16 mayo 2012,
miércoles. VI semana de Pascua
DE
LA PALABRA DEL DIA
Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora.
Juan 16,12
¿Cómo
vivir esta Palabra?
Jesús
conoce bien el corazón del hombre: la turbación interior por su partida
inminente hacía incapaces a los discípulos el entenderlo, aunque Él tuviera
todavía mucho que compartir con ellos.
Será
la misión del Espíritu Santo, maestro
interior y guía hacia la plenitud de la verdad, el que aclare y desvele
progresivamente a la Iglesia un conocimiento cada vez más profundo de la
persona de Cristo, de sus palabras y de
sus obras. Un conocimiento de la verdad
de Dios trino y uno, de la enseñanza profética de las Escrituras, de los
sufrimientos y pruebas que forman parte de la vida cotidiana de la comunidad cristiana de cada época, de la
parusía y de muchas otras verdades.
Vivimos
en el tiempo del Espíritu, de la fe. Él nos instruye en la intimidad del
corazón, acogiendo los secretos de la verdad de Cristo para penetrar en los
tesoros escondidos en su humanidad; después, con el Espíritu de Jesús en nosotros,
logramos leer nuestra historia personal y mundial en clave escatológica, es
decir, de plenitud, que nos da esperanza y valor para superar los
obstáculos que encontramos día a día.
En mi pausa contemplativa
de hoy, dejaré que me inunde la alegría por la presencia del Espíritu en mí,
que me ilumina y da valor.
Señor
Jesús, acrecienta en mí la capacidad de
escuchar al Espíritu dentro de mí: Ven
Espíritu Santo, toma posesión de todo mi ser.
La
voz de un exegeta
El bautismo hace
pasar del destino de hijos de Adán al destino de hermanos de Jesucristo,
gracias al don del Espíritu… El Espíritu es por tanto una participación unitiva a la voluntad de Dios, que se
encuentra coincidiendo con la voluntad el hombre. Este es el don real acogido en el bautismo.
Dominique Bartehèlemy