JUEVES, 30 enero 2014, 3ª semana del tiempo ordinario
del segundo libro de Samuel 7,18-19.24-29
Después que Natán habló a David, el rey fue a presentarse ante el Señor y dijo: «¿Quién soy yo, mi Señor, y qué es mi familia, para que me hayas hecho llegar hasta aquí? ¡Y, por si fuera poco para ti, mi Señor, has hecho a la casa de tu siervo una promesa para el futuro, mientras existan hombres, mi Señor! Has establecido a tu pueblo Israel como pueblo tuyo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios. Ahora, pues, Señor Dios, mantén siempre la promesa que has hecho a tu siervo y su familia, cumple tu palabra. Que tu nombre sea siempre famoso. Que digan: "¡El Señor de los ejércitos es Dios de Israel!" Y que la casa de tu siervo David permanezca en tu presencia. Tú, Señor de los ejércitos, Dios de Israel, has hecho a tu siervo esta revelación: "Te edificaré una casa"; por eso tu siervo se ha atrevido a dirigirte esta plegaria. Ahora, mi Señor, tú eres el Dios verdadero, tus palabras son de fiar, y has hecho esta promesa a tu siervo. Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor, lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo.»Salmo 131 R/. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre
Señor, tenle en cuenta a Davidtodos sus afanes:
cómo juró al Señor
e hizo voto al Fuerte de Jacob. R/.
«No entraré bajo el techo de mi casa,
no subiré al lecho de mi descanso,
no daré sueño a mis ojos,
ni reposo a mis párpados,
hasta que encuentre un lugar para el Señor,
una morada para el Fuerte de Jacob.» R/.
El Señor ha jurado a David
una promesa que no retractara:
«A uno de tu linaje pondré sobre tu trono.» R/.
«Si tus hijos guardan mi alianza
y los mandatos que les enseño,
también sus hijos, por siempre,
se sentarán sobre tu trono.» R/.
Porque el Señor ha elegido a Sión,
ha deseado vivir en ella:
«Ésta es mi mansión por siempre,
aquí viviré, porque la deseo.» R/.
evangelio según san Marcos 4,21-25:
En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre: «¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga.»Les dijo también: «Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará con creces hasta lo que tiene.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
El rey David lleno de agradecimiento por lo que ha recibido del Señor, después de escuchar al profeta Natán, asombrado y agradecido por la elección Dios, porque se siente mirado por Dios y amado profundamente por Él, dice una oración-bendición a Dios, en la que pide permanecer siempre fiel: “que la casa de tu siervo esté siempre en tu presencia”.
Nos enseña cómo debemos corresponder a la elección de Dios, a sus promesas: reconociéndonos pequeños, permaneciendo humildes sin dejar que el orgullo y la presunción entren en nuestro corazón y, por último, respondiendo al amor de Dios con nuestra propia fidelidad.
El evangelio de Marcos nos ofrece hoy dos enseñanzas que en el contexto de la parábola del sembrador adquieren un sentido nuevo y revelador, y nos indican cómo recibir las palabras de Jesús:
- Que salga a la luz lo que Dios ha sembrado en nuestro interior y
- que tengamos cuidado en cómo "medimos" a los demás, porque todo tiene su efecto "boomerang". Por ejemplo, si no valoras a los demás ¿como te quejas de que no eres valorado? Si no sonríes ni vas haciendo favores, ¿cómo vas diciendo que los otros son antipáticos y tacaños?.
Deberíamos tener mucho cuidado con los juicios, expresiones, quejas, ... ¡lo negativo! que siempre vemos en los otros, nada más el comentarlo y comentarlo .. nos provocará tristezas y a los que lo escuchan también. Por el contrario, si uno es positivo, va animando y proponiendo cosas buenas, disfrutará mucho más y hará disfrutar a los otros. Por eso al que tiene se le dará.
Se nos ha dado una semilla, si la cuidamos, dará frutos de vida eterna, se multiplicará, tendremos más. Si la enterramos, se perderá, ...
LA VOZ DE SAN FRANCISCO DE ASÍS (siglo XII-XIII)
Bienaventurado el siervo que no se tiene por mejor cuando es engrandecido y exaltado por los hombres, que cuando es tenido por vil, simple y despreciado, porque cuanto es el hombre delante de Dios, tanto es y no más.
Bienaventurado aquel religioso que no encuentra placer y alegría sino en las santísimas palabras y obras del Señor, y con ellas conduce a los hombres al amor de Dios con gozo y alegría.
MIÉRCOLES, 29 enero 2014, 3ª semana del tiempo ordinario
del segundo libro de Samuel 7,4-17
En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor: «Ve y dile a mi siervo David: "Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy, no he habitado en una casa, sino que he viajado de acá para allá en una tienda que me servía de santuario. Y, en todo el tiempo que viajé de acá para allá con los israelitas, ¿encargué acaso a algún juez de Israel, a los que mandé pastorear a mi pueblo Israel, que me construyese una casa de cedro?" Pues bien, di esto a mi siervo David: "Así dice el Señor de los ejércitos: Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Él construirá una casa para mi nombre, y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo; si se tuerce, lo corregiré con varas y golpes como suelen los hombres, pero no le retiraré mi lealtad como se la retiré a Saúl, al que aparté de mi presencia. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre."» Natán comunicó a David toda la visión y todas estas palabras.
Salmo 88 R/. Le mantendré eternamente mi favor
Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades.» R/.
«Él me invocará: "Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora";
y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra.» R/.
«Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable;
le daré una prosperidad perpetua
y un trono duradero como el cielo.» R/.
evangelio según san Marcos 4,1-20
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y el gentío se quedó en la orilla.
Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar: «Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno.»
Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.
Él les dijo: «A vosotros se os han comunicado los secretos del reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que, por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y los perdonen."»
Y añadió: «¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso; al escucharla, la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben. Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
¡Qué buen narrador era Jesús! Tenía que ser una gozada escucharle contar estos cuentos con enseñanzas. No estuvimos allí, pero la tenemos hoy aquí y podemos situarnos con corazón abierto para recibirla y aprender la lección que nos quiere dar.
La Palabra no es sólo para sabérsela de memoria, que seguro esta Parábola la sabemos de sobra, es para darle vueltas de modo que haga de espejo para la propia vida.
Podemos fijarnos en lo que sofoca, ahoga, impide que la semilla de la Palabra de Dios eche raíces y crezca en nuestros corazones. En síntesis podemos decir: PÁJAROS, PIEDRAS Y ESPINOS.
¡Cuántos pájaros en nuestras cabezas "se comen" lo esencial! Nos distraen de mantener la atención en lo verdaderamente importante y a ello dedicarle pensamiento, tiempo y acción. A veces, le decimos a los niños o jóvenes que se distraen, que tienen "pájaros en la cabeza" y no ven la realidad ni prestan atención a lo que se les dice. ¿y los adultos? ¿y ahora tu y yo?
"Piedras", obstáculos, tropiezos, ... esto también nos puede dar para pensar. Nos fijamos un propósito y luego a la primera dificultad, tiramos la toalla y no se hace un hábito constante en nuestra vida. ¡abandonamos!
"Espinos", ¿qué tenemos alrededor? Seguramente nadie vive ·entre almohadas· y con todo a su favor. Hay ambientes que pueden influir, pero nunca deberían hacernos desistir, asfixiarnos ni ahogarnos. Al contrario, aquello que nos ahogue habrá que tomarse un respiro y volver con más aire (si se puede) y si no abandonar ese "contexto asfixiante" porque Dios no pide más de lo que podemos dar.
Y ¡lo mejor! ¡la tierra buena! Gracias a Dios que hay mucha y también muchas parcelas de tu corazón y el mío. Asi que no hay lugar para la desesperanza, a seguir dejando que el sembrador nos cultive hasta ser tierra buena como María.
