DE LA PALABRA DEL DIA
Isabel se llenó del Espíritu
Santo y dijo a voz en grito: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto
de tu vientre! Lucas 1, 41-42
¿Cómo
vivir esta Palabra?
El pasaje del
Cantar de los Cantares de la primera Lectura de hoy, expresa algo de la alegría que habitaba a
María después del anuncio del Ángel y su prontitud para ponerse en camino para
visitar a Isabel.
María está
enamorada de Dios y ya tiene dentro de sí
su secreto. Siente el deseo de compartir tanta alegría y el Señor con
delicadeza le da la ocasión “Isabel, tu
pariente, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está en el sexto
mes la que llamaban estéril, porque para
Dios nada hay imposible” (Lc 1,36). El encuentro de estas dos mujeres es conmovedor:
las dos beneficiadas por el Señor, una lleva en su seno al Precursor y la otra
al Salvador. Su alegría es contagiosa.
Isabel,
inspirada por el Espíritu, es conciente de la grandeza que ha tomado morada en
su joven prima y la llama “bendita entre las mujeres”, y porque es la
predilecta de Dios: “¿quién soy yo para
que me visite la madre de mi Señor?” ¡Cuántas cosas habrán compartido y quizás
comprendido mejor durante los tres
meses pasados juntas!
En mi pausa contemplativa de hoy
también yo me dejaré llevar por la alegría del compartir de las dos primas. Es un don dar y recibir confidencias, ser
escuchados y comprendidos por otra persona, ¡ser confirmados en la experiencia
de Dios!
Señor
Jesús, tengo un deseo grande de ser más
consciente de tu presencia en mí, de gustar la alegría de estar contigo. Señor
dame siempre a alguien con quien pueda
compartir las cosas que importan,
con plena confianza.
La
voz de un guía espiritual contemporáneo
En cada encuentro se trata de descubrir en el otro el misterio de Cristo: cada uno lleva a
Cristo en sí… Para que un tal encuentro sea posible, debemos, -como María-, levantarnos y ponernos en marcha…
Anselm Grün