14 marzo, VIERNES de la 1ª semana de cuaresma
Libro de Ezequiel 18,21-28
“Así dice el Señor Dios: Si el malvado se convierte de los pecados cometidos y guarda mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se le tendrán en cuenta los delitos que cometió, por la justicia que hizo, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado -oráculo del Señor-, y no que se convierta de su conducta y que viva? Si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, imitando las abominaciones del malvado, ¿vivirá acaso?; no se tendrá en cuenta la justicia que hizo: por la iniquidad que perpetró y por el pecado que cometió, morirá.
Comentáis: No es justo el proceder del Señor. Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá”.
Salmo 129 R/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.
Si llevas cuenta de los delitos,
Señor, ¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R/.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R/.
Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.
evangelio según san Mateo 5,20-26
“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano imbécil, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama renegado, merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto”.
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Jesús respeta la Ley y la cumple. Pero no la cumple como los fariseos, ni le obsesiona como a ellos. La Ley se queda corta para el Reino de Dios. La Ley vino bien, cumplió su misión. Pero, tal como se practica, tal como la enseñan y cumplen los escribas y fariseos, no sirve; se queda pequeña. Jesús quiere más. No más leyes, sino más interioridad y más autenticidad. Los fariseos eran famosos por su cumplimiento; lo hacían a rajatabla. Pero, sólo exteriormente. Cumplían su materialidad. Y Jesús quiere que “los verdaderos adoradores adoren al Padre en espíritu y en verdad” (Jn 4,23), y que cumplan la Ley no sólo externa y materialmente, sino en espíritu y en verdad.
Los ejemplos son inequívocos. Moisés os mandó no matar. Y, por supuesto que tenéis que hacerlo, pero no sólo. No se puede maltratar, insultar, herir, molestar. Más todavía, hay que pasar no sólo a no hacer, sino a servir, a ayudar, a liberar, a humanizar. Y, al final de la parábola del Buen Samaritano, les y nos dirá: “Vete y haz tú lo mismo”. Y examínate de alguna forma –nos viene a decir hoy- al ponerte en contacto conmigo, porque si, dándote cuenta de que alguien tiene quejas contra ti, no te reconcilias antes con él, no me interesa tu ofrenda.
la voz de san San Cesáreo de Arlés (470-543), monje y obispo
Sermones al pueblo, n° 25; SC 243
Hay una misericordia en el cielo la cual se alcanza por la misericordia sobre esta tierra… Y hay dos tipos de limosna: una buena, la otra mejor. Una que consiste en ofrecer un trozo de pan a los pobres; la otra perdonar en seguida a tu hermano que pecó contra ti. Con la ayuda del Señor, apresurémonos a practicar estos dos tipos de limosna para poder recibir el perdón eterno y la verdadera misericordia de Cristo. Porque Él mismo dijo: "Si perdonáis, vuestro Padre os perdonará también vuestros pecados; si no perdonáis, vuestro Padre no os perdonará tampoco vuestros pecados" (Mt 6, 14s).
13 marzo, JUEVES de la primera semana de cuaresma
del libro de Ester 14,1.3-5.12-14:
En aquellos días, la reina Ester, temiendo el peligro inminente, acudió al Señor y rezó así al Señor, Dios de Israel: «Señor mío, único rey nuestro. Protégeme, que estoy sola y no tengo otro defensor fuera de ti, pues yo misma me he expuesto al peligro. Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor, escogiste a Israel entre las naciones, a nuestros padres entre todos sus antepasados, para ser tu heredad perpetua; y les cumpliste lo que habías prometido. Atiende, Señor, muéstrate a nosotros en la tribulación y dame valor, Señor, rey de los dioses y señor de poderosos. Pon en mi boca un discurso acertado cuando tenga que hablar al león; haz que cambie y aborrezca a nuestro enemigo, para que perezca con todos sus cómplices. A nosotros, líbranos con tu mano; y a mí, que no tengo otro auxilio fuera de ti, protégeme tú, Señor, que lo sabes todo.»Salmo 137 R/. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R/.
Daré gracias a tu nombre,
por tu misericordia y tu lealtad;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.
Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.
evangelio según san Mateo 7,7-12:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! En resumen: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas.»PARA VIVIR ESTA PALABRA
No tengo otro defensor que tú…
La oración de la reina Ester es un ejemplo de oración que la Palabra ha querido dejar para todas las generaciones. La oración supone aceptación de la propia pobreza y confianza en Dios que nos ama tanto; es también apertura a que él pueda actuar en nosotros. Libremente le decimos a él "ayúdame". Los autosuficientes no ven necesaria la oración; los pobres sí. Y Dios responde a quien confia en él.
Pedid y se os dará, dice Jesús según san Mateo. Dios siempre escucha nuestra oración. Muchas veces no sabemos qué pedir o como orar, pero el Espíritu viene en nuestra ayuda y nos hace decir "Abba" padre, mírame, ayúdame, perdóname. Sí, porque también hemos de pedir mucho perdón. Ya lo decía el papa Francisco en su primer ángelus: el problema es que nosotros nos cansamos de pedir perdón! Pero El nunca se cansa de perdonar; somos nosotros los que , a veces, nos cansamos de pedir perdón. Y no tenemos que cansarnos nunca, nunca. Él es el Padre amoroso que perdona siempre y cuyo corazón está lleno de misericordia para todos nosotros. Tenemos que aprender a ser más misericordiosos con todos.
Y una forma de ser misericordiosos es tambien orar y pedir por los demás, por seres queridos y también menos queridos. No cansarnos de orar, buscar ... a su tiempo encontraremos.
LA VOZ DE SAN AGUSTÍN
“Todo mi deseo está en tu presencia… No se te ocultan mis gemidos”… Si tu deseo está en tu interior también lo está el gemido; quizá el gemido no llega siempre a los oídos del hombre, pero jamás se aparta de los oídos de Dios.
12 marzo, MIÉRCOLES de la primera semana de cuaresma
de la profecía de Jonás 3,1-10:
Vino la palabra del Señor sobre Jonás: «Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.»
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»
Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños.
Llegó el mensaje al rey de Nínive; se levantó del trono, dejó el manto, se cubrió de saco, se sentó en el polvo y mandó al heraldo a proclamar en su nombre a Nínive: «Hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban; vístanse de saco hombres y animales; invoquen fervientemente a Dios, que se convierta cada cual de su mala vida y de la violencia de sus manos; quizá se arrepienta, se compadezca Dios, quizá cese el incendio de su ira, y no pereceremos.»
Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.
Salmo 50 R/. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,29-32:
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Nínive fue una de las GRANDES ciudades de Asiria y representaba para el pueblo judío la manifestación más clara del imperialismo opresor: el poder que se impone por la fuerza sin respetar el derecho de los pueblos. Y resulta que, con esta gente non grata para los judíos, por ser el imperio que amenaza la vida del pueblo judío, Dios quiere ser misericordioso, quiere perdonarlo y por eso envía a Jonás para que invite a la ciudad de Nínive a la conversión.
No es de extrañar que Jonás no quiera saber nada del asunto, que prefiera morir antes que realizar la tarea encomendada y que finalmente fuera a regañadientes; imagino que pensaría que los ninivitas no “se merecían” que Dios fuera bueno con ellos sino, al contrario, que sufrieran el castigo por todo lo que habían hecho. Pero, contra todo lo previsto, la ciudad entera se convertirá “de su mala vida y de las injusticias cometidas.”
En el mensaje de esta novela que contiene la Biblia, descubrimos de nuevo el rostro de un Dios que quiere hacer llegar su bondad y salvación a todos; también a los "que no lo merecen". Eso sí, tienen que escuchar el mensaje de salvación y responder con un cambio de actitudes, de vida.
A nosotros, nos pasa a menudo un poco como a Jonás, que ya tenemos nuestro juicio contra algunos y nos descoloca la actitud de este Dios que al mirar a los ninivitas y “ver sus obras y cómo se convertían de su mala vida, tuvo piedad de su pueblo”. ¡Qué impresionante! Aquellos que eran los “enemigos” se convierten en “su pueblo.” Y es que como Jonás somos un poco tercos y quizás necesitemos como él escuchar y hacer nuestras las palabras finales que Dios le dirige al final de esta preciosa obra:
“Tú sientes compasión de un ricino que tú no has hecho crecer, que en una noche brotó y en una noche pereció, ¿y no voy a tener yo compasión de Nínive, la gran ciudad, en la que hay más de ciento veinte personas que aún no distinguen entre el bien y el mal?”
Los ninivitas que eran “malísimos” se convierten y he aquí que la gente a la que habla Jesús, seguramente “del montón”, como nosotros, nada: como piedras, pidiendo signos, pruebas, alguna garantía de lo que está diciendo. Y Jesús nos pone como ejemplo a los ninivitas que fueron capaces de cambiar de vida.
¿Qué nos aportan estos ejemplos? Que Dios constantemente nos está enviando "señales" de sus amor y hemos de abrir los ojos de la fe y el corazón para descubrir su voluntad y responder siendo cada vez mejores, más parecidos a nuestro buen Padre-Madre Dios, que ¡somos sus hijos e hijas! su Presencia en esta tierra.
