni imaginar.
         La actividad de Jesús en Galilea sembrando gestos de bondad y de justicia no es nada grandioso y espectacular: ni en Roma ni en el Templo de Jerusalén son conscientes de lo que está sucediendo. El trabajo que realizamos hoy sus seguidores es insignificante: los centros de poder lo ignoran.
         Incluso, los mismos cristianos podemos pensar que es inútil trabajar por un mundo mejor: el ser humano vuelve una y otra vez a cometer los mismos horrores de siempre. No somos capaces de captar el lento crecimiento del reino de Dios.
         La segunda parábola habla de una mujer que introduce un poco de levadura en una masa grande de harina. Sin que nadie sepa cómo, la levadura va trabajando silenciosamente la masa hasta fermentarla enteramente.
         Así sucede con el proyecto humanizador de Dios. Una vez que es introducido en el mundo, va transformando calladamente la historia humana. Dios no actúa imponiéndose desde fuera. Humaniza el mundo atrayendo las conciencias de sus hijos hacia una vida más digna, justa y fraterna.
          Hemos de confiar en Jesús. El reino de Dios siempre es algo humilde y pequeño en sus comienzos, pero Dios está ya trabajando entre nosotros promoviendo la solidaridad, el deseo de verdad y de justicia, el anhelo de un mundo más dichoso. Hemos de colaborar con él siguiendo a Jesús.
          Una Iglesia menos poderosa, más desprovista de privilegios, más pobre y más cercana a los pobres, siempre será una Iglesia más libre para sembrar semillas de Evangelio, y más humilde para vivir en medio de la gente como fermento de una vida más digna y fraterna. (Jose A. Pagola)

19 julio 2014, Sábado de la  15ª semana

del tiempo ordinario

Miqueas 2,1-5

¡Ay de los que meditan maldades, traman iniquidades en sus camas; al amanecer las cumplen, porque tienen el poder! Codician los campos y los roban, las casas, y se apoderan de ellas; oprimen al hombre y a su casa, al varón y a sus posesiones. Por eso, dice el Señor: «Mirad, yo medito una desgracia contra esa familia. No lograréis apartar el cuello de ella, no podréis caminar erguidos, porque será un tiempo calamitoso. Aquel día entonarán contra vosotros una sátira, cantarán una elegía: "Han acabado con nosotros, venden la heredad de mi pueblo; nadie lo impedía, reparten a extraños nuestra tierra." Nadie os sortea los lotes en la asamblea del Señor.»


Salmo 9: R. No te olvides de los humildes, Señor.

¿Por qué te quedas lejos, Señor,
y te escondes en el momento del aprieto?
La soberbia del impío oprime al infeliz
y lo enreda en las intrigas que ha tramado. R.

El malvado se gloría de su ambición,
el codicioso blasfema y desprecia al Señor.
El malvado dice con insolencia:
«No hay Dios que me pida cuentas.» R.

Su boca está llena de maldiciones,
de engaños y de fraudes;
su lengua encubre maldad y opresión;
en el zaguán se sienta al acecho
para matar a escondidas al inocente. R.

Pero tú ves las penas y los trabajos,
tú miras y los tomas en tus manos.
A ti se encomienda el pobre,
tú socorres al huérfano. R.


evangelio según san Mateo 12, 14-21

En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí, y muchos le siguieron. Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones.»

PARA VIVIR ESTA PALABRA

Durante tres días vamos a escuchar al profeta Miqueas, cuyo nombre significa «quien como Dios». Vivió en tiempos de Acaz y Ezequías, y por tanto fue contemporáneo de Isaías, llamado por Dios para hacer oír su palabra en los difíciles tiempos anteriores a la ruina de Judá.

De este profeta conocemos, sobre todo, su oráculo sobre Belén (5,1), que leemos en el Adviento, porque anuncia que de este pequeño pueblo saldrá un caudillo que apacentará a todo el pueblo de Israel (Mt 2, 6). Aquí se nos presentan unas páginas acerca de la situación histórica de su pueblo:

a) Miqueas se enfrenta con los poderosos de su época y denuncia con valentía sus despropósitos: abusan del poder, traman iniquidades, codician los bienes ajenos, roban siempre que pueden, oprimen a los demás, son idólatras de sí mismos. Y les anuncia que esas malas acciones tendrán consecuencias de  calamidades. Por ese camino malo van a la desgracia.

b) Los peligros del poder y del dinero siguen siendo actuales. También en nuestro mundo nos enteramos continuamente de atropellos contra los débiles, de injusticias flagrantes, de abusos cínicos por parte de los poderosos.

Basta leer las llamadas continuas de los Papas por una justicia social en el mundo; por ejemplo en las valientes páginas de la encíclica de Juan Pablo II «Sollicitudo reí socialis», de 1987. O las voces proféticas de tantos misioneros, o, simplemente, personas honradas, en muchas partes del mundo.

El trozo de evangelio de Mateo, nos dice el modo de realizar Jesús su misión. Se caracteriza por dos actitudes que no parecen las más propias de un líder: la humildad ("no gritará", "no voceará") y la mansedumbre ("la caña cascada no la quebrará"). En pocas palabras, el evangelio de hoy nos ofrece una síntesis sobre la identidad de Jesús y sobre el sentido más auténtico de su mesianismo.

Es muy probable que para algunos estas categorías resulten bastante extrañas, pero a veces no hay más remedio que familiarizarse con el lenguaje bíblico si queremos entrar en su contenido. Lo que en el fondo se nos dice es sencillo: Jesús no es un impostor, sino un enviado de Dios. Su misión no consiste en establecer un nuevo sistema político sino en hacer que todos puedan vivir con la dignidad de hijos de Dios. Su estilo no va a ser la demagogia, la imposición violenta, la intriga o la impaciencia. Actuará con humildad, a ras de tierra. Esperará a que la más mínima semilla pueda germinar.


LA VOZ DE SAN JUAN XXIII
La justicia se defiende con la razón y no con las armas.No se pierde nada con la paz y puede perderse todo con la guerra.


