17 mayo 2014, Sábado de la cuarta semana de Pascua
Hechos de los apóstoles 13, 44-52
El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones:
-«Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra."»
Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron.
La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio.
Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.
Salmo 97 R. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.
evangelio según san Juan 14, 7-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Si me conocéis a mi, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.»
Felipe le dice:
- «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
Jesús le replica:
- «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mi, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mi. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mi, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
El anuncio del evangelio causa doble reacción: aceptación en unos y rechazo en otros. No nos debe extrañar que esto siga sucediendo en nuestros días. El rechazo por parte del pueblo judío a la predicación “obligó” a Pablo y Bernabé a llevar la buena noticia a los gentiles. Así se lo hicieron saber a sus hermanos judíos. Algo que no les gustó. Tanto es así que se las arreglaron, a través de “señoras distinguidas y devotas y de los principales de la ciudad, para perseguirles y expulsarles de su territorio”. De muy distinta forma fueron recibidos por los gentiles que “se alegraron mucho y alababan la Palabra de Señor”.
Pidamos al Señor, en este tiempo pascual, que nos siga convenciendo que el regalo de su amistad, de su palabra, de su presencia continua, de la promesa de nuestra resurrección es el mejor regalo que hemos recibido en nuestra vida y que, seducidos y convencidos por su amor, queremos ser sus discípulos hasta el final de nuestra vida, hasta nuestra resurrección.
Si el mismo Dios,a través de Jesús, no nos hubiera revelado que siendo uno son tres personas, nosotros nunca habríamos llegado a saber cómo es nuestro Dios, nunca habríamos llegado al Dios Trinidad: Padre-Madre, Hijo y Espíritu Santo- Ruah (la ruah en hebreo).
Los rasgos de Jesús, las actitudes de Jesús, las reacciones de Jesús… son los de Dios. Dios es como Jesús. Si Jesús nos ha amado y nos sigue amando hasta el extremo… nuestro Dios Padre-Madre nos ama y nos sigue amando hasta el extremo. Nada de miedo, nada de temor… sino total confianza, y amor filial para que crezca nuestra relación de familiaridad con Dios-Amor en el día a día.
LA VOZ DE SAN FRANCISCO DE ASÍS
¿Por qué no reconocéis la verdad y creéis en el Hijo de Dios? (cf. Jn 9,35). Mirad que diariamente se humilla (cf. Flp 2,8), como cuando vino desde el trono real, (Sab 18,15) al seno de la Virgen. Él mismo viene diariamente a nosotros en humilde apariencia. Cada día baja del seno del Padre al altar, en manos del sacerdote. Y como se mostró a los santos apóstoles en carne verdadera, así también ahora se muestra a nosotros en el pan sagrado.
16 mayo 2014, VIERNES de la cuarta semana de Pascua
Hechos de los apóstoles 13, 26-33
En aquellos días, habiendo llegado Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga: - «Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación. Los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las profecías que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los que lo habían acompañado de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. Nosotros os anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a los hijos resucitando a Jesús. Así está escrito en el salmo segundo: "Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy."»
Salmo 2 R. Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.
Yo mismo he establecido a mi rey en Sión, mi monte santo.»
Voy a proclamar el decreto del Señor; él me ha dicho:
«Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.» R/.
«Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza.» R/.
Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando. R/.
evangelio según san Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.» Tomás le dice: - «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: - «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
En la primera lectura, Pablo continúa con su homilía a los judíos en la sinagoga de Antioquía de Pisidia. En esta segunda parte, se atreve a proclamar ante sus hermanos judíos que las promesas hechas a sus padres se han cumplido en ellos, sus hijos, por medio del Mesías enviado. Aunque no supieron reconocerlo y fue condenado a muerte, Dios lo resucitó. Desde entonces, Jesús, Hijo de Dios, es el único Salvador para todos nosotros.
Jesús, en el Evangelio, anima a sus discípulos con gestos y palabras llenas de cercanía y cariño, para que “no pierdan la calma”, no tengan miedo a nada ni a nadie. Y les dice que sólo necesitan creer, en Dios y en él. Y, si de verdad creen, llegarán sin problema a él, que es el camino.
Además del Camino con mayúscula, hay muchos caminos, o, si queréis, sendas. Los había en Israel y sus desiertos, y los sigue habiendo entre nosotros. Por eso, el peligro es doble: preferir el campo a través, obviando el camino; o, decididos por este, no acertar con el decisivo, con Jesús. Son las mil ofertas que se nos ofrecen en la vida. Somos libres, pero no todas nos van a llevar a las mismas metas.
En los aeropuertos y algunas estaciones existen escaleras y alfombras mecánicas, que colocados en ellas, nos llevan sin esfuerzo alguno y con toda comodidad, al final. Nada que decir contra ellas, sino todo lo contrario. Pero, Jesús no es como esas escaleras o alfombras. El se ofrece para que el que quiera lo transite como los discípulos cuando iban a Jerusalén con él. Garantías, todas. Pero, hay que “estudiarlo” para acertar, iniciarlo, recorrerlo y, con los descansos y “Cirineos” que haga falta, llegar hasta “Jerusalén”.
Jesús, además de Camino, es la Verdad y la Vida. No la verdad que se estudia en las aulas, sino la verdad de Dios, ya que él se ha identificado con ella. Y la Vida, la calidad de vida a la que todos aspiramos; la Vida que sus seguidores buscamos alcanzar, practicar y vivir. La verdad y la vida profundas y radicales que él alcanzó y vivió.
En Jesús todo es armonía, coherencia y autenticidad. El problema está en nosotros. Dejadme decirlo en condicional, estaría en nosotros si no hubiéramos escuchado las palabras de Jesús: “No perdáis la calma”. Confiemos, no tengamos miedo. Sólo necesitamos creer en Jesús y en su Padre. Sólo necesitamos seguir escuchando los rasgos que nos va entregando Jesús de su Padre, y fiarnos.
LA VOZ DEL PAPA FRANCISCO
Unidos a Jesús, buscamos lo que Él busca, amamos lo que Él ama.
15 mayo 2014, JUEVES de la cuarta semana de Pascua
Hechos de los apóstoles 13,13-25:
En aquellos días, Pablo y sus compañeros se hicieron a la vela en Pafos y llegaron a Perge de Panfilia. Juan los dejó y se volvió a Jerusalén. Desde Perge siguieron hasta Antioquía de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento.Acabada la lectura de la Ley y los profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir: «Hermanos, si queréis exhortar al pueblo, hablad.»
Pablo se puso en pie y, haciendo seña de que se callaran, dijo: «Israelitas y los que teméis a Dios, escuchad: El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres y multiplicó al pueblo cuando vivían como forasteros en Egipto. Los sacó de allí con brazo poderoso; unos cuarenta años los alimentó en el desierto, aniquiló siete naciones en el país de Canaán y les dio en posesión su territorio, unos cuatrocientos cincuenta años. Luego les dio jueces hasta el profeta Samuel. Pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, que reinó cuarenta años. Lo depuso y nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: "Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos." Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: "Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias."»
Sal 88,2-3.21-22.25.27 R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R/.
Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso. R/.
Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder.
Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.» R/.
Lectura del santo evangelio según san Juan 13,16-20:
Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro, el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: "El que compartía mi pan me ha traicionado." Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy. Os lo aseguro: El que recibe a mi enviado me recibe a mí; y el que a mí me recibe recibe al que me ha enviado.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Jesús nos invita en esta Pascua a volver la mirada a la tarde de Jueves Santo, aunque ahora lo hacemos desde la celebración festiva de la Pascua.