LA VOZ DE UN MONJE DEL SIGLO IV
“Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida, y aplacó el incendio de su ira” (Jon 3,10). No dice: “Vio que ayunaban a pan y agua y se vestían de saco y ceniza”, sino: “Vio Dios lo que hacían, cómo se convirtieron de su mala conducta”. Porque el rey de Nínive había dicho: “Que cada uno se convierta de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos” (v. 8). Hicieron un ayuno sincero y fue aceptado. (Afraates)
11 MARZO, MARTES. Primera semana de cuaresma
Isaías 55,10-11:
Así dice el Señor: «Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mi vacía, sino que hará mí voluntad y cumplirá mi encargo.»
Sal 33,4-5.6-7.16-17.18-19 R/. El Señor libra de sus angustias a los justos
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.
Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. R/.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos. R/.
Mateo 6,7-15:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.»
La imagen que usa Isaias de la semilla para referirse a la Palabra del Señor es muy bonita y sugerente. Indica que lleva dentro una potencialidad grandísima. Todos hemos sembrado alguna vez alguna semilla y nos hemos asombrado ante el misterio. De algo pequeño brota otra realidad distinta, grande y como mágica. Esto pasa con las plantas. Cierto que hay que esperar su tiempo. No es inmediato. La Palabra del Señor sale de él mismo y llega a nosotros y a su tiempo dará su fruto, por eso no hemos de cansarnos de sembrarla, él da el crecimiento.
Orar es una de las mejores "colaboraciones" que podemos hacer para que la Palabra siga sembrándose y creciendo. Jesús nos enseñó la oración del Padre nuestro. Sencilla, profunda y efectiva. Lo primero para quien la reza, sobre todo si va tomando cada día mayor conciencia de lo que está diciendo y la va transformando en vida.
Decir "padre" es vivir con confianza porque alguien me quiere y me cuida, está pendiente de mi crecimiento y le duelen mis propios dolores; decir "padre" es vivir que tengo familia, que no estoy solo, que tengo hermanos y hermanas a los que querer y cuidar, también a los que acudir y apoyarnos. Y así podemos continuar con cada palabra.
En el padre nuestro hacemos 7 peticiones. Tenemos contenido para meditar y vivir. Recemos y vivamos el Padre nuestro, despacito y tomando decisiones que se convierten en modo de vida coherente, contando siempre con el Auxilio de María, la madre de Jesús y nuestra.
LA VOZ DE SAN CIPRIANO
Rezamos: "Santificado sea tu nombre". Esto no es porque deseamos que Dios sea santificado por nuestras oraciones, sino porque le pedimos al Señor que su nombre sea santificado en nosotros. ¿Por quién podría ser santificado Dios, ya que es Él quien santifica? Él mismo dijo: "Sed santos porque yo soy santo" (Lev. 20,26). Por eso pedimos insistentemente que, ya que hemos sido santificados por el bautismo, seamos capaces de perseverar en lo que comenzamos a ser. Y rezamos por esto cada día.
10 marzo 2014
LUNES 1ª semana de cuaresma
El Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo. El Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de comer; además, el árbol de la vida, en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal. La serpiente era el más astuto de los animales del campo que el Señor Dios había hecho.
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
8 marzo 2014
SÁBADO después de ceniza
Día de la mujer
trabajadora
PARA VIVIR ESTA PALABRA
7 marzo 2014 VIERNES
después de ceniza
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Dichoso el hombre
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.»
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
La tradicional ceremonia de la ceniza, que en toda la Iglesia católica se vive en el día de hoy, debería llevarnos a considerar que en esta vida estamos "de paso", que nuestra meta está más allá de lo que ahora vemos, pues es Dios-AMor eterno; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia.
La conversión que se nos pide es un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz de su verdad, es decir, como medios y no fines. Seguro que tenemos necesidad de purificación, de poner nuestra vida en orden para que haya más amor y menos de otras cosas que se nos pegan. Se trata de llegar a la Pascua renovados y prontos a entrar en el gozo de la Resurrección.
Que María nos ayude a trabajar y trabajarnos hasta el final, para que el Reino de Dios-Amor se instaure dentro de nosotros, triunfe su justicia y cumplamos nuestra misión en esta tierra.
Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.
Las lecturas de hoy están elegidas y orientadas para proponernos un camino penitencial, es decir de conversión. Joel habla de prácticas de penitencia y deja claro lo único importante: “rasgad el corazón, no las vestiduras”.
Jesús señala tres prácticas propias de su momento histórico -oración, limosna, ayuno- que la Iglesia ha promovido durante siglos como prácticas propias de tiempos penitenciales, siempre que se hagan al modo que propone Jesús. ¡Cuidado con las motivaciones! La recompensa sólo podemos esperarla del Padre, y seguro que nunca tiene la forma de lo que nosotros entendemos por recompensa.
10 marzo 2014
LUNES 1ª semana de cuaresma
del libro del Levítico 19,1-2.11-18:
El Señor habló a Moisés: «Habla
a la asamblea de los hijos de Israel y diles: "Seréis santos, porque yo,
el Señor, vuestro Dios, soy santo. No robaréis ni defraudaréis ni engañaréis a
ninguno de vuestro pueblo. No juraréis en falso por mi nombre, profanando el
nombre de Dios. Yo soy el Señor. No explotarás a tu prójimo ni lo expropiarás.
No dormirá contigo hasta el día siguiente el jornal del obrero. No maldecirás
al sordo ni pondrás tropiezos al ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor. No
daréis sentencias injustas. No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por
honrar al rico. Juzga con justicia a tu conciudadano. No andarás con cuentos de
aquí para allá, ni declararás en falso contra la vida de tu prójimo. Yo soy el
Señor. No odiarás de corazón a tu hermano. Reprenderás a tu pariente para que
no cargues tú con su pecado. No te vengarás ni guardarás rencor a tus
parientes, sino que amarás a tu prójimo
como a ti mismo. Yo soy el Señor."»
Salmo 18 R/. Tus
palabras, Señor, son espíritu y vida
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
Los mandatos del Señor son
rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son
verdaderos
y enteramente justos. R/.
Que te agraden las palabras de
mi boca,
y llegue a tu presencia
el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío.
R/.
evangelio según san Mateo 25,31-46:
En aquel tiempo, dijo Jesús a
sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los
ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él
todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las
ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su
izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros,
benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la
creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me
disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me
vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme."
Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y
te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te
hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y
fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes
hermanos, conmigo lo hicisteis." Y entonces dirá a los de su
izquierda: "Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el
diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y
no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no
me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis." Entonces
también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed,
o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él
replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos,
los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y éstos irán al castigo
eterno, y los justos a la vida eterna.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Las
recomendaciones que la Escritura hace para ser santo son todas conductas y comportamientos que tienen que ver
con nuestra relación con los demás. San Juan dice que no puedes decir que amas
a Dios a quien no ves, si no amas a tu hermano a quien ves. De una o de otra
forma, todos los escritores sagrados coinciden. Es lo que pasa con el evangelio
de Mateo, que nos recuerda hoy las obras de misericordia.
Dios es
la fuente de la Bondad, sus hijos e hijas estamos en el mundo para ser buenos,
buenísimos, mostrar con nuestros actos lo que llevamos dentro. Y nuestro
prójimo nos ayuda a ejercitarnos en
poner en práctica lo que creemos. Así la fe no se queda sólo a nivel de ideas.
Para ser
santo, como en todo en esta vida, hace falta decisión y voluntad. Para todos es
una llamada, una tarea pendiente y evaluable. En un primer momento, podemos pensar
que hay obstáculos que nos pueden hacer más difícil seguir nuestra vocación a
la santidad, pero la historia de los santos demuestra que ellos supieron
encajar las dificultades y convertirlas en oportunidades.
UNA VOZ ANÓNIMA
Cuando rezas, ¿cual crees que es la respuesta de Dios?
¿Crees que te da la solución o te da oportunidades?
Cuando tú le pides valor, ¿Dios te da valentía
o te da
oportunidades para ser valiente?
Cuando tú le pides amor,
¿Dios te da un corazón lleno de
sentimientos o te da oportunidades para amar?
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia
el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R/.
9 marzo DOMINGO 1º de cuaresma
del libro del Génesis 2,7-9;3,1-7:
El Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo. El Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de comer; además, el árbol de la vida, en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal. La serpiente era el más astuto de los animales del campo que el Señor Dios había hecho.
Y dijo a la mujer: «¿Cómo es que os ha dicho Dios que no comáis de ningún árbol del jardín?»
La mujer respondió a la serpiente: «Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; solamente del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: "No comáis de él ni lo toquéis, bajo pena de muerte."»
La serpiente replicó a la mujer: «No moriréis. Bien sabe Dios que cuando comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal.»
La mujer vio que el árbol era apetitoso, atrayente y deseable, porque daba inteligencia; tomó del fruto, comió y ofreció a su marido, el cual comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.