18 julio 2014, Viernes de la  15ª semana

del tiempo ordinario

Isaías 38,1-6.21-22.7-8:

En aquellos días, Ezequías cayó enfermo de muerte, y vino a visitarlo el profeta Isaías, hijo de Amós, y le dijo: «Así dice el Señor: "Haz testamento, porque vas a morir sin remedio y no vivirás."» Entonces, Ezequías volvió la cara a la pared y oró al Señor: «Señor, acuérdate que he procedido de acuerdo contigo, con corazón sincero e íntegro, y que he hecho lo que te agrada.» Y Ezequías lloró con largo llanto. Y vino la palabra del Señor a Isaías: «Ve y dile a Ezequías: Así dice el Señor, Dios de David, tu padre: "He escuchado tu oración, he visto tus lágrimas. Mira, añado a tus días otros quince años. Te libraré de las manos del rey de Asiria, a ti y a esta ciudad, y la protegeré."» Isaías dijo: «Que traigan un emplasto de higos y lo apliquen a la herida, para que se cure.» Ezequías dijo: «¿Cuál es la prueba de que subiré a la casa del Señor?» Isaías respondió: «Ésta es la señal del Señor, de que cumplirá el Señor la palabra dada: "En el reloj de sol de Acaz haré que la sombra suba los diez grados que ha bajado."» Y desandó el sol en el reloj los diez grados que había avanzado.


Is. 38 R/. Señor, detuviste mi alma ante la tumba vacía.

Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años.» R.

Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo.» R.

«Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor, devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama.» R.

Los que Dios protege viven,
y entre ellos vivirá mi espíritu;
me has curado, me has hecho revivir. R.


evangelio según san Mateo 12,1-8 :

Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: «Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado.» Les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la Ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa "quiero misericordia y no sacrificio", no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.»

PARA VIVIR ESTA PALABRA

Isaías nos habla del rey Ezequías, hijo de Acaz y bastante mejor que su padre. Su problema: una enfermedad grave, que según le han comunicado, le conducirá a la muerte en breve. Ezequías acude a Dios, con miedo, sencillez y devoción, y es escuchado: “he escuchado tu oración…”; “he visto tus lágrimas”. El Profeta se lo resume diciendo: “Dios atrasa el reloj diez grados”.

En el Evangelio, de nuevo la confrontación de Jesús con los fariseos a causa de la distinta interpretación del “sábado”. Jesús defenderá a sus discípulos en su actuación con argumentos bíblicos y personales. Y acabará declarándoles: “El Hijo del hombre es Señor del sábado”.

  Recoger espigas estaba prohibido cuando equivalía a la recolección; sin embargo, estaba permitido cuando con ello se protegían los derechos de los pobres Los fariseos, siempre rigoristas, confunden lo que hacen los discípulos con la recolección, y así se quejan ante Jesús. Este defiende a sus discípulos con varios argumentos para hacerles ver que su interpretación es errónea.

La idea con la que comienza Jesús su argumentación nos da luz para comprender cómo piensa y cómo interpreta él la ley del descanso sabático. “¿No habéis leído…?”. “Si comprendierais…” Pero, no comprenden. Su corazón endurecido no les permite pensar más que en ellos mismos. Y, en cuanto a su conocimiento de la Ley, la conocían, pero la interpretaban mal. “El sábado se hizo para el hombre” les dirá Jesús. La Ley es buena cuando ayuda, cuando humaniza, cuando nos indica el pensamiento y la voluntad de Dios. Pero, esa Ley y otras no sólo no ayudaban a los israelitas sino que los esclavizaban. “Atan cargas pesadas e insoportables y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar” (Mt 23,4).

 Los discípulos “tenían hambre” en sábado, y Jesús defiende a sus discípulos por arrancar espigas para saciar su apetito. La necesidad humana es razón suficiente para, sin despreciar la Ley, obviarla.

Si comprendierais lo que significa “misericordia quiero y no sacrificios”, no condenaríais a los discípulos, les dice Jesús, citando a Oseas (6,6). Lo importante es ser compasivos siempre; lo imprescindible es ser misericordiosos, 


Madre Teresa De Calcuta:
"Dios ama todavía al mundo y nos envía a ti y a mí para que seamos su amor y su compasión por los pobres".



17 julio 2014, Jueves de la  15ª semana

del tiempo ordinario

Isaías 26,7-9.12.16-19:

La senda del justo es recta. Tú allanas el sendero del justo; en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos, ansiando tu nombre y tu recuerdo. Mi alma te ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti, porque tus juicios son luz de la tierra, y aprenden justicia los habitantes del orbe.
Señor, tú nos darás la paz, porque todas nuestras empresas nos las realizas tú. Señor, en el peligro acudíamos a ti, cuando apretaba la fuerza de tu escarmiento. Como la preñada cuando le llega el parto se retuerce y grita angustiada, así éramos en tu presencia, Señor: concebimos, nos retorcimos, dimos a luz... viento; no trajimos salvación al país, no le nacieron habitantes al mundo. ¡Vivirán tus muertos, tus cadáveres se alzarán, despertarán jubilosos los que habitan en el polvo! Porque tu rocío es rocío de luz, y la tierra de las sombras parirá.


Salmo 101 R/. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra.

Tú permaneces para siempre,
y tu nombre de generación en generación.
Levántate y ten misericordia de Sión,
que ya es hora y tiempo de misericordia.
Tus siervos aman sus piedras,
se compadecen de sus ruinas. R.

Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R.

Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R.


evangelio según san Mateo 11,28-30:

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»


PARA VIVIR ESTA PALABRA

“Señor, tú nos darás la paz, porque todas nuestras empresas nos las realizas tú”. Esta primera lectura no sólo es un cántico de alabanza y acción de gracias a Dios por su justicia, sino que también es un himno de esperanza.

“El Señor allana la senda del justo”, es decir, de aquél que se ajusta a los preceptos y a la voluntad de Dios. Quien se ha encontrado verdaderamente con el amor de Dios sabe que Él siempre allana el camino, que es Dios el que lleva las riendas de su vida y que todas sus empresas se las realiza el Señor, sin Dios nada puede.
El cristiano es consciente de que todo lo ha recibido de Dios, como dice el Apóstol,” ¿qué tienes que no hayas recibido?” El Señor es dador de todo bien. Todo es gracia. Por eso, pone en Él su esperanza y confianza. Dios es su apoyo día y noche, el único que da la paz del corazón, símbolo de todo bien.

