18 diciembre, MIÉRCOLES, 3ª semana de adviento
libro de Jeremías 23,5-8:
«Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: "El-Señor-nuestra-justicia". Por eso, mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que no se dirá: "Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto", sino que se dirá: "Vive el Señor, que sacó a la raza de Israel del país del Norte y de los países adonde los expulsó, y los trajo para que habitaran en sus campos."»
Salmo 71 R/. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente
Evangelio según san Mateo 1,18-24:
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
¿Cómo vivir esta Palabra?
El libro del profeta Jeremías está atravesado por la tensión de que reyes, sacerdotes y profetas gobiernen al servicio de la promesa de Dios, guiando al pueblo de Israel.
Sin embargo, el pueblo está siendo engañado, abandonado por sus sacerdotes, profetas y reyes, estos pastores no cuidan el rebaño. El autor del libro anuncia un mensaje de salvación, Dios no abandona a su pueblo, cumple su promesa de salvación y suscitará otro rey.
El nuevo rey, descendiente de David, ejercerá con los rasgos propios de un Mesías, con sabiduría, derecho y justicia, es el Señor nuestra salvación. Como lo refiere el salmista “librará al necesitado que suplica, al humilde que no tiene defensor, tendrá compasión del necesitado y del abandonado, y salvara la vida de los necesitados”.
Este texto se pronuncia sobre el futuro cercano, el profeta les recuerda que Dios no se ha olvidado de su pueblo disperso, les invita a vivir desde esta esperanza, a esperar y ahondar su confianza en Dios.
No temas aceptar a María. A este texto se le puede denominar “la anunciación de José”.
Sin embargo, el pueblo está siendo engañado, abandonado por sus sacerdotes, profetas y reyes, estos pastores no cuidan el rebaño. El autor del libro anuncia un mensaje de salvación, Dios no abandona a su pueblo, cumple su promesa de salvación y suscitará otro rey.
A José las cosas le venían “dadas”, no entiende lo que le pasa a María. Seguramente María le habría informado y el "santo temor de Dios" lo envuelve. No se siente digno de formar parte de un misterio tan grande y busca la manera de dejar a María sin delatarla en público.
Sin embargo, Dios insiste, es a través del sueño donde se le revela. Nos recuerda a otro justo José de la Biblia, el hijo de Jacob que también será un hombre bueno y cumplidor de los designios del Señor, aun por caminos que no entendían.
A José lo que se le pide, aceptar a María, es ir más allá de la ley, abandonar la seguridad que le da la ley y acoger la novedad que viene de Dios mismo. E incluso, dar una identidad a ese hijo, le pondrás por nombre Jesús. Su vida será salvar de los pecados a su pueblo.
El autor del texto al llamar a José, hijo de David, hace hincapié en su pertenencia a la descendencia del pueblo de Israel. Y José adopto a Jesús. Acogió al Hijo de Dios y de María para siempre en su vida y en su casa. Y Dios le hizo el regalo de ser su padre en la tierra. Ahora en el cielo es el santo protector de la Iglesia y así lo invocamos.
LA VOZ DE SAN ALFONSO MARIA LIGORIO
El nombre de Jesús es luz para el entendimiento, alimento para el corazón y medicina para el alma.
17 de diciembre, MARTES 3ª semana de adviento
Génesis 49,1-2.8-10:
En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dijo: «Reuníos, que os voy a contar lo que os va a suceder en el futuro; agrupaos y escuchadme, hijos de Jacob, oíd a vuestro padre Israel: A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, pondrás la mano sobre la cerviz de tus enemigos, se postrarán ante ti los hijos de tu padre. Judá es un león agazapado, has vuelto de hacer presa, hijo mío; se agacha y se tumba como león o como leona, ¿quién se atreve a desafiarlo? No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan homenaje los pueblos.»
Salmo 71,1-2.3-4ab.7-8.17 R/. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.
Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre. R/.
Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
el Gran Río al confín de la tierra. R/.
Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.
Evangelio según san Mateo 1,1-17:
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey. David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz al Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amás, Amos a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaguín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquirn, Aquim a Eflud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matan, Matan a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.
¿Cómo vivir esta Palabra?
Jacob ve llegado el fin de sus días y desea establecer el lugar que corresponde a cada uno de sus hijos, siempre en orden a la llegada de la plenitud de los tiempos y consecuente venida del Mesías.
El autor sagrado pone en boca de Jacob un nuevo anuncio sobre la venida del vástago más importante, el que espera toda la historia y ante el que se rendirán todas las naciones: el Mesías, el Ungido, a través del cual Dios volverá a intervenir en la historia del hombre para reconciliarse con él, para volver a establecer cauces de comunicación entre el Creador y la criatura. Jacob, en su hijo Judá, inaugura el primer adviento de la historia, que culminará en el nacimiento de Jesús, en la primera venida del Señor.
Cuando Mateo escribe este Evangelio, está reciente la destrucción del templo (año 70), y escribe principalmente para cristianos procedentes del judaísmo. Este es, tal vez, el motivo por el que trata de presentar a Jesús como el Mesías esperado, hijo de Abraham, hijo de David, hijo de la Promesa, y lo hace mediante esta genealogía, en la que enlaza personajes, hasta llegar a José, que da legitimidad al nacimiento de Jesús. Llama la atención la inserción de 4 nombres de mujeres en esta genealogía y la quinta es María. José es presentado como el esposo de María, de la cual nació Jesús. Son detalles importantes y muy sugerentes para una lectura de ¿por qué lo ha hecho así? Indagando se tienen datos interesantes desde un punto de vista de mariológico y femenino.
Estamos ya muy adelantados en el Adviento ¡Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo!, cantamos en las vísperas. Entramos desde hoy en esos siete días especiales que preceden a la Navidad en los que iremos recitando las magníficas antífonas del Magníficat con las que, con frases sacadas del A.T., cantaremos las excelencias del nacimiento.
Estamos ya muy adelantados en el Adviento ¡Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo!, cantamos en las vísperas. Entramos desde hoy en esos siete días especiales que preceden a la Navidad en los que iremos recitando las magníficas antífonas del Magníficat con las que, con frases sacadas del A.T., cantaremos las excelencias del nacimiento.
LA VOZ DEL PAPA FRANCISCO
Abrahán, nuestro padre en la fe: La fe nos abre el camino y acompaña nuestros pasos a lo largo de la historia. Por eso, si queremos entender lo que es la fe, tenemos que narrar su recorrido, el camino de los hombres creyentes…. Abrahán, nuestro padre en la fe, ocupa un lugar destacado. En su vida sucede algo desconcertante: Dios le dirige la Palabra, se revela como un Dios que habla y lo llama por su nombre. La fe está vinculada a la escucha. Abrahán no ve a Dios, pero oye su voz. De este modo la fe adquiere un carácter personal. Aquí Dios no se manifiesta como el Dios de un lugar, ni tampoco aparece vinculado a un tiempo sagrado determinado, sino como el Dios de una persona, el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob (Ex 3,6), capaz de entrar en contacto con el hombre y establecer una alianza con él. La fe es la respuesta a una Palabra que interpela personalmente, a un Tú que nos llama por nuestro nombre. (LUMEN FIDEI, 9)
16 de diciembre, LUNES 3ª semana de adviento
del libro de los Números 24,2-7.15-17a:
En aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por tribus.
El espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos: «Oráculo, de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios, que contempla visiones del Poderoso, en éxtasis, con los ojos abiertos: ¡Qué bellas las tiendas de Jacob y las moradas de Israel! Como vegas dilatadas, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor o cedros junto a la corriente; el agua fluye de sus cubos, y con el agua se multiplica su simiente. Su rey es más alto que Agag, y su reino descuella.»
Y entonó sus versos: «Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios y conoce los planes del Altísimo, que contempla visiones del Poderoso, en éxtasis, con los ojos abiertos: Lo veo, pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto: Avanza la constelación de Jacob, y sube el cetro de Israel.»
Salmo 24 R/. Señor, instrúyeme en tus sendas
Evangelio según san Mateo 21,23-27:
En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?»
Jesús les replicó: «Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?»
Ellos se pusieron a deliberar: «Si decimos "del cielo", nos dirá: "¿Por qué no le habéis creído?" Si le decimos "de los hombres", tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta.» Y respondieron a Jesús: «No sabemos.» Él, por su parte, les dijo: «Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.
¿Cómo vivir esta Palabra?
El evangelio de hoy describe el conflicto que Jesús tuvo con las autoridades religiosas de la época después de haber echado a los vendedores del Templo. Los sacerdotes y los ancianos del pueblo quieren saber con qué autoridad Jesús hacía esas cosas al punto de entrar en el Templo y expulsar a los vendedores.
Las autoridades se consideraban dueños de todo y pensaban que nadie poder hacer nada sin su permiso. Por eso, perseguían a Jesús y trataban matarle. Algo semejante estaba aconteciendo en las comunidades cristianas de los años setenta-ochenta, época en que se escribió el evangelio de Mateo. Los que resistían a las autoridades del imperio eran perseguidos. Había otros que, para no ser perseguidos, trataba de conciliar el proyecto de Jesús con el proyecto del imperio romano (cf. Gál 6,12). La descripción del conflicto de Jesús con las autoridades de su tiempo era una ayuda para que los cristianos siguieran firmes en las persecuciones y no se dejaran manipular por la ideología del imperio.
Hoy también, algunos que ejercen el poder, tanto en la sociedad como en la iglesia y en la familia, quieren controlar todo como si fueran ellos los dueños de todos los aspectos de la vida de la gente. A veces, llegan hasta perseguir a los que piensan de forma diferente.
El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
Él les contestó: «Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos.» Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.
La tarea de Elías era reconstruir la comunidad del pueblo de Dios: reconducir el corazón de los padres hacia los hijos y el corazón de los hijos hacia los padres.
Reconstruir y rehacer el tejido social y la convivencia comunitaria de un pueblo identificado y unido es "peligroso" para el sistema dominante, por esto mataron a Juan el Bautista. El tenía un proyecto de reforma del pueblo, de la convivencia humana (cf. Lc 3,7-14). Realizaba la misión de Elías (Lc 1,17). Por esto le mataron.
LA VOZ DE San Juan de la Cruz (1542-1591), en su fiesta, nos recuerda su apasionado amor por Dios.
15 de diciembre, domingo 3º de adviento
Isaías 35,1-6a.10:
El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría. Tiene la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarión. Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes; decid a los cobardes de corazón: «Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará.» Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán.
Salmo 145 R/. Ven, Señor, a salvarnos
El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R/.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.
de la carta del apóstol Santiago 5,7-10:
Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca. No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta. Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.
evangelio según san Mateo 11,2-11:
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos: «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?» Jesús les respondió: «Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!» Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: «¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: "Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti." Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.»
¿Cómo vivir esta Palabra?
¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? Juan, cuando bautizaba a las multitudes en el Jordán, había descrito un Mesías fuerte y severo para castigar los pecados de los hombres: “Aquel que viene en pos de mí es más fuerte que yo, y yo no soy digno ni siquiera de llevar sus sandalias; él os bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Él tiene en la mano el bieldo, limpiará su era y recogerá su grano en el granero, pero quemará la paja en fuego inextinguible” (Mt 3,11-12). Juan pregunta porque con lo que le cuentan (porque está en la cárcel) no logra ver con claridad el poder de Dios en acción en las obras de Jesús.
* Es posible pensar, por esto, que Juan haya entrado en crisis, porque Jesús no correspondía al Mesías que él esperaba y que había siempre predicado; por tanto, envía una delegación a Jesús para proponer algunas cuestiones y traer una palabra que ponga un poco de luz en este misterio de contradicción: ¿Quién eres tú, Jesús?¿Qué dices de ti mismo? ¿Cómo podemos creer en ti, si, de frente a la prepotencia e injusticia, te manifiestas como el Mesías paciente, misericordioso, no violento?
Es difícil acoger un Dios “diverso” de nuestros esquemas porque también nosotros estamos sujetos a la tentación de querer un Dios que tenga nuestros sentimientos, gustos y que sea, más bien, algo vengativo en hacer “justicia”. Quisiéramos a veces un Dios hecho a nuestra imagen y semejanza, pero “mis pensamientos no son vuestros pensamientos, vuestros caminos no son mis caminos.” (Is 55,8)
Jesús no responde de un modo rápido y directo, sino que muestra con claridad cómo los hechos que provienen de su acción están cambiando la historia y realizando las antiguas profecías sobre el Mesías. Ninguna respuesta “ preparada de antemano” por tanto, pero los discípulos deben regresar a Juan y referirle lo que ellos mismos han oído y visto, porque las curaciones, las resurrecciones y la liberación son ya signo inequívocos de la mesianidad de Jesús de Nazaret. Debemos aprender cada día a anunciar la buena noticia a partir de lo que nosotros mismos sentimos y vemos. El testimonio fraterno e indispensable para comunicar el evangelio.
El anuncio verdadero y eficaz pasa a través de comunicación sencilla y modesta de la experiencia personal: las palabras sin rumor de una vida tejida de fe
¡Dichoso áquel que no halle escándalo en mí! : Escándalo” es un vocablo griego: la “piedra de tropiezo” preparada para golpear de sorpresa a una persona.
Jesús es uno que escandaliza a sus conciudadanos por sus orígenes de poca alcurnia y poco apropiados al Mesías glorioso; escandaliza a los fariseos con sus zahirientes palabras, escandaliza a los discípulos del Bautista con su obrar fuera de los esquemas preconcebidos y escandaliza a sus discípulos con su propia muerte infame...
= ¿Qué salísteis a ver en el desierto?: No obstante la debilidad demostrada en la pregunta puesta por Juan, Jesús describe con entusiasmo a su precursor como un profeta que a su palabra ardiente une los signos vivos e incontestables de su relación privilegiada con Dios en nombre del cual habla al Pueblo. Todavía más, con esta serie de seis preguntas retóricas y tres proposiciones positivas, Jesús afirma que Juan es más que un profeta: es áquel de quien hablan las antiguas Escrituras de los padres, el mensajero que prepara el camino al Señor (Mt 3,3), según cuanto habían dicho los antiguos profetas (Mal 3,1; Ex 23,20). Sin embargo el Señor no se espera a explicar los motivos de su afirmación, quizás son demasiados evidentes a los oyentes.
= No ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista:Juan no es sólo un eminente profeta y el precursor del Mesías ( porque es evidente que Jesús se retiene como tal), sino que es grande también como hombre, más que todo sus contemporáneos y hombres de las épocas precedentes. Es una alabanza de tipo estrictamente personal, la que Jesús dirige al prisionero de Herodes y no sólo una hipérbole. Con estas palabras, Jesús anticipa el acercamiento entre Juan Bautista y Elías, que será explícito en el versículo 14: “si queréis oirlo, él es Elías que debe venir”.
