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mayo 2012, viernes. IV semana de Pascua
DE
LA PALABRA DEL DIA
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. (Juan 14,6)
¿Cómo
vivir esta Palabra?
En
los días precedentes, Jesús se ha declarado puerta, pastor, luz. Imágenes que
ponen de relieve algunos aspectos de su ser y misión, pero sin agotarlo.
Hoy añade una nueva y riquísima pincelada: Yo –dice- soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Tomada
en su contexto, la frase pone el acento sobre todo en el ser Camino. Tomás le estaba preguntando cuál era el camino que
conducía a la casa del Padre, donde Jesús había dicho que se iba a preparar un
puesto a sus amigos. Y la afirmación de Jesús fue la respuesta.
Jesús,
pues, es el Camino, y no un camino
cualquiera, sino el único que lleva al Padre. Un camino que se abre ante el
hijo pródigo que hay en cada uno de nosotros, para que pueda volver a los
brazos del Padre y vuelva a la verdad de su ser hijo. El hombre, en efecto, no
sólo perdió el camino de la casa, sino también
la verdad sobre sí mismo, el conocimiento de su propia identidad, y
Jesús se le ofrece como Hijo, en el que
puede encontrar su rostro, su verdad. Y
vemos así a este hombre perdido y confuso, llegar a la
vida, a la plenitud de la vida que es relación filial con el Padre por Cristo
en el Espíritu Santo: una inmersión en la Trinidad, una participar en la gracia
indecible de la comunión trinitaria.
Una meta de vértigo, en la que con demasiada frecuencia
no pensamos, a pesar de que éste es el puesto que Jesús nos asegura haber
preparado para cada uno de nosotros.
Hoy quiero sumergirme
en la contemplación de esta verdad que da alas a mi caminar.
Señor,
concédeme no perderme en los meandros de la vida, para no alejarme nunca de Ti,
Camino seguro que conduce en la Verdad a la plenitud de la Vida.
La
voz de una testigo de hoy
¡Aquel que dijo:
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, no engaña, no desilusiona, no nos
traiciona nunca! ¡Su Palabra es Luz, Su Palabra es Verdad, Su Palabra es bálsamo de sanación para las heridas más
profundas del alma! El Señor Jesús es el Camino
para la plenitud de Alegría y de Paz que
el corazón de cada hombre busca.
Chiara Amirante