Pero, en el momento en el que el hombre se aparta de Dios nada tiene sentido y somos incapaces de dar fruto, como nos dice la lectura: “dimos a luz viento…”
Termina Isaías con palabras de júbilo y esperanza, reconociendo a Dios como Señor y dador de vida, aquél que es luz y paz.
Dejemos que Dios sea el centro de nuestra vida y digamos de corazón lo que nos dice Isaías en este cántico: “Mi alma te ansía de noche, mi espíritu madruga por ti”.
Señor, tú nos darás la paz en este día porque en ti confiamos.

LA VOZ DE SAN AGUSTÍN

Te veo, buen Jesús, con los ojos que tú has abierto en mi interior, te veo gritando y llamando a todo el género humano: “Venid a mí, aprended de mí” ¿Cuál es la lección?...tú, por quien todo ha sido creado...¡cuál es la lección que venimos a aprender en tu escuela? “...Que soy sencillo y humilde de corazón”. (Mt 11,29) Aquí están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia (cf Col,23): aprender esta lección capital: ser sencillos y humildes de corazón...


16 julio 2014, Miércoles de la  15ª semana

del tiempo ordinario

Nuestra señora  del Carmen

Isaías 10,5-7.13-16:

Así dice el Señor: «¡Ay Asur, vara de mi ira, bastón de mi furor! Contra una nación impía lo envié, lo mandé contra el pueblo de mi cólera, para entrarle a saco y despojarlo, para hollarlo como barro de las calles. Pero él no pensaba así, no eran éstos los planes de su corazón; su propósito era aniquilar, exterminar naciones numerosas. Él decía: "Con la fuerza de mi mano lo he hecho, con mi saber, porque soy inteligente. Cambié las fronteras de las naciones, saqueé sus tesoros y derribé como un héroe a sus jefes. Mi mano cogió, como un nido, las riquezas de los pueblos; como quien recoge huevos abandonados, cogí toda su tierra, y no hubo quien batiese las alas, quien abriese el pico para piar." ¿Se envanece el hacha contra quien la blande? ¿Se gloría la sierra contra quien la maneja? Como si el bastón manejase a quien lo levanta, como si la vara alzase a quien no es leño. Por eso, el Señor de los ejércitos meterá enfermedad en su gordura y debajo del hígado le encenderá una fiebre, como incendio de fuego.»


Salmo 93 R/. El Señor no rechaza a su pueblo.

Trituran, Señor, a tu pueblo,
oprimen a tu heredad;
asesinan a viudas y forasteros,
degüellan a los huérfanos. R.

Y comentan: «Dios no lo ve,
el Dios de Jacob no se entera.»
Enteraos, los más necios del pueblo,
ignorantes, ¿cuándo discurriréis? R.

El que plantó el oído ¿no va a oír?;
el que formó el ojo ¿no va a ver?; R.

el que educa a los pueblos ¿no va a castigar?;
el que instruye al hombre ¿no va a saber?
Porque el Señor no rechaza a su pueblo,
ni abandona su heredad:
el justo obtendrá su derecho,
y un porvenir los rectos de corazón. R.

evangelio según san Mateo 11,25-27 :

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»

PARA VIVIR ESTA PALABRA
El texto de Isaías que nos presenta la liturgia de hoy, consta de una acusación y una llamada de atención al rey de Asiria.
Este ha sido enviado por Dios para que realice en su nombre una tarea concreta. Sin embargo, él no se ha ajustado a esa solicitud sino que ha utilizado su poder para su beneficio y prestigio, a favor de sus propios planes “he cambiado las fronteras de las naciones, he aniquilado con mi poder a sus habitantes”. Se presenta como el protagonista y ejecutor de su acción. Se vanagloria de su poder, de lo que ha adquirido instaurando el miedo y la muerte.
Ante esta soberbia del rey de Asiria surge la voz de Dios, comparando la misión de su enviado con la utilidad de los instrumentos, “¿Se pavonea el hacha ante el que la maneja? ¿presume la sierra ante el que la usa” El instrumento no es el protagonista , es un medio en manos de quien realiza la acción. En el caso del rey de Asiria , la misión que se le encargó conlleva transmitir el sentido trascendente de la historia. Es Dios quien da la fuerza, el que “dirige” la historia, está con su pueblo, alentando, invitando a la conversión, como expresa en el salmo “El Señor no rechaza a su pueblo, no abandona”.

Los sencillos lo conocen, lo dice Jesús;  es una alabanza, casi una oración de Jesús al Padre agradeciendo que el mensaje del Reino de Dios, se revela a los sencillos, a los que "no cuentan", a los que permanecen en el anonimato en medio del pueblo, siendo honrados y haciendo el bien a manos llenas a cuántos pueden, sin hacerse notar. Viven a la altura de una conciencia que sienten les llama a ser buenos, aunque la gente los tenga por no relevantes ni sabios ni poderosos. Gracias a Dios ¡cuánta gente buena! ¡Que seamos nosotros uno de estos!


Benedicto XVI ha escrito cosas muy hermosas sobre el Carmelo y la Virgen del Carmen: «El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió al Orden contemplativa de los “Carmelitas”, familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein). Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios. María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente la Palabra, “llegó felizmente a la santa montaña” (Oración de la colecta de la Memoria), y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor. A la Reina del Monte Carmelo deseo hoy confiar todas las comunidades de la Orden Carmelitana. Que María ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración».

15 julio 2014, MARTES de la  15ª semana

del tiempo ordinario

Isaías 7, 1-9:

Reinaba en Judá Acaz, hijo de Yotán, hijo de Ozías. Rasín, rey de Damasco, y Pecaj, hijo de Romelía, rey de Israel, subieron a Jerusalén para atacarla; pero no lograron conquistarla. Llegó la noticia al heredero de David: «Los sirios acampan en Efraín.» Y se agitó su corazón y el del pueblo, como se agitan los árboles del bosque con el viento.
Entonces el Señor dijo a Isaías: «Sal al encuentro de Acaz, con tu hijo Sear Yasub, hacia el extremo del canal de la Alberca de Arriba, junto a la Calzada del Batanero, y le dirás: "¡Vigilancia y calma! No temas, no te acobardes ante esos dos cabos de tizones humeantes, la ira ardiente de Rasín y los sirios y del hijo de Romelía. Aunque tramen tu ruina diciendo: "Subamos contra Judá, sitiémosla, apoderémonos de ella, y nombraremos en ella rey al hijo de Tabeel." Así dice el Señor: No se cumplirá ni sucederá: Damasco es capital de Siria, y Rasín, capitán de Damasco; Samaria es capital de Efraín, y el hijo de Romelía, capitán de Samaria. Dentro de cinco o seis años, Efraín, destruido, dejará de ser pueblo. Si no creéis, no subsistiréis."»