La expresión “entre los nacidos de mujer” tiene un típico sabor semita, pero contiene también una alusión al misterio del origen de Jesús: también Él “ha nacido de mujer”, pero sólo en la carne, porque su génesis humano –divina está más allá de la simple humanidad.
= Sin embargo, el más pequeño...: esta parte de la frase, (quizás una glosa primitiva) parece limitar la entusiasta presentación del Bautista. Por cuanto sea el más grande entre los hombres, Juan es pequeño en el Reino, porque allí todo está medido según criterios muy diversos de los de la tierra: la medida de los tiempos nuevos que están viniendo y han empezado con la venida del Hijo de Dios.
* El contraste entre “grande” y “pequeño” se ha puesto a propósito para aclarar a todos los creyentes que para ser grande es necesario convertirse cada vez en más pequeño. En su “grandeza” humana Juan viene señalado por Jesús como el más pequeño en el reino y también por Juan se pone la exigencia evangélica de “hacerse pequeño” en las manos de Dios. Es la misma exigencia que se pone cada día para cada uno de nosotros tentados de asemejarnos a los “grandes” y a los “poderosos” al menos en el deseo.
CURAR HERIDAS
La
actuación de Jesús dejó desconcertado al Bautista. Él esperaba un Mesías que
extirparía del mundo el pecado imponiendo el juicio riguroso de Dios, no un
Mesías dedicado a curar heridas y aliviar sufrimientos. Desde la prisión de
Maqueronte envía un mensaje a Jesús: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que
esperar a otro?”.
Jesús le responde con su vida de
profeta curador: “Decidle a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos
ven y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los
muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia”. Este es
el verdadero Mesías: el que viene a aliviar el sufrimiento, curar la vida y
abrir un horizonte de esperanza a los pobres.
Jesús se siente enviado por un Padre misericordioso
que quiere para todos un mundo más digno y dichoso. Por eso, se entrega a curar
heridas, sanar dolencias y liberar la vida. Y por eso pide a todos: “Sed
compasivos como vuestro Padre es compasivo”.
Jesús no se siente enviado por un Juez
riguroso para juzgar a los pecadores y condenar al mundo. Por eso, no atemoriza
a nadie con gestos justicieros, sino que ofrece a pecadores y prostitutas su
amistad y su perdón. Y por eso pide a todos: “No juzguéis y no seréis
juzgados”.
Jesús no cura nunca de manera
arbitraria o por puro sensacionalismo. Cura movido por la compasión, buscando
restaurar la vida de esas gentes enfermas, abatidas y rotas. Son las primeras
que han de experimentar que Dios es amigo de una vida digna y sana.
Jesús no insistió nunca en el carácter
prodigioso de sus curaciones ni pensó en ellas como receta fácil para suprimir
el sufrimiento en el mundo. Presentó su actividad curadora como signo para
mostrar a sus seguidores en qué dirección hemos de actuar para abrir caminos a
ese proyecto humanizador del Padre que él llamaba “reino de Dios”.
El Papa Francisco afirma que “curar
heridas” es una tarea urgente: “Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita
hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor, cercanía y proximidad a los
corazones... Esto es lo primero: curar heridas, curar heridas”. Habla luego de
“hacernos cargo de las personas, acompañándolas como el buen samaritano que
lava, limpia y consuela”. Habla también de “caminar con las personas en la
noche, saber dialogar e incluso descender a su noche y oscuridad sin perderse”.
Al confiar su misión a los discípulos,
Jesús no los imagina como doctores, jerarcas, liturgistas o teólogos, sino como
curadores. Su tarea será doble: anunciar que el reino Dios está cerca y curar enfermos. (J. A. Pagola)
El anuncio verdadero y eficaz pasa a través de comunicación sencilla y modesta de la experiencia personal: las palabras sin rumor de una vida tejida de fe
La expresión “entre los nacidos de mujer” tiene un típico sabor semita, pero contiene también una alusión al misterio del origen de Jesús: también Él “ha nacido de mujer”, pero sólo en la carne, porque su génesis humano –divina está más allá de la simple humanidad.
= Sin embargo, el más pequeño...: esta parte de la frase, (quizás una glosa primitiva) parece limitar la entusiasta presentación del Bautista. Por cuanto sea el más grande entre los hombres, Juan es pequeño en el Reino, porque allí todo está medido según criterios muy diversos de los de la tierra: la medida de los tiempos nuevos que están viniendo y han empezado con la venida del Hijo de Dios.
14 de diciembre, sábado, 2ª semana de adviento
día de san Juan de la Cruz
Eclesiástico 48,1-4.9-11:
Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno encendido. Les quitó el sustento del pan, con su celo los diezmó; con el oráculo divino sujetó el cielo e hizo bajar tres veces el fuego. ¡Qué terrible eras, Elías!; ¿quién se te compara en gloria? Un torbellino te arrebató a la altura; tropeles de fuego, hacia el cielo. Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel. Dichoso quien te vea antes de morir, y más dichoso tú que vives.Salmo 79 R/. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve
evangelio según san Mateo 17,10-13:
Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?»Él les contestó: «Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos.» Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.
¿Cómo vivir esta Palabra?
El profeta Elías guía al pueblo de Dios a reconocer nuevamente a Dios, vence a la idolatría creciente en Israel y se encarga de desenmascarar a los falsos profetas. ¡No teme corregir al rey Ajab en su gobierno o a su seguidor Ocozías! Mediante su oración, cierra el cielo“ y resucita a un joven muerto. Como todos los profetas sufre la persecución. El que es llamado, carros y caballería de Israel“ no sufre una muerte normal, sino que - según la narración bíblica – sube al cielo, que es una fora de decir su especial paso al cielo, lleno del amor de Dios, es asumido (aparece el verbo lakaj en hebreo) por él, así como estaba, sin ningún trance. Cumplida su misión se fue con el Señor. Y queda su discípulo Eliseo.( ver 1. Reyes 17, 18-19; 2. Reyes Cap. 1 y 2).
El pueblo hebreo, también hoy, tiene la convicción de que Elías tenía que volver para preparar la llegada del Reino. En la cena de Pascua, Durante el Seder, la puerta ha de permanecer abierta y una silla vacía frente a una copa llena de vino espera la llegada de Elías el Profeta errante.
El profeta Malaquías decía: “Les voy a mandar al profeta Elías antes que llegue el día de Yahvé, que será grande y temible. El reconciliará a los padres con los hijos y a éstos con sus padres, para que cuando yo llegue no tenga que maldecir a este país.” (Ml 3,23-24; cf. Eccl 48,10). Los discípulos quieren saber: "¿Qué significa la enseñanza de los doctores de la Ley, cuando dicen que Elías tiene que venir antes?" Ya que Jesús, el mesías, estaba ya allí, había llegado, y Elías no había llegado aún.
Jesús contesta: “Elías ya vino y no le reconocieron ..” Y entonces los discípulos, que son hebreos no lo olvidemos y san Mateo escribe para hebreos, comprendieron que Jesús se refería a Juan Bautista.
La tarea de Elías era reconstruir la comunidad del pueblo de Dios: reconducir el corazón de los padres hacia los hijos y el corazón de los hijos hacia los padres.
