21 diciembre 2011, miércoles. IV semana de Adviento


DE LA PALABRA DEL DIA
Isabel se llenó  del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! Lucas 1, 41-42

¿Cómo vivir esta Palabra?
El pasaje del Cantar de los Cantares de la primera Lectura de hoy,  expresa algo de la alegría que habitaba a María después del anuncio del Ángel y su prontitud para ponerse en camino para visitar a Isabel.
María está enamorada de Dios y ya tiene dentro de sí  su secreto. Siente el deseo de compartir tanta alegría y el Señor con delicadeza le da la ocasión “Isabel, tu pariente, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está en el sexto mes  la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible” (Lc 1,36). El encuentro de estas dos mujeres es conmovedor: las dos beneficiadas por el Señor, una lleva en su seno al Precursor y la otra al Salvador.  Su alegría es contagiosa.
Isabel, inspirada por el Espíritu, es conciente de la grandeza que ha tomado morada en su joven prima y la llama “bendita entre las mujeres”, y porque es la predilecta de Dios: “¿quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?” ¡Cuántas cosas habrán compartido  y quizás  comprendido mejor  durante los tres meses pasados juntas!

En mi pausa contemplativa de hoy también yo me dejaré llevar por la alegría del compartir de las dos primas.  Es un don dar y recibir confidencias, ser escuchados y comprendidos por otra persona, ¡ser confirmados en la experiencia de Dios!


Señor Jesús,  tengo un deseo grande de ser más consciente de tu presencia en mí, de gustar la alegría de estar contigo. Señor dame siempre a alguien con quien pueda  compartir  las cosas que importan, con plena confianza.

La voz  de un guía espiritual contemporáneo
En cada encuentro  se trata de descubrir en el otro  el misterio de Cristo: cada uno lleva a Cristo en sí… Para que un tal encuentro sea posible, debemos, -como María-,  levantarnos y ponernos en marcha…
                                                                                              Anselm Grün