Salmo. 47: R/. Dios ha fundado su ciudad para siempre.

Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra. R.

El monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar. R.

Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos. R.

Allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis. R.


evangelio según san Mateo 11,20-24:

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti.»


PARA VIVIR ESTA PALABRA


«Tembló su corazón y el corazón del pueblo». Es una tendencia humana: nos asusta lo que nos supera; en este caso un enemigo dispuesto a la batalla y nos olvidamos de dónde está y de dónde viene nuestra fuerza. Olvidamos que el Señor está siempre despierto, ayudando en toda lucha justa: Dios no abandona a su pueblo nunca, ni tan siquiera cuando el pueblo le abandona a él.

No obstante, Ajaz no confió en Dios y pidió ayuda a Asiria. El resultado fue una etapa de dominio asirio sobre Judá. Cuando el hombre decide olvidar a Dios y actuar por su cuenta, no pocas veces en contra de lo natural, puede encontrarse con una larga serie de males, no porque Dios se los envíe, sino porque son consecuencia directa de su propio hacer. Y a pesar de todo, Dios seguirá velando y conduciendo a su pueblo hacia la libertad y la paz. Sólo hace falta que el pueblo lo crea y siga la senda del bien.

En el Evangelio, vemos que es dura la diatriba que Jesús lanza contra las ciudades que han desoído la Palabra o se han burlado de ella. La comparación con las ciudades malditas de la antigüedad es una terrible amenaza, ¿o no lo es?

La casi fiel coincidencia entre este fragmento y el de Lc 10, 13ss, hace suponer que fueran expresiones más o menos literales del propio Jesús, que rompen la tónica general de benevolencia de todo el mensaje evangélico.
Sin embargo, también podemos hacer una lectura menos amenazadora y más amonestadora, acorde con el talante general del mensaje de Jesús. Tal vez debamos entender que Jesús está lanzando invitaciones enérgicas a la conversión, que se han concretado en algunas ciudades, pero que van dirigidas a todos y cada uno de los fieles cristianos.

Si escuchamos atentamente, podamos oír la invitación de Cristo a la conversión.


LA VOZ DE SAN RAFAEL  ARNAIZ 

Cuántos tortuosos caminos hay que recorrer para llegar a lo simple. […] Muchas veces si no practicamos la virtud es debido a nuestro complicado modo de ser, que rechaza lo que es sencillo.


14 julio 2014, LUNES de la  15ª semana

del tiempo ordinario

Isaías 1,10-17

«¿Qué me importa el número de vuestros sacrificios? --dice el Señor--. Estoy harto de holocaustos de carneros, de grasa de cebones; la sangre de toros, corderos y chivos no me agrada. ¿Por qué entráis a visitarme? ¿Quién pide algo de vuestras manos cuando pisáis mis atrios? No me traigáis más dones vacíos, más incienso execrable. Novilunios, sábados, asambleas, no los aguanto.
Vuestras solemnidades y fiestas las detesto; se me han vuelto una carga que no soporto más. Cuando extendéis las manos, cierro los ojos; aunque multipliquéis las plegarias, no os escucharé. Vuestras manos están llenas de sangre.
Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad el derecho, enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la viuda.»

Salmo: 49 R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.

«No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños.» R.

«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?» R.

«Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios.» R.


Mateo 10,34--11,1 :

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa. El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.» Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.

PARA VIVIR ESTA PALABRA

Terminamos hoy la lectura del «discurso de la misión», el capítulo 10 de Mateo.

Y lo hacemos con unas afirmaciones paradójicas de Jesús: él ha venido, no a traer paz, sino espadas y divisiones en la familia; hay que amarle más a él que a los propios padres; el que busque con sus cálculos conservar su vida, la perderá; hay que cargar la cruz al hombro para ser dignos de él.

La página termina con una alabanza a quienes reciban a los que Jesús ha enviado como misioneros y evangelizadores: «el que os recibe a vosotros, me recibe a mí... y no perderá su paga, os lo aseguro». Aunque sólo sea un vaso de agua lo que les hayan dado.

Jesús no se desdice de las recomendaciones de paz que había hecho, ni de las bienaventuranzas con que ensalzaba a los pacíficos y misericordiosos, ni del mandamiento de amar a los padres. Lo que está afirmando es que seguirle a él comporta una cierta "violencia": espadas, división en la familia, opciones radicales, renuncia a cosas que apreciamos, para conseguir otras que valen más. No es que quiera dividir: pero a los creyentes, su fe les va a acarrear, con frecuencia, incomprensión y contrastes con otros miembros de la familia o del grupo de amigos.

Hay muchas personas que aceptan renuncias por amor, o por interés (comerciantes, deportistas), o por una noble generosidad altruista. Los cristianos, además, lo hacen por la opción que han hecho de seguir el estilo evangélico de Jesús.

Ya se lo había anunciado el anciano Simeón a María, la madre de Jesús: su hijo sería bandera discutida y signo de contradicción. Y lo dijo también el mismo Jesús: el Reino de Dios padece "violencia" y sólo los «violentos» o mejor los que se esfuerzan,  lo consiguen.

La fe, si es coherente, no nos deja «en paz». Nos pone ante opciones decisivas en nuestra vida. Ser cristianos -seguidores de Jesús- no es fácil y supone saber renunciar a las tentaciones fáciles, como la del dinero a cualquier precio.

Dejémonos animar por la recomendación que hace Jesús a quienes acojan a los enviados por él. Hasta un vaso de agua dado en su nombre tendrá su premio. Al final, resultará que la cosa se decide por unos detalles entrañables: un vaso de agua como signo de generosidad para con los que evangelizan este mundo.

LA VOZ DE PAULO COELHO

Afronta tu camino con coraje, no tengas miedo de las críticas de los demás. Y, sobre todo, no te dejes paralizar por tus propias críticas.



13 julio 2014, DOMINGO 15ª

del tiempo ordinario

Isaías 55, 10-11

Así dice el Señor:
«Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, 
y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, 
de fecundarla y hacerla germinar, 
para que dé semilla al sembrador y pan al que come, 
así será mi palabra, que sale de mi boca:
no volverá a mi vacía, 
sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.»