Reconstruir y rehacer el tejido social y la convivencia comunitaria de un pueblo identificado y unido es "peligroso" para el sistema dominante, por esto mataron a Juan el Bautista. El tenía un proyecto de reforma del pueblo, de la convivencia humana (cf. Lc 3,7-14). Realizaba la misión de Elías (Lc 1,17). Por esto le mataron.
Jesús continúa la misión de Juan y la supera porque revela a Dios que es Padre, y nosotros somos todos hermanos y hermanas. Jesús hace visible y tangible una nueva forma de vida, no basada en el poder sino en la fraternidad, en el cuidado de unos por otros y, especialmente de los más desfavorecidos. Por esto, al igual que Juan, le mataron.
LA VOZ DE San Juan de la Cruz (1542-1591), en su fiesta, nos recuerda su apasionado amor por Dios.
DICHOS DE AMOR Y LUZ
Más agrada a Dios el alma que con sequedad y trabajo se sujeta a lo que es razón que la que, faltando en esto, hace todas sus cosas con consolación.
El que con purísimo amor obra por Dios, no solamente no se le da nada de que lo vean los hombres, pero ni lo hace porque lo sepa el mismo Dios ; el cual, aunque nunca lo hubiese de saber, no cesaría de hacerle los mismos servicios con la misma alegría y pureza de amor.
La obra pura y entera hecha por Dios en el seno puro, hace reino entero para su dueño.
Dos veces trabaja el pájaro que se asentó en la liga, es a saber : en desasirse y limpiarse de ella ; y de dos maneras pena el que cumple su apetito : en desasirse y, después de desasido, en purgarse de lo que de él se le pegó.
La mosca que a la miel se arrima impide su vuelo ; y el alma que se quiere estar asida al sabor del espíritu impide su libertad y contemplación.
LA VOZ DE UNA MONJA BENEDICTINA
Tu que renuevas todas las cosas, por tu bondad, renuévame y santifícame en ti, con el fin de que puedas morar en mi alma… haz que, desde la mañana, vele por ti, con el fin de encontrarte de verdad (Is 26,9; Sg 6,12-14); ven delante mío, para que de verdad te desee con ardor. (Santa Gertrudis de Helfta (1256-1301), monja benedictina. Ejercicios, n° 8 Sexto; SC 127)
El que con purísimo amor obra por Dios, no solamente no se le da nada de que lo vean los hombres, pero ni lo hace porque lo sepa el mismo Dios ; el cual, aunque nunca lo hubiese de saber, no cesaría de hacerle los mismos servicios con la misma alegría y pureza de amor.
La obra pura y entera hecha por Dios en el seno puro, hace reino entero para su dueño.
Dos veces trabaja el pájaro que se asentó en la liga, es a saber : en desasirse y limpiarse de ella ; y de dos maneras pena el que cumple su apetito : en desasirse y, después de desasido, en purgarse de lo que de él se le pegó.
La mosca que a la miel se arrima impide su vuelo ; y el alma que se quiere estar asida al sabor del espíritu impide su libertad y contemplación.
13 de diciembre, viernes, 2ª semana de adviento
(hoy es santa Lucía)
Isaías 48,17-19:
Así dice el Señor, tu redentor, el Santo de Israel: «Yo, el Señor, tu Dios, te enseño para tu bien, te guío por el camino que sigues. Si hubieras atendido a mis mandatos, sería tu paz como un río, tu justicia como las olas del mar; tu progenie sería como arena, como sus granos, los vástagos de tus entrañas; tu nombre no sería aniquilado ni destruido ante mí.»
Salmo 1 R/. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida
evangelio según san Mateo 11,16-19:
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: "Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado." Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: "Tiene un demonio." Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores." Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.»
¿Cómo vivir esta Palabra?
Isaías se lamenta, en la Primera Lectura, de la desobediencia y rebeldía del pueblo a Dios. No empleó bien su libertad y, en lugar de mirar hacia los caminos y planes de Dios, obró exclusivamente según su capricho. Los resultados no han podido ser peores, sobre todo en cuanto a la paz y la justicia se refiere.
La historia se repite con Juan el Bautista, y, más tarde, con el mismo Jesús: “Vino al mundo y los suyos no le recibieron” (Jn 1,11). Jesús habla de niños en la plaza que invitan a otros a bailar, y no quieren; cambian, luego de música, pero tampoco logran que secunden su intención.
“Vino Juan, que ni comía ni bebía…”, y así logra la autoridad de la convicción, del prestigio y de la admiración. Pero, Jesús se queja de que esto no sucedía con todos, sino sólo con los sencillos y los que, con sinceridad, buscaban el perdón de sus pecados. Para los demás, Juan es tachado de fanático, de excesivamente exigente, de que tiene un demonio. Excusas para no tener que quedar en evidencia. La ascesis de Juan es la disculpa para no aceptar su palabra y su testimonio. Y no se arrepienten.
Tampoco aceptan a Jesús “que come y bebe”, y esto mismo es para ellos motivo de crítica. Todo son excusas. Lo que realmente critican en Jesús es que no siga los derroteros y planes de la cultura judía; que acepte a los publicanos, pecadores públicos y extorsionadores, rompiendo así los esquemas que han presidido su vida y en los que se encuentran sumamente a gusto. Le llaman “comilón” y “borracho”, para desacreditarlo.
Pero, Jesús sigue acercando el Reino a los sencillos y a todos los que quieran abrirse a la gracia de su Buena Noticia. Sólo busca la posibilidad de un mundo nuevo, donde haya más paz, más justicia, más bondad, más amor. Y, si es necesario, denunciando las estructuras injustas e insolidarias.
Pero, Jesús sigue acercando el Reino a los sencillos y a todos los que quieran abrirse a la gracia de su Buena Noticia. Sólo busca la posibilidad de un mundo nuevo, donde haya más paz, más justicia, más bondad, más amor. Y, si es necesario, denunciando las estructuras injustas e insolidarias.
El mensaje de Jesús para nosotros, dentro del tiempo de Adviento, es que no podemos ser, espiritualmente hablando, como esos niños caprichosos que no lloran aunque se canten canciones tristes ni bailan con las alegres. Que seamos coherentes. Que nuestra conversión empiece cuidando nuestra relación con nuestro Padre-Dios, continúe en el cuidado de nuestras actitudes y valores, y que se manifieste, como fruto de interioridad, en la conducta y buen comportamiento, manifestando el amor de Dios.
LA VOZ DE UNA MONJA BENEDICTINA
Tu que renuevas todas las cosas, por tu bondad, renuévame y santifícame en ti, con el fin de que puedas morar en mi alma… haz que, desde la mañana, vele por ti, con el fin de encontrarte de verdad (Is 26,9; Sg 6,12-14); ven delante mío, para que de verdad te desee con ardor. (Santa Gertrudis de Helfta (1256-1301), monja benedictina. Ejercicios, n° 8 Sexto; SC 127)
12 de diciembre, jueves, 2ª semana de adviento
Virgen de Guadalupe
Isaías 41,13-20:
Yo, el Señor, tu Dios, te agarro de la diestra y te digo: «No temas, yo mismo te auxilio.» No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel, yo mismo te auxilio –oráculo del Señor–. Tu redentor es el Santo de Israel. Mira, te convierto en trillo aguzado, nuevo, dentado: trillarás los montes y los triturarás; harás paja de las colinas; los aventarás, y el viento los arrebatará, el vendaval los dispersará; y tú te alegrarás con el Señor, te gloriarás del Santo de Israel. Los pobres y los indigentes buscan agua, y no la hay; su lengua está reseca de sed. Yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Alumbraré ríos en cumbres peladas; en medio de las vaguadas, manantiales; transformaré el desierto en estanque y el yermo en fuentes de agua; pondré en el desierto cedros, y acacias, y mirtos, y olivos; plantaré en la estepa cipreses, y olmos y alerces, juntos. Para que vean y conozcan, reflexionen y aprendan de una vez, que la mano del Señor lo ha hecho, que el Santo de Israel lo ha creado.Salmo 144. R/. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad
Evangelio según san Mateo 11,11-15:
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Desde los días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo. Los profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo. El que tenga oídos que escuche.»¿Cómo vivir esta Palabra?
