17 noviembre 2012, sábado. XXXII semana Tiempo ordinario

del apóstol san Juan 5-8:

Querido amigo Gayo, te portas con plena lealtad en todo lo que haces por los hermanos, y eso que para ti son extraños. Ellos han hablado de tu caridad ante la comunidad de aquí. Por favor, provéelos para el viaje como Dios se merece; ellos se pusieron en camino para trabajar por él sin aceptar nada de los gentiles. Por eso debemos nosotros sostener a hombres como éstos, cooperando así en la propagación de la verdad.

Salmo 111     Dichoso quien teme al Señor

Evangelio según san Lucas 18,1-8:

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario." Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara."»
Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»


DE LA PALABRA DEL DIA
En aquel tiempo Jesús propuso a sus discípulos una parábola para explicarles como tenían que orar siempre sin desanimarse. Lc 18,1

¿Cómo vivir esta Palabra?
El Evangelio de hoy suscita, quizás, la pregunta: ¿Qué quiere decir ‘orar’? Orar  es el vínculo que nos une a Dios, el modo de relacionarnos con Él. Jesús dice que es una necesidad, una premura humana. Afirma además que es necesario orar siempre, esto es, vivir cada momento en su Presencia. Es necesario ser conscientes que, el amor de Dios nos envuelve sin descanso, invitándonos a gozar la felicidad eterna con Él. Y este encuentro con Dios se realiza en la sencillez de la vida ordinaria, en la cotidianidad de cada uno.
Además Jesús dice que la oración debe ser perseverante, sin desanimarse, sin cansarse, como la viuda que frente al juez injusto seguía insistiendo en su causa. Al juez no le preocupó la situación problemática de la viuda. Pero aunque no tenía temor  ni de Dios ni de los hombres, la atendió finalmente en favor de sus propios intereses, para no seguir siendo importunado. Tal actitud no propicia ciertamente el diálogo ni con Dios ni con los hermanos. También Dios es juez, pero de muy distinta manera. Él hace justicia a quien  le es fiel, a quien persevera en la oración y en el amor fraterno hasta el final.

Señor Jesús, las últimas palabras de este pasaje me hacen reflexionar. Después de la resurrección Tú estás siempre aquí, en medio de nosotros.  Haz que mi vida, vivida contigo, llegue a ser oración incesante de alabanza y gloria al Padre, oración que me abra cada vez más al amor y a la solidaridad con todos.

La voz de un gran monje teólogo
La oración es una actividad que desarrolla y enriquece enormemente, fuente de méritos y de satisfacciones, de progresos espirituales de toda clase. El buen Dios nos  impone su repetición y su continuación  para acrecentar  nuestras riquezas.
                                                                                                           Juan Clímaco

16 noviembre 2012, viernes. XXXII semana Tiempo ordinario
De la segunda carta del apóstol san Juan 4-9:
Señora elegida: Me alegré mucho al enterarme de que tus hijos caminan en la verdad, según el mandamiento que el Padre nos dio. Ahora tengo algo que pedirte, señora. No pienses que escribo para mandar algo nuevo, sino sólo para recordaros el mandamiento que tenemos desde el principio, amarnos unos a otros. Y amar significa seguir los mandamientos de Dios. Como oísteis desde el principio, éste es el mandamiento que debe regir vuestra conducta. Es que han salido en el mundo muchos embusteros, que no reconocen que Jesucristo vino en la carne. El que diga eso es el embustero y el anticristo. Estad en guardia, para que recibáis el pleno salario y no perdáis vuestro trabajo. Todo el que se propasa y no permanece en la doctrina de Cristo no posee a Dios; quien permanece en la doctrina posee al Padre y al Hijo.

Salmo 118                         R/. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor

Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor. R/.
Dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R/.
Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos. R/.
En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti. R/.
Haz bien a tu siervo: viviré
y cumpliré tus palabras. R/.
Ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu voluntad. R/.

Evangelio según san Lucas 17,26-37:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían y se casaban, hasta el día que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos. Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre. Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en casa, que no baje por ellas; si uno está en el campo, que no vuelva. Acordaos de la mujer de Lot. El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la pierda la recobrará. Os digo esto: aquella noche estarán dos en una cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán.»
Ellos le preguntaron: «¿Dónde, Señor?»

Él contestó: «Donde se reúnen los buitres, allí está el cuerpo.»