LA VOZ DE UN MONJE Y OBISPO
El cuidado de nuestra alma es muy semejante al cultivo de la tierra. Lo mismo que en una tierra cultivada arrancamos por un lado y extirpamos por otro hasta la raíz para sembrar el buen grano, debemos hacer lo mismo en nuestra alma: arrancar lo que es malo y plantar lo que es bueno; extirpar lo que es perjudicial, incorporar lo que es útil; desarraigar el orgullo y plantar la humildad; echar la avaricia y guardar la misericordia; despreciar la impureza y gustar la castidad…
En efecto sabéis cómo se cultiva la tierra. En primer lugar arrancamos las zarzas, echamos las piedras bien lejos, luego aramos la tierra, empezamos de nuevo una segunda vez, una tercera, y por fin sembramos. De igual manera en nuestra alma: en primer lugar, desarraiguamos las zarzas, es decir los malos pensamientos; luego quitamos las piedras, es decir toda malicia y dureza.
En fin labremos nuestro corazón con el arado del Evangelio y el hierro de la cruz, trabajémoslo por la penitencia y la limosna, por la caridad preparémoslo para la semilla del Señor, con el fin de que pueda recibir con alegría la semilla de la palabra divina y producir no sólo treinta, sino que sesenta y cien veces su fruto. (san Cesareo de Arlés siglo V-VI)
MARTES, 28 enero 2014, 3ª semana del tiempo ordinario.
FIESTA DE SANTO TOMÁS DE AQUINO
del segundo libro de Samuel 6,12b-15.17-19:
En aquellos días, fue David y llevó el arca de Dios desde la casa de Obededom a la Ciudad de David, haciendo fiesta. Cuando los portadores del arca del Señor avanzaron seis pasos, sacrificó un toro y un ternero cebado. E iba danzando ante el Señor con todo entusiasmo, vestido sólo con un roquete de lino. Así iban llevando David y los israelitas el arca del Señor entre vítores y al sonido de las trompetas. Metieron el arca del Señor y la instalaron en su sitio, en el centro de la tienda que David le había preparado. David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión al Señor y, cuando terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en el nombre del Señor de los ejércitos; luego repartió a todos, hombres y mujeres de la multitud israelita, un bollo de pan, una tajada de carne y un pastel de uvas pasas a cada uno. Después se marcharon todos, cada cual a su casa.
Salmo 23 R/. ¿Quién es ese Rey de la gloria? Es el Señor en persona
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R/.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra. R/.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R/.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria. R/.
Evangelio según san Marcos 3,31-35:
En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo: «Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan».
Les contestó: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?». Y, paseando la mirada por el corro, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre».
PARA VIVIR ESTA PALABRA
La familia de Jesús, su "clan" que vivía en Nazaret, escucha noticias de lo que está pasando en Cafarnaún con Jesús y sienten una natural preocupación por uno de los suyos. Se ponen en camino, hacen km y van a ver cómo está. Ya sabemos como los comentarios pueden provocar "alarmas" y exageraciones. Conociendo su equilibrio, su modo inteligente de actuar, ante lo que les hayan contado no les parece más que "habrá perdido la razón". Es una preocupación que muestra que lo quieren y es importante para ellos. ¡Qué alegría tener una familia que se preocupa por uno! ¿Qué pensaríamos si un hijo nuestro abandonara trabajo, familia y casa para dedicarse en solitario a predicar el amor, el servicio a un Dios que está lejos del que conocemos, del que nos predican los “rabinos” y “sabios” de turno? ¿Qué piensan padres, hermanos, parientes y amigos cuando una mujer o un hombre, jóvenes y con éxito, abandonan todo para entregarse a Dios? ¿Acaso no dudan -¿dudamos?- de que esté en sus cabales?
Las palabras de Jesús parecen un aparente rechazo, pero en realidad son una mayor alabanza. ¿Quién ha escuchado la Palabra de Dios y la ha cumplido tan al pie de la letra que la ha encarnado, y le ha ayudado a hacerse un hombre?
Cuando Jesús dice que mejor los que escuchan la Palabra y la cumplen, tiene que estar pensando que es su madre la que ha escuchado y ha cumplido la Palabra; la que ha entregado toda su vida al servicio de la Palabra. Y así lo encontramos dicho explícitamente en san lucas. María ha arriesgado todo al aceptar ser la Madre del Hijo de Dios, confiando plenamente que Dios no la dejaría de lado, que siempre estaría con ella. Y esta confianza se mantendrá firme incluso en el momento de la cruz. Tal vez sin entender del todo lo que estaba pasando.
LAS ULTIMAS PALABRAS DE SANTO TOMAS DE AQUINO (al recibir la Comunión en su lecho de muerte)
“Te recibo, precio de la redención de mi alma, viático de mi peregrinación;
por amor a ti estudié, velé y trabajé.
Te prediqué, te enseñé y nunca dije nada contra ti,
a no ser por ignorancia, pero no me empeño en mi error;
si he enseñado mal acerca de este sacramento o sobre cualquier otro,
lo someto al juicio de la santa Iglesia romana, en cuya obediencia salgo ahora de esta vida”.
lunes 27 de enero, 3ª semana del tiempo ordinario
1º Samuel 5,1-7.10:
En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le dijeron: «Hueso tuyo y carne tuya somos: ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las entradas y salidas de Israel. Además el Señor te ha prometido: "Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tu serás el jefe de Israel."»
Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel. Tenía treinta años cuando empezó a reinar, y reinó cuarenta años; en Hebrón reinó sobre Judá siete años y medio, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre Israel y Judá. El rey y sus hombres marcharon sobre Jerusalén, contra los jebuseos que habitaban el país.
Los jebuseos dijeron a David: «No entrarás aquí. Te rechazarán los ciegos y los cojos.» Era una manera de decir que David no entraría. Pero David conquistó el alcázar de Sión, o sea, la llamada Ciudad de David. David iba creciendo en poderío, y el Señor de los ejércitos estaba con él.
Salmo 88 R/. Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán
Un dia hablaste en visión a tus amigos:
«He ceñido la corona a un héroe,
he levantado a un soldado sobre el pueblo.» R/.
«Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso.» R/.
«Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder:
extenderé su izquierda hasta el mar,
y su derecha hasta el Gran Río.» R/.
Marcos 3,22-30:
En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios.» Él los invitó a acercarse y les puso estas parábolas: «¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa. Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre.» Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Los escribas eran personas cultas en Israel. Habían ido a escuelas con maestros y estaban preparados para asumir responsabilidades y cargos públicos. Eran una autoridad moral para el pueblo, cuya mayoría no había podido ir a esas escuelas. El juicio de estos escribas sobre Jesús es muy duro. Ven lo que hace: el mal ante Jesús desaparece, es evidente. La gente se recupera con Jesús y encuentra el camino hacia Dios.
¿Por qué son tan duros en juzgar a Jesús? Ellos son los que entienden de la Ley dada por Moisés. El camino de Israel para mantenerse fiel a Dios y vivir en comunión con Él.
Y es que Jesús no entra en sus esquemas. La misericordia que practica y el consuelo que da a la gente sencilla, sin imponerles "cargas pesadas" sino ese "vete en paz, tu fe te ha curado" es inadmisible para ellos. Conclusión: las obras de Jesús no vienen de Dios, porque no llevan al dios que ellos tienen en su mente. Ni por un momento se cuestionan que ellos son los que pueden estar equivocados en su modo de entender al Dios de Israel, a quien Jesús llama su Padre y Padre vuestro.
Pensar en estos escribas nos puede hacer ver que también nosotros somos, a veces, muy duros en nuestros juicios y tenemos que aprender a cuestionarnos a nosotros mismos. Si la obra es buena, si el fruto es bueno ¿quién soy yo para juzgar al otro?
"Liíbrame Señor de lo que se me oculta" dice el salmo 19
26 enero, DOMINGO 3º del tiempo ordinario
Isaías 8, 23b-9, 3
En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí;
ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán,
la Galilea de los gentiles.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;
habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló.
Acreciste la alegría, aumentaste el gozo;
se gozan en tu presencia, como gozan al segar,
como se alegran al repartirse el botín.
Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga,
el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.
Salmo 26 R. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.
Pablo a los Corintios 1, 10-13. 17
Os ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir.
Hermanos, me he enterado por los de Cloe que hay discordias entre vosotros. Y por eso os hablo así, porque andáis divididos, diciendo: «Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo. »
¿Está dividido Cristo? ¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros? ¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo?
Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
evangelio según san Mateo 4, 12-23
Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías:
«País de Zabulón y país de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,
una luz les brilló.»
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
- «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores.
Les dijo:
-«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.