“No temas, yo mismo te auxilio”. El profeta consuela al pueblo para que no pierda la esperanza y vuelva a confiar en Dios, el único que puede salvarlo.
Porque Dios que “es cariñoso con todas sus criaturas”, como leemos en el salmo responsorial, es un Dios que hiere y venda la herida. Dios no es indiferente ante nuestro sufrimiento, aunque hayamos sido nosotros mismos los que nos lo hemos buscado, apartándonos de Él, como le pasó a los israelitas. Él rico en misericordia nos lleva de la mano.
Israel, cautivo en Babilonia, ha sido reducido a la nada, no se siente ni pueblo, ni mucho menos pueblo elegido. En medio de esta situación el profeta dirige al pueblo una palabra de consuelo de parte de Dios. Anuncia un nuevo éxodo más portentoso y majestuoso que el primero. Dios promete liberar al pueblo, y ese pueblo también somos nosotros hoy.
“El Reino de los Cielos hace fuerza y los esforzados se apoderan de él”
La figura de Juan el Bautista, clásica del Adviento, nos recuerda a la vez la Antigua y la Nueva Alianza. En él se cierra el Antiguo Testamento y se abre el Nuevo, se inaugura la era mesiánica.
El Reino es un regalo de Dios (¡Dios mismo que se regala!) algo que nos es dado sin que nosotros hayamos hecho nada para merecerlo: “No temas pequeño rebaño, pues ha parecido bien a vuestro Padre daros el Reino” (Lc 12, 32), pero para poder acogerlo en nuestra vida se nos pide vivir en continua conversión.
La vida del cristiano, llamado a vivir el Reino aquí y ahora, no es compatible con el aburguesamiento, la comodidad y la tibieza. Por eso nos dice Jesús en el evangelio que los esforzados, los que se hacen violencia, lo conquistan.
Nuestra lucha se concretará muchas veces en las cosas de cada día, en lo pequeño, que no por ello carente de valor: en el combate contra las pasiones, debilidades y pecados; en el modo de vivir la caridad con nuestro prójimo, corrigiendo las formas desagradables del carácter y mostrándonos amables, mostrando serenidad, paz, sonriendo al que lo necesita … En esta lucha no siempre saldremos vencedores, pero lo importante es que no desfallezcamos.
Que la Virgen María, que hoy recordamos bajo la advocación de Santa Mª de Guadalupe, alcance para nosotros la gracia de no desalentarnos en la lucha interior y la humildad para comenzar de nuevo después de cada resbalón en nuestro camino.
HISTORIA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE
Un sábado de 1531 a principios de diciembre, un indio llamado Juan Diego, iba muy de madrugada del pueblo en que residía a la ciudad de México a asistir a sus clases de catecismo y a oír la Santa Misa. Al llegar junto al cerro llamado Tepeyac amanecía y escuchó una voz que lo llamaba por su nombre.
Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: "Juanito: el más pequeño de mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive. Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en Mí confíen. Ve donde el Señor Obispo y dile que deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo".
De regresó a su pueblo Juan Diego se encontró de nuevo con la Virgen María y le explicó lo ocurrido. La Virgen le pidió que al día siguiente fuera nuevamente a hablar con el obispo y le repitiera el mensaje. Esta vez el obispo, luego de oir a Juan Diego le dijo que debía ir y decirle a la Señora que le diese alguna señal que probara que era la Madre de Dios y que era su voluntad que se le construyera un templo.
De regreso, Juan Diego halló a María y le narró los hechos. La Virgen le mandó que volviese al día siguiente al mismo lugar pues allí le daría la señal. Al día siguiente Juan Diego no pudo volver al cerro pues su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo. La madrugada del 12 de diciembre Juan Diego marchó a toda prisa para conseguir un sacerdote a su tío pues se estaba muriendo. Al llegar al lugar por donde debía encontrarse con la Señora prefirió tomar otro camino para evitarla. De pronto María salió a su encuentro y le preguntó a dónde iba.

Una vez ante Monseñor Zumarraga Juan Diego desplegó su manta, cayeron al suelo las rosas y en la tilma estaba pintada con lo que hoy se conoce como la imagen de la Virgen de Guadalupe. Viendo esto, el obispo llevó la imagen santa a la Iglesia Mayor y edificó una ermita en el lugar que había señalado el indio.
Pio X la proclamó como "Patrona de toda la América Latina", Pio XI de todas las "Américas", Pio XII la llamó "Emperatriz de las Américas" y Juan XXIII "La Misionera Celeste del Nuevo Mundo" y "la Madre de las Américas".
La imagen de la Virgen de Guadalupe se venera en México con grandísima devoción, y los milagros obtenidos por los que rezan a la Virgen de Guadalupe son extraordinarios.
11 de diciembre, Miércoles, 2ª semana de adviento
Isaías 40,25-31
«¿A quién podéis compararme, que me asemeje?», dice el Santo. Alzad los ojos a lo alto y mirad: ¿Quién creó aquello? El que cuenta y despliega su ejército y a cada uno lo llama por su nombre; tan grande es su poder, tan robusta su fuerza, que no falta ninguno. Por qué andas hablando, Jacob, y diciendo, Israel: «Mi suerte está oculta al Señor, mi Dios ignora mi causa»? ¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído?El Señor es un Dios eterno y creó los confines del orbe. No se cansa, no se fatiga, es insondable su inteligencia. Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; se cansan los muchachos, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas corno las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse.
Salmo 102 R/. Bendice, alma mía, al Señor
Bendice, alma mía, al Señor,y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.
Evangelio según san Mateo 11,28-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy amable y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»¿Cómo vivir esta Palabra?
Los que esperan en el Señor, renuevan sus fuerzas. Leemos hoy un texto del Segundo Isaías lleno de resonancias bíblicas. La duda sobre Dios, y la afirmación de que la confianza en Él nunca fallará, recorren toda la Biblia.
Nos encontramos en los últimos años del destierro en Babilonia. El pueblo judío pierde la esperanza de ser liberado. El núcleo de este texto es la sensación, de que “mi suerte está oculta al Señor, mi Dios ignora mi causa”
La respuesta esperanzadora del profeta va en dos direcciones:
“El Señor es un Dios eterno y creó los confines del orbe” El profeta recuerda al pueblo su propia fe en un Dios Creador ¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído? Invita al pueblo a ampliar su mirada más allá del poder de Babilonia. Como Job, el pueblo necesita recordar algunas cosas (“¿Dónde estabas tú cuando cimenté la tierra? Habla, si es que sabes tanto” Job 38,4).