Salmo 64  R. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.

Tú cuidas de la tierra, la riegas 
y la enriqueces sin medida; 
la acequia de Dios va llena de agua, 
preparas los trigales. R.

Riegas los surcos, igualas los terrones, 
tu llovizna los deja mullidos, 
bendices sus brotes. R.

Coronas el año con tus bienes, 
tus carriles rezuman abundancia; 
rezuman los pastos del páramo, 
y las colinas se orlan de alegría. R.

Las praderas se cubren de rebaños, 
y los valles se visten de mieses, 
que aclaman y cantan. R.

Pablo a los Romanos 8, 18-23

Hermanos:
Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto.
Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.

Mateo 13, 1-23

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas:
- «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenla tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.
El que tenga oídos que oiga.»
Se le acercaron los discípulos y le preguntaron: 
- «¿Por qué les hablas en parábolas?» 
El les contestó:
- «A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías:
"Oiréis con los oídos sin entender; 
miraréis con los ojos sin ver; 
porque está embotado el corazón de este pueblo,
son duros de oído, han cerrado los ojos;
para no ver con los ojos, ni oír con los oídos,
ni entender con el corazón,
ni convertirse para que yo los cure."
¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.
Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador:
Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.»



SEMBRAR
        
            Al terminar el relato de la parábola del sembrador, Jesús hace esta llamada: “El que tenga oídos para oír, que oiga”. Se nos pide que prestemos mucha atención a la parábola. Pero, ¿en qué hemos de reflexionar? ¿En el sembrador? ¿En la semilla? ¿En los diferentes terrenos?
         Tradicionalmente, los cristianos nos hemos fijado casi exclusivamente en los terrenos en que cae la semilla, para revisar cuál es nuestra actitud al escuchar el Evangelio. Sin embargo es importante prestar atención al sembrador y a su modo de sembrar.
         Es lo primero que dice el relato: “Salió el sembrador a sembrar”. Lo hace con una confianza sorprendente. Siembra de manera abundante. La semilla cae y cae por todas partes, incluso donde parece difícil que la semilla pueda germinar. Así lo hacían los campesinos de Galilea, que sembraban incluso al borde de los caminos y en terrenos pedregosos.
         A la gente no le es difícil identificar al sembrador. Así siembra Jesús su mensaje. Lo ven salir todas las mañanas a anunciar la Buena Noticia de Dios. Siembra su Palabra entre la gente sencilla que lo acoge, y también entre los escribas y fariseos que lo rechazan. Nunca se desalienta. Su siembra no será estéril.
         Desbordados por una fuerte crisis religiosa, podemos pensar que el Evangelio ha perdido su fuerza original y que el mensaje de Jesús ya no tiene garra para atraer la atención del hombre o la mujer de hoy. Ciertamente, no es el momento de “cosechar” éxitos llamativos, sino de aprender a sembrar sin desalentarnos, con más humildad y verdad.
         No es el Evangelio el que ha perdido fuerza humanizadora, somos nosotros los que lo estamos anunciando con una fe débil y vacilante. No es Jesús el que ha perdido poder de atracción. Somos nosotros los que lo desvirtuamos con nuestras incoherencias y contradicciones.
         El Papa Francisco dice que, cuando un cristiano no vive una adhesión fuerte a Jesús, “pronto pierde el entusiasmo y deja de estar seguro de lo que transmite, le falta fuerza y pasión. Y una persona que no está convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie”.
         Evangelizar no es propagar una doctrina, sino hacer presente en medio de la sociedad y en el corazón de las personas la fuerza humanizadora y salvadora de Jesús. Y esto no se puede hacer de cualquier manera. Lo más decisivo no es el número de predicadores, catequistas y enseñantes de religión, sino la calidad evangélica que podamos irradiar los cristianos. ¿Qué contagiamos? ¿Indiferencia o fe convencida? ¿Mediocridad o pasión por una vida más humana? (J.A Pagola)

         


12 julio 2014, Sábado

14ª semana del tiempo ordinario

Isaías (6,1-8):

El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo. Y vi serafines en pie junto a él, cada uno con seis alas: con dos alas se cubrían el rostro, con dos alas se cubrían el cuerpo, con dos alas se cernían. Y se gritaban uno a otro, diciendo: «¡Santo, santo, santo, el Señor de los ejércitos, la tierra está llena de su gloria!» Y temblaban los umbrales de las puertas al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo. Yo dije: «¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos.» Y voló hacia mí uno de los serafines, con un ascua en la mano, que había cogido del altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo: «Mira: esto ha tocado tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado.» Entonces escuché la voz del Señor, que decía: «¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?» Contesté: «Aquí estoy, mándame.»


Salmo 92 R/. El Señor reina, vestido de majestad

El Señor reina, vestido de majestad,el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.
Así está firme el orbe y no vacila.Tu trono está firme desde siempre,y tú eres eterno. R/.
Tus mandatos son fieles y seguros;la santidad es el adorno de tu casa,Señor, por días sin término. R/.


Mateo (10,24-33):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados! No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.» 

PARA VIVIR ESTA PALABRA

“Aquí estoy, mándame”. Isaías recibe la llamada de Dios a ser su profeta. Un Dios grande, santo, poderoso… que supera con creces el ámbito humano. Y que se las arregla para llegarse hasta Isaías y proponerle ser su mensajero, su profeta. Isaías experimenta su limitación, la distancia que le separa de su Señor, es hombre de labios impuros y habita en medio de un pueblo de labios impuros, “¡ay de mí, estoy perdido!”. Pero el Señor cura su debilidad y su pecado, y le da fuerza para que acepte su llamada y cumpla su misión. A partir de esta vivencia, Isaías responde afirmativamente al Dios que lo llama: “Aquí estoy, mándame”. Sabe que Dios le acompañará siempre.

“No les tengáis miedo”. Jesús advierte a sus discípulos y discípulas  que pueden correr su misma suerte. “Si al dueño de la casa lo han llamado Belcebú, .... ”. Ante estas previsiones, les anima a no decaer en su misión evangelizadora. Les anima a que hagan como él, que no dejen de predicar y extender la buena noticia. Por encima de la propia vida, está hacer llegar a cuanta más gente mejor la buena noticia que alegra y da sentido a toda persona que la acoge y recibe. 