ALGO NUEVO Y BUENO
El primer escritor que recogió la actuación y el mensaje de Jesús lo resumió todo diciendo que Jesús proclamaba la “Buena Noticia de Dios”. Más tarde, los demás evangelistas emplean el mismo término griego (euanggelion) y expresan la misma convicción: en el Dios anunciado por Jesús las gentes encontraban algo “nuevo” y “bueno”.
¿Hay todavía en ese Evangelio algo que pueda ser leído, en medio de nuestra sociedad indiferente y descreída, como algo nuevo y bueno para el hombre y la mujer de nuestros días? ¿Algo que se pueda encontrar en el Dios anunciado por Jesús y que no proporciona fácilmente la ciencia, la técnica o el progreso? ¿Cómo es posible vivir la fe en Dios en nuestros días?
En el Evangelio de Jesús los creyentes nos encontramos con un Dios desde el que podemos sentir y vivir la vida como un regalo que tiene su origen en el misterio último de la realidad que es Amor. Para mí es bueno no sentirme solo y perdido en la existencia, ni en manos del destino o el azar. Tengo a Alguien a quien puedo agradecer la vida.
En el Evangelio de Jesús nos encontramos con un Dios que, a pesar de nuestras torpezas, nos da fuerza para defender nuestra libertad sin terminar esclavos de cualquier ídolo; para no vivir siempre a medias ni ser unos “vividores”; para ir aprendiendo formas nuevas y más humanas de trabajar y de disfrutar, de sufrir y de amar. Para mí es bueno poder contar con la fuerza de mi pequeña fe en ese Dios.
En el Evangelio de Jesús nos encontramos con un Dios que despierta nuestra responsabilidad para no desentendernos de los demás. No podremos hacer grandes cosas, pero sabemos que hemos de contribuir a una vida más digna y más dichosa para todos pensando sobre todo en los más necesitados e indefensos. Para mí es bueno creer en un Dios que me pregunta con frecuencia qué hago por mis hermanos.
En el Evangelio de Jesús nos encontramos con un Dios que nos ayuda a entrever que el mal, la injusticia y la muerte no tienen la última palabra. Un día todo lo que aquí no ha podido ser, lo que ha quedado a medias, nuestros anhelos más grandes y nuestros deseos más íntimos alcanzarán en Dios su plenitud. A mi me hace bien vivir y esperar mi muerte con esta confianza.
Ciertamente, cada uno de nosotros tiene que decidir cómo quiere vivir y cómo quiere morir. Cada uno ha de escuchar su propia verdad. Para mí no es lo mismo creer en Dios que no creer. A mí me hace bien poder hacer mi recorrido por este mundo sintiéndome acogido, fortalecido, perdonado y salvado por el Dios revelado en Jesús. (Jose A. Pagola)
LA VOZ DE SAN COLUMBANO (monje del siglo VI)
Te ruego, Jesús mío, que enciendas tan intensamente mi lámpara
con tu resplandor que, a la luz de una claridad tan intensa, pueda contemplar
el santo de los santos que está en el interior de aquel gran templo, en
el cual tú, Pontífice eterno de los bienes eternos, has penetrado; que allí,
Señor, te contemple continuamente y pueda así desearte, amarte y
quererte solamente a ti, para que mi lámpara, en tu presencia, esté
siempre luciente y ardiente.
25 enero, VIERNES, 2ª semana del tiempo ordinario
Conversión de san Pablo
Hechos de los Apóstoles 22,3-16
En aquellos días, dijo Pablo al pueblo: "Yo soy judío, nací en Tarso de Cilicia, pero me crié en esta ciudad; fui alumno de Gamaliel y aprendí hasta el último detalle de la ley de nuestros padres; he servido a Dios con tanto fervor como vosotros mostráis ahora. Yo perseguí a muerte este nuevo camino, metiendo en la cárcel, encadenados, a hombres y mujeres; y son testigos de esto el mismo sumo sacerdote y todos los ancianos. Ellos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y fui allí para traerme presos a Jerusalén a los que encontrase, para que los castigaran. Pero en el viaje, cerca ya de Damasco, hacia mediodía, de repente una gran luz del cielo me envolvió con su resplandor, caí por tierra y oí una voz que me decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" Yo pregunté: "¿Quién eres, Señor?" Me respondió: "Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues." Mis compañeros vieron el resplandor, pero no comprendieron lo que decía la voz. Yo pregunté: "¿Qué debo hacer, Señor?" El Señor me respondió: "Levántate, sigue hasta Damasco, y allí te dirán lo que tienes que hacer." Como yo no veía, cegado por el resplandor de aquella luz, mis compañeros me llevaron de la mano a Damasco.
Un cierto Ananías, devoto de la Ley, recomendado por todos los judíos de la ciudad, vino a verme, se puso a mi lado y me dijo: "Saulo, hermano, recobra la vista." Inmediatamente recobré la vista y lo vi. Él me dijo: "El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conozcas su voluntad, para que vieras al Justo y oyeras su voz, porque vas a ser su testigo ante todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora, no pierdas tiempo; levántate, recibe el bautismo que, por la invocación de su nombre, lavará tus pecados."
Salmo. 116: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio"
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R/.
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R/.
San Marcos 16,15-18
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos."
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Celebramos hoy la fiesta no de San Pablo sino de la conversión de San Pablo. El hecho más determinante de su vida, que se divide en un antes y un después de este encuentro con Cristo Jesús.
Muchas de sus expresiones nos revelan el giro que dio su vida: “Para mí, la vida es Cristo”.
Desde el día de su conversión, San Pablo tiene grabado a fuego en su corazón que nada le separará del amor de Dios, que él ha de vivir amando a sus hermanos, especialmente a los que desconocen a Cristo. Se expondrá a toda clase de peligros por anunciarlo.
Pablo predica a Cristo y su evangelio y quiere extenderlo a judíos, a gentiles, a todo el mundo “Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación”, porque sabe que el evangelio es “fuerza de salvación (de vida plena)” para todos los que lo aceptan.
Trabajos fatigas, vigilias, ayunos”. Él sabía donde tenía que apoyarse: “Todo lo puedo en aquel que me conforta”. A Pablo, Cristo, el amor de Cristo, le cambió la vida… y en medio de tantas adversas circunstancias por extender su buena noticia caminaba seguro: “Sé de quien me he fiado”.
LA VOZ DE San Juan Crisóstomo (c. 345- 407), sacerdote en Antioquia después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilía 4 sobre San Pablo, 1-2
“¿Qué tengo que hacer, Señor?”
El bienaventurado Pablo que nos reúne hoy ha iluminado al mundo entero. Cuando fue llamado se quedó ciego. Pero esta ceguera hizo de él una antorcha para el mundo. Veía para hacer el mal. En su sabiduría, Dios le volvió ciego para iluminarle para el bien. No solamente le manifestó su poder sino que le reveló las entrañas de la fe que iba a predicar. Había que alejar de él todos los prejuicios, cerrar los ojos y perder las luces falsas de la razón para percibir la buena doctrina, “hacerse loco para llegar a ser sabio” como él mismo dirá más tarde (cf 1 Cor 3,18)... No hay que pensar que esta vocación le ha sido impuesta. Pablo era libre para escoger...
Impetuoso, vehemente, Pablo tenía necesidad de un freno enérgico para no dejarse llevar por la fuga y despreciar la llamada de Dios. Dios, pues, de antemano reprimió este ímpetu, cubriéndolo con la ceguera, apaciguando su cólera. Luego, le habló. Le dio a conocer su sabiduría inefable para que reconociera a aquel que perseguía y comprendiera que no podría resistirse a su gracia. No es la privación de la luz lo que le hizo quedar ciego sino el exceso de ella...
Dios escogió este momento. Pablo es el primero en reconocerlo: “Pero cuando Aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo.” (Gal 1,15)... Aprendamos, pues, de boca de Pablo, que ni él, ni nadie después de él, ha encontrado a Cristo por su propio espíritu. Es Cristo que se revela y se da a conocer, como lo dice el mismo Salvador: “No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros” (cf Jn 15,16).
