20 enero 2012, viernes. II semana Tiempo ordinario

DE LA PALABRA DEL DIA
A los Doce los hizo sus compañeros para mandarlos a predicar. (Marcos 3,14-15)

¿Cómo vivir esta Palabra?
El texto evangélico que propone la liturgia de hoy habla de la llamada de los Doce. Casi un elenco de nombres y rostros sucesivos: Pedro, Mateo el publicano, Tomás… ¡Mucha  diversidad en la Iglesia naciente! ¡Y Jesús los pone juntos! Los conflictos no faltarán, las fricciones aumentarán según las personalidades emergentes, pensemos en Pablo.  Discusiones encendidas, tomas de posición, ¡pero nunca divisiones en la comunidad apostólica!

La diversidad,  acogida y compartida,  ha dado a aquella comunidad un rostro dinámico, una capacidad de adaptarse, encarnándose en las varias culturas con las que se ponían en contacto. Riqueza que  hoy  estamos llamados  a custodiar e incrementar. Sí, porque el rostro humano-divino de Cristo no puede agotarse en una única expresión. El reflejo de su belleza se puede hallar por doquier. Es por tanto, con profundo respeto, lo que estamos llamados a mirar en las Iglesias hermanas, para captar en ellas las Semillas del Verbo, de la única Belleza que se ha complacido en revelarse a todas las gentes.

COMPROMISO: al entrar  en mi corazón, observaré cómo es hoy mi mirada sobre la Iglesia  y sobre las Iglesias hermanas: ¿Las miro con indiferencia? ¿Alimento prejuicios? ¿Tengo miedo de una apertura que podría  turbar una fe un poco tradicionalista?

Con el movimiento ecuménico rezaré: 
Señor Dios, enséñanos a aceptar con humildad que la unidad es un don de tu Espíritu; que mediante este don, nos cambiamos y transfórmanos cada vez más en imagen de tu Hijo Jesucristo.

La voz del movimiento ecuménico
La oración por la unidad, pues, no es un accesorio opcional de la vida cristiana, sino, al contrario, está en el corazón. El último mandamiento  que el Señor  nos ha dejado antes de completar su ofrecimiento  redentor en la cruz, fue el de la comunión entre sus discípulos, su unidad,  como Él  y el Padre son uno, para que el mundo crea.