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junio 2012, sábado. XI semana Tiempo Ordinario
DE LA PALABRA DEL DIA
Nadie
puede servir a dos señores. Mateo 6,24
¿Cómo vivir esta Palabra?
Esta
Palabra de Jesús ayuda también a ser
plenamente hombre y mujer en el hoy de
este nuestro mundo. Pone de relieve la necesidad de opciones y decisiones claras,
sin vacilaciones ni concesiones de
conveniencia.
Más
adelante el Señor precisa una verdad
ineluctable y salvadora: “No se puede
servir a Dios y al dinero”. Sabemos bien que el dinero, las cosas, la
riqueza, no suponen tanto lo que son en si mismas, sino cuando, idolatradas, se
convierten en objeto de grandes preocupaciones,
en el devenir de una existencia absorbida dentro del hombre y, poco a poco, destruida.
Se
trata, pues, de constatar que
efectivamente la vida auténtica es
servicio. Pero como la reina Isabel de Hungría, se puede llegar a
experimentar y a decir que servir
a Dios es reinar, o se puede llegar a convertirse en siervo o incluso en
esclavo, de cosas, dinero, personas, que
se vienen idolatrando.
Lo
que absolutamente no puede suceder es que alguien llegue a estar bien con Dios,
como con un padre bonachón y, al mismo tiempo entregarse, de modo vicioso y
posesivo, y por ello, idolátrico, a los bienes caducos del mundo.
Es necesario elegir. No hay
alternativa.
Dios
mío, que me has creado libre y por tu inefable amor me has redimido en Jesús,
haz que experimente en mí tu señorío. Sé que, precisamente
porque es el señorío de Alguien infinitamente amante, me capacita para caminar en el mundo a paso de danza, cantando y celebrando la
vida y ofreciéndola a quien es Padre creador.
La
voz de un sabio latino
La riqueza me
hace pobre. Ovidio