Pero tanta grandeza de Dios puede parecer lejanía a su situación concreta. El profeta profundiza aún más en su fe. Los que confían en el Señor “renuevan sus fuerzas, les nacen alas como de águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse” Porque Dios no hizo su creación de una vez por todas, sino que la acompaña y recrea permanentemente, El no cesa de estar con nosotros “no duerme ni reposa el guardián de Israel” (salmo 120).
El profeta alienta así la esperanza del pueblo, le ayuda a profundizar su mirada y a renovar su fe.
Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón
El Evangelio de hoy continúa el mensaje de los versículos anteriores, y nos da un mensaje central: Jesús es el Camino al Padre, todo lo demás es relativo. Seguirle a Él alivia y hace llevadera la carga.
Necesitamos recoger el versículo anterior a este pasaje: “…al Padre lo conoce sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Mt 28,27). Jesús es el Camino hacia el Padre.
Los cansados y agobiados estaban así por el peso de la Ley, por la enorme cantidad de preceptos que tenían que cumplir. Los fariseos hablaban de cargar con el yugo de la ley. En el libro del Eclesiástico se dice sobre la sabiduría: “mete tus pies en sus cadenas y tu cuello en su argolla,… encontrarás en ella descanso” (Eclo 6,24.28).
Los cansados y agobiados estaban así por el peso de la Ley, por la enorme cantidad de preceptos que tenían que cumplir. Los fariseos hablaban de cargar con el yugo de la ley. En el libro del Eclesiástico se dice sobre la sabiduría: “mete tus pies en sus cadenas y tu cuello en su argolla,… encontrarás en ella descanso” (Eclo 6,24.28).
“Cargad con mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”. Jesús se propone a sí mismo como camino hacia el Padre. Él está por encima de la ley, y su yugo, no cansa, alivia. Cargar con su yugo es ir con Él, seguirle. Él ha hecho el mismo camino que invita a vivir, y así, se ha convertido en referencia, en criterio de discernimiento. Con Él, que ha vivido hasta el final su humanidad, aprendemos, y experimentamos el que “mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.
En este pasaje, Jesús se pone una vez más de parte de los pobres y débiles, aunque sus palabras resulten provocadoras para el orden religioso establecido.
LA VOZ DE LA PSICOLOGÍA sobre la Amabilidad
La dimensión Amabilidad guarda relación con las conductas prosociales y altruistas. Es la tendencia a ser agradable con los demás, cooperar con ellos y mantener la armonía social.
Las personas con niveles altos en esta dimensión son empáticas consideradas, generosas, amables y serviciales. Perciben a los demás de un modo positivo y tienden a pensar que la mayoría de las personas son amistosas, honestas y dignas de confianza.
Por el contrario, las personas que obtienen puntuaciones bajas en esta dimensión son poco empáticas, y menos dispuestas a ayudar a los demás. Son también más escépticos y desconfiados y menos amistosos con los demás, más dispuestos a competir que a cooperar. Los que obtienen puntuaciones extremadamente bajas pueden ser manipuladores y antisociales.
Las personas con altas puntuaciones en la dimensión amabilidad suelen tener una mejor opinión de los demás. Esto no significa que sean más influenciables o se dejen llevar más por los demás, sino que son más sensibles a las necesidades de los otros. Por este motivo, suelen gustar más y resultar más agradables a los demás.
Estas personas son también más capaces de controlar emociones negativas como la ira en situaciones conflictivas y, cuando surgen conflictos con los demás, están más dispuestas a ceder o a usar tácticas más cooperadoras y constructivas y utilizar menos la fuerza o coerción, como hacen las personas con bajas puntuaciones en esta escala.
10 de diciembre, MARTES, 2ª semana de adviento
Isaías 40,1-11:
«Consolad, consolad a mi pueblo, –dice vuestro Dios–; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.»Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos –ha hablado la boca del Señor–.»
Dice una voz: «Grita.»
Respondo: «¿Qué debo gritar?»
«Toda carne es hierba y su belleza corno flor campestre: se agosta la hierba, se marchita la flor, cuando el aliento del Señor sopla sobre ellos; se agosta la hierba, se marchita la flor, pero la palabra de nuestro Dios permanece por siempre.»
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios. Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario, y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres.»
Salmo 95 R/. Nuestro Dios llega con poder
Cantad al Señor un cántico nuevo,cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria. R/.
evangelio según san Mateo 18,12-14:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.»¿Cómo vivir esta Palabra?
“Alza con fuerza la voz, heraldo de Jerusalén”
Isaías, anuncia la llegada del señor, no sabe cuándo, pero sabe que llega, y por eso se esfuerza en anunciar a todo el mundo su llegada, y para ello, insiste en subir al monte y elevar la voz, anunciando que Dios viene con fuerza, y que viene cuidando de su rebaño, utiliza el símil del pastor que porta sobre sus hombros los corderos recién nacidos, y al mismo tiempo cuida a las madres. Preparémonos pues el Señor llega y con Él viene su misericordia, con la que perdonará todas nuestras faltas. Alegrémonos, pues, con la venida del Señor, y anunciémoslo a todo el mundo.
En la parábola Jesús nos muestra un estilo de buen pastor que abandona la seguridad del redil y sale en busca de la oveja que ha perdido. Tenía 100, es un número elevado, podría haber dicho, total una es poco comparada con 100, pero nos pone de manifiesto que Dios no cuenta como nosotros. Nosotros estamos muy hechos a lo relativo y el "depende", es decir, que cuenta algo según si es relativo a lo que consideramos mucho o "depende". Para nuestro buen Padre Dios y Jesús, cada uno/a es único y vale todo, ¡no tiene precio! y si se pierde aunque sólo sea uno, hay que buscarlo y encontrarlo. Saber que Dios me ama así, es el punto central y de apoyo de mi autoestima. Nadie puede decirte que no vales, ni hacértelo sentir. Don Bosco era experto en esto. Cada joven vale por sí mismo, porque es hijo de Dios y a mi me ha puesto para hacerle ver que vale mucho y es muy querido. Es la caridad pastoral salesiana o cristiana.
El papa Francisco, nos insiste y nos anima a que salgamos a la calle y busquemos a los alejados, aquellos que se han perdido, y hagamos como el buen pastor, que los busca, los encuentra, dialoga con ellos, les ayuda a ver la verdad y entonces se alegra, mas por la oveja perdida que por las 99 que quedan en el redil.
LA VOZ DE UN ESCRITOR ESPAÑOL
"El amigo ha de ser como la sangre, que acude luego a la herida
sin esperar que le llamen." (Francisco de Quevedo, siglo XVII)
9 de diciembre, LUNES, 2ª semana de adviento
Isaías 35,1-10:
El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría. Tiene la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarión. Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes; decid a los cobardes de corazón: «Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará.» Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco, un manantial. En el cubil donde se tumbaban los chacales brotarán cañas y juncos. Lo cruzará una calzada que llamarán Vía Sacra: no pasará por ella el impuro, y los inexpertos no se extraviarán. No habrá por allí leones, ni se acercarán las bestias feroces; sino que caminarán los redimidos, y volverán por ella los rescatados del Señor. Vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán.Salmo 84 R/. Nuestro Dios viene y nos salvará
Evangelio según san Lucas 5,17-26:
Un día estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor lo impulsaba a curar. Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de introducirlo para colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo, a causa del gentío, subieron a la azotea y, separando las losetas, lo descolgaron con la camilla hasta el centro, delante de Jesús.Él, viendo la fe que tenían, dijo: «Hombre, tus pecados están perdonados.»
