DE LA PALABRA DEL DIA
Querían llamarlo Zacarías como
su padre. La madre intervino diciendo: No, se va a llamar Juan. Lucas 1, 59-60
¿Cómo
vivir esta Palabra?
¿Qué va a ser este niño? se preguntaban
los vecinos, reunidos con Isabel y Zacarías
para la circuncisión del recién nacido. Los padres querían llamarlo Juan
y no Zacarías, que era la elección normal para un primogénito de los hebreos,
algo inexplicable. Después, también el mutismo del padre fue en realidad una
cosa fuera de lo corriente.
Los vecinos no
podían comprender que se trataba del gran proyecto de Dios para la humanidad.
En efecto, las palabras con las que empieza el Evangelio no sólo expresan un acontecimiento de la vida de Isabel, sino
que inauguran el tiempo de salvación, la
nueva creación que se realiza en Jesús,
el Mesías, Hijo del hombre e Hijo de Dios.
El pequeño
Juan es el precursor, aquel que preparará el camino del Señor. Su nombre
significa “Dios es misericordia”, nombre que identifica su misión. Zacarías significa “Dios
recuerda”, nombre que no sería adecuado desde el momento que el Salvador
estaba ya presente en el seno de la
virgen Madre.
En un silencio sagrado, el mundo
espera el nacimiento de Jesús. Esperemos también nosotros, con María,
preparando el corazón para la
venida del Salvador.
¡Ven Señor Jesús, no tardes, te
espero, tengo tanto que decirte!
¡Te adoro mi Dios!
Pidamos, hermanos, a Dios Padre
el don de la humildad para que podamos ir al encuentro del Señor que viene,
reconocerlo, abrazarlo, amarlo de
verdad, convertirnos en su morada
estable, en su esposa fiel, en lugar donde los hombres puedan verlo, alabarlo y
bendecirlo por los siglos de los siglos.
Giorgio