DE LA PALABRA DEL DIA
Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre. Lucas 17,30

¿Cómo vivir esta Palabra?
Hoy la liturgia continúa el tema del Reino y cuando vendrá. Jesús revela que el reino está ya entre nosotros y que Él es el rey. Por tanto, la humanidad, lo sepa o no, está en camino hacia  el día de la segunda venida de Jesús; considerada sea como fin del mundo sea como el momento de la muerte individual.
El Hijo de Dios se encarnó para salvarnos e invitarnos a entrar  en el Reino de la vida eterna. Para ello sufrió la crueldad de su pasión y muerte, siendo repudiado por muchos de su generación, una triste realidad que se repite en cada época de la historia.
Con el ejemplo de Noé y de Lot, hombres justos, Jesús hace ver que hay siempre personas que se ponen libremente de parte de Dios, personas que  quieren seguir a Jesús por la vía angosta que pasa por el Calvario para llegar a la resurrección; y que también hay otros que rechazan a Dios y a su salvación, que prefieren obtenerla por sí solos, olvidándose de Él, preocupados sólo por los bienes terrenos.
Recordemos, sin embargo, que la salvación y la vida auténticamente cristiana no es un engaño y que no consiste en hacer cosas extraordinarias. Consiste sobre todo en escuchar y discernir  la voz, la presencia de Dios en lo cotidiano. En aprender a leer  la propia existencia y la historia del mundo a la luz de la Palabra de Dios. Él es el Camino, la Verdad y la Vida, el final de la Historia universal y de cada historia.

Señor Jesús quiero caminar contigo, siempre a la escucha de tu Palabra cada día. Ayúdame a reconocerte en las personas que encuentro en mi trabajo, en los acontecimientos pequeños y grandes, en las alegrías y en las penas de la vida.

Palabras del Rector Mayor de la Familia Salesiana
Para despertar y alimentar la fe es necesario que la escucha de la Palabra se convierta en un encuentro vital que interpela, orienta, plasma la existencia. Es ahí donde se madura la fe, aprendiendo a mirar  la realidad y los acontecimientos con la mirada misma de Dios, hasta tener la mente de Dios.
                                                           Don Pascual Chávez Villanueva, sdb

15 noviembre 2012, jueves. XXXII semana Tiempo ordinario

Pablo a Filemón 7-20:

Me alegró y animó mucho tu caridad, hermano, porque tú has aliviado los sufrimientos de los santos. Por eso, aunque tengo plena libertad en Cristo para mandarte lo que conviene hacer, prefiero rogártelo apelando a tu caridad, yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús. Te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión, que antes era tan inútil para ti, y ahora, en cambio, es tan útil para ti y para mí; te lo envío como algo de mis entrañas. Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en tu lugar, en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo; así me harás este favor, no a la fuerza, sino con libertad. Quizá se apartó de ti para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido. Si yo lo quiero tanto, cuánto más lo has de querer tú, como hombre y como cristiano. Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo. Si en algo te ha perjudicado y te debe algo, ponlo en mi cuenta; yo, Pablo, te firmo el pagaré de mi puño y letra, para no hablar de que tú me debes tu propia persona. Por Dios, hermano, a ver si me das esta satisfacción en el Señor; alivia mi ansiedad, por amor a Cristo.

Salmo  145                                   R/. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob

Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R/.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.

Evangelio según san Lucas 17,20-25:

En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el reino de Dios Jesús les contestó: «El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros.»
Dijo a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí no os vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación.»


DE LA PALABRA DEL DIA
¿Cuándo llegará el Reino de Dios? Lucas 17,20

¿Cómo vivir esta Palabra?
Son los fariseos los que preguntan a Jesús sobre la venida del Reino, pero tal vez sea también una pregunta que hoy día muchos se hacen. Con frecuencia se da  la impresión de hacer coincidir el Reino de Dios con el fin del mundo y así  nacen ‘profecías’ del día exacto de tal acontecimiento, suscitando la curiosidad  y el miedo de muchos. 
Jesús no da una respuesta directa a la pregunta sino que nos pone en guardia  de las posibles desviaciones. Él indica el camino que Él había venido a proponer, un camino de fe para su seguimiento, que puede insertarnos ya desde ahora, en el Reino. Jesús advierte a los discípulos que existe  un deseo en todo creyente  de ver a Dios, pero toda persona debe tratar de buscarlo allí donde se encuentra, en su propia vida diaria. 
Con la afirmación de tener que sufrir mucho y ser rechazado por los hombres, Jesús quiere hacernos comprender su camino, camino hacia Jerusalén, la cruz y la resurrección. Es un camino estrecho el del Reino, presente en Jesús y en todo creyente que quiera caminar con Él, el camino de la alegría y del sufrimiento diario que marca nuestro calvario y nuestra resurrección.

Señor Jesús, tu Reino, el Reino de Dios, no es una ilusión que engaña. Es ya una realidad escondida en nuestra cotidianidad. Ayúdanos a abrir los ojos, los oídos, la mente y el corazón a la fe para entrever tu presencia salvadora y santificadora  para que el Reino de Dios esté aquí entre nosotros.

Palabras de un gran Papa
“Allí donde está tu tesoro está tu corazón” (Mt 6,21) Pero ¿Cuál es el tesoro del hombre  sino la mies de sus obras y la recolección de sus fatigas? Efectivamente, cada uno recogerá  aquello que haya sembrado (Ga 6,7) y como sea la prestación de cada uno  así será también la compensación que recibirá.
                                                                                  San León Magno