LA VOZ DE FRAY NELSON

Conserva la conciencia del tesoro que has recibido. No se trata de que lo escondas, porque ya ves que Cristo te envía; pero tampoco se trata de que lo desperdicies, porque es Cristo quien te lo ha dado, y el precio ha sido su amor hasta el extremo de la Cruz. No esconder y no desperdiciar: dar con sabiduría, con humildad, con generosidad, con pureza de alma.



11 julio 2014, VIERNES 

fiesta de san Benito patrón de Europa

14ª semana del tiempo ordinario

Proverbios 2,1-9:

Hijo mío, si aceptas mis palabras y conservas mis consejos, prestando oído a la sensatez y prestando atención a la prudencia; si invocas a la inteligencia y llamas a la prudencia; si la procuras como el dinero y la buscas como un tesoro, entonces comprenderás el temor del Señor y alcanzarás el conocimiento de Dios. Porque es el Señor quien da sensatez, de su boca proceden saber e inteligencia. Él atesora acierto para los hombres rectos, es escudo para el de conducta intachable, custodia la senda del deber, la rectitud y los buenos senderos. Entonces comprenderás la justicia y el derecho, la rectitud y toda obra buena.


Sal 33,2-3.4.6.9.12.14-15 R/. Bendigo al Señor en todo momento

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará. R/.

Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él.
Venid, hijos, escuchadme:
os instruiré en el temor del Señor. R/.

Guarda tu lengua del mal,
tus labios de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella. R/.


 Mateo 19,27-29:

En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?»
Jesús les dijo: «Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.»

PARA VIVIR ESTA PALABRA

Siempre, pero hoy de forma especial, necesitamos referentes humanos, hombres y mujeres que, por lo que dicen, hacen y viven, son creíbles y nos sirven de modelos. Son personas coherentes, transparentes, solidarias, pacíficas y pacificadoras.
Necesitamos mujeres como Catalina de Siena, Brígida de Suecia, Teresa de Calcuta, y tantas religiosas y cooperantes que trabajan por los demás a lo largo y ancho del mundo. Necesitamos hombres como Benito de Nursia, como el Papa Francisco, capaces, cada uno en su momento, de vivir pensando en los demás, teniendo gestos inequívocos de altruismo, humanidad y fraternidad.
Algunos son creyentes, como san Benito, al que celebramos hoy; otros lo ignoramos, aunque sí sabemos que Dios cree en ellos. Todos, al final, escucharán la voz de Jesús diciéndoles: “Venid, benditos de mi Padre por todo lo que, en mis hermanos, hicisteis por mí”.

De Nursia a Subiaco.  Benito nació en Nursia el año 480. Le enviaron a Roma para sus primeros estudios, y, allí, en un momento dado, quiso ver claramente que Dios le llamaba por otros caminos. Como los apóstoles al escuchar la llamada de Jesús, Benito escucha y secunda la que le dirige a él, abandona sus estudios en Roma y se dirige a Subiaco, viviendo durante tres años en la famosa cueva “Sacro Speco”, orando y discerniendo la voluntad de Dios sobre él. Pronto se le juntan discípulos, y con ellos funda 12 monasterios, con 12 monjes en cada uno, dando así comienzo a una vida religiosa de oración y trabajo, “ora et labora”. Benito fue el abad durante unos años, hasta que cree oportuno despedirse de la comunidad y dirigirse a lo que iba a ser la fundación más importante de su vida, Montecasino

De Subiaco a Montecasino y a Europa entera. Junto a la villa de Cassino, en un monte desde el que se domina valle y pueblo, vio Benito con sus discípulos el lugar ideal para su nueva fundación. Allí comenzó a vivir y organizar su nueva vida monástica, que quedó plasmada en la famosa Regla, la única obra suya que ha llegado hasta nosotros.

Fue Pablo VI, en 1964, quien le nombró patrono de Europa, por el impulso que dio a los pueblos europeos para la ordenación de la Europa cristiana y espiritual. La Europa que sigue intentando hoy la unión efectiva, la solidaridad entre los pueblos, la fraternidad entre las personas y el bienestar de la Europa Unida, hace bien en festejar a san Benito y ponerse bajo su protección. La armonía que logró Benito entre sus monjes, la armonía que sigue existiendo hoy en ellos, particularmente en los monjes y monjas benedictinos, sigue siendo un modelo para nosotros. Necesitamos armonizar la espiritualidad y la temporalidad, necesitamos “orar y trabajar” como san Benito. Necesitamos cuidar el mundo, humanizar la vida del hombre y de la mujer y tener a Dios por Padre y amigo, los creyentes, y por un ser o idea respetable los agnósticos.  (Fray Hermelindo Fernández Rodríguez , OP)


DE LA REGLA DE SAN BENITO

Hermanos amadísimos, ¿puede haber algo más dulce para
nosotros que esta voz del Señor, que nos invita? Mirad cómo el Señor, en su bondad, nos
indica el camino de la vida.
Ciñéndonos, pues, nuestra cintura con la fe y la observancia
de las buenas obras, sigamos por sus caminos, llevando como guía el Evangelio, para que
merezcamos ver a Aquel que nos llamó a su reino.
Si deseamos habitar en el tabernáculo de este reino, hemos de saber que nunca
podremos llegar allá a no ser que vayamos corriendo con las buenas obras.


10 julio 2014, jueves 

14ª semana del tiempo ordinario


Oseas (11,1-4.8c-9):

Así dice el Señor: «Cuando Israel era joven, lo amé, desde Egipto llamé a mi hijo. Cuando lo llamaba, él se alejaba, sacrificaba a los Baales, ofrecía incienso a los ídolos. Yo enseñé a andar a Efraín, lo alzaba en brazos; y él no comprendía que yo lo curaba. Con cuerdas humanas, con correas de amor lo atraía; era para ellos como el que levanta el yugo de la cerviz, me inclinaba y le daba de comer. Se me revuelve el corazón, se me conmueven las entrañas. No cederé al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín; que soy Dios, y no hombre; santo en medio de ti, y no enemigo a la puerta.»


Salmo 79 R/. Que brille tu rostro, Señor, y nos salve

Pastor de Israel, escucha, tú que te sientas sobre querubines, resplandece; despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.
Dios de los ejércitos, vuélvete:mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,y que tú hiciste vigorosa. R/.


evangelio según san Mateo (10,7-15):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.
No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis.
Al entrar en una casa saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros.
Si alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo, sacudid el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo.»