Salmo 50 R/. Misericordia, Señor: hemos pecado
Pablo a los Romanos 5,12-19:
Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron. Porque, aunque antes de la Ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba porque no había Ley. A pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de Adán, que era figura del que había de venir. Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por la transgresión de uno murieron todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a un solo hombre, Jesucristo, sobró para la multitud. Y tampoco hay proporción entre la gracia que Dios concede y las consecuencias del pecado de uno: el proceso, a partir de un solo delito, acabó en sentencia condenatoria, mientras la gracia, a partir de una multitud de delitos, acaba en sentencia absolutoria. Por el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte, por culpa de uno solo. Cuanto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la justificación. En resumen: si el delito de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la justificación y la vida. Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos.
evangelio según san Mateo 4,1-11:
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.»
Pero él le contestó, diciendo: «Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."»
Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras."»
Jesús le dijo: «También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios."»
Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras.»
Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto."»
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.
NUESTRA GRAN TENTACIÓN (j.a Pagola)
La escena de “las tentaciones de Jesús”
es un relato que no hemos de interpretar ligeramente. Las tentaciones que se
nos describen no son propiamente de orden moral. El relato nos está advirtiendo
de que podemos arruinar nuestra vida, si nos desviamos del camino que sigue
Jesús.
La primera tentación es de importancia
decisiva, pues puede pervertir y corromper nuestra vida de raíz. Aparentemente,
a Jesús se le ofrece algo bien inocente y bueno: poner a Dios al servicio de su
hambre. “Si eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en
panes”.
Sin embargo, Jesús reacciona de manera
rápida y sorprendente: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra
que sale de boca de Dios”. No hará de su propio pan un absoluto. No pondrá
a Dios al servicio de su propio interés, olvidando el proyecto del Padre.
Siempre buscará primero el reino de Dios y su justicia. En todo momento
escuchará su Palabra.
Nuestra necesidades no quedan
satisfechas solo con tener asegurado nuestro pan. El ser humano necesita y
anhela mucho más. Incluso, para rescatar del hambre y la miseria a quienes no
tienen pan, hemos de escuchar a Dios, nuestro Padre, y despertar en nuestra
conciencia el hambre de justicia, la compasión y la solidaridad.
Nuestra gran tentación es hoy
convertirlo todo en pan. Reducir cada vez más el horizonte de nuestra vida a la
mera satisfacción de nuestros deseos; hacer de la obsesión por un bienestar
siempre mayor o del consumismo indiscriminado y sin límites el ideal casi único
de nuestras vidas.
Nos engañamos si pensamos que ese es el
camino a seguir hacia el progreso y la liberación. ¿No estamos viendo que una
sociedad que arrastra a las personas hacia el consumismo sin límites y hacia la
autosatisfacción, no hace sino generar vacío y sinsentido en las personas, y
egoísmo, insolidaridad e irresponsabilidad en la convivencia?
¿Por qué nos estremecemos de que vaya
aumentando de manera trágica el número de personas que se suicidan cada día?
¿Por qué seguimos encerrados en nuestro falso bienestar, levantando barreras
cada vez más inhumanas para que los hambrientos no entren en nuestros países,
no lleguen hasta nuestras residencias ni llamen a nuestra puerta?
La llamada de Jesús nos puede ayudar a
tomar más conciencia de que no sólo de bienestar vive el hombre. El ser humano
necesita también cultivar el espíritu, conocer el amor y la amistad,
desarrollar la solidaridad con los que sufren, escuchar su conciencia con
responsabilidad, abrirse al Misterio último de la vida con esperanza. (J. A Pagola)
LA VOZ DE SAN LEÓN MAGNO
se limitó a responder al diablo con los preceptos de la Escritura Santa. Lo hizo para darnos ejemplo de su paciencia, e invitarnos así a recurrir a la enseñanza más que a la venganza…
8 marzo 2014
SÁBADO después de ceniza
Día de la mujer
trabajadora
del libro de Isaías 58,9b-14:
Así dice el Señor Dios: «Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la
maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago
del indigente, brillará tu luz en las
tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía. El Señor te dará reposo
permanente, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes tus huesos, serás un
huerto bien regado, un manantial de aguas cuya vena nunca engaña; reconstruirás
viejas ruinas, levantarás sobre cimientos de antaño; te llamarán reparador de
brechas, restaurador de casas en ruinas. Si detienes tus pies el sábado y no
traficas en mi día santo, si llamas al sábado tu delicia y lo consagras a la
gloria del Señor, si lo honras absteniéndote de viajes, de buscar tu interés,
de tratar tus asuntos, entonces el Señor será tu delicia. Te asentaré sobre mis
montañas, te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob.» Ha hablado la boca
del Señor.
Salmo 85,1-2.3-4.5-6 R/. Enséñame, Señor, tu camino, para que
siga tu verdad
evangelio según san Lucas
5,27-32:
En aquel tiempo, Jesús vio a un publicano llamado Leví,
sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.»
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un
gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de
publicanos y otros.
Los fariseos y los escribas dijeron a sus discípulos, criticándolo:
«¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?»
Jesús les replicó: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a
los pecadores a que se conviertan.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
El profeta Isaías con
bellas y poéticas palabras, nos describe lo que le espera al que hace caso al
Señor y sigue sus caminos: “Brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se
volverá mediodía… serás un huerto bien regado, un manantial de aguas cuya vena
nunca engaña”. Y como cumbre de esa alegría: “entonces el Señor será tu
delicia”. Si todo un Dios llega hasta nosotros, se dirige a nosotros, nos
ofrece su amistad… si le aceptamos, no puede menos de convertirse en “nuestra
delicia”, por lo que en nuestro corazón la alegría será siempre superior a
cualquier sufrimiento. Y la señal de la conversión es el realizar buenas obras,
dejar atrás la maldad, incluso las “pequeñas malicias”, hasta llegar a ser luz
total, es decir transparentes y claros, sin oscuridades ni rincones donde
siempre se estanca alguna “suciedad”. Es la bondad que irradian las buenas
obras lo que nos hace ser semejantes a Dios que siempre es bueno y obra el bien.
En el evangelio
tenemos la llamada de Jesús a Mateo y su respuesta de adhesión a Jesús, a pesar
de ser una persona “non grata” para sus paisanos, porque tenía un oficio mal
visto, cobraba impuestos. Jesús ve más allá de las apariencias y sabe que Mateo
tiene un buen fondo y puede dar un salto de desprendimiento de un pasado que
queda atrás y comienzo de una nueva vida con Jesús, en su grupo. Los demás no
lo ven, pero Jesús es claro: he venido a buscar a los pecadores, para que se
conviertan. Y Mateo lo hizo. Pondrá su formación de saber al servicio del Reino
y nos ha dejado uno de los evangelios canónicos, es decir inspirado por el
Espíritu santo, a quien antes había sido un pecador. Todos somos pecadores con
posibilidad de conversión. Vamos a seguir el ejemplo de los buenos, de los
mejores y atrevernos a ser uno de ellos. La llamada a la santidad es para ti y
para mi.
LA VOZ DE JULIANA DE NORWICH
En el señor, Dios me mostró su compasión y su piedad para
la desgracia de Adán, y en el mismo señor la alta nobleza y la gloria infinita
a la cual la humanidad es ascendida por la Pasión y la muerte del Hijo de Dios.
7 marzo 2014 VIERNES
después de ceniza
del libro de lsaías 58,1-9a
Así dice el Señor Dios: «Grita a plena voz, sin cesar, alza
la voz como una trompeta, denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de Jacob
sus pecados. Consultan mi oráculo a diario, muestran deseo de conocer mi
camino, como un pueblo que practicara la justicia y no abandonase el mandato de
Dios. Me piden sentencias justas, desean tener cerca a Dios. "¿Para qué
ayunar, si no haces caso?; ¿mortificarnos, si tú no te fijas?" Mirad: el
día de ayuno buscáis vuestro interés y apremiáis a vuestros servidores; mirad:
ayunáis entre riñas y disputas, dando puñetazos sin piedad. No ayunéis como
ahora, haciendo oír en el cielo vuestras voces. ¿Es ése el ayuno que el Señor
desea para el día en que el hombre se mortifica?, mover la cabeza como un
junco, acostarse sobre saco y ceniza, ¿a eso lo llamáis ayuno, día agradable al
Señor? El ayuno que yo quiero es éste:
Abrir las prisiones injustas, hacer
saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos
los cepos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo,
vestir al que ves desnudo y no cerrarte a tu propia carne. Entonces romperá tu luz como la aurora,
en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá
la gloria del Señor. Entonces
clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: "Aquí
estoy."»
Salmo 50 R/. Un
corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias
Misericordia, Dios mío, por tu
bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R/.
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R/.
evangelio
según san Mateo
9,14-15:
En
aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: «Por qué nosotros y los fariseos ayunamos
a menudo y, en cambio, tus discípulos
no ayunan?»
Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunaran.»
Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunaran.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Isaías denuncia el ayuno cuando es una práctica vacía de
contenido religioso. Más todavía, cuando no sólo no cambia la conducta y la
vida de quienes lo practican, sino que los deja tranquilos para poder seguir
con una práctica de vida alejada del bien, de la justicia y de la preocupación
por los hermanos.
En el Evangelio, Jesús sale en defensa de sus discípulos
ante la acusación de los discípulos de Juan de que los de Jesús no ayunan como
ellos y como los fariseos. Ellos ayunaban para propiciar para propiciar la
llegada del Mesías y, claro, no se dan cuenta que el Mesías, Jesús, se
encuentra ya entre ellos.
Isaías y los demás profetas insisten en que el culto a Dios
debe ir precedido de la justicia y de la bondad. En otras palabras, a Dios no
le podemos engañar. No podemos descuidar nuestra vida moral y, luego, querer
llevarnos bien con él por medio de ayunos y sacrificios puramente externos.
En cuaresma, hoy en concreto después de escuchar a Isaías y
a Jesús en el Evangelio, podemos preguntarnos qué ayunos, qué prácticas penitenciales,
qué obras prefiere Dios. Porque parece claro que no da lo mismo. “El ayuno que yo quiero”, nos dice
Isaías como palabra del Señor, es
justicia, liberación, humanidad, fraternidad, solidaridad, misericordia.
Las obras que Dios quiere y espera de nosotros son las que
nos hacen mejores, más compasivos, misericordiosos, justos, pacíficos y
pacificadores. Si vivimos según el Espíritu que nos habita, seguro que cada uno
y en cada momento, sabremos cómo convertir el ayuno, la penitencia y la
cuaresma entera en actos de amor a Dios, y por tanto, en actos de servicio a los que encontramos en el
camino de la vida.
LA VOZ DE JUAN
PABLO II
La comida y la bebida son indispensables al hombre para vivir, se sirve y debe servirse de ellas; sin embargo, no le es lícito abusar de ellas de ninguna forma. El abstenerse, según la tradición, de la comida o bebida, tiene como fin introducir en la existencia del hombre no sólo el equilibrio necesario, sino también el desprendimiento de lo que se podría definir “actitud consumística”. Tal actitud ha venido a ser en nuestro tiempo una de las características de la civilización, y en particular de la civilización occidental
Jueves después de ceniza, 6 marzo 2014
del libro del Deuteronomio 30,15-20:
Moisés habló al pueblo, diciendo: «Mira: hoy te pongo delante la vida y el bien, la muerte y el mal. Si obedeces los mandatos del Señor, tu Dios, que yo te promulgo hoy, amando al Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, guardando sus preceptos, mandatos y decretos, vivirás y crecerás; el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para conquistarla. Pero, si tu corazón se aparta y no obedeces, si te dejas arrastrar y te prosternas dando culto a dioses extranjeros, yo te anuncio hoy que morirás sin remedio, que, después de pasar el Jordán y de entrar en la tierra para tomarla en posesión, no vivirás muchos años en ella. Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra; te pongo delante vida y muerte, bendición y maldición. Elige la vida, y viviréis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, pegándote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que había prometido dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob.»
Salmo 1 R/. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.
Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.
evangelio según san Lucas 9,22-25:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.»
Y, dirigiéndose a todos, dijo: «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Tenemos en la primera lectura la recapitulación del tercer discurso que el Deuteronomio pone en boca de Moisés. Es una llamada de atención para que el pueblo reflexione en las causas de su mala situación y acoja de nuevo y con esperanza la alianza que Dios le ofrece.
Presenta dos posturas que conducen a desenlaces totalmente opuestos: vida y muerte, bendición y maldición. La decisión es nuestra. Somos libres para elegir el camino de los impíos que – como dice el Salmo responsorial – acaba mal, o por el contrario, vivir una vida según el Señor, que nos obtendrá su bendición.
Esta elección no es nada fácil, es un combate en el que tenemos luchar todos los días, porque somos débiles y estamos expuestos a miles de seducciones, pero si tenemos nuestros ojos fijos en el Señor y contamos con el Auxilio de María, elegiremos la vida, aquello que la construye en el cotidiano. Así seremos felices y haremos felices a los demás.
Mirando a Jesús, vemos que la buena elección e ir por el camino de Dios, exige llevar con él la cruz (cada uno tiene la suya); es verdad que cuesta, pero bien nos pregunta el Señor ¿de qué te sirve ganar el mundo si te pierdes a ti mismo? Es decir, sé tu mismo, lo que realmente quieres ser y como quieres ser, desde dentro con el Espíritu, no te pierdas el dar lo mejor de ti mismo, aunque cueste "sangre". Él lo ha hecho primero.
LA VOZ DE BENEDICTO XVI
Con la imposición de la ceniza renovamos nuestro compromiso de seguir a Jesús, de dejarnos transformar por su misterio pascual, para vencer el mal y hacer el bien, para hacer que muera nuestro "hombre viejo" vinculado al pecado y hacer que nazca el "hombre nuevo" (Ef.4,22s) transformado por la gracia de Dios.
Miércoles de Ceniza, 5 marzo 2014
de la profecía de Joel 2,12-18:
«Ahora, oráculo del Señor, convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad los corazones y no las vestiduras; convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas.» Quizá se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda, la libación para el Señor, vuestro Dios. Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión. Congregad al pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos. Congregad a muchachos y niños de pecho. Salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: «Perdona, Señor, a tu pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, no la dominen los gentiles; no se diga entre las naciones: ¿Dónde está su Dios? El Señor tenga celos por su tierra, y perdone a su pueblo.»
Salmo 50 . R/. Misericordia, Señor: hemos pecado
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso. Señor,
me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.
de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5,20–6,2:
Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios. Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: «En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.
Mateo 6,1-6.16-18:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
La tradicional ceremonia de la ceniza, que en toda la Iglesia católica se vive en el día de hoy, debería llevarnos a considerar que en esta vida estamos "de paso", que nuestra meta está más allá de lo que ahora vemos, pues es Dios-AMor eterno; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia.
La conversión que se nos pide es un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz de su verdad, es decir, como medios y no fines. Seguro que tenemos necesidad de purificación, de poner nuestra vida en orden para que haya más amor y menos de otras cosas que se nos pegan. Se trata de llegar a la Pascua renovados y prontos a entrar en el gozo de la Resurrección.
Que María nos ayude a trabajar y trabajarnos hasta el final, para que el Reino de Dios-Amor se instaure dentro de nosotros, triunfe su justicia y cumplamos nuestra misión en esta tierra.
Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.
Las lecturas de hoy están elegidas y orientadas para proponernos un camino penitencial, es decir de conversión. Joel habla de prácticas de penitencia y deja claro lo único importante: “rasgad el corazón, no las vestiduras”.
Jesús señala tres prácticas propias de su momento histórico -oración, limosna, ayuno- que la Iglesia ha promovido durante siglos como prácticas propias de tiempos penitenciales, siempre que se hagan al modo que propone Jesús. ¡Cuidado con las motivaciones! La recompensa sólo podemos esperarla del Padre, y seguro que nunca tiene la forma de lo que nosotros entendemos por recompensa.
LA VOZ DE SAN CIRILO DE JERUSALEN
Suprime de tu pensamiento toda preocupación humana; ocúpate de tu alma… Abandona lo que tienes delante y ten fe en lo que ha de venir… “Rendíos y reconoced que yo soy Dios”… Limpia tu corazón (cf. Mt 23, 26) para que quepa en él una gracia más abundante; pues el perdón de los pecados se da a todos por igual pero la comunión del Espíritu Santo se concede según la medida de la fe de cada uno (Rm 12,6). Si poco trabajas, recibirás poco; pero si haces mucho, mucha será tu paga… Si tienes algo contra alguien, perdónale. Vas a recibir el perdón de los pecados: es necesario que también tú perdones a quien pecó contra ti.
MARTES, 4 marzo, 8ª semana del tiempo ordinario
de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 10-16
Queridos hermanos: La salvación fue el tema que investigaron y escrutaron los profetas, los que predecían la gracia destinada a vosotros. El Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, les declaraba por anticipado los sufrimientos de Cristo y la gloria que seguiría; ellos indagaron para cuándo y para qué circunstancia lo indicaba el Espíritu. Se les reveló que aquello de que trataban no era para su tiempo, sino para el vuestro. Y ahora se os anuncia por medio de predicadores que os han traído el Evangelio con la fuerza del Espíritu enviado del cielo. Son cosas que los ángeles ansían penetrar. Por eso, estad interiormente preparados para la acción, controlándoos bien, a la expectativa del don que os va a traer la revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, no os amoldéis más a los deseos que teníais antes, en los días de vuestra ignorancia. El que os llamó es santo; como él, sed también vosotros santos en toda vuestra conducta, porque dice la Escritura: «Seréis santos, porque yo soy santo.»Salmo 97 R. El Señor da a conocer su victoria.
