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septiembre 2012, martes. XXII semana Tiempo ordinario
DE LA PALABRA DEL DIA
A
nivel humano no se capta lo que es propio del Espíritu de Dios, parece una
locura; no se es capaz de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el
criterio del Espíritu. 1Co 2,14
¿Cómo vivir esta Palabra?
El
Señor, que ha creado el mundo, ha constituido al hombre rey de lo creado,
poseedor de capacidad para conocer cada
vez más sus riquezas y para servirse de ellas en beneficio de todos.
Esta
soberanía sobre la creación consiente al
científico penetrar siempre más
en las maravillas del átomo y al técnico
aplicarlas concretamente a la varias
urgencias de la convivencia humana.
Alabemos, pues, a Dios Creador y al hombre creado a su imagen y semejanza, por
haber sido hecho capaz de siempre más osados y apreciados conocimientos.
Esta
capacidad, sin embargo, encuentra una dificultad infranqueable respecto a las cosas del
Espíritu de Dios, que se conectan después con las cosas relativas a nuestra conciencia y a nuestra
vida respecto a los porqués existenciales
más profundos, aquellos que más importan
para un vivir justo y en paz.
Es aquí por lo que,
conscientes de nuestra debilidad y de
nuestra limitación, debemos invocar a Aquel que, como dice un himno litúrgico, es
LUZ BEATÍSIMA, clave interpretativa de
la vida, de la muerte y del Después Eterno.
Oh
Espíritu, fuente divina de energía espiritual, ayúdame, Te lo ruego. En mi
camino, a tu luz, haz que yo sepa ver y juzgar lo que es recto, justo,
verdadero y bueno. Con tu fuerza concédeme vivir todo esto
con un corazón en paz.
La voz de un sabio
Nuestra impotencia, nuestro límite, aceptados con
humilde corazón de paz, se convierten en
espacio para la omnipotencia de Dios, que hasta de nuestra poquedad puede sacar
lo positivo.
Anónimo