Después del lavatorio de los pies, Jesús se dirige a los discípulos, a los que Él había elegido, con los que vivía, compartía su vida. Así, se nos invita a recordar y hacer vida las mismas actitudes de Jesús. A poner en práctica su espíritu de servicio incondicional. Su "rebajarse" para que podamos entender que nadie es más que nadie. Todos somos iguales en dignidad y los dones recibidos son para ponerlos al servicio de los demás.
Elegidos para ser sus discípulos y discípulas, para continuar haciendo la historia como Él la hizo y la quiere. Amando sin reservas, perdonando todo lo que haya que perdonar, recibiendo a los demás como hermanos y hermanas, porque en el otro nos visita Dios mismo, pues con la encarnación Dios se ha unido misteriosamente a cada ser humano y el camino de la Iglesia pasa por el servicio al ser humano.
Aunque estén presente la traición y el pecado, éstos no tienen la última palabra. Tenemos asegurados el triunfo del Amor. Es el mensaje de la Pascua que se nos repite de mil formas.
LA VOZ DEL PAPA FRANCISCO
Jesús lavó los pies a sus discípulos. El Señor se involucra e involucra a los suyos, poniéndose de rodillas ante los demás para lavarlos. Pero luego dice a los discípulos: «Seréis felices si hacéis esto» (Jn 13,17). La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo. Los evangelizadores tienen así «olor a oveja» y éstas escuchan su voz (cf. Jn 10,3).
14 mayo 2014, san Matías apóstol
Hechos de los apóstoles 1, 15-17. 20-26
Uno de aquellos días, Pedro se puso en pie en medio de los hermanos y dijo (había reunidas unas ciento veinte personas): -«Hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo, por boca de David, había predicho, en la Escritura, acerca de Judas, que hizo de guía a los que arrestaron a Jesús. Era uno de nuestro grupo y compartia el mismo ministerio. En el libro de los Salmos está escrito: "Que su morada quede desierta, y que nadie habite en ella", y también: "Que su cargo lo ocupe otro. " Hace falta, por tanto, que uno se asocie a nosotros como testigo de la resurrección de Jesús, uno de los que nos acompañaron mientras convivió con nosotros el Señor Jesús, desde que Juan bautizaba, hasta el día de su ascensión.» Propusieron dos nombres: José, apellidado Barsabá, de sobrenombre Justo, y Matías. Y rezaron así: -«Señor, tú penetras el corazón de todos; muéstranos a cuál de los dos has elegido para que, en este ministerio apostólico, ocupe el puesto que dejó Judas para marcharse al suyo propio.» Echaron suertes, le tocó a Matías, y lo asociaron a los once apóstoles.
Salmo 112 R. El Señor lo sentó con los príncipes de su pueblo.
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre. R/.
De la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos. R/.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra? R/.
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo. R/.
evangelio según san Juan 15, 9-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
¡Cuánta riqueza en este evangelio! Amor, alegría, amistad, elección fruto… Palabras de resurrección. Vivir resucitados/as es experimentar que este es el deseo y el don de Dios para nosotros.
Jesús empieza por lo principal: “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo”. Jesús nos ha amado y nos ama como el Padre manifestó su amor hacia él en el Bautismo “Tú eres mi hijo amado, en quien me complazco”. Así es su amor por nosotros. Después dice “permaneced en mi amor”, es decir, no os separéis de esta realidad en vosotros, de este inmenso amor que os habita desde siempre. ¿Cómo? Guardando mis mandamientos. Y Jesús solo nos dio un mandamiento: amaos como yo os he amado. Si vivo amando como El, permanezco en su amor, y mi alegría llegará a su plenitud.
Jesús nos ha elegido para vivir en plenitud. Como él mismo nos dice “a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”. El quiere que lleguemos a experimentar el amor y la alegría que El ha recibido del Padre. Y para eso, solo nos muestra un camino: la donación total, “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” El lo ha experimentado hasta el final, es un camino seguro.
Vivimos entre estos dos polos: recibir su amor cada día, y desde esa experiencia, sentirnos llevados/as a dar amor. El otro polo: amar allí donde estoy, y experimentar ahí la alegría plena, la comunión con El, el ciento por uno.
Que el resucitado nos guíe y aliente en nuestro permanente y a veces torpe aprendizaje del amor: dar y recibir, o más concretamente, recibir y dar.
LA VOZ DEL PAPA FRANCISCO
La primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido, esa experiencia de ser salvados por Él que nos mueve a amarlo siempre más. Pero ¿qué amor es ese que no siente la necesidad de hablar del ser amado, de mostrarlo, de hacerlo conocer? Si no sentimos el intenso deseo de comunicarlo, necesitamos detenernos en oración para pedirle a Él que vuelva a cautivarnos. Nos hace falta clamar cada día, pedir su gracia para que nos abra el corazón frío y sacuda nuestra vida tibia y superficial. (Evangelii Gadium 264)
En aquellos días, los apóstoles y los hermanos de Judea se enteraron de que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios. Cuando Pedro subió a Jerusalén, los partidarios de la circuncisión le reprocharon: «Has entrado en casa de incircuncisos y has comido con ellos.»
Como busca la cierva corrientes de agua,
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido, pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por su nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»
El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: «Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías.»
El Señor es mi pastor, nada me falta:
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»
¿Cómo pagaré al Señor
Alabad al Señor, todas las naciones,
CATEQUESIS DE LA IGLESIA DE JERUSALÉN
Por tanto, participamos del cuerpo y la sangre de Cristo con una certeza plena. Porque, bajo el aspecto del pan, está el cuerpo que te es dado; bajo el aspecto del vino, está la sangre que te es dada, con el fin de que participando en el cuerpo y en la sangre de Cristo te hagas un solo cuerpo y una sola sangre con Cristo… De este modo, según san Pedro, nos hacemos " partícipes de la naturaleza divina " (2P 1,4).(A los nuevos bautizados (siglo IV) N° 4; SC 126)
13 mayo,MARTES de la cuarta semana de pascua
Fiesta de santa María Mazzarello - cofundadora con don Bosco de las Hijas de Mª Auxiliadora

¡Feliz Fiesta!
La liturgia en honor de Santa María Mazzarello quiere dibujar con vivísimos colores su figura espiritual, y al mismo tiempo, proponer a toda la Familia Salesiana, y en particular a las Hijas de María Auxiliadora, su ejemplo como modelo de vida evangélica a imitar.
Primeramente los textos eucológicos (de súplica) expresan los sentimientos de bendición, alabanza y acción de gracias al “Dios de inmensa bondad” (Prefacio) porque en Santa María Mazzarello “Ha mostrado sus preferencias por los humildes y ha llenado los corazones sencillos y sinceros con su espíritu de santidad (2ª Colosneses.).
Lo expresa el texto escogido para la 1ª lectura, tomado del libro del Eclesiástico:
“Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad
Y te querrán más que al hombre generoso.
Hazte pequeño en las grandezas humanas
y alcanzarás el favor de Dios;
porque es grande la misericordia de Dios,
y revela sus secretos a los humildes”. (Eclo. 3, 17-18)
Lo expresa también el otro pasaje del Evangelio de San Lucas escogido, entre otros, para la Misa en el que “Jesús, lleno de la alegría del Espíritu Santo exclamó: “Te doy gracias, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así ha parecido bien” (Lc. 10, 21).
Nos revelan estos textos la lógica del actuar de Dios en la Historia de la salvación: Dios rico en bondad actúa, no desde el poder, el prestigio, la riqueza, sino desde la marginalidad, desde lo que no cuenta a los ojos de la sociedad, para realizar “obras maravillosas” en su pueblo. Así fue en y por María de Nazareth, con don Bosco, con María Mazzarello. Nuestra Familia Espiritual es un ejemplo evidente de ella, fruto de esa acción de gracias de Jesús.