Cantad al Señor un cántico nuevo,porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclamad al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.
evangelio según san Marcos 10, 28-31
En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: -«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.» Jesús dijo: -«Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más -casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones-, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros.»PARA VIVIR ESTA PALABRA
San Pedro exhorta a los destinatarios de la carta a que mediten sobre la historia de la salvación,
La historia de Dios con sus hijos e hijas, cuya revelación última es Jesucristo.
El ser humano hecho a imagen y semejanza de Dios, nace ya con un sueño de santidad por parte de Dios. Es decir, que ya tenemos un "parecido" con Dios: ternura, belleza, bondad, perfeccion, ... ¡cuanto de esto vemos en los bebés!. El pecado nos "degrada", pero Jesús nos devuelve al plan original, por esto la santidad es nuestra, nos pertenece, nos ha sido dado el Espíritu santo. Toca al ser humano contribuir en su propio "hacerse" en santidad.
El que nos llama a la existencia es santo, por lo tanto, seamos nosotros santos en nuestra conducta como Jesús, como María, como aquel o aquella santo o santa que nos "inspiran" y motivan para nuestro actuar coherente con lo que profesamos en la fe.
San Marcos nos relata, después del episodio del joven rico, cómo los apóstoles, por medio de Pedro, le dicen al Maestro: "ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido"; ante lo cual Jesús les advierte que "aquel que lo deje todo por Él y por el Evangelio, recibirá ahora cien veces más con persecuciones y en la edad futura, la vida eterna".
La Iglesia ha sido perseguida y maltratada y muchos de sus miembros, incluso, han entregado su vida; todo como consecuencia de la envidia, la mentira, el fanatismo, etc. Desgraciadamente, esto no es solo un problema pasado; hoy en día persiste en muchos puntos del planeta.
LA FUERZA DE LA IMAGEN
Película "Bajo un manto de estrellas": relata el calvario y sacrificio final que tuvieron que sufrir un grupo de religiosos dominicos de Almagro. Es un buen ejemplo de lo que Cristo anunció a sus apóstoles.: "el ciento por uno ... con persecuciones".
Trailer oficial
www.youtube.com/watch?v=9tFKXX_kAYQ
LUNES, 3 marzo, 8ª semana del tiempo ordinario
de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 3-9
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final. Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de vuestra fe -de más precio que el oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego-llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación.
Salmo 110 R. El Señor recuerda siempre su alianza.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R/.
El da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles. R/.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza;
la alabanza del Señor dura por siempre. R/.
evangelio según san Marcos 10, 17-27
En aquel tiempo, cuando iba Jesús de camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: -«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» Jesús le contestó: -« ¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.» Él replicó: -«Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.» Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: -«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.» A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: -«¡ Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios! » Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: -«Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por todo.» el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.» Ellos se espantaron y comentaban: -«Entonces, ¿quién puede salvarse?» Jesús se les quedó mirando y les dijo: -«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Terminada la carta de Santiago, empezamos ahora la primera carta de Pedro. Comienza con una bendición a Dios por lo realizado a través de Jesucristo. En síntesis nos hable de haber nacido de nuevo para una ESPERANZA viva. Nada ni nadie nos la podrá quitar, porque Dios mismo nos la ha regalado al resucitar a Jesús.
Ahora solo nos queda abrirnos a esta esperanza y vivir con ella, con esta Esperanza en cada instante. El Cielo se ha aproximado a nuestra tierra en Jesús y no se ha retirado. Uniendo nuestra vida a la suya siempre iremos "hacia arriba" y tenemos un horizonte al que dirigir la mirada; también un criterio para saber lo que es importante y lo que es secundario.
Es verdad, que no vemos a Jesús resucitado con los ojos físicos, pero es perceptible en la fe y nos acompaña en el duro camino de la vida. Su Palabra y su ejemplo de vida nos precede y podemos recorrer este trozo de historia nuestra contando con su Gracia y su Fuerza, con su Espíritu. Nadie que ha confiado en Él ha quedado defraudado y habiéndole dado nuestra confianza no se la vamos a retirar nunca pase lo que pase. Pedro advierte que a veces hay que sufrir un poco y lo sabemos por experiencia propia. Sabemos que cada paso, cada día estamos más cerca de la meta: el encuentro con la vida plena y esta esperanza ilumina y plenifica la vida diaria.
En el Evangelio Jesús advierte del peligro de las riquezas. Estar apegado a ellas nos roba libertad e identidad. Uno no es lo que tiene. Somos más que nuestras posesiones. Las posesiones dan seguridad, es verdad y un mínimo hay que tener para vivir. Cuando se tiene una familia también está la responsabilidad de que tengan lo necesario para ir adelante con dignidad. La misma familia de Nazaret vivió esta realidad natural de tener un sustento material, un oficio, ... lo normal. El problema es el apego a las cosas. El creer que sin ellas no podemos vivir o seremos menos. Jesús libera de las posesiones y pide vivir en desprendimiento para su seguimiento. Aquel joven rico se marchó triste. Los discípulos también quedaron inquietos, pero Jesús dice que para Dios no hay nada imposible.
Fijemos los ojos en Jesús, que siendo rico se hizo pobre por nosotros y siguiendo su ejemplo dejemos atrás lo que a cada uno nos pida.
LA VOZ DE MADRE TERESA DE CALCUTA
No tenemos ningún derecho a juzgar a los ricos. Por nuestra parte, lo que buscamos no es una lucha de clases sino un encuentro de las clases, para que los ricos salven a los pobres y los pobres a los ricos.
Con respecto a Dios, nuestra pobreza es nuestro humilde reconocimiento y aceptación de nuestro pecado, impotencia y absoluta nada, así como el reconocimiento de nuestra indigencia ante Él, expresado en forma de esperanza en Él, en apertura para recibir todas las cosas de Él como de nuestro Padre. Nuestra pobreza deberá ser la verdadera pobreza evangélica: amable, tierna, alegre y generosa, siempre dispuesta a dar una expresión de amor. La pobreza es amor antes de ser renuncia. Para amar es necesario dar. Para dar es necesario estar libre de egoísmo.
Con respecto a Dios, nuestra pobreza es nuestro humilde reconocimiento y aceptación de nuestro pecado, impotencia y absoluta nada, así como el reconocimiento de nuestra indigencia ante Él, expresado en forma de esperanza en Él, en apertura para recibir todas las cosas de Él como de nuestro Padre. Nuestra pobreza deberá ser la verdadera pobreza evangélica: amable, tierna, alegre y generosa, siempre dispuesta a dar una expresión de amor. La pobreza es amor antes de ser renuncia. Para amar es necesario dar. Para dar es necesario estar libre de egoísmo.
2 MARZO, DOMINGO 8º del tiempo ordinario
Isaías 49, 14-15
Sión decía:
«Me ha abandonado el Señor,
mi dueño me ha olvidado.»
¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura,
no conmoverse por el hijo de sus entrañas?
Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.
Salmo 61 R. Descansa sólo en Dios, alma mía.
Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación;
mi alcázar: no vacilaré. R.
Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. R.
De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.
Pueblo suyo confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón. R.
Pablo a los Corintios 4, 1-5
Hermanos:
Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador, lo que se busca es que sea fiel. Para mí, lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor.
Así, pues, no juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá la alabanza de Dios.
Mateo 6, 24-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos como crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso.
Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos. »
NO A LA IDOLATRÍA DEL DINERO
EL Dinero, convertido en ídolo
absoluto, es para Jesús el mayor enemigo de ese mundo más digno, justo y
solidario que quiere Dios. Hace ya veinte siglos que el Profeta de Galilea
denunció de manera rotunda que el culto al Dinero será siempre el mayor
obstáculo que encontrará la Humanidad para progresar hacia una convivencia más
humana.
La lógica de Jesús es aplastante: “No
podéis servir a Dios y al Dinero”. Dios no puede reinar en el mundo y ser
Padre de todos, sin reclamar justicia para los que son excluidos de una vida
digna. Por eso, no pueden trabajar por ese mundo más humano querido por Dios
los que, dominados por el ansia de acumular riqueza, promueven una economía que
excluye a los más débiles y los abandona en el hambre y la miseria.
Es sorprendente lo que está sucediendo
con el Papa Francisco. Mientras los medios de comunicación y las redes sociales
que circulan por internet nos informan, con toda clase de detalles, de los
gestos más pequeños de su personalidad admirable, se oculta de modo vergonzoso
su grito más urgente a toda la Humanidad: “No a una economía de la exclusión y
la iniquidad. Esa economía mata”.
Sin embargo, Francisco no necesita
largas argumentaciones ni profundos análisis para exponer su pensamiento. Sabe
resumir su indignación en palabras claras y expresivas que podrían abrir el
informativo de cualquier telediario, o ser titular de la prensa en cualquier
país. Solo algunos ejemplos.
“No puede ser que no sea noticia que
muera de frío un anciano en situación de la calle y que sí lo sea la caída de
dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión.
No se puede tolerar que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es
iniquidad”.
Vivimos “en la dictadura de una
economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”. Como
consecuencia, “mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente,
las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría
feliz”.
“La cultura del bienestar nos
anestesia, y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos
comprado, mientras todas esa vidas truncadas por falta de posibilidades nos
parecen un espectáculo que de ninguna manera nos altera”.
