23 junio 2012, sábado. XI semana Tiempo Ordinario

DE LA PALABRA DEL DIA
Nadie puede servir a dos señores. Mateo  6,24

¿Cómo vivir esta Palabra?
Esta Palabra de Jesús ayuda  también a ser plenamente hombre y mujer en el  hoy de este  nuestro mundo.  Pone de relieve  la necesidad de opciones y decisiones claras, sin vacilaciones ni concesiones  de conveniencia.
Más adelante el Señor precisa  una verdad ineluctable y salvadora: “No se puede servir a Dios y al dinero”. Sabemos bien que el dinero, las cosas, la riqueza, no suponen tanto lo que son en si mismas, sino cuando, idolatradas, se convierten en objeto de  grandes preocupaciones, en el devenir de una existencia absorbida dentro del  hombre y, poco a poco, destruida.
Se trata, pues, de constatar  que efectivamente  la vida auténtica es servicio. Pero como la reina Isabel de Hungría, se puede llegar a experimentar  y a decir  que servir  a Dios es reinar, o se puede llegar a convertirse en siervo o incluso en esclavo, de cosas,  dinero, personas, que se vienen idolatrando.
Lo que absolutamente no puede suceder es que alguien llegue a estar bien con Dios, como con un padre bonachón y, al mismo tiempo entregarse, de modo vicioso y posesivo, y por ello, idolátrico, a los bienes caducos  del mundo.  Es necesario elegir.  No hay alternativa.

Dios mío, que me has creado libre y por tu inefable amor me has redimido en Jesús, haz que experimente en mí tu señorío. Sé que, precisamente porque es el señorío de Alguien infinitamente amante, me capacita  para caminar en el mundo  a paso de danza, cantando y celebrando la vida y ofreciéndola a quien es Padre creador.

La voz de un sabio latino
La riqueza me hace pobre.  Ovidio