Los escribas y los fariseos se pusieron a pensar: «¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios?»
Pero Jesús, leyendo sus pensamientos, les replicó: «¿Qué pensáis en vuestro interior? ¿Qué es más fácil: decir "tus pecados quedan perdonados", o decir "levántate y anda"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados... –dijo al paralítico–: A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa.»
Él, levantándose al punto, a la vista de ellos, tomó la camilla donde estaba tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios.
Todos quedaron asombrados, y daban gloria a Dios, diciendo llenos de temor: «Hoy hemos visto cosas admirables.»
¿Cómo vivir esta Palabra?
Al final del destierro, la voz del profeta expresa la alegría por la restauración de Judá. El regreso a Jerusalén se describe no sólo como un retorno, sino como una restauración de la tierra entera, en la que participa la naturaleza y donde todos los males ya se han acabado. Solo queda el gozo y la alegría para siempre y en todos.
En el evangelio Jesús se presenta como el que cumple la promesa de Dios. Sana a los enfermos, perdona los pecados, lleva la alegría y el gozo a los afligidos.
Y Jesús nos revela también el estilo de hacer del Padre, un modo que busca la colaboración de las propias personas, que partiendo del esfuerzo que las personas realizan les da la plenitud de sus aspiraciones. Los que llevaban al paralítico fueron creativos y se esforzaron por conseguir su objetivo de llevar al enfermo a Jesús. Y Jesús colma sus anhelos. También pide al paralítico que haga su parte. Ha sido llevado por otros, ahora él mismo debe ponerse en pie y caminar. Lo hace y "todos quedaron asombrados". Dios hace cosas admirables. Y Él es el mismo ayer, hoy y mañana.
La voz del Pseudo-Jerónimo
La parálisis es imagen del entorpecimiento por el cual yace el perezoso en las comodidades de la carne, deseando la salud.
Nota: La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha concedido que la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, que este año cae en el Segundo Domingo de Adviento, pueda ser celebrada también en todas las diócesis de España el mismo día 8 de diciembre. Para mostrar de algún modo el sentido del Domingo de Adviento, la misma Congregación ha determinado que la segunda lectura sea la propia del Segundo Domingo de Adviento y que en la homilía y en la plegaria de los fieles se haga mención del tiempo de Adviento.
Génesis 3, 9-15. 20
Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: «¿Dónde estás?». Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí». El Señor le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?». Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí». El Señor dijo a la mujer: «¿Qué es lo que has hecho?». Ella respondió: «La serpiente me engañó, y comí». El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón». El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.Salmo 97: Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
san Pablo a los Romanos 15,4-9:
Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así, dice la Escritura: «Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre.»Evangelio según san Lucas 1, 26-38:
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible». María contestó: «Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra».Y la dejó el ángel.¿Cómo vivir esta Palabra?
Alégrate, LLENA DE GRACIA, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres. La expresión alégrate que puede tener un sentido corriente de saludo, como por ejemplo la paz sea contigo, etc. reviste un sentido del todo especial cuando se la relaciona con ZACARIAS 9,9; SOFONIAS 3,14-17; JOEL 2,21-23. Se trata de la alegría porque la época mesiánica alborea ya. Es el gozo de todo un pueblo, representado ahora por María, que entiende que el Mesías está ya a la puerta. Y el título dado a María, que traducimos por llena de gracia está relacionado directamente con la misión que se le va a encomendar. Significa, en primera instancia, que María ha sido el objeto de la benevolencia divina porque la ha elegido para la misión de ser la madre del Mesías y la Madre del Hijo de Dios. Como consecuencia de esta misión del todo singular, Dios preparó al instrumento elegido cuidadosamente. Estas palabras que leemos en 1Timoteo 1,12 se pueden aplicar de modo eminente a María: Doy gracias a nuestro Señor Jesucristo porque me eligió, me capacitó y me confió este ministerio (1Tm 1,12).
Como se puede observar a lo largo de la Escritura, Dios capacita adecuadamente a todos aquellos a los que quiere encomendarles alguna misión especial. La Iglesia confiesa que María fue liberada y preservada de la realidad del pecado y es elegida para la misión salvadora de su Hijo Jesús. Este don y privilegio nos reenvía a los orígenes y nos permite comprender su sentido. María está destinada a una gran tarea en la historia de la salvación. Así lo ha querido Dios. Y se le asegura la presencia divina para acompañarla en esa misión: el Señor está contigo. Este privilegio es para el mundo de hoy una llamada urgente para que recapacite que la voluntad de Dios, de la que nació la libertad de los hombres, es siempre superior a esta libertad. Advierte al hombre y le invita a aceptar con alegría que la comunión con la voluntad y proyecto de Dios no le resta nada, sino que le engrandece y le hace realmente eso, un ser humano en plenitud.2º domingo de Adviento
Mateo 3, 1-12

4 Tenía Juan su vestido hecho de pelos de camello, con un cinturón de cuero a su cintura, y su comida eran langostas y miel silvestre. 5 Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región del Jordán, 6 y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.7Pero viendo venir muchos fariseos y saduceos a su bautismo, les dijo: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente? 8 Dad, pues, fruto digno de conversión, 9 y no creáis que basta con decir en vuestro interior: `Tenemos por padre a Abrahán'; porque os digo que puede Dios de estas piedras suscitar hijos a Abrahán. 10 Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. 11 Yo os bautizo con agua en señal de conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. 12 En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará con fuego que no se apaga.»
RECORRER CAMINOS NUEVOS
Por los años 27 o 28 apareció en el
desierto del Jordán un profeta original e independiente que provocó un fuerte
impacto en el pueblo judío: las primeras generaciones cristianas lo vieron
siempre como el hombre que preparó el camino a Jesús.
Todo su mensaje se puede concentrar en
un grito: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”. Después
de veinte siglos, el Papa Francisco nos está gritando el mismo mensaje a los
cristianos: Abrid caminos a Dios, volved a Jesús, acoged el Evangelio.
Su propósito es claro: “Busquemos ser
una Iglesia que encuentra caminos nuevos”. No será fácil. Hemos vivido estos
últimos años paralizados por el miedo. El Papa no se sorprende: “La novedad nos
da siempre un poco de miedo porque nos sentimos más seguros si tenemos todo
bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos y planificamos
nuestra vida”. Y nos hace una pregunta a la que hemos de responder: “¿Estamos
decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o
nos atrincheramos en estructuras caducas, que han perdido capacidad de
respuesta?“.
Algunos sectores de la Iglesia piden al
Papa que acometa cuanto antes diferentes reformas que consideran urgentes. Sin
embargo, Francisco ha manifestado su postura de manera clara: “Algunos esperan
y me piden reformas en la Iglesia y debe haberlas. Pero antes es necesario un
cambio de actitudes”.
Me parece admirable la clarividencia
evangélica del Papa Francisco. Lo primero no es firmar decretos reformistas. Antes,
es necesario poner a las comunidades cristianas en estado de conversión y
recuperar en el interior de la Iglesia las actitudes evangélicas más básicas.
Solo en ese clima será posible acometer de manera eficaz y con espíritu
evangélico las reformas que necesita urgentemente la Iglesia.
