28 marzo 2012, miércoles. V semana de Cuaresma

DE LA PALABRA DEL DIA
Si os mantenéis en mi palabra seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad  y la verdad os hará libres. Jn 8, 31-32

¿Cómo vivir esta Palabra?
Los verbos mantenerse y permanecer le agradan al evangelista Juan, que tuvo la dicha de permanecer en la intimidad con Jesús y mantenerse junto a Él hasta el pie de la cruz. Él los aprendió de del Señor y los interiorizó hasta hacerlos vida de su vida y un compromiso por transmitirlo a las siguientes generaciones, algo que atañe también a quien quiere ser discípulo/a de Jesús. Y nosotros, queremos serlo.
¿Qué significa, pues, mantenerse, permanecer en la Palabra de Jesús? Significa, ante todo, habitar en ella con una lectura asidua, no esporádica, ligada a un momentáneo impulso espiritual. Significa también, tratar de penetrar en ella con la ayuda del Espíritu Santo y de medios sencillos que nos pueden acompañar en la búsqueda. Pero estemos atentos a no querer entenderla con o por la sola  curiosidad intelectual, como quien trata de comprender un problema de álgebra o  geometría y ni siquiera  la filosofía.
Es verdad, sin duda, que también los filósofos han  investigado más o menos eficazmente en la búsqueda de la verdad. Pero aquí se trata de llegar  a un conocimiento  más sapiencial y vital que intelectual, a un conocimiento, aquí en la tierra parcial, de una verdad  que en esencia  coincide con aquella revelación  de la Verdad, Vida y Amor  que es la persona misma de Cristo. Es ahí, es en Él, donde caen los grilletes de nuestras prisiones interiores y volamos libres hacia grandes alturas, la de poder elegir amar a todos y todo, que es la libertad por excelencia. A pesar de todos los pesares: elijo amar. Sí, en esta situación y nada ni nadie puede impedírmelo. Con la Gracia todo lo puedo.

¡Señor, concédeme comprender vitalmente estas cosas!

La voz de una santa
No sabemos cual es la Palabra que custodiar; como Pilato no preguntaremos a Jesús:  “¿Qué es la verdad?”. Nosotros  poseemos la Verdad. Nosotros custodiamos a Jesús en nuestro  corazón.
Santa Teresa del Nuño Jesús.