PARA VIVIR ESTA PALABRA


Desde el seno materno Dios nos ama, pero nosotros, irresistiblemente, nos aferramos a los ídolos que se presentan en nuestra vida,no fiándonos de Dios.

Dios Padre misericordioso nos llama desde Egipto, tierra en la que hemos sido esclavizados por nuestras pasiones; nuestras debilidades se han hecho fuertes separándonos del amor que Dios ha depositado en nosotros.

El discípulo de Cristo se pone todo él a disposición gratuitamente (su fe, su tiempo, su amistad), y lo hace porque está convencido de haber recibido también él primero gratuita y abundantemente. Es la forma más profunda de la pobreza de espíritu; todo lo que hay en nosotros es don de Dios y de los otros; por eso todo, generosa y gratuitamente, debe volver a Dios y a los demás. Pero hay otra cosa: la pobreza se expresa contentándose con poco, con lo estrictamente necesario (10,9), con el coraje (que es fe) de confiar también el problema de ese poco a la providencia de Dios.

(...) El tiempo es tan corto y el anuncio de tal importancia, que no se puede permanecer en un sitio solo obstinadamente. Por lo demás, hay que saber que la labor del misionero no es forzar a toda costa el corazón del hombre: ni siquiera Cristo lo hizo. La tarea del misionero es formular la propuesta clara y convincente, y luego dejarla a la libertad del hombre. La labor del misionero se limita al anuncio y es eficaz en la medida en que es claro y estimulante el anuncio.

LA VOZ DE NOEL QUESSON
Hay que proponer la buena nueva, pero no se puede imponer: los hombres quedan libres.
Ofrecer la paz. Ofrecer la alegría. Dar aliento. No hay que sorprenderse si uno no tiene éxito, si no es aceptado: hay que conservar la paz y el gozo interior. Nuestra buena tentativa ha sido para el Señor.

9 julio 2014, Miércoles 

14ª semana del tiempo ordinario

Oseas (10,1-3.7-8.12):

Israel era una viña frondosa, y daba fruto: cuanto más eran sus frutos, más aumentó sus altares; cuanto mejor era la tierra, mejores monumentos erigía. Tiene el corazón dividido, ahora lo expiará: él mismo destruirá sus altares, abatirá sus estelas. Ahora dicen: «No tenemos rey, no respetamos al Señor, ¿qué podrá hacernos el rey?» Desaparece Samaria, y su rey, como espuma sobre la superficie del agua. Son destruidos los altozanos de los ídolos, el pecado de Israel. Cardos y abrojos crecen sobre sus altares; gritan a los montes: «Cubridnos», a los collados: «Caed sobre nosotros.» Sembrad justicia y cosecharéis misericordia. Roturad un campo, que es tiempo de consultar al Señor, hasta que venga y llueva sobre vosotros la justicia.

Sal 104 R/. Buscad continuamente el rostro del Señor.

Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas; gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor. R/.
Recurrid al Señor y a su poder,buscad continuamente su rostro. Recordad las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.

evangelio según san Mateo (10,1-7):

En aquel tiempo, Jesús llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca.»


PARA VIVIR ESTA PALABRA

Israel, la Iglesia hoy, tu y yo, nuestras comunidades y grupos cristianos, .. como una viña exuberante, así nos presenta el profeta Oseas a Israel. Es una imagen utilizada en otros pasajes de la Biblia, que evoca el inmenso cuidado y amor de Dios por su pueblo. Pero, al igual que en la experiencia del profeta con su esposa, cuanto más amor, más infidelidad del pueblo.

El pueblo ha entrado en una dinámica de prosperidad e injusticia en la que ya no hay referencias éticas. El profeta ve y siente como Israel avanza hacia su perdición, que será la invasión de Samaria por los asirios, es decir, una situación de desolación difícil de imaginar desde el tiempo de bonanza.

Pero el profeta sabe que Dios siempre nos espera. Por eso invita al pueblo a buscar al Señor. La situación es grave, pero “ya es tiempo de buscar al Señor”. Esta es la invitación, desde cualquier situación, sembrad justicia y cosecharéis misericordia.

En el Evangelio
Jesús no buscó primero reunir a gentes ilustradas sino a gentes disponibles, capaces de seguirle hasta el final. Todos dieron su vida por El. Su papel esencial, según este pasaje es expulsar los "espíritus inmundos" y "sanar a los hombres".Jesús da una misión muy sencilla:  Destruid el mal, Haced el bien.

Cada uno/a ha de tomar conciencia, cada vez más, de que yo también tengo una misión, soy co-responsable con Jesús, como lo fue María, de la extensión del Reino.

¿Hago retroceder "lo Malo"? ¿cómo? ¿Sano a mis hermanos? ¿cómo?

-A los doce los envió Jesús con estas instrucciones: "No vayáis a tierra de paganos ni entréis en la provincia de Samaria. Id a las ovejas descarriadas de Israel. ¡Sorprendente perspectiva histórica! Jesús es consciente de la amplitud de su obra: ¡es necesario mucho, mucho tiempo! y Jesús, sin prisas, da una consigna limitada: hay que hacer "lo que se puede hacer" hoy, en la certeza que Dios llamará a todos los "paganos y Samaritanos" en otra fase del trabajo misionero. El mismo Jesús, durante su vida humana, se limitó a lo que podía hacer: dirigirse a las "oveJas descarriadas de la casa de Israel". Más tarde, Resucitado, ampliará el mandato de ir a todo el mundo.  


CONSEJO DE PERIODISTAS: 
Para que un mensaje se entienda debe cumplir las 3 C: claro, conciso y concreto. 
(Metáfora del cristal: cuanto más claro, mejor pasa la luz. Ejemplo: "Hoy es lunes" en vez de "En este momento nos encontramos en el primer día de la semana".)

