VIVE LA PALABRA
31 agosto 2012, viernes.  XXI semana del tiempo ordinario
Evangelio del día

Mateo 25,1-13:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas." Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis." Mientras iban a comprarlo llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos." Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco." Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»

¿Cómo vivir esta Palabra?
La narración de Jesús, basándose en una experiencia que su auditorio bien conocía, todo lo que suponian las bodas, contiene el mismo mensaje de la narración de ayer: velad, actuad atentamente, con previsión. Se trata de usar la razón y vencer la pereza y la comodidad.  

Las doncellas sensatas no compartieron su aceite con las doncellas “distraídas”, no por no ser generosas, sino para poder hacer ver que la actitud de insensatez y comodidad escogida por las otras no era la correcta. Tenía que escarmentar y aprender con la experiencia personal. Lo que uno cultiva es lo que recoge.

La enseñanza está clara: ejercitar la atención, tomar hábitos que ayudan a alcanzar la meta hacia la que nos encaminamos. El ser humano avanza, según el plan de Dios, hacia la plenitud, tiene que desarrollar y progresar en todas sus potencialidades. El pensar, prevenir, actuar “como si viera al Invisible” en las acciones que emprendo o realizo es el camino.
El aceite en la tradición de los padres ha sido tenido por las buenas obras que realiza el creyente. Hoy puedo preguntarme si estoy poniendo “aceite” en mi lámpara.

La voz de san Hilario de Poitiers
Las prudentes son aquellas que aprovechando el tiempo oportuno para ellas, estaban preparadas desde el primer momento para la llegada del Señor”