Del Evangelio según san Mateo
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. Mateo 7, 24-25
¿Cómo vivir esta Palabra?
A lo largo del discurrir de los días pueden acontecer sucesos alegres y tristes. Son éstos últimos (una desgracia, una enfermedad, una muerte, una traición) los que ponen a dura prueba a una persona. Si no tiene puntos firmes sobre el sentido de la vida y de su fugacidad, sobre la alegría y su caducidad, sobre el dolor que redime y llega a ser precioso si está unido al de Cristo, sobre la muerte que no es definitiva sino que se abre hacia la vida en plenitud, si todo esto es para ella un gran interrogante, ciertamente la persona está al descubierto. Todo en ella cae. Precisamente como la casa sin cimientos sólidos cuando llega el aluvión.
La palabra de .de un filósofo
El Evangelio es mi patria. Yo he puesto mi domicilio en el Evangelio, esto es, en Jesucristo.
Henri Bergson