24 enero, VIERNES, 2ª semana del tiempo ordinario
Fiesta de san Francisco de sales
primer libro de Samuel 24,3-21
“En aquellos días, Saúl, con tres mil soldados de todo Israel, marchó en busca de David y su gente hacia las Peñas de los Rebecos; llegó a unos apriscos de ovejas junto al camino, donde había una cueva, y entró a hacer sus necesidades. David y los suyos estaban en lo más hondo de la cueva, y le dijeron a David sus hombres: Este es el día del que te dijo el Señor: Yo te entrego tu enemigo. Haz con él lo que quieras. Pero él les respondió:¡Dios me libre de hacer eso a mi señor, el ungido del Señor, extender la mano contra él! Y les prohibió enérgicamente echarse contra Saúl, pero él se levantó sin meter ruido y le cortó a Saúl el borde del manto, aunque más tarde le remordió la conciencia por haberle cortado a Saúl el borde del manto.
Cuando Saúl salió de la cueva y siguió su camino, David se levantó, salió de la cueva detrás de Saúl y le gritó: ¡Majestad! Saúl se volvió a ver, y David se postró rostro en tierra rindiéndole vasallaje. Le dijo: ¿Por qué haces caso a lo que dice la gente, que David anda buscando tu ruina? Mira, lo estás viendo hoy con tus propios ojos: el Señor te había puesto en mi poder dentro de la cueva; me dijeron que te matara, pero te respeté y dije que no extendería la mano contra mi señor, porque eres el ungido del Señor. Padre mío, mira en mi mano el borde de tu manto: si te corté el borde del manto y no te maté, ya ves que mis manos no están manchadas de maldad, ni de traición, ni de ofensa contra ti, mientras que tú me acechas para matarme. Que el Señor sea nuestro juez. Y que él me vengue de ti; que mi mano no se alzará contra ti. Como dice el viejo refrán: La maldad sale de los malos..., mi mano no se alzará contra ti. ¿Tras de quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién vas persiguiendo? ¡A un perro muerto, a una pulga! El Señor sea juez y sentencie nuestro pleito, vea y defienda mi causa, librándome de tu mano.
Cuando David terminó de decir esto a Saúl, Saúl exclamó: Pero ¿es ésta tu voz, David, hijo mío? Luego levantó la voz, llorando, mientras decía a David: ¡Tú eres inocente, y no yo! Porque tú me has pagado con bienes, y yo te he pagado con males; y hoy me has hecho el favor más grande, pues el Señor me entregó a ti y tú no me mataste. Porque si uno encuentra a su enemigo, ¿lo deja marchar por las buenas? ¡El Señor te pague lo que hoy has hecho conmigo! Ahora, mira, sé que tú serás rey y que el reino de Israel se consolidará en tu mano”.
Salmo 56 R/. Misericordia, Dios mío, misericordia
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas,
mientras pasa la calamidad. R/.
Invoco al Dios altísimo,
al Dios que hace tanto por mí.
Desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad. R/.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Por tu bondad que es más grande que los cielos,
por tu fidelidad que alcanza las nubes. R/.
Marcos 3,13-19
“En aquel tiempo, Jesús subió a la montaña, llamó a los que quiso, y se fueron con él. A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios: Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges -Los Truenos-; Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, que lo entregó”.
PARA VIVIR ESTA PALABRA
“Subió Jesús a la montaña”.El monte, en la Biblia, es siempre el lugar de las teofanías, de las revelaciones y manifestaciones de Dios. Hoy subió a la montaña a llamar, a escoger a los que quiso. No escogió a los que quisieron, sino a los que quiso. La iniciativa siempre es de Dios.
Lo que sí tuvieron que hacer “los que él quiso” y fueron llamados, fue aceptar, secundar la llamada, responder personalmente al Señor. ¿Qué vieron en Jesús para que no dudaran lo más mínimo en aceptar la propuesta? Sólo sabemos que Jesús no hablaba ni llamaba como los fariseos, sino “con autoridad”, con credibilidad. Y ellos quedaron impactados con la persona y la personalidad de Jesús
Seguían siendo sólo pescadores, pero pescadores “enviados” con poder de convicción. Eran todavía sólo pescadores, pero daban testimonio, de momento, de lo que oían a Jesús, de lo que veían en él y de los signos inequívocos que hacía.
Compañero viene del latín popular "companio", "el que come su pan con". Los discípulos se convierten en personas que comparten su vida con Jesús. No es sólo las ideas, es ¡la vida!
23 enero, jueves, 2ª semana del tiempo ordinario
primer libro de Samuel 18, 6-9
Cuando volvieron de la guerra, después de haber matado David al filisteo, las mujeres de todas las poblaciones de Israel salieron a cantar y recibir con bailes al rey Saúl, al son alegre de panderos y sonajas.
Y cantaban a coro esta copla: «Saúl mató a mil, David a diez mil.»
A Saúl le sentó mal aquella copla, y comentó enfurecido: «iDiez mil a David, y a mí mil! iYa sólo le falta ser rey!»
Y, a partir de aquel dia, Saúl le tomó ojeriza a David. Delante de su hijo Jonatán y de sus ministros, Saúl habló de matar a David.
Jonatán, hijo de Saúl, quería mucho a David y le avisó: «Mi padre Saúl te busca para matarte. Estate atento mañana y escóndete en sitio seguro; yo saldré e iré al lado de mi padre, al campo donde tú estés; le hablaré de ti y, si saco algo en limpio, te lo comunicaré.»
Así, pues, Jonatán habló a su padre Saúl en favor de David: «¡Que el rey no ofenda a su siervo David! Él no te ha ofendido. y lo que él hace es en tu provecho: se jugó la vida cuando mató al filisteo, y el Señor dio a Israel una gran victoria; bien que te alegraste al verlo. ¡No vayas a pecar derramando sangre inocente, matando a David sin motivo!»
Saúl hizo caso a Jonatán y juró: «¡Víve Dios, no morirá!»
Jonatán llamó a David y le contó la conversación; luego lo llevó adonde Saul, y David siguió en palacio como antes.
Salmo 55 R/. En Dios confío y no temo
Misericordia, Dios mío, que me hostigan,
me atacan y me acosan todo el día;
todo el día me hostigan mis enemigos,
me atacan en masa. R/.
Anota en tu libro mi vida errante,
recoge mis lágrimas en tu odre, Dios mío.
Que retrocedan mis enemigos cuando te invoco,
y así sabré que eres mi Dios. R/.
En Dios, cuya promesa alabo,
en el Señor, cuya promesa alabo,
en Dios confío y no temo;
¿qué podrá hacerme un hombre? R/.
Te debo, Dios mío, los votos que hice,
los cumpliré con acción de gracias. R/.
Marcos 3, 7-12
En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío.
Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: "Tú eres el Hijo de Dios". Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer
PARA VIVIR ESTA PALABRA
La envidia que siente Saúl con David es una reacción que se da mucho en la convivencia entre los seres humanos de todos los tiempos. Recordemos la envidia de Caín con Abel. La envidia lleva a querer quitar a la otra persona de la existencia, querer que desaparezca "su brillo" porque molesta y oscurece el propio.
La envidia es resultado de estar centrado en uno mismo y no ser capaz de ver el bien del otro y alegrarse por eso bueno que tiene. La envidia se da en todos los ámbitos: profesional, familiar, escuela, deporte, arte, ... En los cuentos que nos han narrado desde niños está presente y desencadena auténticos dramas.
La solución parte de una decisión tomada en la propio interioridad: no caer en la tentación (pedirlo también en la oración) y hacer ejercicios sencillos y prácticos de alegrarse por el bien ajeno como felicitar al otro de verdad, hablar bien de las personas y no caer en la murmuración ni en quitarle fama a sus espaldas.
En realidad la envidia pone de manifiesto nuestra propia insatisfacción o frustración en alguna área personal. Es un autoengaño porque uno ve el mal en el otro, pero no ejerce la autocrítica.
De vez en cuando viene bien cuestionarse: ¿por qué tengo envidia? ¿por qué la disimulo bajo una crítica negativa del otro? ¿Qué me molesta realmente el éxito del otro o la no aceptación de mi mismo? ¿Qué hay de "Saúl" en mi vida o en esta u otra situación?
LA VOZ DE UN FILÓSOFO
La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren. (Arthur Schopenhauer)
Oenero, Miércoles, 2ª semana del tiempo ordinario
(5º día oración por la Unidad de los cristianos)
En aquellos días, Saúl mandó llamar a David, y éste le dijo: «Majestad, no os desaniméis. Este servidor tuyo irá a luchar con ese filisteo.»
