4 septiembre 2012, martes. XXII semana Tiempo ordinario

DE LA PALABRA DEL DIA
A nivel humano no se capta lo que es propio del Espíritu de Dios, parece una locura; no se es capaz de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. 1Co 2,14

¿Cómo vivir esta Palabra?
El Señor, que ha creado el mundo, ha constituido al hombre rey de lo creado, poseedor  de capacidad para conocer cada vez más sus riquezas y para servirse de ellas en  beneficio de todos.
Esta soberanía sobre la creación consiente al  científico penetrar siempre más  en las maravillas del átomo y al técnico  aplicarlas concretamente a la varias  urgencias  de la convivencia humana. Alabemos, pues, a Dios Creador y al hombre creado a su imagen y semejanza, por haber sido hecho capaz de siempre más osados y apreciados conocimientos.
Esta capacidad, sin embargo, encuentra una dificultad  infranqueable respecto a las cosas del Espíritu de Dios, que se conectan después con las cosas  relativas a nuestra conciencia y a nuestra vida respecto a los porqués existenciales más profundos, aquellos  que más importan para un vivir justo y en paz.
Es aquí por lo que, conscientes de nuestra  debilidad y de nuestra limitación, debemos invocar a Aquel que, como dice un himno litúrgico, es LUZ BEATÍSIMA, clave interpretativa  de la vida, de la muerte y del Después Eterno.

Oh Espíritu, fuente divina de energía espiritual, ayúdame, Te lo ruego. En mi camino, a tu luz, haz que yo sepa ver y juzgar lo que es recto, justo, verdadero y bueno. Con tu fuerza concédeme vivir  todo esto  con un corazón en paz.

La voz de un sabio
Nuestra impotencia, nuestro límite, aceptados con humilde corazón de paz,  se convierten en espacio para la omnipotencia de Dios, que hasta de nuestra poquedad puede sacar lo positivo.
                                                                                                                Anónimo