En esta Eucaristía nos unimos, pues, a los sentimientos de alegría y acción de gracias de Jesús.
La Liturgia nos presenta una santidad- la de Santa María Mazzarello – que se concrretó en:
“La Fidelidad solícita y la bondad paciente
la humildad sincera ya la pobreza rica en obras,
a obediencia gozosa y la confianza plena en Dios” (Pref.)
Intimamente asociada al misterio de pasión y gloria” de Cristo resucitado (Bend.), Santa María Mazzarello. es para todos “Modelo luminoso de vida cristiana y religiosa” (1a. Col.), “Maestra de vida” (2ª ofr.) y “ejemplo insigne de caridad” (1ª ofr.), que supo unir en forma inseparable, el amor a Dios y el amor a los hermanos, “el Amor a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas y con todo el ser, y el amor al prójimo como a sí misma”. (Evangelio de la fiesta (Lc. 10, 27).
[la lectura de la Carta de San Pablo a los Colosenses quiere presentarnos a Santa María Mazzarello como la realización del programa de vida cristiana dado por el apóstol a la comunidad de Colosas: María Mazzarello “revestida con la túnica de la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión, el perdón, la enseñanza con plena sabiduría y la exhortación mutua… y por encima de todo, el amor que es el ceñidor de la unidad consumada “Col. 3, 12)].
En el Evangelio, Jesús, con algunas comparaciones hogareñas, metáforas caseras, domésticas, define lo que debe ser un seguidor suyo:
La primera metáfora: “Vosotros sois la sal de la tierra”. La sal cumple dos funciones básicas: a) como condimento, sazona los manjares y da sabor a los alimentos, y cuando falta, la gente dirá: Las comidas no me saben a nada”.
b) y como conservante, preserva de la corrupción; sin sal se alteran y descomponen los alimentos. Podemos añadir dos ideas más: la sal no se pone al lado del alimento sino dentro de él; en cuanto a su cantidad, si la comparamos con lo que se quiere conservar, su volumen es mínimo como lo es la levadura a la masa que quiera fermentar. El cristiano solo puede ser sal de la tierra cuando su manera de ser y de vivir proteja a la humanidad de todo el mal que la amenaza.
La segunda metáfora: “Vosotros sois la luz del Mundo” en la Biblia y en otras literaturas, la luz se asocia a lo bueno, la oscuridad a la malo. Basta para comprobarlo, con acudir al lenguaje corriente: maquinaciones tenebrosas, cuarto oscuro, porvenir sombrío; y al contrario: inteligencia clara, expresión luminosa, futuro lleno de luz.
San Pablo pide: dejar a un lado las obras de las tinieblas y revestirnos de las armas de la luz” (Rom. 13, 12). Esta metáfora de la luz se enriquece con dos figuras paralelas: la vela colocada en el candelero y la luz sobre el monte,
Solo los cristianos que se han dejado transformar por el Espíritu de las Bienaventuranzas, serán luz del mundo y sal de la tierra. Y traduciendo las metáforas a un lenguaje más comprensible, el verso 16 habla de la praxis “de las buenas obras” (Mt. 25, 31-46), la única contraseña de quienes siguen a Jesús, que pasó por el mundo haciendo el bien, sanando toda enfermedad y liberando de toda opresión. Quien recibe el Espíritu de Cristo se hace uno con Cristo y obra las mismas acciones de Cristo, e incluso, mayores (Jn.).
De esta manera la liturgia quiere presentar la vida de Santa María Mazzarello, sal del Evangelio que dio sabor de Dios y luz con sus obras de bondad, sencillez, servicio, ardiente caridad.
Al contemplar este ejemplo, pedimos a Dios Padre “fuente todo bien” (1ª Col.), que podamos prolongar hoy en la Iglesia este modelo de santidad, que consiste en:
- “El amor a la juventud” (2ª col.) como testimonio diario del amor del Padre (1ª Col.).
- “La fidelidad a la labor educativa” (2ª Col.), para ofrecer a las jóvenes un signo del amor inmenso de Dios manifestado en su Hijo Jesucristo. (Pref).
- “La constancia en buscar siempre a Dios y servir a la Iglesia” (bend.) para responder con alegría a la llamada del Señor (1ª ofr.).
- “El coninuo crecimiento en el ardor de la caridad” para construir la caridad fraterna y crecer en la alegría de servir a Dios “en los hermanos” (Padre Mario Peressón)
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ESTAS SON LOS GRAVES SÍNTOMAS DE LA CRISIS QUE PADECEMOS y la iluminación para las soluciones que da Mª Mazzarello:
Problem 1. Una especie de agnosticismo práctico e indiferencia religiosa que hace que muchos europeos den la impresión de vivir sin raíces espirituales y, en cierto modo, como herederos que han dilapidado un patrimonio que les fue confiado por la historia.
MARÍA MAZZARELLO vive unida a la Fuente de la Vida. Quiere vivir la bendición de Dios (cfr. Carta 5,13; 7,9; 8,3; 21,3), ella en su corazón bendice a «Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por medio del Mesías, nos ha bendecido desde el cielo con toda bendición del Espíritu» (Ef 1,3). El Fuego del Amor de Dios lo vive en su corazón y lo alimenta con la oración continua: «A fuerza de estar junto al fuego —escribe a sor Angela Cassulo, cocinera— a estas horas estarás encendida de amor de Dios, ¿no es verdad?» (C 22,11).
Problem 2. Temor al futuro. Un vacío interior que atenaza a mucha gente.´
MARIA MAZZARELLO vivió sintiéndose habitada por la Gracia de Dios. Cultivó una vida sacramental desde pequeña, confesión y participación en la Eucaristía, dirección espiritual exigente con ella misma. Pudo afrontar hasta el momento de la enfermedad casi mortal con FE en el Señor que llena su vida y le da sentido.
Problem 3. Una fragmentación existencial generalizada en la que prevalece una sensación de soledad.
MARÍA MAZZARELLO vivió unificando su vida en torno a un único centro: Jesús. Cada acontecimiento de su vida lo confrontaba con Jesús; también los momentos de cruz
Problem 4. El debilitamiento del concepto mismo de familia, unido a un egoísmo que hace que los individuos y los grupos se encierren en sí mismos.
Hay familia, hay Hogar, hay Casa, si el amor une a un grupo de personas que vivan dando y recibiendo amor en total gratuidad, buscando el bien del otro antes que el propio. MARÍA MAZZARELLO supo crear familia en la Casa de Mornese, según el genuino estilo salesiano. Las hermanas y las jóvenes se sentían amadas. También se preocupó y tuvo grupos de madres, ayudándolas para que sus casas fueran Hogares cristianos.
Problem 5. Una creciente falta de preocupación por la ética y una preocupación excesiva por los intereses y privilegios personales.
En el TALLER de Costura de MORNESE, María Mazzarello enseñaba a devolver la tela que sobraba a las personas que habían hecho el encargo del vestido o traje. ¡JAMÁS QUEDARSE CON NADA DE NADIE! Hay que ser personas HONRADAS, en todos nuestros actos.
“Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad
Y te querrán más que al hombre generoso.
Hazte pequeño en las grandezas humanas
y alcanzarás el favor de Dios;
porque es grande la misericordia de Dios,
y revela sus secretos a los humildes”. (Eclo. 3, 17-18)
“La Fidelidad solícita y la bondad paciente
la humildad sincera ya la pobreza rica en obras,
a obediencia gozosa y la confianza plena en Dios” (Pref.)