8 julio 2014, Martes 

14ª semana del tiempo ordinario

Oseas (8,4-7.11.13):

Así dice el Señor: «Se nombraron reyes en Israel sin contar conmigo, se nombraron príncipes sin mi aprobación. Con su plata y su oro se hicieron ídolos para su perdición. Hiede tu novillo, Samaria, ardo de ira contra él. ¿Cuándo lograréis la inocencia? Un escultor lo hizo, no es dios, se hace añicos el novillo de Samaria. Siembran viento y cosechan tempestades; las mieses no echan espiga ni dan grano, y, si lo dieran, extraños lo devorarían. Porque Efraín multiplicó sus altares para pecar, para pecar le sirvieron sus altares. Aunque les dé multitud de leyes, las consideran como de un extraño. Aunque inmolen víctimas en mi honor y coman la carne, al Señor no le agradan. Tiene presente sus culpas y castigará sus pecados: tendrán que volver a Egipto.»


Sal 113B,3-4.5-6.7ab-8.9-10 R/. Israel confía en el Señor

Nuestro Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace.
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura de manos humanas. R/.
Tienen boca, y no hablan;
tienen ojos, y no ven;
tienen orejas, y no oyen;
tienen nariz, y no huelen. R/.
Tienen manos, y no tocan;
tienen pies, y no andan.
Que sean igual los que los hacen,
cuantos confían en ellos. R/.
Israel confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
La casa de Aarón confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo. R/.


evangelio según san Mateo (9,32-38):

En aquel tiempo, presentaron a Jesús un endemoniado mudo. Echó al demonio, y el mudo habló. La gente decía admirada: «Nunca se ha visto en Israel cosa igual.»
En cambio, los fariseos decían: «Éste echa los demonios con el poder del jefe de los demonios.»
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias.
Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «Las mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»


PARA VIVIR ESTA PALABRA 

El profeta, centinela de Dios, interpreta los grandes acontecimientos que afectan interna y externamente a la vida del pequeño reino de Israel.

Sus palabras explican la inminente llegada del ejército de Tiglat-Pileser, que desde hacía tiempo presionaba irresistiblemente, como un juicio de Dios sobre Israel. En un momento en el cual se juega una política mundial de gran envergadura, el profeta interpreta la política de Dios. Vuelve a aparecer el binomio pecado-destrucción. El castigo es presentado como consecuencia natural del pecado, no como resultado de un juicio externo y arbitrario. Israel rechaza al Señor porque rechaza el bien. La contradicción que denuncia enérgicamente el profeta es que a pesar de este rechazo el pueblo sigue invocándolo en el culto y proclamando que es su Dios: «Me gritan: 'Te conocemos, Dios de Israel'. Pero Israel rechazó el bien» (v 2).

La réplica de Oseas es enérgica: el culto es una parodia de fe si no va acompañado por la práctica del bien. Las discrepancias entre el culto y la moral son provocativas, de aquí el juicio fuertemente sarcástico del profeta: «Efraín multiplicó sus altares para pecar, sólo para pecar le han servido... Inmolan y ofrecen víctimas y comen sus carnes, pero Yahvé no se complace en ellas» (11.13). Por tanto, no sirve decir: "¡Eres mi Dios!". Las palabras de religiosidad no pueden ser aceptadas en lugar de las obras, pero sí que las obras pueden ocupar el lugar de las palabras. Es la misma denuncia de Jesús: «No todo el que dice: ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos» (Mt 7,21)

 En el Evangelio, el primer consejo que nos da Jesús para el trabajo misionero es la oración: «la mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies». Para que no nos creamos que todo depende de nuestros talentos o de las estructuras o de las instituciones. Es Dios el que salva, el que quiere que el mundo participe de su vida y de su alegría. Y es a él a quien debemos mirar, en primer lugar, los cristianos, en nuestra misión de anunciadores de la buena noticia.

LA VOZ DE SAN LEON MAGNO
Si somos, pues, el templo de Dios y el Espíritu Santo habita en nosotros, lo que cada fiel lleva en su alma tiene más valor que lo que se admira en el cielo.


7 julio 2014, LUNES 

14ª semana del tiempo ordinario

Oseas (2,16.17b-18.21-22):

Así dice el Señor: «Yo la cortejaré, me la llevaré al desierto, le hablaré al corazón. Y me responderá allí como en los días de su juventud, como el día en que la saqué de Egipto. Aquel día –oráculo del Señor–, me llamará Esposo mío, no me llamará ídolo mío. Me casaré contigo en matrimonio perpetuo, me casaré contigo en derecho y justicia, en misericordia y compasión, me casaré contigo en fidelidad, y te penetrarás del Señor.»

Salmo 144 R/. El Señor es clemente y misericordioso

Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R/.
Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R/.
Encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias. R/.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

evangelio según san Mateo (9,18-26):

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá.» Jesús lo siguió con sus discípulos.
Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría. Jesús se volvió y, al verla, le dijo: «¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado.» Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: «¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.» Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca.



PARA VIVIR ESTA PALABRA

Este pasaje de Mateo narra  dos milagros de Jesús, intercalados el uno en el otro: un hombre le pide que devuelva la vida a su hija que acaba de fallecer, y una mujer queda curada con sólo tocar la orla de su manto.

Ambas personas se le acercan con mucha fe y obtienen lo que piden. Jesús es superior a todo mal, cura enfermedades y libera incluso de la muerte. En eso consiste el Reino de Dios, la novedad que el Mesías viene a traer: la curación y la resurrección.

Marcos relata la escena de la curación de la mujer que tenía hemorragías con muchos detalles. Mateo sólo valora la Fe. Ambos evangelistas subrayan que la Fe de esta mujer es bastante ambigua, mezclada de creencia casi mágica -"si toco su vestido..."- Jesús acepta esta Fe incipiente, imperfecta, ¡tan simple en el fondo! Nos sucede también a nosotros que nuestra Fe no es perfectamente pura, que por ejemplo, tiene un carácter, tantas veces,  interesado. Cada día hemos de crecer un poco mas en la Fe, la confianza plena en el Señor, sin "interés", me vaya bien o no, me fío. Sé de quien me he fiado.

Jesús sana. ¡Curar! ¡Que maravilla! Cuando envía sus apóstoles en misión, en el discurso que seguirá inmediatamente (Mt 10, 8), Jesús pide a sus discípulos que "curen a los enfermos" HOY, como en tiempo de los apóstoles, Jesús nos da la misma consigna: el que anuncia la "buena nueva" debe también curar a los demás. Y el amor es el "mandamiento nuevo", el que cura y nos cura.

Da el primer paso en la fe. No necesitas ver toda la escalera, sólo dar el primer paso.Martin Luther King