Pero Saúl le contestó: «No podrás acercarte a ese filisteo para luchar con él, porque eres un muchacho, y él es un guerrero desde mozo.»
David le replicó: «El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de las manos de ese filisteo.»
Entonces Saúl le dijo: «Anda con Dios.»
Agarró el cayado, escogió cinco cantos del arroyo, se los echó al zurrón, empuñó la honda y se acercó al filisteo. Éste, precedido de su escudero, iba avanzando, acercándose a David; lo miró de arriba abajo y lo despreció, porque era un muchacho de buen color y guapo, y le gritó: «¿Soy yo un perro, para que vengas a mi con un palo?»
Luego maldijo a David, invocando a sus dioses, y le dijo: «Ven acá, y echaré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.»
Pero David le contestó: «Tú vienes hacia mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy hacia ti en nombre del Señor de los ejércitos, Dios de las huestes de Israel, a las que has desafiado. Hoy te entregará el Señor en mis manos, te venceré, te arrancaré la cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los del campamento filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra; y todo el mundo reconocerá que hay un Dios en Israel; y todos los aquí reunidos reconocerán que el Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas, porque ésta es una guerra del Señor, y él os entregará en nuestro poder.»
Cuando el filisteo se puso en marcha y se acercaba en dirección de David, éste salió de la formación y corrió velozmente en dirección del filisteo; echó mano al zurrón, sacó una piedra, disparó la honda y le pegó al filisteo en la frente: la piedra se le clavó en la frente, y cayó de bruces en tierra. Así venció David al filisteo, con la honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin empuñar espada. David corrió y se paró junto al filisteo, le agarró la espada, la desenvainó y lo remató, cortándole la cabeza. Los filisteos, al ver que había muerto su campeón, huyeron.
Salmo 143 R/. Bendito el Señor, mi Roca
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea. R/.
Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos. R/.
Dios mio, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo. R/.
Marcos 3, 1-6
En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.
Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio.»
Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?»
Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Lo extendió y quedó restablecido.
En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.
Para vivir esta Palabra
El conocido relato de la lucha de David y Goliat, está lleno de signos de fe por parte de David. En primer lugar, se presta voluntario y está tranquilo en una situación de desánimo para su rey.
David está tranquilo y es en nombre de Dios como se dirige a su enemigo: voy hacia ti en nombre del Señor de los ejércitos. Está seguro de que Dios mismo lo hará: Y todo el mundo reconocerá que hay un Dios en Israel.
David está convencido de que su asunto es un asunto del Señor
Podemos preguntarnos hoy: ¿Veo a Dios en mi vida y en mi historia? ¿Siento que le preocupa lo mío, lo nuestro, y que puedo vivir en absoluta confianza?
Y Jesús no tiene límites ni leyes cuando se trata de la vida de las personas, por eso pregunta “¿qué está permitido en sábado: hacer el bien o hacer el mal; salvar una vida o destruirla?” Porque de eso se trata en definitiva. Su objetivo no es cumplir la ley, sino dar vida en abundancia (Jn 10,10).
Jesús no buscó la confrontación, pero no la rehuyó cuando estaban en juego la vida y la dignidad de las personas. Por eso dice este pasaje: “mirándolos con indignación y entristecido por la dureza de su corazón…” Decididamente, su proyecto de vida choca con el judaísmo oficial, y ha de asumir el conflicto.
LA VOZ DE UNA ACTRIZ Y BAILARINA
Lo que somos, es el regalo de Dios para nosotros. En lo que nos convertimos, es el regalo de nosotros para Dios. (Eleanor Powell)
21 enero, MARTES, 2ª semana del tiempo ordinario
(4º día oración por la Unidad de los cristianos)
primer libro de Samuel 16,1-13
En aquellos dias, el Señor dijo a Samuel: «¿Hasta cuándo vas a estar lamentándote por Saúl, si yo lo he rechazado como rey de Israel? Llena la cuerna de aceite y vete, por encargo mío, a Jesé, el de Belén, porque entre sus hijos me he elegido un rey.»Samuel contestó: «¿Cómo voy a ir? Si se entera Saúl, me mata.»
El Señor le dijo: «Llevas una novilla y dices que vas a hacer un sacrificio al Señor. Convidas a Jesé al sacrificio, y yo te indicaré lo que tienes que hacer; me ungirás al que yo te diga.»
Samuel hizo lo que le mandó el Señor. Cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo fueron ansiosos a su encuentro: «¿Vienes en son de paz?»
Respondió: «Sí, vengo a hacer un sacrificio al Señor. Purificaos y venid conmigo al sacrificio.»
Purificó a Jesé y a sus hijos y los convidó al sacrificio. Cuando llegó, vio a Eliab y pensó: «Seguro, el Señor tiene delante a su ungido.»
Pero el Señor le dijo: «No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón.»
Jesé llamó a Abinadab y lo hizo pasar ante Samuel; y Samuel le dijo: «Tampoco a éste lo ha elegido el Señor.»
Jesé hizo pasar a Samá; y Samuel le dijo: «Tampoco a éste lo ha elegido el Señor.»
Jesé hizo pasar a siete hijos suyos ante Samuel; y Samuel le dijo: «Tampoco a éstos los ha elegido el Señor.»
Luego preguntó a Jesé: «¿Se acabaron los muchachos?»
Jesé respondió: «Queda el pequeño, que precisamente está cuidando las ovejas.»
Samuel dijo: «Manda por él, que no nos sentaremos a la mesa mientras no llegue.»
Jesé mandó a por él y lo hizo entrar: era de buen color, de hermosos ojos y buen tipo.
Entonces el Señor dijo a Samuel: «Anda, úngelo, porque es éste.»
Samuel tomó la cuerna de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. En aquel momento, invadió a David el espiritu del Señor, y estuvo con él en adelante. Samuel emprendió la vuelta a Ramá.
Salmo 88 R/. Encontré a David, mi siervo
Un dia hablaste en visión a tus amigos:«He ceñido la corona a un héroe,
he levantado a un soldado sobre el pueblo.» R/.
«Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso.» R/.
«Él me invocará: "Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora";
y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra.» R/.
Marcos 2,23-28
Un sábado atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos le dijeron: "Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?" El les respondió: "¿No habéis leído nunca lo que hizo David cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros". Y añadió: "El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado".PARA VIVIR ESTA PALABRA
Samuel se debatía entre la duda y el miedo; el Señor había rechazado a Saúl como rey de Israel y Samuel no se atrevía a seguir las indicaciones del Señor para ungir al elegido temiendo la ira de Saúl, pues era capaz de matarlo.
Cuando llegó el joven David, el Señor le indica inmediatamente que es el elegido y Samuel lo ungió en medio de sus hermanos. En ese momento invadió a David el Espíritu Santo y estuvo con él en adelante.
El Señor al elegir a David, no se deja llevar por el aspecto exterior de sus hermanos, Dios mira al corazón.
A nosotros, Dios nos toca nuestro corazón y nos invita a que le sigamos, no le importa nuestro aspecto exterior, ni nuestras riquezas, ni siquiera nuestra sabiduría. Nos llama, nos invita a seguirLE.
Cuántas veces valoramos a las personas por su aspecto, por cómo hablan, por sus conocimientos, etc y hemos de amarlas como ¡hermanos y hermanas! no porque coincidan con nuestros gustos o juicios. Amar porque Dios ama y Él nos amó primero, no porque se ajuste o no a mis esquemas.
El evangelista Marcos, nos relata uno de los muchos episodios en que Jesús se enfrenta con los fariseos, a causa de lo que se podía o no se podía hacer en sábado.
Somos muy dados a establecer normas y prohibiciones que, por un lado, están bien para la convivencia pero que, en otras ocasiones, su fundamento ha quedado obsoleto, pero persistimos en ellas.
En muchas ocasiones las costumbres, las convertimos en leyes y, en el caso de Israel, acababan transformándose casi en revelación divina con el paso del tiempo.
¡Qué claro lo dice Jesús!: «el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado.»
El sábado se instituye para que tener tiempo para alabar y bendecir a Dios, ¡para la vida! pero no para crearle frustraciones que impidan el normal desarrollo de su vida.