- “La fidelidad a la labor educativa” (2ª Col.), para ofrecer a las jóvenes un signo del amor inmenso de Dios manifestado en su Hijo Jesucristo. (Pref).
- “La constancia en buscar siempre a Dios y servir a la Iglesia” (bend.) para responder con alegría a la llamada del Señor (1ª ofr.).
DE LA CARTA DE MARIA MAZZARELLO a Una alumna (carta 13)
Sé buena con todos: da buen ejemplo a todos los que te vean y reza de corazón. ¿Vas a comulgar? Recibe con amor a Jesús que tanto te ama.
12 mayo, LUNES de la cuarta semana de pascua
Hechos de los apóstoles 11,1-18
En aquellos días, los apóstoles y los hermanos de Judea se enteraron de que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios. Cuando Pedro subió a Jerusalén, los partidarios de la circuncisión le reprocharon: «Has entrado en casa de incircuncisos y has comido con ellos.»
Pedro entonces se puso a exponerles los hechos por su orden: «Estaba yo orando en la ciudad de Jafa, cuando tuve en éxtasis una visión: Algo que bajaba, una especie de toldo grande, cogido de los cuatro picos, que se descolgaba del cielo hasta donde yo estaba. Miré dentro y vi cuadrúpedos, fieras, reptiles y pájaros. Luego oí una voz que me decía: "Anda, Pedro, mata y come." Yo respondí: "Ni pensarlo, Señor; jamás ha entrado en mi boca nada profano o impuro." La voz del cielo habló de nuevo: "Lo que Dios ha declarado puro, no lo llames tú profano." Esto se repitió tres veces, y de un tirón lo subieron todo al cielo. En aquel preciso momento se presentaron, en la casa donde estábamos, tres hombres que venían de Cesarea con un recado para mí. El Espíritu me dijo que me fuera con ellos sin más. Me acompañaron estos seis hermanos, y entramos en casa de aquel hombre. Él nos contó que había visto en su casa al ángel que, en pie, le decía: "Manda recado a Jafa e invita a Simón Pedro a que venga; lo que te diga te traerá la salvación a ti y a tu familia." En cuanto empecé a hablar, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, igual que había bajado sobre nosotros al principio; me acordé de lo que había dicho el Señor: "Juan bautizó con agua, Pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo." Pues, si Dios les ha dado a ellos el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para oponerme a Dios?»
Con esto se calmaron y alabaron a Dios diciendo: «También a los gentiles les ha otorgado Dios la conversión que lleva a la vida.»
Salmo 41 R. Mi alma tiene sed de ti, Dios vivo
Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R/.
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada. R/.
Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío. R/.
Juan 10,1-10
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido, pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por su nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: «Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos: pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entra por mí, se salvará, y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago: yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
La familiaridad con Dios es propio de la fe cristiana. Ya Israel sabía que tenía un dios cercano, pero tanto, tanto como se ha revelado en Jesucristo, casi parece imposible. Si no fuera porque Él es así y es su "sello" de garantía ... es decir, que sorprende por su cercanía y superar todas las expectativas. Por ejemplo, para Pedro ... ¡que Dios se ha adelatado y está con los gentiles! ¡Que ellos también puede creer-vivir según Jesús! ¿Cómo no decirles que son de los nuestros o sea "familiares de Dios" si ya lo están viviendo? - viene a decir san Pedro-.
Juan también lo dice a su modo, con la parábola del pastor y las ovejas. En familia nos conocemos hasta la voz de cada uno. Llamas a una casa conocida y te cogen el teléfono y ya sabes quien es. Conocemos las voces y seguimos la conversación con esa persona. Pues algo así o ¡más! con nuestro buen Padre-Madre Dios, Hermano Jesucristo y Guía-Espíritu Santo. Quien ora, escucha la Palabra, celebra los sacramentos, vive con una conducta acorde a lo que Jesús nos enseña, no puede por menos que seguir los dictados de su corazón en el que habita la Trinidad Santa. Contempla el mundo de otro modo: como lugar "sagrado" y sobre todo a los demás seres humanos como hijos e hijas de Dios y hermanos de uno/a mismo/a.
Hay dificultades, como las tuvo Pedro o cualquier creyente a lo largo de la historia, pero no por eso se desiste de intentar seguir cada día un poquito más en sintonía con esta Gran Familia que es Dios mismo y que tanto nos quiere.
Orar mucho para conocer su Voz, eso no puede faltar y da esa familiaridad, para poder ir tomando decisiones más allá de las en principio "pensadas y medidas". Pedro nos da ejemplo y la primitiva Iglesia. Dios va por delante, es decir, el Amor va "tirando y atrayendo" a todos a El.
DECÍA JUAN PABLO II:
Desde el principio de mi pontificado, mis pensamientos, mis oraciones y mis acciones todas han estado animadas por un único deseo: dar testimonio de que Cristo, el Buen Pastor, está presente y actuante en la Iglesia. Él va continuamente buscando a la oveja perdida, la lleva al redil, cura sus heridas; pone toda su atención en la oveja débil y enferma, y protege a la robusta (Ez 34,16). Es por eso que, desde el primer día, no he dejado de exhortar: "¡No tengáis miedo de acoger a Cristo, de aceptar su poder!" Y yo lo repito aún hoy con fuerza: "¡Abrid, abrid todas las puertas a Cristo! ¡Dejaos guiar por él! ¡Tened confianza en su amor!"
11 mayo, 4º domingo de pascua
Hechos de los apóstoles 2,14a.36-41:
El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: «Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías.»
Estas palabras les traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué tenemos que hacer, hermanos?»
Pedro les contestó: «Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos.»
Con estas y otras muchas razones les urgía, y los exhortaba diciendo: «Escapad de esta generación perversa.»
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unos tres mil.
Salmo 22 R/. El Señor es mi pastor, nada me falta
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar,
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 2,20-25:
Si, obrando el bien, soportáis el sufrimiento, hacéis una cosa hermosa ante Dios. Pues para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo padeció su pasión por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas. Él no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca; cuando lo insultaban, no devolvía el insulto; en su pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muerto al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas os han curado. Andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas.
Juan 10,1-10:
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba.
Por eso añadió Jesús: «Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.»
NUEVA RELACIÓN CON JESÚS
En las
comunidades cristianas necesitamos vivir una experiencia nueva de Jesús
reavivando nuestra relación con él. Ponerlo decididamente en el centro de
nuestra vida. Pasar de un Jesús confesado de manera rutinaria a un Jesús acogido
vitalmente. El evangelio de Juan hace algunas sugerencias importantes al hablar
de la relación de las ovejas con su Pastor.
Lo primero es “escuchar su voz” en
toda su frescura y originalidad. No con fundirla con el respeto a las
tradiciones ni con la novedad de las modas. No dejarnos distraer ni aturdir por
otras voces extrañas que, aunque se escuchen en el interior de la Iglesia, no
comunican su Buena Noticia.
Es importante sentirnos llamados por
Jesús “por nuestro nombre”. Dejarnos atraer por él personalmente.
Descubrir poco a poco, y cada vez con más alegría, que nadie responde como él a
nuestras preguntas más decisivas, nuestros anhelos más profundos y nuestras
necesidades últimas.
Es decisivo “seguir“ a Jesús. La
fe cristiana no consiste en creer cosas sobre Jesús, sino en creerle a él:
vivir confiando en su persona. Inspirarnos en su estilo de vida para orientar
nuestra propia existencia con lucidez y responsabilidad.
Es vital caminar teniendo a Jesús “delante
de nosotros”. No hacer el recorrido de nuestra vida en solitario.