El mismo Francisco nos esta indicando
todos los días los cambios de actitudes que necesitamos. Señalaré algunos de
gran importancia. Poner a Jesús en el centro de la Iglesia: “una Iglesia que no
lleva a Jesús es una Iglesia muerta”. No vivir en una Iglesia cerrada y
autorreferencial: “una Iglesia que se encierra en el pasado, traiciona su
propia identidad”. Actuar siempre movidos por la misericordia de Dios hacia
todos sus hijos: no cultivar “un cristianismo restauracionista y legalista que
lo quiere todo claro y seguro, y no halla nada”. “Buscar una Iglesia pobre y de
los pobres”. Anclar nuestra vida en la esperanza, no “en nuestras reglas,
nuestros comportamientos eclesiásticos, nuestros clericalismos”. (Jose A. Pagola)
Isaías 30,19-21.23-26:
Así dice el Señor, el Santo de Israel: «Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, no tendrás que llorar, porque se apiadará a la voz de tu gemido: apenas te oiga, te responderá. Aunque el Señor te dé el pan medido y el agua tasada, ya no se esconderá tu Maestro, tus ojos verán a tu Maestro. Si te desvías a la derecha o a la izquierda, tus oídos oirán una palabra a la espalda: "Éste es el camino, camina por él." Te dará lluvia para la semilla que siembras en el campo, y el grano de la cosecha del campo será rico y sustancioso; aquel día, tus ganados pastarán en anchas praderas; los bueyes y asnos que trabajan en el campo comerán forraje fermentado, aventado con bieldo y horquilla. En todo monte elevado, en toda colina alta, habrá ríos y cauces de agua el día de la gran matanza, cuando caigan las torres. La luz de la Cándida será como la luz del Ardiente, y la luz del Ardiente será siete veces mayor, cuando el Señor vende la herida de su pueblo y cure la llaga de su golpe.»Salmo 146 R/. Dichosos los que esperan en el Señor
evangelio según san Mateo 9,35–10,1.6-8:
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.Entonces dijo a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»
Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.
A estos doce los envió con estas instrucciones: «Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»
¿Cómo vivir esta Palabra?
“Tus ojos verán a tu Maestro”. La salvación que nos promete Dios a través del profeta Isaías… cuando llega no la salvación, sino el Salvador, Cristo Jesús, cumple con creces lo prometido en lo tocante a las personas humanas, al pueblo que le escuche y le acepte. Será capaz de enjugar nuestras lágrimas, de consolarnos en nuestras debilidades: “Venid a mí los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré”. No se esconderá de nosotros, le tendremos siempre a mano: Si le dejamos es capaz de habitar en nuestro corazón y así podremos gozar siempre de su presencia. “Tus ojos verán a tu Maestro”. Ante nuestras dudas y tinieblas, aunque nos desviemos “a la derecha o a la izquierda”, nos hará oír una palabra luminosa: “este es el camino, caminad por él”. Y en medio de estos regalos, como no podía ser menos para alguien que sabe cuáles son las necesidades del corazón humano, Cristo Jesús nos ofrecerá su amistad y su amor. De esta manera, ya en nuestro trayecto terreno lograremos caminar con luz, con sentido y con esperanza.
“Proclamad… el reino de los cielos está cerca”. Este fragmento del evangelio es la confirmación de las promesas de la primera lectura. Jesús anuncia la llegada del reino de Dios y todo lo que entraña ese reino de Dios. En este adviento, renovemos nuestra adhesión a Jesús y el agradecimiento a nuestro Padre Dios por ser como es y sigamos disfrutando de la amistad, de la palabra, del consuelo, de su poder de curación… de todo lo que nos brinda en Cristo Jesús, el Hijo de María y el Hijo de Dios. Como Ella déjemos que Él nos regala nos llene y estaremos alegres.
ORACIÓN A MARIA INMACULADA
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea
pues todo un Dios se recrea en tan graciosa Belleza
a ti celestial princesa, Virgen sagrada María,
yo te ofrezco en este día: alma, vida y corazón,
no me dejes Madre mía por tu Inmaculada Concepción.
6 de diciembre, VIERNES, 1ª semana de Adviento
8º día novena Inmaculada
Isaías 29, 17-24:
Esto dice el Señor: Pronto, muy pronto, el Líbano se convertirá en vergel, el vergel parecerá un bosque; aquel día oirán los sordos las palabras del libro; sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos. Los oprimidos volverán a alegrarse con el Señor y los pobres gozarán con el Santo de Israel; porque se acabó el opresor, terminó el cínico; y serán aniquilados los despiertos para el mal, los que van a coger a otro en el hablar, y al que defienden en el tribunal con trampas y por nada hunden al inocente.
Así dice a la casa de Jacob el Señor, que rescató a Abrahán: Ya no se avergonzará Jacob, ya no se sonrojará su cara, pues cuando vea mis acciones en medio de él santificará mi nombre, santificará al Santo de Jacob y temerá al Dios de Israel. Los que habían perdido la cabeza comprenderán, y los que protestaban aprenderán la enseñanza.
Así dice a la casa de Jacob el Señor, que rescató a Abrahán: Ya no se avergonzará Jacob, ya no se sonrojará su cara, pues cuando vea mis acciones en medio de él santificará mi nombre, santificará al Santo de Jacob y temerá al Dios de Israel. Los que habían perdido la cabeza comprenderán, y los que protestaban aprenderán la enseñanza.
Salmo. 26, R El Señor es mi luz y mi salvación
El Señor es mi luz y mi salvación;
¿A quién temeré? Una cosa pido al Señor,
eso buscaré: Habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida. R.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.R.
¿A quién temeré? Una cosa pido al Señor,
eso buscaré: Habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida. R.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.R.
Evangelio según San Mateo 9,27-31
Dos ciegos seguían a Jesús, gritando: «Ten compasión de nosotros, hijo de David». Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo: «¿Creéis que puedo hacerlo?». Contestaron: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos, diciendo: «Que os suceda conforme a vuestra fe».Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Cuidado con que lo sepa alguien!». Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.
¿Como vivir esta Palabra?
Oímos Buenas Noticias en Isaías y vemos gestos liberadores realizados por Jesús, que iba de camino “y le siguieron dos ciegos…”, que quizá habían escuchado en la sinagoga las palabras de Isaías: “Sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos”.
El Adviento llegó para ellos cuando oyeron que pasaba Jesús. “Ten compasión de nosotros”. Y su grito llegó al corazón de Jesús.
Los pobres ciegos han gritado que quieren ser curados, y Jesús, sin gritos ni magias, sólo con compasión y misericordia, cura y salva.
Jesús humaniza la vida, cambia aquella ceguera en visión.
La fe, que recibimos de Dios como don sobrenatural, se presenta como luz en el sendero, que orienta nuestro camino en el tiempo. Por una parte, procede del pasado; es la luz de una memoria fundante, la memoria de la vida de Jesús, donde su amor se ha manifestado totalmente fiable, capaz de vencer a la muerte. Pero, al mismo tiempo, como Jesús ha resucitado y nos atrae más allá de la muerte, la fe es luz que viene del futuro, que nos desvela vastos horizontes, y nos lleva más allá de nuestro “yo” aislado, hacia la más amplia comunión. Nos damos cuenta, por tanto, de que la fe no habita en la oscuridad, sino que es luz en nuestras tinieblas…