Como ha dicho él mismo: “este mensaje
no es marxismo sino Evangelio puro”. Un mensaje que tiene que tener eco
permanente en nuestras comunidades cristianas. Lo contrario podría ser signo de
lo que dice el Papa: “Nos estamos volviendo incapaces de compadecernos de los
clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás”. (j. a. Pagola)
1 MARZO, SÁBADO, 7ª semana del tiempo ordinario
del apóstol Santiago 5,13-20:
¿Sufre alguno de vosotros? Rece. ¿Está alegre alguno? Cante cánticos. ¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, y que recen sobre él, después de ungirlo con óleo, en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo curará, y, si ha cometido pecado, lo perdonará. Así, pues, confesaos los pecados unos a otros, y rezad unos por otros, para que os curéis. Mucho puede hacer la oración intensa del justo. Elías, que era un hombre de la misma condición que nosotros, oró fervorosamente para que no lloviese; y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Luego volvió a orar, y el cielo derramó lluvia y la tierra produjo sus frutos. Hermanos míos, si alguno de vosotros se desvía de la verdad y otro lo encamina, sabed que uno que convierte al pecador de su extravío se salvará de la muerte y sepultará un sinfín de pecados.
Salmo 140 R/. Suba mi oración como incienso en tu presencia, Señor
Señor, te estoy llamando, ven deprisa,
escucha mi voz cuando te llamo.
Suba mi oración como incienso en tu presencia,
el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde. R/.
Coloca, Señor, una guardia en mi boca,
un centinela a la puerta de mis labios.
Señor, mis ojos están vueltos a ti,
en ti me refugio, no me dejes indefenso. R/.
Marcos 10,13-16:
En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.»
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.
PARA VIVIR ESTA PALABRA
La oración, el dirigirnos y comunicarnos amorosamente con nuestro Dios, siempre es bueno y algo que debemos realizar continuamente. A través de la oración, el Señor nos hace comprender su presencia constante en nuestra vida, que nunca nos deja huérfanos, que en la salud y en la enfermedad camina con nosotros. Él nos dará la fuerza suficiente para enfrentarnos, como seguidores suyos, a cada situación que nos toque vivir en esta tierra, antes de desembocar en la plenitud de la vida en nuestra resurrección, donde la enfermedad, el dolor y las lágrimas no tendrán cabida, sino que desaparecerán.
En el evangelio, Jesús nos pide que aceptemos el reino de Dios como un niño. Aceptar a nuestro Dios, con la ingenuidad y la confianza de un niño hacia su padre o madre, puesto que nuestro Dios es Amor pleno, total, gratuito y perenne. Confiar plenamente en Él, creernos de arriba abajo todo lo que nos dice, porque son las palabras y las indicaciones de un Padre-Madre que nos ama entrañablemente. Al caminar por la vida por el sendero por Él indicado, nos vamos dando cuenta de que hemos apostado bien, de que nuestro Dios no nos ha engañado, que todas sus promesas se cumplen, que todas sus palabras llevan a la vida. “Sé de quien me he fiado” dirá san Pablo.
LA VOZ DE SANTA TERESA DE LISIEUX
Como una madre acaricia a su hijo, así os consolaré yo; os llevaré en mis brazos y sobre mis rodillas os meceré (Is 66,13). Nunca palabras más tiernas ni más melodiosas alegraron mi alma ¡El ascensor que ha de elevarme hasta el cielo son tus brazos, Jesús! Y para eso, no necesito crecer; al contrario, tengo que seguir siendo pequeña, tengo que empequeñecerme más y más. Tú, Dios mío, has rebasado mi esperanza, y yo quiero cantar tus misericordi
28 febrero, VIERNES, 7ª semana del tiempo ordinario
de la carta del apóstol Santiago 5,9-12:
No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta. Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Llamamos dichosos a los que tuvieron constancia. Habéis oído ponderar la paciencia de Job y conocéis el fin que le otorgó el Señor. Porque el Señor es compasivo y misericordioso. Pero ante todo, hermanos míos, no juréis ni por el cielo ni por la, tierra, ni pronunciéis ningún otro juramento; vuestro sí sea un sí y vuestro no un no, para no exponeros a ser juzgados.Salmo 102 R/. El Señor es compasivo y misericordioso
Bendice, alma mía, al Señor,y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo. R/.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.
evangelio según san Marcos 10,1-12:
En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba.Se acercaron unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Le es licito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»
Contestaron: «Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»
Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne." De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Las dificultades de la convivencia humana han existido siempre. Santiago habla de "no quejarse" de vivir con paciencia y sufriendo si es necesario, como los profetas. No es dejar de ver la realidad, que eso es irrenunciable, pero el mal ambiente que se puede crear en familias y comunidades, etc, porque siempre hay alguien con quejas continuas, sin capacidad de aguante y contagiando negatividad .... eso es muy pesado y desgasta los ambientes. Personas quejosas, que nunca ven nada positivo, que es abrir la boca para decir algo negativo, ... hasta el mismo tono es desagradable. En fin, que hay un trabajito personal que hacer siempre para no entrar en este grupo de personas siempre en queja.
En el Evangelio, Jesús instruye a sus discípulos sobre el Reino.
En realidad el Reino coincide con el Plan original de Amor de Dios para la humanidad. Jesús lo restaura, por eso remite al origen, a la voluntad inicial de Dios que no ha cambiado, porque de Él solo nacen deseos de amor para todos. Para el hombre y para la mujer ... “al principio” no fue así. “Dios los creó hombre y mujer”, dice Jesús.
Existen leyes para el divorcio, para la separación. Pero, el ideal no es secundar esas leyes, sino que el ideal es que no se necesite llegar a esos extremos. ¿Cómo? Cuidando el alma, cuidando el amor, cuidando el sentido. No perdiendo nunca el porqué y el para qué, espontáneamente se encontrará el cómo.
La vida actual se presta a dificultades múltiples de las parejas. La convivencia no es fácil, ni el seguir creciendo y madurando en un proyecto común de amor. Una cosa es enamorarse, que eso pasa y otra ir construyendo ladrillo a ladrillo el hogar con Amor diario, cotidiano hecho de mucho diálogo, compasión, afrontando dificultades y compartiendo alegrías.
Jesús nos lleva al origen, al que uno esté Amando y, consecuentemente, defendiendo, viviendo y gozando nuestro amor, que es mucho más que un mero sentimiento.
LA VOZ DE UN FILÓSOFO
Amar es vivificación perenne, creación y conservación intencional de lo amado.” (Ortega y Gasset)
27 febrero, JUEVES, 7ª semana del tiempo ordinario
de la carta del apóstol Santiago 5,1-6:
Ahora, vosotros, los ricos, llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado. Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados. Vuestro oro y vuestra plata están herrumbrados, y esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego. ¡Habéis amontonado riqueza, precisamente ahora, en el tiempo final! El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer. Os habéis cebado para el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste.
Salmo 48 R/. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos
Éste es el camino de los confiados,
el destino de los hombres satisfechos:
son un rebaño para el abismo,
la muerte es su pastor. R/.
Y bajan derechos a la tumba;
se desvanece su figura,
y el abismo es su casa. R/.
Pero a mí, Dios me salva,
me saca de las garras del abismo
y me lleva consigo. R/.
No te preocupes si se enriquece un hombre
y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada,
su fasto no bajará con él. R/.
Aunque en vida se felicitaba:
«Ponderan lo bien que lo pasas»,
irá a reunirse con sus antepasados,
que no verán nunca la luz. R/.
Marcos 9,41-50:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la sazonaréis? Que no falte entre vosotros la sal, y vivid en paz unos con otros».
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Ya los profetas del Antinguo Testamento advirtieron que la injusticia no queda impune. Todo lo que realizamos en esta vida tiene sus consecuencias para la otra, porque el más acá y el más allá se interrelacionan. O construimos la vida o no. Y la vida eterna es ¡vida! si no la has construido, sino que la has "robado" ¿cómo la vas a encontrar? Es verdad que la misericordia de Dios es muy grande, pero su justicia también.Jesús en el Evangelio sigue esta misma línea profética. Lo que realizas en la vida tiene sus consecuencias. Asi que atento a las prioridades: ¿figurar o ser de verdad? ¿qué te vale más? Siempre estamos a tiempo de rectificar y para esto están las serias advertencias de la Palabra que hemos de leer y meditar con agradecimiento y alegría. Como el estudiante a quien le dicen las preguntas del examen. Seguro que si no es perezoso, se las estudia y saca buena nota.
Pon primero lo Primero y ya verás como todo se reordena. Preguntémonos al cabo del día varias veces ¿qué es lo importante? De verdad ¿qué es lo que quiero? o bien sobre las consecuencias de las cosas, palabras, tareas a las que nos estamos dedicando y entregando nuestra vida ¿son las principales, las que verdaderamente me hacen más humano al estilo de Jesús y construyen la vida?