Experimentar en algún momento, aunque sea de manera torpe, que es posible vivir
la vida desde su raíz: desde ese Dios que se nos ofrece en Jesús, más humano,
más amigo, más cercano y salvador que todas nuestras teorías.
Esta relación viva con Jesús no nace en
nosotros de manera automática. Se va despertando en nuestro interior de forma
frágil y humilde. Al comienzo, es casi solo un deseo. Por lo general, crece
rodeada de dudas, interrogantes y resistencias. Pero, no sé cómo, llega un
momento en el que el contacto con Jesús empieza a marcar decisivamente nuestra
vida.
Estoy convencido de que el futuro de la
fe entre nosotros se está decidiendo, en buena parte, en la conciencia de
quienes en estos momentos nos sentimos cristianos. Ahora mismo, la fe se está
reavivando o se va extinguiendo en nuestras parroquias y comunidades, en el
corazón de los sacerdotes y fieles que las formamos.
La increencia empieza a penetrar en
nosotros desde el mismo momento en que nuestra relación con Jesús pierde
fuerza, o queda adormecida por la rutina, la indiferencia y la despreocupación.
Por eso, el Papa Francisco ha reconocido que “necesitamos crear espacios
motivadores y sanadores... lugares donde regenerar la fe en Jesús”. Hemos de
escuchar su llamada. (Jose A. Pagola)
10 mayo 2014, SÁBADO DE LA TERCERA SEMANA DE PASCUA
Hechos de los apóstoles 9, 31-42
En aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo. Pedro recorría el país y bajó a ver a los santos que residían en Lida. Encontró allí a un cierto Eneas, un paralítico que desde hacia ocho años no se levantaba de la camilla. Pedro le dijo: -«Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y haz la cama.» Se levantó inmediatamente. Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Sarán, y se convirtieron al Señor. Había en Jafa una discípula llamada Tabita, que significa Gacela. Tabita hacia infinidad de obras buenas y de limosnas. Por entonces cayó enferma y murió. La lavaron y la pusieron en la sala de arriba. Lida está cerca de Jafa. Al enterarse los discípulos de que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres a rogarle que fuera a Jafa sin tardar. Pedro se fue con ellos. Al llegar a Jafa, lo llevaron a la sala de arriba, y se le presentaron las viudas, mostrándole con lágrimas los vestidos y mantos que hacía Gacela cuando vivía. Pedro mandó salir fuera a todos. Se arrodilló, se puso a rezar y, dirigiéndose a la muerta, dijo: - «Tabita, levántate.» Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él la cogió de la mano, la levantó y, llamando a los santos y a las viudas, se la presentó viva. Esto se supo por todo Jafa, y muchos creyeron en el Señor.
Salmo 115 R. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R/.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles. R/.
Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo,
hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor. R/.
evangelio según san Juan 6, 60-69
En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oirlo, dijeron: -«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?» Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: - «¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.» Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: - «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.» Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: - «¿También vosotros queréis marcharos?» Simón Pedro le contestó: - «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Espíritu y vida, esto dice Jesús que son sus palabras. Espíritu es aliento, ánimo, fuerza, valentía, fuego, ardor, motivación para actuar, ... muchas veces de una persona desalentada por un fracaso o algo que le ha ido mal, decimos que es una persona con "poco espíritu". Por el contrario, de una persona que afronta las dificultades, que no se viene abajo, que va adelante con ánimo y animando, decimos que es una persona con "mucho espíritu". Y no andamos descaminados en nuestras apreciaciones. El Espíritu es todo eso y más. Es el Señor y dador de Vida decimos en el credo. Asi que las dos realidades van unidas. Jesús nos lo dice y antes lo ha vivido. Todo lo que hace viene de Dios porque Él es Dios. Un dios inimaginable para el ser humano, acostumbrado a hacerse sus dioses que "funcionan" según les ofrecían sacrificios o los tenían contentos. Israel se aparta de esa idolatría y va aprendiendo poco a poco que el Dios único es de otro modo. Jesús nos lo revela totalmente. "Quien me ha visto a mí ha visto al Padre" veíamos el otro día, que le decía a Felipe.
Hoy nos dice que sus palabras, la Palabra de Dios, es Espíritu y vida para nosotros. Nos conecta con la fuente de la vida. Nos mantiene vivos en definitiva. Por eso nos da una vida que no se acaba en estas dimensiones terrenales, sino que nos regala la vida eterna, la vida para siempre. Una vida llena de amor que se entrega y nos asemeja a él.
Merece la pena hacer caso a las palabras de Jesús, como también nos lo indica María su madre: haced lo que El os diga. Y ella nos dio ejemplo. Y ahí está: glorificada junto a su Hijo y auxiliándonos a todos para que tengamos Espíritu y Vida. LA VOZ DE SAN AGUSTÍN
La caridad que viene de Dios y es Dios, es propiamente el Espíritu Santo, por el que se derrama la caridad de Dios en nuestros corazones, haciendo que habite en ellos la Trinidad. Por esta causa, siendo el Espíritu Santo Dios, se llama Don de Dios. ¿Y qué puede ser este Don, sino amor que nos allega a Dios, sin el cual cualquier otro don de Dios no nos lleva a Dios? ( De Trinitate XV, 18, 32; PL 42, 1083.)
9 mayo VIERNES de la tercera semana de pascua
(9 mayo 1837, nació santa María Mazzarello, ¡feliz cumpleaños MAIN!)
Hechos de los apóstoles 9, 1-20
En aquellos días, Saulo seguía echando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor. Fue a ver al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse presos a Jerusalén a todos los que seguían el nuevo camino, hombres y mujeres. En el viaje, cerca ya de Damasco, de repente, una luz celeste lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó una voz que le decía: - «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» Preguntó él: - «¿Quién eres, Señor?» Respondió la voz: - «Soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, entra en la ciudad, y allí te dirán lo que tienes que hacer.» Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber. Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías. El Señor lo llamó en una visión: - «Ananías.» Respondió él: - «Aquí estoy, Señor.» El Señor le dijo: - «Ve a la calle Mayor, a casa de judas, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando, y ha visto a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista.» Ananías contestó: - «Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus santos en Jerusalén. Además, trae autorización de los sumos sacerdotes para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre.» El Señor le dijo: - «Anda, ve; que ese hombre es un instrumento elegido por mí para dar a conocer mi nombre a pueblos y reyes, y a los israelitas. Yo le enseñaré lo que tiene que sufrir por mi nombre.» Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo: - «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y te llenes de Espíritu Santo.» Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas, y recobró la vista. Se levantó, y lo bautizaron. Comió, y le volvieron las fuerzas. Se quedó unos días con los discípulos de Damasco, y luego se puso a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios.
Salmo 116 R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio,
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R/.
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R/.
evangelio según san Juan 6, 52-59
En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí: - «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Entonces Jesús les dijo: - «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.» Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.
PARA VIVIR ESTA PALABRA
En el Evangelio, tenemos el tema del “pan de vida”, de la eucaristía. Jesús les había hablado a los judíos que le escuchaban del Padre y de él. No fue fácil para ellos encajar aquella doctrina nueva que les resultaba tan extraña. Hoy les propone algo más difícil todavía para ellos: comer su carne, beber su sangre, es decir alimentarse de él y no como una bella teoría, sino de verdad en un nuevo Misterio no fácil de comprender.
