DE LA PALABRA DEL DIA
La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se
besan. La fidelidad brota desde el suelo, la justicia mira desde el cielo. Salmo 84, 11-12
¿Cómo vivir esta
Palabra?
El Salmo de
hoy nos habla de un gran abrazo entre la
justicia y la paz: ¡el sueño de siempre! No hay paz sin justicia, y no hay
justicia sin paz.
La venida de
Cristo es garantía de que estas dos
realidades pueden convivir, más aún, se encarnan en Él y entran en el mundo. En
efecto, de la encarnación a la resurrección, toda la vida terrena de Jesús está como envuelta en esta palabra: “Paz”, anuncian los ángeles
a su nacimiento. “Paz” será el
sello que el Resucitado pondrá a su obra redentora. Y Pablo llegará a decir: “Él es nuestra Paz”
(Ef 2,14). No la fuente sino la misma Paz, que por lo tanto no puede tener otro
rostro que el suyo.
No obstante,
si recorremos las página del Evangelio encontramos también expresiones que nos
dejan perplejos: “No he venido a traer la paz, sino la guerra” (Mt
10,34); “El Reino de los
cielos sufre violencia y los violentos se apoderan de él”(Mt 11,12).
¿Cómo conciliar realidades tan opuestas? La respuesta nos la da el Salmo de
hoy: no hay paz sin justicia. ¿Qué
justicia nos anuncia hoy la Palabra ? La que mira desde
el cielo, es decir, Jesús mismo. Él es nuestra justicia, Aquel que nos pone y
nos vuelve a poner en nuestra verdadera condición y posición con relación a Él y a toda criatura en el cielo y en la tierra.
Paz y Justicia,
no quietismo o sólo mi tranquilidad, cuando hay tanta injusticia alrededor. Hay que construir. "bienaventurados los que construyen la Paz, serán llamados hijos de Dios". Paz y Justicia son frutos del Espíritu
dados a quien con corazón humilde tiene
el valor de escuchar lo que dice
Dios en el silencio orante del propio corazón.
Hoy, al entrar en mi corazón trataré de prestar atención a
la voz que tal vez me turba con sus peticiones. Porque ciertamente, ponerse en
el camino de la paz y de la justicia quiere decir “luchar valientemente” para
que el mal no eche raíces en nosotros ni
en torno a nosotros.
Habla,
Señor, en lo más hondo de mi corazón e indícame el camino de la Paz y ayúdame a recorrerlo
con Justicia.
Palabras
de un cardenal en el último encuentro interreligioso de Asís
Convirtámonos en instrumentos de
la paz que viene de lo alto. Recordemos que no hay paz sin justicia, ni hay
justicia sin perdón. Sellemos con un gesto de paz entre nosotros el compromiso
por la paz proclamado a voces. Pidamos paz a los cercanos y a los lejanos, a
las criaturas y a la creación. Mons. Kurt Koch