18 de Abril de 2012. Miércoles de la 2ª semana de Pascua
Evangelio según san Juan, 3,16-21

Tanto amó Dios al mundo: hasta dar su Hijo único, para que todo aquel que cree en El no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Porque no envió Dios su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo por El sea salvo.
Quien cree en El, no es juzgado, mas quien no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
Y éste es el juicio: que la luz ha venido al mundo, y los hombres han amado más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Porque todo el que obra mal, odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas.
Al contrario, el que pone en práctica la verdad, viene a la luz, para que se vea que sus obras están hechas en Dios.

De la Palabra del día
En el amor, tal como lo vivimos los humanos,  hay grados, niveles. Las personas no sabemos amar a todos en grado máximo. Vamos aprendiendo a amar a lo largo de la vida y el camino es largo. Se puede amar a alguien un “poquito”, poco, mucho, … cada uno/a ha de pararse a pensar cuánto amo a tal persona o a tal otra. Decimos que "el roce hace el cariño" y no se ama lo que no se conoce. El amor si no se cultiva se pierde. Esta es la experiencia humana. Amar como Dios ama es todo un camino por el que es necesario seguir avanzar cada día. Sería imposible para el ser humano abandonado a su propio impulso amar como Dios ama, porque a veces uno se cansa de amar y no encontrar respuesta o al menos algo de amor demostrado.  Dios revelado en Jesús no se cansa de amar, de amarte. Te quiere tanto, tantísimo aunque tu no le respondas, pero ojalá sí le respondas porque amor con amor se paga, dice el refrán. Además nos da su Espíritu para poder amar como Él y a sí mismo en la Eucaristía, para que alimentándonos de Él mismo podamos amar a los demás con su mismo Amor.
Amar es dar, más aún, darse. Por eso Dios nos lo ha dado todo en Jesucristo con la colaboración de María. Y no sólo ha sido un revelar su amor y demostrarlo, sino que no acaba ahí, promete vida eterna, vida para siempre que comienza en el aquí ahora. El amor es más fuerte que la muerte. Sí, el amor está presente en el mundo y este amor es más fuerte que toda clase de mal y vencerá todo mal, aunque le lleve tiempo.Creer en el amor de Dios significa creer en la misericordia, dimensión indispensable del amor, es como su segundo nombre.

Hoy, en mi pausa contemplativa, caeré en la cuenta de los distintos amores que vivo. Doy gracias por ser tan amado/a y amar tanto. Miraré al horizonte y alzaré la mirada hacia un amor más grande que el que ahora vivo. Deseo avanzar en el amor, Jesús.

La voz de un filósofo, obispo y santo
Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor.
San Agustín de Hipona (354-430)