LA VOZ DEL PAPA FRANCISCO
“El reino de los cielos hace fuerza y los esforzados se apoderan de él” (Mt. 11,12), no podemos quedarnos en los balcones mirando, “no balconeen la vida' "
26 febrero, MIÉRCOLES, 7ª semana del tiempo ordinario
de la carta del apóstol Santiago 4,13-17:
Vosotros decís: «Mañana o pasado iremos a esa ciudad y pasaremos allí el año negociando y ganando dinero». y ni siquiera sabéis qué pasará mañana. Pues, ¿qué es vuestra vida? Una nube que aparece un momento y en seguida desaparece. Debéis decir así: «Si el Señor lo quiere y vivimos, haremos esto o lo otro.» En vez de eso, no paráis de hacer grandes proyectos, fanfarroneando; y toda jactancia de ese estilo es mala cosa. Al fin y al cabo, quien conoce el bien que debe hacer y no lo hace es culpable.Salmo 48 R/. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos
Oíd esto, todas las naciones;escuchadlo, habitantes del orbe:
plebeyos y nobles, ricos y pobres. R/.
¿Por qué habré de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y acechen los malvados,
que confían en su opulencia
y se jactan de sus inmensas riquezas? R/.
Si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate.
Es tan caro el rescate de la vida,
que nunca les bastará
para vivir perpetuamente sin bajar a la fosa. R/.
Mirad: los sabios mueren,
lo mismo que perecen los ignorantes y necios,
y legan sus riquezas a extraños. R/.
Marcos 9,38-40:
En aquel tiempo,, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros».Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mi. El que no está contra nosotros está a favor nuestro».
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Santiago nos sigue dando su catequesis sobre la conducta cristiana que se muestra en lo que se dice y en los actos. Una persona creyente sabe que no hace nada solo, ni por sus propias fuerzas. La vida nos es regalada por Dios, que sostiene todo. Tenerlo a él como compañero de viaje es lo correcto. Prescindir de él es impropio de un creyente. No quiere decir tenerlo a todas horas explícitamente nombrándolo, pero si en el vivir conscientes de que él es nuestro futuro y ese futuro que proyectamos (y hemos de hacerlo) será posible si él nos sigue acompañando. Hay que abandonar toda arrogancia que prescinde del Señor de la vida. Las cosas no se dan solo por nuestros cálculos y afanes; él también actúa, eso si, siempre desde el Bien y para Bien.
En el Evangelio vemos a un Jesús de mirada y corazón amplio, en contraste con la estrechez de miras de los discípulos que dicen "no es de los nuestros". Jesús corrige a los discípulos; no lo han hecho bien porque Jesús no es una "patente" exclusiva de la que adueñarse y dar a cuentagotas. No entra en nuestros esquemas que buscan afianzar privilegios. Quien hace milagros en su Nombre está a favor de él, aunque no sea de su "círculo". La persona, hombre o mujer, que trabaja a favor de la justicia, de la paz, de la libertad, el que opta por los otros, por colocarse al servicio del bien común está con él, porque está extendiendo el Reinado del Amor de Dios que Jesús vino a instaurar.
La libertad de Jesús que le lleva a aceptar y afirmar la acción de cualquier persona que está a favor del ser humano es una invitación a mirarnos con unos lentes que nos ayuden a apreciar y valorar todo lo que hay en los demás de bueno, independiente de su religión, ideología, raza, cultura.
LA VOZ DEL PAPA FRANCISCO
A los Apóstoles y a nosotros Jesús no nos dice que formemos un grupo exclusivo, un grupo de élite. Jesús dice: id y haced discípulos a todos los pueblos (cf. Mt 28, 19). San Pablo afirma que en el pueblo de Dios, en la Iglesia, “no hay judío y griego... porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal 3, 28). Desearía decir también a quien se siente lejano de Dios y de la Iglesia, a quien es temeroso o indiferente, a quien piensa que ya no puede cambiar: el Señor te llama también a ti a formar parte de su pueblo y lo hace con gran respeto y amor. Él nos invita a formar parte de este pueblo, pueblo de Dios.
25 febrero, MARTES, 7ª semana del tiempo ordinario
(en la Familia Salesiana, santos Luis Versiglia y Calixto Caravaggio (mártires en China))
de la carta del apóstol Santiago 4,1-10:
¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones. ¡Adúlteros! ¿No sabéis que amar el mundo es odiar a Dios? El que quiere ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios. No en vano dice la Escritura: «El espíritu que Dios nos infundió está inclinado al mal.» Pero mayor es la gracia que Dios nos da. Por eso dice la Escritura: «Dios se enfrenta con los soberbios y da su gracia a los humildes.» Someteos, pues, a Dios y enfrentaos con el diablo, que huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y Dios se acercará a vosotros. Pecadores, lavaos las manos; hombres indecisos, purificaos el corazón, lamentad vuestra miseria, llorad y haced duelo; que vuestra risa se convierta en llanto y vuestra alegría en tristeza. Humillaos ante el Señor, que él os levantará.
Salmo 54 R/. Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará
Pienso: «¡Quién me diera alas de paloma
para volar y posarme!
Emigraría lejos,
habitaría en el desierto.» R/.
«Me pondría en seguida a salvo de la tormenta,
del huracán que devora, Señor;
del torrente de sus lenguas.» R/.
Violencia y discordia veo en la ciudad:
día y noche hacen la ronda
sobre sus murallas. R/.
Encomienda a Dios tus afanes,
que él te sustentará;
no permitirá jamás que el justo caiga. R/.
Marcos 9,30-37:
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará». Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Por el trasfondo de lo que va diciendo la carta de Santiago, se ve que la comunidad que él conoce está dividida por envidias y codicia. Con estas actitudes se están separando de Dios, aunque manifiesten con palabras su amor. Y el apóstol los llama “adúlteros” porque engañan a Dios o, por mejor decir, se engañan a sí mismos cayendo en las tentaciones del mundo y no confiando suficientemente en la vida de la gracia que Dios les ha otorgado.
El texto es una llamada a la búsqueda sincera de Dios en nuestra vida, a no “pasar” de Él cuando la dinámica del mal y la rutina nos contagien de su falsa felicidad, que tantas veces nos gusta, pero no nos haces felices ni alcanzamos nada. Nada más darnos cuenta de que algo que no es propio de un buen seguidor de Jesucristo se nos ha colado, tendríamos que hacer lo posible por dejarlo atrás, sacudírnoslo, es decir, purificar nuestro corazón y lamentarlo. Es decir, que aunque todo el mundo tenga esto o actúe así, yo no, por la gracia de Dios. Mantener los ojos fijos en Jesús y pedir la gracia de imitarlo a él en todo lo que podamos. A veces, basta un pequeño paso y este conduce al siguiente y así, poco a poco se llega arriba, a una alta exigencia con uno mismo y también a una sana autocrítica, porque perfecto no somos ninguno.
Ahí tenemos a los discípulos. Jesús acaba de anunciar por segunda vez su Pasión, Muerte y Resurrección, pero los discípulos parecen no enterarse. Lo que de verdad querían es ser importantes, conseguir unos beneficios materiales, de poder y estaban compitiendo entre ellos por el favor del Señor. Jesús los pone en evidencia y les muestra qué el valor e importancia del Reino es el servicio, la humildad, la pequeñez como la de un niño, al que pone en medio de todos ellos. Ser cristiano implica siempre humildad y servicio.
LA VOZ DE UN OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA
¿Acaso lo consideras inferior porque se ciñe un delantal para lavar los pies de sus discípulos, mostrándoles que el medio más seguro para ascender, es descender? (san Gregorio Nacianceno, siglo IV)
24 febrero, LUNES, 7ª semana del tiempo ordinario
de la carta del apóstol Santiago 3,13-18:
¿Hay alguno entre vosotros sabio y entendido? Que lo demuestre con una buena conducta y con la amabilidad propia de la sabiduría. Pero, si tenéis el corazón amargado por la envidia y las rivalidades, no andéis gloriándoos, porque sería pura falsedad. Esa sabiduria no viene del cielo, sino que es terrena, animal, diabólica. Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia.
Salmo: 18 R . Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R.
Evangelio según san Marcos 9, 14-29
En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al llegar adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo.
Él les preguntó: «¿De qué discutís?»
Uno le contestó: «Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces».
Él les contestó: «¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».
Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?»
Contestó él: «Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos».
Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe.»
Entonces el padre del muchacho gritó: «Tengo fe, pero dudo; ayúdame».
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Vete y no vuelvas a entrar en él».
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó, cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?»
Él les respondió: «Esta especie sólo puede salir con oración y ayuno».
PARA VIVIR ESTA PALABRA
La carta de Santiago sigue dándonos lecciones sencillas y concretas. Todo en con el hilo conductor de las obras, del comportamiento, de la conducta. Quien se crea que posee sabiduría, que lo demuestre, nos dice, con una buena conducta y con la amabilidad propia de la sabiduría. Tendrían que meditar este texto en todas las universidades del mundo y en todos los cursos de másters,, etc, donde la gente acude para formarse, todos saldrían ganando.
