5 febrero 2012. V domingo Tiempo ordinario

DE LA PALABRA DEL DIA
Se levantó de madrugada, se marchó  al descampado y allí se puso a orar. Marcos 1,35

¿Cómo vivir esta Palabra?
La liturgia de hoy presenta un día en la vida de Jesús. Vive sumergido en la existencia humana, entregado a los demás, consciente de que solo pertenece al Padre, buscando por encima de todo su voluntad. Reza, actúa y reza. Lleva la oración a la vida y la vida a la oración.
Viene de la oración en la sinagoga, entra en la casa y cura a la madre de la mujer de Pedro, y después atendió a los enfermos que la muchedumbre le presentaba: un gentío de desesperados que acudían a Él buscando alivio a su enfermedad. Su fama se difundía rápidamente y querían que se quedase en el propio territorio.
Él ha venido a mostrar el rostro  misericordioso del Padre que se preocupa de toda persona, y éste su prodigarse sobre todo por quienes tenían una mayor necesidad, era la demostración más elocuente, a la que correspondía  el agolparse entusiasta  de la muchedumbre.
Jesús toma distancia del aplauso que tendía a absorberlo, reteniéndolo en la euforia del éxito. Él había venido por adhesión a la voluntad del Padre y de esta voluntad  entendió hacer el tejido de su existencia. Por ello lo vemos recogerse en oración, en actitud de escucha,  para después levantarse, teniendo clara  la dirección a seguir.
No todo lo que es objetivamente bueno coincide necesariamente con lo que Dios  espera de cada uno de nosotros. El dejarnos absorber desordenadamente, incluso por las empresas más santas, sin nunca confrontarnos en un sereno tú a tú con Dios,  corre el riesgo de hacer que consumamos las energías sin realizar la misión  que nos ha sido confiada y en vista de la cual hemos recibido  los dones que nos cualifican.

Hoy me empeñaré en buscar un espacio tranquilo que dedicar a un encuentro con el Señor, para evitar correr sin  meta y por tanto impedirme la posibilidad de alcanzarla.

Señor,  dame la luz necesaria
para conocer tu voluntad  y subordinar a ella mis opciones.

La voz de una santa
En todas las cosas  despojaos de vuestra reputación y buscad solamente  la conformidad con la santísima voluntad divina.
                                                                       Santa María Magdalena de Pazzi