13 diciembre 2011, martes. III semana de Adviento



DE LA PALABRA DEL DIA
Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el reino de Dios. Mateot 21,31

¿Cómo vivir esta Palabra?
Apenas había terminado la controversia entre Jesús y los sumos sacerdotes que junto con los ancianos del pueblo lo habían  interpelado, de mala fe, sobre su autoridad, Jesús mismo, tras su respuesta de rechazo, expuso una parábola a través de la cual  demostraba  lo que significaba ser verdaderamente dócil respecto a Dios y, por tanto, en qué consistía la verdadera autoridad. La parábola presentaba el distinto comportamiento de dos hermanos. La confrontación resulta paradójica e incluso escandalosa, ya que aparece como conclusión que las personas claramente injustas son preferidas a aquellas  a las que se tiene por justas.

Un padre pidió a sus dos hijos que fuesen a trabajar a su viña. El primero, en principio se negó, después, arrepentido, fue a la viña. El segundo respondió “Voy, señor”,  pero no fue.  “¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?”, preguntó Jesús a sus interlocutores, queriendo con ello llevarlos a hacerse verdad en sí mismos. “El primero”, contestaron. La alusión era clara: hay quien cree ser justo manifestando obedecer la ley sólo  formalmente;  y hay quien,  consciente del propio pecado,  se pone ante Dios con corazón contrito y renace a la gracia por el perdón recibido. Estos son los que irán por delante en el reino de Dios.

En mi pausa contemplativa, me pondré hoy al desnudo ante la Palabra, para que neutralice  en mí  la toxicidad de la falta de sinceridad  y de la ostentación.

Señor, que al sí de mis labios corresponda siempre el asentimiento del corazón, pronto a invocar el perdón si a lo largo de los días se abre a mis ojos la conciencia de haber desobedecido tus  mandatos.

La voz de un biblista
“Hacer la voluntad del Padre” significa reconocerse hijo y vivir como hermano. Esto es posible a quien se convierte; pero se convierte sólo quien  siente el disgusto del propio mal. He aquí: Jesús viene a realizar un juicio, para que quien es ciego vea y quien cree ver que vea la propia ceguera.
                                                                                              Silvano Fausti