El sábado se instituye para que tener tiempo para alabar y bendecir a Dios, ¡para la vida! pero no para crearle frustraciones que impidan el normal desarrollo de su vida.
Intentemos "comprender" lo que Dios quiere y no confundirlo con otras cosas.
L A VOZ DE UNA NOBEL DE LA PAZ
Hay que preguntarse para qué sirve una personalidad solemne, si debe estar en una vitrina y dar una imagen, pero que no resuelve nada (Rigoberta Menchú)
20 enero, LUNES, 2ª semana del tiempo ordinario
(3º día oración por la Unidad de los cristianos)
primer libro de Samuel 15, 16-23
En aquellos días, Samuel dijo a Saúl: "Déjame que te cuente lo que el Señor me ha dicho esta noche". Contestó Saúl: "Dímelo". Samuel dijo: "Aunque te creías pequeño, eres la cabeza de las tribus de Israel, porque el Señor te ha nombrado rey de Israel. El Señor te envió a esta campaña con orden de exterminar a esos pecadores amalecitas, combatiendo hasta acabar con ellos. ¿Por qué no has obedecido al Señor? ¿Por qué has echado mano a los despojos, haciendo lo que el Señor reprueba?" Saúl replicó: "¡Pero si he obedecido al Señor! He hecho la campaña a la que me envió, he traído a Agag, rey de Amalec, y he exterminado a los amalecitas. Si la tropa tomó del botín ovejas y vacas, lo mejor de lo destinado al exterminio, lo hizo para ofrecérselas en sacrificio al Señor tu Dios en Guilgal".
Samuel contestó: "¿Quiere el Señor sacrificios y holocaustos o quiere que obedezcan al Señor? Obedecer vale más que un sacrificio; ser dócil, más que grasa de carneros. Pecado de adivinos es la rebeldía, crimen de idolatría es la obstinación. Por haber rechazado al Señor, el Señor te rechaza hoy como rey"
Salmo Responsorial 49 : "Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios."
No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños. R/.
¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos? R/.
Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias, ése me honra;
al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios. R/.
Marcos 2, 18-22
En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: "Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?" Jesús les contestó: "¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán".
Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado, porque la pieza tira del manto -lo nuevo de lo viejo- y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos".
PARA VIVIR ESTA PALABRA
El ayuno era una práctica religiosa que gozaba de alto aprecio entre los grupos religiosos del tiempo de Jesús. Jesús no rechaza esta práctica y en todas las Iglesias se conserva esta tradición, más aún, en todas las religiones. Pero todo tiene su momento. El ayuno es un medio, no un fin en sí mismo. Lo importante es la unión con Dios. Y los discípulos en Jesús tienen a Dios mismo en persona, de ahí que les diga de forma que ellos no captaban algo verdadero pero escondido, usando una comparación de bodas. En realidad son las bodas de Dios con su Pueblo. Anunciada por los profetas y realizada en la Encarnación del Verbo, en Jesús. Cuando el novio está presente ... y cuando se lleven al novio (ocasión para el ayuno si lo vemos orientado a la cruz, disposición de los discípulos a morir por Jesús y el reino de Dios, si fuera necesario).
"Vino nuevo en odres nuevos" es como decir que no podemos recibir lo nuevo de Dios si no soltamos lo viejo
Tenemos una llamada a "soltar o desprendernos" de todo eso que sabemos que impide que la novedad de Dios ocupe su lugar en nosotros.
Los odres nuevos eran requeridos por estar libres de residuos de fermentación. El vino colocado
en odres viejos no sólo corría peligro de derramarse sino de fermentarse más rápido.
Si Dios quiere traer algo nuevo a nuestras vidas necesitamos mentes abiertas.
LA VOZ DE UN ESCRITOR
Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa.
(Mark Twain)
19 enero, DOMINGO 2º del tiempo ordinario
(2º día oración por la Unidad de los cristianos)
Isaías 49, 3. 5-6
El Señor me dijo:
«Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.»
Y ahora habla el Señor,
que desde el vientre me formó siervo suyo,
para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel
-tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza-:
«Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob
y conviertas a los supervivientes de Israel;
te hago luz de las naciones,
para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.»
«Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.»
Y ahora habla el Señor,
que desde el vientre me formó siervo suyo,
para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel
-tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza-:
«Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob
y conviertas a los supervivientes de Israel;
te hago luz de las naciones,
para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.»
Salmo 39 R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Yo esperaba con ansia al Señor;
Él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R.
Como está escrito en mi libro:
«Para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R.
Él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R.
Como está escrito en mi libro:
«Para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R.
primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 1-3
Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús, a los santos que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros.
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros.
Juan 1, 29-34
En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
- «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.»
Y Juan dio testimonio diciendo:
- «He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
“Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo."
Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»
CON EL FUEGO DEL ESPÍRITU
Las primeras comunidades cristianas se
preocuparon de diferenciar bien el bautismo de Juan que sumergía a las gentes
en las aguas del Jordán y el bautismo de Jesús que comunicaba su Espíritu para
limpiar, renovar y transformar el corazón de sus seguidores. Sin ese Espíritu
de Jesús, la Iglesia se apaga y se extingue.
Sólo el Espíritu de Jesús puede poner
más verdad en el cristianismo actual. Solo su Espíritu nos puede conducir a
recuperar nuestra verdadera identidad, abandonando caminos que nos desvían una
y otra vez del Evangelio. Solo ese Espíritu nos puede dar luz y fuerza para
emprender la renovación que necesita hoy la Iglesia.
El Papa Francisco sabe muy bien que el
mayor obstáculo para poner en marcha una nueva etapa evangelizadora es la
mediocridad espiritual. Lo dice de manera rotunda. Desea alentar con todas sus
fuerzas una etapa “más ardiente, alegre, generosa, audaz, llena de amor hasta
el fin, y de vida contagiosa”. Pero todo será insuficiente, “si no arde en los
corazones el fuego del Espíritu”.
Por eso busca para la Iglesia de hoy
“evangelizadores con Espíritu” que se abran sin miedo a su acción y encuentren
en ese Espíritu Santo de Jesús “la fuerza para anunciar la verdad del Evangelio
con audacia, en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente”.
La renovación que el Papa quiere
impulsar en el cristianismo actual no es posible “cuando la falta de una
espiritualidad profunda se traduce en pesimismo, fatalismo y desconfianza”, o
cuando nos lleva a pensar que “nada puede cambiar” y por tanto “es inútil
esforzarse”, o cuando bajamos los brazos definitivamente, “dominados por un
descontento crónico o por una acedia que seca el alma”.
Francisco nos advierte que “a veces
perdemos el entusiasmo al olvidar que el Evangelio responde a las necesidades
más profundas de las personas”. Sin embargo no es así. El Papa expresa con
fuerza su convicción: “no es lo mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo,
no es lo mismo caminar con él que caminar a tientas, no es lo mismo poder
escucharlo que ignorar su Palabra... no es lo mismo tratar de construir el
mundo con su Evangelio que hacerlo solo con la propia razón”.
Todo esto lo hemos de descubrir por
experiencia personal en Jesús. De lo contrario, a quien no lo descubre, “pronto
le falta fuerza y pasión; y una persona que no está convencida, entusiasmada,
segura, enamorada, no convence a nadie”. ¿No estará aquí uno de los principales
obstáculos para impulsar la renovación querida por el Papa Francisco? (Jose A. Pagola)
18 enero, SÁBADO, 1ª semana del tiempo ordinario
(comienza la semana de oración por la unidad de la Iglesia)
- «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.»
Y Juan dio testimonio diciendo:
- «He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
“Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo."
Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»
CON EL FUEGO DEL ESPÍRITU
Las primeras comunidades cristianas se
preocuparon de diferenciar bien el bautismo de Juan que sumergía a las gentes
en las aguas del Jordán y el bautismo de Jesús que comunicaba su Espíritu para
limpiar, renovar y transformar el corazón de sus seguidores. Sin ese Espíritu
de Jesús, la Iglesia se apaga y se extingue.
Sólo el Espíritu de Jesús puede poner
más verdad en el cristianismo actual. Solo su Espíritu nos puede conducir a
recuperar nuestra verdadera identidad, abandonando caminos que nos desvían una
y otra vez del Evangelio. Solo ese Espíritu nos puede dar luz y fuerza para
emprender la renovación que necesita hoy la Iglesia.