Jesús se nos ofrece y dice: soy el pan vivo”, un pan lleno de vida, “el que me come, vivirá por mí”, su vida se mantendrá de la mía; “el que coma de este pan vivirá para siempre”, ahora y después. Jesús se presenta como fuente de vida siempre, particularmente en la eucaristía como alimento. Es decir, que en Jesús, si nos acercamos a él, no encontraremos tanto una doctrina o una sabiduría, que también, cuanto Alguien capaz de asegurar, apuntalar y consolidar nuestra vida en todos sus anhelos, nuestra vida eterna.
Jesús ofrece su vida y su persona en una nueva comida en la que va a estar presente su Padre y él mismo en forma de Pan bajado del cielo y Sangre derramada por la vida del mundo. En la Biblia la sangre simboliza la vida misma. Si uno se desangra se muere. Si te hacen una trasfusión de sangre te dan vida.
Jesús revela el misterio de su inhabitación divina por medio de la Eucaristía. Nos convertimos en sus templos, en sagrarios vivientes que lo llevamos a él a todas partes. Entrar en contacto con un cristiano/a que vive la Eucaristía es una suerte para las demás personas. Todos los santos y santas han vivido este Misterio de "amor a la Eucaristía" porque Dios mismo se da al ser humano.
CATEQUESIS DE LA IGLESIA DE JERUSALÉN
Por tanto, participamos del cuerpo y la sangre de Cristo con una certeza plena. Porque, bajo el aspecto del pan, está el cuerpo que te es dado; bajo el aspecto del vino, está la sangre que te es dada, con el fin de que participando en el cuerpo y en la sangre de Cristo te hagas un solo cuerpo y una sola sangre con Cristo… De este modo, según san Pedro, nos hacemos " partícipes de la naturaleza divina " (2P 1,4).(A los nuevos bautizados (siglo IV) N° 4; SC 126)
8 mayo 2014, jueves de la Tercera semana de Pascua
Hechos de los apóstoles 8, 26-40
En aquellos días, el ángel del Señor le dijo a Felipe: - «Ponte en camino hacia el Sur, por la carretera de Jerusalén a Gaza, que cruza el desierto.» Se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido en peregrinación a Jerusalén. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: - «Acércate y pégate a la carroza.» Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó: - «¿Entiendes lo que estás leyendo?» Contestó: - «-Y cómo voy a entenderlo, si nadie me guía?» Invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste-' «Como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de los vivos.» El eunuco le preguntó a Felipe: - «Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?» Felipe se puso a hablarle y, tomando pie de este pasaje, le anunció el Evangelio de Jesús. En el viaje llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco: - «Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?» Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, y siguió su viaje lleno de alegría. Felipe fue a parar a Azoto y fue evangelizando los poblados hasta que llegó a Cesarea.
Salmo 65 R. Aclamad al Señor, tierra entera
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
haced resonar sus alabanzas,
porque él nos ha devuelto la vida
y no dejó que tropezaran nuestros pies. R/.
Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo:
a él gritó mi boca
y lo ensalzó mi lengua. R/.
Bendito sea Dios,
que no rechazó mi súplica
ni me retiró su favor. R/.
evangelio según san Juan 6,44-51
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: - «Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios." Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
El anuncio del Pan de Vida que Jesús hace en su discurso en Cafarnaún es tan sorprendente que muchos, al oírlo, lo abandonaron porque no entendían lo que quería decir, les pareció demasiado duro ese lenguaje.
Hoy no tenemos ninguna dificultad para descubrir en estas palabras la revelación de la Sagrada Eucaristía, pero sin fe esta verdad es inadmisible. En cada Misa después de la consagración aclamamos: “este es el misterio de nuestra fe”.
El pan y el vino consagrados se convierten en el Cuerpo y la Sangre del Señor, esto es en Jesucristo, que se entrega a nosotros, como se entregó a María en el misterio de la Encarnación. Es Él mismo y el mismo. Son una muestra del Amor que Dios nos tiene, y a la vez alimento espiritual que repara nuestras fuerzas desgastadas en el combate contra nuestra naturaleza herida por el pecado original y nuestros propios pecados y debilidades.
Somos lo que comemos, suelen decir los expertos en nutrición. Algo así en el plano espiritual. Somos el resultado de los encuentros que hemos vivido, dicen los psicólogos. Algo así en el plano espiritual también. Nuestra "asimilación" de Jesucristo, nos hará más semejantes a Él y por tanto al Padre, a cuya imagen hemos sido creados. El encuentro con Jesús nos va conformando, como el encuentro con los amigos nos va también ayudando a ser más nosotros mismos.
DE LA CARTA ENCÍCLICA DE ECCLESIA EUCHARISTIA n 11.
El sacrificio eucarístico no sólo hace presente el misterio de la pasión y muerte del Salvador, sino también el misterio de la resurrección, que corona su sacrificio. En cuanto viviente y resucitado, Cristo se hace en la Eucaristía « pan de vida » (Jn6, 35.48), « pan vivo » (Jn 6, 51). San Ambrosio lo recordaba a los neófitos, como una aplicación del acontecimiento de la resurrección a su vida: « Si hoy Cristo está en ti, Él resucita para ti cada día »
7 mayo 2014, Miércoles de la Tercera semana de Pascua
Hechos de los apóstoles 8, l-8
Aquel día, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y Samaria. Unos hombres piadosos enterraron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Saulo se ensañaba con la Iglesia; penetraba en las casas y arrastraba a la cárcel a hombres y mujeres. Al ir de un lugar para otro, los prófugos iban difundiendo el Evangelio. Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba allí a Cristo. El gentío escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.
Salmo 65 R. Aclamad al Señor, tierra entera
Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué terribles son tus obras!» R/.
Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R/.
Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna enteramente. R/.
evangelio según san Juan 6, 35-40
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: - «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Esta es la voluntad de mi Padre:'que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
La iglesia naciente, con la fuerza de la experiencia de la Resurrección, es una iglesia misionera, que se siente enviada a anunciar que Cristo vive. ¿Nos sentimos también hoy enviados a ser anunciadores de la Vida que la Pascua está haciendo renacer en medio de nuestro mundo?
No les fue fácil a los primeros que lo intentaron. El relato de hoy nos sitúa en un contexto de persecución que hace que algunos de ellos tengan que huir, pero aún así aprovechan para anunciar a Cristo. El Evangelio se extiende a otros lugares. Y es que Dios se vale de toda situación, aunque aparentemente nos resulte negativa, para hacerse hueco en medio de la historia. Sólo se nos pide un poco de esa fe que ellos tuvieron y que nos han transmitido.
“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”. (Evangelii Gadium, 1)
¡Y cuánta necesidad tiene nuestra gente, tenemos nosotros mismos de encontrar la fuente de la alegría! Que Cristo en esta Pascua renueve en nosotros el ardor misionero.
Jesús dice: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará sed”. El pan alimento de la vida cotidiana, ese pan que hoy tanto cuesta conseguir a muchos y que es tan necesario. El pan lo valoramos cuando tenemos hambre y desde luego hoy el hambre es el drama mayor en nuestro mundo.
LA VOZ DE TERESA DE CALCUTA
En la eucaristía, la santa comunión. Jesús mismo se hizo "pan de vida" para darnos vida. Noche y día está allí. Si vosotros realmente queréis crecer en el amor, volved a la eucaristía, a esta adoración. En nuestra congregación, teníamos la costumbre de tener la adoración una vez a la semana durante una hora; después, en 1973, decidimos tener la adoración cada día durante una hora. Tenemos mucho trabajo; por todas partes nuestras casas para enfermos y moribundos indigentes están llenas. Pero a partir del momento en que comenzamos la adoración cada día, nuestro amor por Jesús se volvió más íntimo, nuestro amor por cada uno más benévolo, nuestro amor por los pobres más compasivo. 6 mayo 2014, MARTES de la Tercera semana de Pascua
(santo Domingo savio, un santo de 15 años, alumno de san Juan Bosco)
Hechos de los apóstoles 7, 51-59
En aquellos días, Esteban decía al pueblo, a los ancianos y a los escribas; -«¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la Ley por mediación de ángeles, y no la habéis observado.» Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: -«Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.» Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: - «Señor Jesús, recibe mi espíritu.» Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: - «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.» Y, con estas palabras, expiró. Saulo aprobaba la ejecución.