También Santiago denuncia la sabiduría que llama "diabólica" porque es pura falsedad. Es decir, si no hace a la persona mejor, está claro que la hace peor, entonces no es de Dios, porque Dios es pura bondad y sus hijos e hijas hemos de parecernos a Él, si es que de verdad somos sus hijos, si no lo llevaremos de nombre, pero sin parecido alguno con Él. Y al final de todo, pero no menos importante esa preciosa conclusión: "los que procuran la paz, están sembrando la paz y su fruto es la justicia. ¡cuánta falta hace esta actitud de construcción de la paz en todos los ambientes, y especialmente en la política, economía, ... no se puede entender que en un mundo tan "avanzado" como el nuestro siga habiendo guerras porque los líderes políticos y los que más tienen no hacen todo lo que está en sus manos. Sin paz no hay justicia y viceversa, las injusticias hacen perder la paz.
Jesús en el evangelio nos pide más oración y ayuno. A pocos días de la cuaresma podemos acoger estas palabras con renovada voluntad de ser de los que oran y ayunan según él nos enseña, sin que los demás lo noten, pero nosotros sí, delante de Dios y para que sean "expulsados tantos demonios" que hacen tanto daño a inocentes. El mal no tiene ningún futuro en la otra vida, pero en ésta si que hace daño y se ceba con los más indefensos. Oremos y ayunemos un poquito más de aquello que podemos ofrecer al Señor en silencio y desde el corazón, uniendo el nuestro al suyo.
Juliana de Norwich (siglo 14)
Perfectamente vi que Dios jamás cambia sus intenciones sean las que sean y que jamás las cambiará en toda la eternidad. Hay sólo, en su disposición perfecta de las cosas, conozca toda eternidad… No falta nada en esta disposición perfecta, porque lo creó todo en la plenitud de su bondad.
23 febrero, 7º DOMINGO del tiempo ordinario
del Levítico 19, 1-2. 17-18
El Señor habló a Moisés:- «Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles:
"Seréis santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo.
No odiarás de corazón a tu hermano. Reprenderás a tu pariente, para que no cargues tú con su pecado.
No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Yo soy el Señor."»
Salmo 102, 1-2. 3-4. 8 y 10. 12-13 R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice, alma mía, al Señor,y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R.
Como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por sus fieles. R.
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3, 16-23
Hermanos:¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros.
Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio.
Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: «Él caza a los sabios en su astucia.» Y también: «El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos.» Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios
evangelio según san Mateo 5, 38-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente." Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica; dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas.
Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»
UNA LLAMADA ESCANDALOSA
La llamada al amor es siempre
seductora. Seguramente, muchos acogían con agrado la llamada de Jesús a amar a
Dios y al prójimo. Era la mejor síntesis de la Ley. Pero lo que no podían
imaginar es que un día les hablara de amar a los enemigos.
Sin embargo, Jesús lo hizo. Sin
respaldo alguno de la tradición bíblica, distanciándose de los salmos de
venganza que alimentaban la oración de su pueblo, enfrentándose al clima
general de odio que se respiraba en su entorno, proclamó con claridad absoluta
su llamada: “Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced
el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os calumnian”.
Su lenguaje es escandaloso y
sorprendente, pero totalmente coherente con su experiencia de Dios. El Padre no
es violento: ama incluso a sus enemigos, no busca la destrucción de nadie. Su
grandeza no consiste en vengarse sino en amar incondicionalmente a todos. Quien
se sienta hijo de ese Dios, no introducirá en el mundo odio ni destrucción de
nadie.
El amor al enemigo no es una enseñanza
secundaria de Jesús, dirigida a personas llamadas a una perfección heroica. Su
llamada quiere introducir en la historia una actitud nueva ante el enemigo
porque quiere eliminar en el mundo el odio y la violencia destructora. Quien se
parezca a Dios no alimentará el odio contra nadie, buscará el bien de todos
incluso de sus enemigos.
Cuando Jesús habla del amor al enemigo,
no está pidiendo que alimentemos en nosotros sentimientos de afecto, simpatía o
cariño hacia quien nos hace mal. El enemigo sigue siendo alguien del que
podemos esperar daño, y difícilmente pueden cambiar los sentimientos de nuestro
corazón.
Amar al enemigo significa, antes que
nada, no hacerle mal, no buscar ni desear hacerle daño. No hemos de extrañarnos
si no sentimos amor alguno hacia él. Es natural que nos sintamos heridos o
humillados. Nos hemos de preocupar cuando seguimos alimentando el odio y la sed
de venganza.
Pero no se trata solo de no hacerle
mal. Podemos dar más pasos hasta estar incluso dispuestos a hacerle el bien si
lo encontramos necesitado. No hemos de olvidar que somos más humanos cuando
perdonamos que cuando nos vengamos alegrándonos de su desgracia.
El perdón sincero al enemigo no es
fácil. En algunas circunstancias a la persona se le puede hacer en aquel
momento prácticamente imposible liberarse del rechazo, el odio o la sed de
venganza. No hemos de juzgar a nadie desde fuera. Solo Dios nos comprende y
perdona de manera incondicional, incluso cuando no somos capaces de perdonar. (Jose A. Pagola)
LA VOZ DE SAN FRANCISCO DE ASÍS
Dice el Señor: "Amad a vuestros enemigos", [haced el bien a los que os odian, y orad por los que os persiguen y calumnian] (Mt 5,44). En efecto, ama de verdad a su enemigo aquel que no se duele de la injuria que le hace, sino que, por amor de Dios, se consume por el pecado del alma de su enemigo. Y muéstrele su amor con obras.
Hay muchos que, cuando pecan o reciben una injuria, con frecuencia acusan al enemigo o al prójimo. Pero no es así, porque cada uno tiene en su poder al enemigo, es decir, al cuerpo, por medio del cual peca. Por eso, bienaventurado aquel siervo(Mt 24,46) que tiene siempre cautivo a tal enemigo entregado en su poder, y se guarda sabiamente de él; porque, mientras haga esto, ningún otro enemigo, visible o invisible, podrá dañarle.
22 febrero, SÁBADO, 6ª semana del tiempo ordinario
La Cátedra de San Pedro es una de las celebraciones más antiguas del cristianismo: hay ya un primer testimonio en lo que puede considerarse como incipiente calendario cristiano, la Depositio martyrum del año 336, pocos años después de alcanzar el cristianismo lo que se ha denominado la paz constantiniana. El día 22 de febrero de este incipiente calendario, con sólo una treintena escasa de fiestas de santos, está dedicado al Natale Petri de Cathedra, que equivale a la fiesta de la Cátedra de San Pedro, o, lo que es lo mismo, a la misión de Pedro como maestro de la Iglesia de Jesucristo.
I Pedro 5,1-4
Queridos hermanos: A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a manifestarse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, gobernándolo no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sórdida ganancia, sino con generosidad; no como déspotas sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.Salmo 22 R/. El Señor es mi pastor, nada me falta
El Señor es mi pastor, nada me falta:en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara, mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R/.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.
Tu bondad y tu misericordia
me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.
Mateo 16,13-19
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Pedro experimentó la grandeza y la debilidad de todo ser humano, de todo seguidor de Jesús. No fue lineal la historia de Pedro. Su corazón y su actuar no fueron plenamente cristianos desde el principio. Su carácter impetuoso y espontáneo le llevó siempre a expresar con prontitud lo que sentía en su interior. Por eso, cuando el Señor Jesús, por primera vez, le dijo “sígueme”, inmediatamente, dejó su barca, sus redes y le siguió. Intuía que Jesús era distinto y mejor que el resto de los hombres.
Los evangelios nos relatan un segundo momento en el que Jesús vuelve a decirle “sígueme”. Fue en el lago de Tiberíades, después de preguntarle por tres veces si lo amaba y de escuchar su respuesta. “Dicho esto, añadió: Sígueme”. En esta segunda ocasión, su respuesta fue más reposada, más firme… y más suplicante de ayuda. Para entonces, sabía de sus negaciones, de su intento de apartar a Jesús del camino de la cruz, de las discusiones con los otros discípulos sobre quién era el primero… sabía con más fuerza de su grandeza y de su debilidad. Algo que siguió experimentando cuando estaba al frente de la iglesia y dudaba, por ejemplo, de cómo proceder ante los gentiles y sus costumbres.
En la cátedra de Pedro hoy se sienta el Papa Francisco, un hombre, un cristiano, un obispo, que al igual que San Pedro, sabe de su grandeza y de su debilidad. No se recata en decir que él también peca, pero que la misericordia Dios es mayor que el pecado, y que se la brinda a todo el que acude a él.
La voz de san León Magno
Tú eres Pedro”, es decir: Yo soy la roca inconmovible, la piedra angular que de dos pueblos hago uno solo, el fundamento fuera del cual nadie puede poner otro (1C 3,11), pero tú también eres piedra, porque eres sólido por mi fuerza, y lo que yo tengo como propio por mi poder, tú lo tienes en común conmigo por el hecho de que tú participas de mi poder.