El Papa Francisco sabe muy bien que el
mayor obstáculo para poner en marcha una nueva etapa evangelizadora es la
mediocridad espiritual. Lo dice de manera rotunda. Desea alentar con todas sus
fuerzas una etapa “más ardiente, alegre, generosa, audaz, llena de amor hasta
el fin, y de vida contagiosa”. Pero todo será insuficiente, “si no arde en los
corazones el fuego del Espíritu”.
Por eso busca para la Iglesia de hoy
“evangelizadores con Espíritu” que se abran sin miedo a su acción y encuentren
en ese Espíritu Santo de Jesús “la fuerza para anunciar la verdad del Evangelio
con audacia, en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente”.
La renovación que el Papa quiere
impulsar en el cristianismo actual no es posible “cuando la falta de una
espiritualidad profunda se traduce en pesimismo, fatalismo y desconfianza”, o
cuando nos lleva a pensar que “nada puede cambiar” y por tanto “es inútil
esforzarse”, o cuando bajamos los brazos definitivamente, “dominados por un
descontento crónico o por una acedia que seca el alma”.
Francisco nos advierte que “a veces
perdemos el entusiasmo al olvidar que el Evangelio responde a las necesidades
más profundas de las personas”. Sin embargo no es así. El Papa expresa con
fuerza su convicción: “no es lo mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo,
no es lo mismo caminar con él que caminar a tientas, no es lo mismo poder
escucharlo que ignorar su Palabra... no es lo mismo tratar de construir el
mundo con su Evangelio que hacerlo solo con la propia razón”.
Todo esto lo hemos de descubrir por
experiencia personal en Jesús. De lo contrario, a quien no lo descubre, “pronto
le falta fuerza y pasión; y una persona que no está convencida, entusiasmada,
segura, enamorada, no convence a nadie”. ¿No estará aquí uno de los principales
obstáculos para impulsar la renovación querida por el Papa Francisco? (Jose A. Pagola)
18 enero, SÁBADO, 1ª semana del tiempo ordinario
primer libro de Samuel (9,1-4.17-19; 10,1a):
Había un hombre de Loma de Benjamín, llamado Quis, hijo de Abiel, hijo de Seror, hijo de Becorá, hijo de Afiaj, benjaminita, de buena posición. Tenía un hijo que se llamaba Saúl, un mozo bien plantado; era el israelita más alto: sobresalía por encima de todos, de los hombros arriba.A su padre Quis se le habían extraviado unas burras; y dijo a su hijo Saúl: «Llévate a uno de los criados y vete a buscar las burras.»
Cruzaron la serranía de Efraín y atravesaron la comarca de Salisá, pero no las encontraron. Atravesaron la comarca de Saalín, y nada. Atravesaron la comarca de Benjamin, y tampoco.
Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le avisó: «Ése es el hombre de quien te hablé; ése regirá a mi pueblo.»
Saúl se acercó a Samuel en medio de la entrada y le dijo: «Haz el favor de decirme dónde está la casa del vidente.»
Samuel le respondió: «Yo soy el vidente. Sube delante de mí al altozano; hoy coméis conmigo, y mañana te dejaré marchar y te diré todo lo que piensas.»
Tomó la aceitera, derramó aceite sobre la cabeza de Saúl y lo besó, diciendo: «El Señor te unge como jefe de su heredad. Tú regirás al pueblo del Señor y lo librarás de la mano de los enemigos que lo rodean.»
Salmo 20 R/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza
Señor, el rey se alegra por tu fuerza,¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios. R/.
Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término. R/.
Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia. R/.
Marcos (2,13-17):
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba.Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.»
Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos.
Algunos escribas fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, les dijeron a los discípulos: «¡De modo que come con publicanos y pecadores!»
Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Lo importante de la primera lectura se encuentra en las últimas palabras: “¡El Señor te unge como jefe de su heredad! Tú regirás al pueblo del Señor y le librarás de la mano de los enemigos que lo rodean”. El resto del texto, casi novelesco, está orientado a este final: la unción de Saúl por mano del profeta Samuel. Lo primero, resaltar una constante que se repite a lo largo de toda la historia de salvación: la libertad de Dios para elegir a las personas para una misión. En esta ocasión, elige a Saúl para ser el jefe de su pueblo. Otra constante: Dios siempre elige a alguien para que sirva y ayude a su pueblo. En este caso elige a Saúl para que le libere de sus enemigos.
Una de las actitudes fundamentales de Jesús, y escandalosa para los bienpensantes de su tiempo, es su libertar, su falta de prejuicios, de ahí su acercamiento a los pecadores y “gente de mala fama” para ofrecerles su amor y su perdón.
Jesús se defiende: “No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. El modo de actuar de Jesús es el de Dios, padre-madre. Tenemos un Dios que nos quiere atraer a través de su amor, su perdón, su ternura.
LA VOZ DEL CONCILIO VATICANO II
Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía.
17 enero, VIERNES, 1ª semana del tiempo ordinario
primer libro de Samuel (8,4-7.10-22a):
En aquellos dias, los ancianos de Israel se reunieron y fueron a entrevistarse con Samuel en Ramá.Le dijeron: «Mira, tú eres ya viejo, y tus hijos no se comportan como tú. Nómbranos un rey que nos gobierne, como se hace en todas las naciones.»
A Samuel le disgustó que le pidieran ser gobernados por un rey, y se puso a orar al Señor.
El Señor le respondió: «Haz caso al pueblo en todo lo que te pidan. No te rechazan a ti, sino a mí; no me quieren por rey.»
Samuel comunicó la palabra del Señor a la gente que le pedía un rey: «Éstos son los derechos del rey que os regirá: a vuestros hijos los llevará para enrolarlos en sus destacamentos de carros y caballería, y para que vayan delante de su carroza; los empleará como jefes y oficiales en su ejército, como aradores de sus campos y segadores de su cosecha, como fabricantes de armamento y de pertrechos para sus carros. A vuestras hijas se las llevará como perfumistas, cocineras y reposteras. Vuestros campos, viñas y los mejores olivares os los quitará para dárselos a sus ministros. De vuestro grano y vuestras viñas os exigirá diezmos, para dárselos a sus funcionarios y ministros. A vuestros criados y criadas, vuestros mejores burros y bueyes, se los llevará para usarlos en su hacienda. De vuestros rebaños os exigirá diezmos. Y vosotros mismos seréis sus esclavos. Entonces gritaréis contra el rey que os elegisteis, pero Dios no os responderá.»
El pueblo no quiso hacer caso a Samuel, e insistió: «No importa. ¡Queremos un rey! Así seremos nosotros como los demás pueblos. Que nuestro rey nos gobierne y salga al frente de nosotros a luchar en la guerra.»
Samuel oyó lo que pedía el pueblo y se lo comunicó al Señor.
El Señor le respondió: «Hazles caso y nómbrales un rey.»
Salmo 88 R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo. R/.
Porque tú eres su honor y su fuerza,
y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo
y el Santo de Israel nuestro rey. R/.
Marcos (2,1-12):
Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico.Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados quedan perdonados.»
Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: «Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?»
Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: «¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados...»
Entonces le dijo al paralítico: «Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.»
Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto una cosa igual.»
Para vivir esta Palabra
Israel pide un rey, después de 200 años guiados por los Jueces. Los demás pueblos tienen reyes y ellos quieren tenerlo también. A Samuel no le gusta nada la idea. La interpreta como una ofensa a Dios que es quien hasta ahora les ha ayudado en todas sus necesidades. Dios mismo le indica a Samuel que se lo conceda, y así lo hará, aunque después de dirigirles un discurso mostrándoles su desacuerdo.
En el Evangelio vemos la escena del paralítico que, ante la imposibilidad de contactar con Jesús, los que lo llevan abren un boquete en el tejado de la casa y bajan por él a aquel hombre delante de Jesús
En el evangelio el más importante es Jesús, pero hoy la Palabra nos hace ver la importancia de las mediaciones, personas que lleven hasta Jesús, que ayuden a los demás a encontrarse con Jesús. Los amigos o conocidos de aquella persona enferma hicieron todo lo que pudieron para llevarla a Jesús.