Salmo 30 R. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu
Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R/.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás;
yo confío en el Señor.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. R/.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
En el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas. R/.
Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 30-35
En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús: - «¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan del cielo."» Jesús les replicó: - «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.» Entonces le dijeron: - «Señor, danos siempre de este pan.» Jesús les contestó: - «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Los profetas molestan. No nos gusta que nos digan aquello que no queremos oír. Nuestras seguridades nos traicionan, nos hacen orgullosos y nos vacían de humildad. En el fondo de nuestro corazón, sabemos, conocemos nuestras debilidades y errores y oírlas, saberlas descubiertas, nos hace frágiles y nos asusta. En respuesta, cerramos nuestros oídos, callamos nuestras bocas y endurecemos nuestro corazón y nos atrincheramos tras la letra de la ley, las normas, observaciones, preceptos, ritos y cumplimientos porque así nos sentimos protegidos. Nos resistimos a la fuerza del Espíritu. Nos resistimos a mirar al cielo, como Esteban, y encontrar allí la fuerza para reconocer, para aceptar, para cambiar… para resucitar.
La gente pide a Jesús «signos» y Jesús busca despertar en ellos, a partir de sus necesidades materiales, aspiraciones más altas.Ellos hablan de pan ordinario. Es el que les preocupa, no entendían la vida sin él. Jesús les habla del Pan que baja del cielo y da vida al mundo.
El Pan de Dios. Nuestro único alimento es el que viene de Dios. Y Jesús es ese Pan. Y comer el pan del cielo es creer en Jesús, hacerlo parte de nuestro ser más íntimo, de lo más profundo; comerlo y aceptar su camino y sus formas. Éste es el alimento verdadero que sustenta a la persona, que da un rumbo a la vida, y que trae vida nueva. Encontrarse con él es empezar a vivir. Verdaderamente, Jesús habla de otra vida.
LA VOZ DE SANTO DOMINGO SAVIO
En el
despacho de Don Bosco una cosa ha llamado la atención de Domingo. Es un cartel
con un letrero en latín: "DA MIHI ANIMAS CAETERA TOLLE". Don Bosco le
ayuda a traducir: "Dame almas y quedate con lo demás". Domingo
exclama satisfecho:
-Ya entiendo, aquí sólo hay un problema, el de las almas... es un negocio, no
de dinero sino de almas.
Domingo Savio
Domingo nace el 2 de abril de 1842 en San Juan de Riva, cerca de Chieri (Turín).
En la Primera Comunión, a los 7 años, esboza su proyecto de vida: "Me confesaré con frecuencia y haré la comunión todas las veces que el confesor me de permiso. Quiero santificar los días festivos. Mis amigos serán Jesús y María. La muerte antes que pecar". Acogido a los 12 años por Don Bosco en el Oratorio de Turín le pide que le ayude "a hacerse santo".
Sencillo, sereno y alegre, ponía gran empeño en sus deberes como estudiante y en ayudar de muchas maneras a sus compañeros, enseñándoles el catecismo, asistiendo a los enfermos, pacificando en las peleas...
Un día le dijo a un compañero recién llegado al Oratorio: "Tienes que saber que nosotros hacemos consistir la santidad en estar muy alegres. Intentamos sólo evitar el pecado, como un gran enemigo que nos roba la gracia de Dios y la paz del corazón, y cumplir exactamente nuestros deberes".
Muy fiel a su programa de trabajo, sostenido por una intensa participación en los sacramentos y por una filial devoción a María, alegre en el sacrificio, fue colmado por Dios de dones y carismas.
El 8 de diciembre de 1854, proclamado el dogma de la Inmaculada por Pío IX, Domingo se consagró a María y comenzó a avanzar rápidamente en la santidad. En el 1856 fundó entre los amigos la Compañía de la Inmaculada para una acción apostólica de grupo.
Mamá Margarita, que había llegado a Turín para ayudar a su hijo sacerdote, un día le dijo: "Tu tienes muchos jóvenes buenos, pero ninguno supera el buen corazón y el alma de Domingo Savio". Y explicó: "Lo veo siempre rezar, permaneciendo en la Iglesia después que los otros. Cada día se va del recreo para hacer una visita al Santísimo Sacramento. Está en la Iglesia como un ángel que demora en el paraíso".
Murió en Mondonio el 9 de marzo de 1857. Sus restos mortales se veneran en la Basílica de M.ª Auxiliadora en Turín.
Su fiesta se celebra el 6 de mayo. Pío XI lo definió: "Pequeño, pero grande gigante del Espíritu". Es el patrón de los "niños cantores".

5 mayo, LUNES de la Tercera semana de Pascua
Hechos de los apóstoles 6, 8-15
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Indujeron a unos que asegurasen: - «Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y con-tra Dios.» Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, agarraron a Esteban por sorpresa y lo condujeron al Sanedrin, presentando testigos falsos que decían: -«Este individuo no para de hablar contra el templo y la Ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá el templo y cambiará las tradiciones que recibimos de Moisés.» Todos los miembros del Sanedrin miraron a Esteban, y su rostro les pareció el de un ángel.
Salmo 118 R. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.
Aunque los nobles se sienten a murmurar de mí,
tu siervo medita tus leyes;
tus preceptos son mi delicia,
tus decretos son mis consejeros. R/.
Te expliqué mi camino, y me escuchaste:
enséñame tus leyes;
instrúyeme en el camino de tus decretos,
y meditaré tus maravillas. R/.
Apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu voluntad;
escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos. R/.
evangelio según san Juan 6,22-29
Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago notó que allí no habla habido más que una lancha y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos. Entretanto, unas lanchas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan sobre el que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: - «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?» Jesús les contestó: - «Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios.» Ellos le preguntaron: - «Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?» Respondió Jesús: - «La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Esteban era un joven creyente cristiano que con sabiduría y, dotado de un espíritu de valentía daba razones de su esperanza, de su fe en Jesús de Nazaret. Como Jesús, poseía dotes extraordinarias de elocuencia y quedaban admirados, pero, aun reconociendo todo esto los que no querían creer no creían. Y es que la fe es un acto personal y libre. Las palabras y gestos ayudan a creer, pero al final es la propia persona la que ha de hacer su asentimiento, dar su consentimiento libre, ese "Sí creo". Eso no lo puede hacer nadie por nadie. Dios llama a la puerta y se vale de mensajeros. Se dice de Esteban que su rostro parecía el de un ángel. Angel en griego es mensajero. Dios se vale de personas que anuncian, son sus "angeles", pero será la persona la que decida y elija ser creyente. Y ser creyente cristiano implica un modo de vida; no son sólo ideas y doctrina. La persona es una unidad y es necesario el pensamiento, pero éste ha de intregrarse en la afectividad (sentimiento) y en la acción (la conducta). Toda la persona acoge el mensaje, acoge a Jesús, lo hace suyo e intenta vivir con su mismo Espíritu en el día a día.