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Tenemos que pensar que antes intentaron pasar por la puerta, y “al no poder hacerlo por el gentío”, su audacia les hizo concebir medios fuera de lo normal, extraordinarios, un tanto “locos”, porque no estaban dispuestos a que la gente tuviera “secuestrado a Jesús”, impidiendo que pudiera encontrarlo el paralítico.
Nos vendría muy bien ser hoy “camilleros” para llevar a otros a Jesús.
Nos vendría muy bien “forzar” puertas, quitar tejas y abrir boquetes con auténtica imaginación y audacia para no tener miedo a que los que no puedan contactar con Jesús y el Evangelio entrando por la puerta, lo puedan hacer por otros medios distintos.
LA VOZ DEL PAPA FRANCISCO
No nos dejemos robar la esperanza, no permitamos que la banalicen con soluciones y propuestas inmediatas que obstruyen el camino, que «fragmentan» el tiempo, transformándolo en espacio. El tiempo es siempre superior al espacio. El espacio cristaliza los procesos; el tiempo, en cambio, proyecta hacia el futuro e impulsa a caminar con esperanza.
primer libro de Samuel (4,1-11):
En aquellos días, se reunieron los filisteos para atacar a Israel. Los israelitas salieron a enfrentarse con ellos y acamparon junto a Piedrayuda, mientras que los filisteos acampaban en El Cerco. Los filisteos formaron en orden de batalla frente a Israel. Entablada la lucha, Israel fue derrotado por los filisteos; de sus filas murieron en el campo unos cuatro mil hombres.La tropa volvió al campamento, y los ancianos de Israel deliberaron: «¿Por qué el Señor nos ha hecho sufrir hoy una derrota a manos de los filisteos? Vamos a Siló, a traer el arca de la alianza del Señor, para que esté entre nosotros y nos salve del poder enemigo.»
Mandaron gente a Siló, a por el arca de la alianza del Señor de los ejércitos, entronizado sobre querubines. Los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés, fueron con el arca de la alianza de Dios. Cuando el arca de la alianza del Señor llegó al campamento, todo Israel lanzó a pleno pulmón el alarido de guerra, y la tierra retembló.
Al oír los filisteos el estruendo del alarido, se preguntaron: «¿Qué significa ese alarido que retumba en el campamento hebreo?»
Entonces se enteraron de que el arca del Señor había llegado al campamento y, muertos de miedo, decían:
«¡Ha llegado su Dios al campamento! ¡Ay de nosotros! Es la primera vez que nos pasa esto. ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de esos dioses poderosos, los dioses que hirieron a Egipto con toda clase de calamidades y epidemias? ¡Valor, filisteos! Sed hombres, y no seréis esclavos de los hebreos, como lo han sido ellos de nosotros. ¡Sed hombres, y al ataque!»
Los filisteos se lanzaron a la lucha y derrotaron a los israelitas, que huyeron a la desbandada. Fue una derrota tremenda: cayeron treinta mil de la infantería israelita. El arca de Dios fue capturada, y los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés, murieron.
Salmo 43 R/. Redímenos, Señor, por tu misericordia
Ahora nos rechazas y nos avergúenzas,y ya no sales, Señor, con nuestras tropas:
nos haces retroceder ante el enemigo,
y nuestro adversario nos saquea. R/.
Nos haces el escarnio de nuestros vecinos,
irrisión y burla de los que nos rodean;
nos has hecho el refrán de los gentiles,
nos hacen muecas las naciones. R/.
Despierta, Señor, ¿por qué duermes?
Levántate, no nos rechaces más.
¿Por qué nos escondes tu rostro
y olvidas nuestra desgracia y opresión? R/.
Marcos (1,40-45):
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme.»Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.» La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.»
Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.
Para vivir esta Palabra
En la primera lectura encontramos la narración de una derrota de Israel en la batalla. Creen que llevando el Arca del Señor tendrán la victoria, pero no es así. Los filisteos, a pesar del miedo inicial por este gesto, luchan con más fuerza que Israel. Los israelitas huyen y dejan que el Arca sea capturada.
Las guerras no las quiere Dios. El hombre antiguo creía que sí, pero eso es una idea del pasado, superada por la revelación de Jesucristo, que es todo compasión y declara, precisamente, en su pasión que sus ejércitos no son como los de este mundo.
No se puede usar el nombre de Dios para la guerra. En la guerra todos perdemos. La Paz ha de construirse con las armas de la paz: el diálogo, el perdón, la reconciliación, la justicia, la igualdad, atención a los más pobres y con menos recursos.
El sueño de Dios y de los hombres y mujeres de buena voluntad es la PAZ. ¡Bienaventurados los que construyen la paz porque esos son los hijos e hijas de Dios! dice Jesús.
Tenemos que orar mucho y hacer todo lo que podamos para que del mundo desaparezca la "lepra" de la violencia y la guerra. Hay que querer todos estar limpios de este mal que nos afecta a todos, especialmente en países muy pobres.
LA VOZ DE PAPA FRANCISCO
La luz de la fe no disipa todas nuestras tinieblas, sino que, como una lámpara, guía nuestros pasos en la noche, y esto basta para caminar.
primer libro de Samuel (3,1-10.19-20):
En aquellos dias, el niño Samuel oficiaba ante el Señor con Elí. La palabra del Señor era rara en aquel tiempo, y no abundaban las visiones. Un día Elí estaba acostado en su habitación. Sus ojos empezaban a apagarse, y no podía ver. Aún ardía la lámpara de Dios, y Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios.El Señor llamó a Samuel, y él respondió: «Aquí estoy.»
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llarnado.»
Respondió Elí: «No te he llamado; vuelve a acostarte.»
Samuel volvió a acostarse. Volvió a llamar el Señor a Samuel. Él se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo: «Aqui estoy; vengo porque me has llamado.»
Respondió Elí: «No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.»
Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor. Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel: «Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: "Habla, Señor, que tu siervo te escucha."»
Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y le llamó como antes: «¡Samuel, Samuel!»
Él respondió: «Habla, que tu siervo te escucha.»
Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse; y todo Israel, desde Dan hasta Berseba, supo que Samuel era profeta acreditado ante el Señor.
Salmo 39 R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Yo esperaba con ansia al Señor;él se inclinó y escuchó mi grito.
Dichoso el hombre que ha puesto
su confianza en el Señor,
y no acude a los idólatras,
que se extravían con engaños. R/.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R/.
«Como está escrito en mi libro:
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R/.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R/.
Evangelio según san Marcos (1,29-39):
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar.Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca.»
Él les respondió: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
Para vivir esta Palabra
La llamada de Dios al joven Samuel es entrañable. Un niño venido como regalo para su madre. Entregado por ésta para el servicio del Señor desde muy temprana edad. ¡Cuántas cosas buenas le inculcaría su madre! ¡Cuánto amor concentrado en el poco tiempo que lo tuvo con ella y luego en sus visitas al santuario!. Samuel fue un regalo para su madre, pero también su madre fue un regalo para él porque le hizo conocer el amor de Dios y que la vida es un regalo venido de sus manos. No es extraño que Dios se de prisa y llame a Samuel pronto, muy joven. ¡está preparado!
También Elí será mediación para él. Elí comprendió que el Señor llamaba a Samuel y le enseño cómo responder: ¡habla Señor que tu siervo escucha! ¡Qué importante tener personas que nos acompañen! ¡Qué importante saber acompañar los procesos y las búsquedas de la gente!
En el Evangelio tenemos un gesto muy humano de Jesús. Todos hemos tenido alguna vez fiebre y sabemos el malestar que produce.
Tres gestos de Jesús con esta mujer enferma llaman la atención y sus lecciones para nosotros hoy. Tres gestos de ternura porque dice el texto que Él “se acercó” “la cogió de la mano” y “la levantó”: acercarse al otro, tocarle, ponerle en pie. Tres gestos que nos hablan de una manera de relacionarse afectiva, de una capacidad de encuentro real con las personas, de entrar en comunicación con ellas. Y el amor recibido provoca la respuesta amorosa, el servicio.
LA VOZ DE JEFE BUDISTA DEL TIBET
Todas nuestras vidas empezaron con el afecto humano como primer soporte. Los niños que crecen envueltos en afecto, sonríen más y son más amables. Generalmente son más equilibrados. Dalai Lama