Conecta con la lectura del Evangelio que nos dice que hemos de trabajar por el alimento que no perece. Es decir, buscar alimentarnos del Pan de Vida que es Jesús. Asimilarnos a él. Soy como soy y puedo ser mejor, puedo ser del modo de ser de Jesús. El alimento nos da la vida. Jesús nos da su propia vida. Su vida en la nuestra. El Amor que es él, en el amor que yo pongo en lo que hago. No se trata de la grandeza o fama de mis obras, sino del amor con que las hago. Obras y amor van juntas, por eso es un continuo camino de crecimiento, que no se realiza sin esfuerzo ni superación de uno mismo. Gracias a Dios que contamos con el aliento, el ánimo y la fortaleza del Espíritu, el mismo que alentó a Esteban a dar su testimonio.
LA VOZ DE UN ERMITAÑO Y MISIONERO
La fe lo alumbra todo con una luz nueva, diferente a la luz de los sentidos, más brillante, distinta. Así el que vive de fe tiene el alma llena de pensamientos nuevos, de gustos nuevos, de juicios nuevos; horizontes nuevos que se abren ante él, horizontes maravillosos iluminados por una luz celeste y bellos de la belleza divina. Envuelto con estas verdades nuevas, desconocidas por el mundo, necesariamente comienza una vida nueva, opuesta al mundo al que sus acciones le parecen una locura. El mundo está en las tinieblas, en una noche profunda. El hombre de fe está lleno de luz, el camino luminoso por dónde avanza no aparece ante los ojos de los hombres; estos parecen querer caminar por la vida como locos. (Carlos Foucauld)
4 mayo, Tercer domingo de Pascua
Hechos de los apóstoles 2,14.22-33:
El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: «Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y enteraos bien de lo que pasa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él: "Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia." Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabia que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que "no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción," hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo.»
Sal 15,1-2.5.7-8.9-10.11 R/. Señor, me enseñarás el sendero de la vida
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1,17-21:
Si llamáis Padre al que juzga a cada uno, según sus obras, sin parcialidad, tomad en serio vuestro proceder en esta vida. Ya sabéis con qué os rescataron de ese proceder inútil recibido de vuestros padres: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha, previsto antes de la creación del mundo y manifestado al final de los tiempos por nuestro bien. Por Cristo vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza.
evangelio según san Lucas 24,13-35:
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?»
Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?»
Él les preguntó: «¿Qué?»
Ellos le contestaron: «Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.»
Entonces Jesús les dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.»
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.
Ellos comentaron: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?»
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.»
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
ACOGER LA FUERZA DEL EVANGELIO
Dos
discípulos de Jesús se van alejando de Jerusalén. Caminan tristes y desolados.
En su corazón se ha apagado la esperanza que habían puesto en Jesús, cuando lo
han visto morir en la cruz. Sin embargo, continúan pensando en él. No lo pueden
olvidar. ¿Habrá sido todo una ilusión?
Mientras conversan y discuten de todo
lo vivido, Jesús se acerca y se pone a caminar con ellos. Sin embargo, los
discípulos no lo reconocen. Aquel Jesús en el que tanto habían confiado y al
que habían amado tal vez con pasión, les parece ahora un caminante extraño.
Jesús se une a su conversación. Los
caminantes lo escuchan primero sorprendidos, pero poco a poco algo se va
despertando en su corazón. No saben exactamente qué. Más tarde dirán: “¿No estaba
ardiendo nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino?”
Los caminantes se sienten atraídos por
las palabras de Jesús. Llega un momento en que necesitan su compañía. No
quieren dejarlo marchar: “Quédate con nosotros”. Durante la cena, se les
abrirán los ojos y lo reconocerán. Este es el primer mensaje del relato: Cuando
acogemos a Jesús como compañero de camino, sus palabras pueden despertar en
nosotros la esperanza perdida.
Durante estos años, muchas personas han
perdido su confianza en Jesús. Poco a poco, se les ha convertido en un
personaje extraño e irreconocible. Todo lo que saben de él es lo que pueden
reconstruir, de manera parcial y fragmentaria, a partir de lo que han escuchado
a predicadores y catequistas.
Sin duda, la homilía de los domingos
cumple una tarea insustituible, pero resulta claramente insuficiente para que
las personas de hoy puedan entrar en contacto directo y vivo con el Evangelio.
Tal como se lleva a cabo, ante un pueblo que ha de permanecer mudo, sin exponer
sus inquietudes, interrogantes y problemas, es difícil que logre regenerar la
fe vacilante de tantas personas que buscan, a veces sin saberlo, encontrarse
con Jesús.
¿No ha llegado el momento de instaurar,
fuera del contexto de la liturgia dominical, un espacio nuevo y diferente para
escuchar juntos el Evangelio de Jesús? ¿Por qué no reunirnos laicos y
presbíteros, mujeres y hombres, cristianos convencidos y personas que se
interesan por la fe, a escuchar, compartir, dialogar y acoger el Evangelio de
Jesús?
Hemos de dar al Evangelio la
oportunidad de entrar con toda su fuerza transformadora en contacto directo e
inmediato con los problemas, crisis, miedos y esperanzas de la gente de hoy.
Pronto será demasiado tarde para recuperar entre nosotros la frescura original del
Evangelio. (Jose A. Pagola)
LA VOZ DE JUAN PABLO II
La Eucaristía es un modo de ser que pasa de Jesús al cristiano y, por su testimonio, tiende a irradiarse en la sociedad y en la cultura. Para lograrlo, es necesario que cada fiel asimile, en la meditación personal y comunitaria, los valores que la Eucaristía expresa.
3 mayo, fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 1-8
Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando, si es que conserváis el Evangelio que os proclamé; de lo contrario, se ha malogrado vuestra adhesión a la fe.
Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció también a mí.
Salmo 18 R. A toda la tierra alcanza su pregón
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen,
sin que pronuncien, s
in que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón,
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.
evangelio según san Juan 14, 6-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás:
-«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mi, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.»
Felipe le dice: -«Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
Jesús le contesta:
-«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mi ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre" ? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras, Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré. »
PARA VIVIR ESTA PALABRA
En la fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago, Pablo, en la primera lectura, nos recuerda el núcleo central que todo apóstol y todo cristiano de cualquier tiempo debe predicar y vivir: el Evangelio que es Cristo.
Sus seguidores/as debemos vivir las actitudes que presidieron su existencia. Ante Dios, ante los demás, ante el dinero, ante los poderosos, ante los pobres, ante los pecadores, ante la muerte…
Debemos vivir y entregar nuestra vida por la misma causa que él, desgastar nuestra vida por el mismo motivo que él: difundir su evangelio, la buena noticia para toda la humanidad.
No nos tocará morir en una cruz, como a casi todos los primeros apóstoles, pero ojalá que nuestras “cruces”, nuestros desvelos, nuestras alegrías y dolores tengan siempre el mismo origen que en él: predicar y vivir su evangelio.
Jesús habló muchas veces a sus apóstoles de su Padre Dios. Seguro que les habló con emoción tratándoles de contagiar de esa misma emoción, porque era también el Padre de todos, con un corazón muy grande, que ama a todos sus hijos como hacen los buenos padres, que hace salir el sol y desata la lluvia sobre buenos y malos. Por eso Felipe de tanto oír a Jesús hablar de su Padre, le dice: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”. Y se encuentra con la respuesta: Quien a visto a Jesús a visto al Padre.
2 mayo, VIERNES, segunda semana de Pascua
Hechos de los apóstoles 5, 34-42
En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran fuera un momento a aquellos hombres y dijo: -"Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con esos hombres. No hace mucho salió un tal Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a todos sus secuaces, y todo acabó en nada. Más tarde, cuando el censo, salió judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y dispersaron a todos sus secuaces. En el caso presente, mi consejo es éste: No os metáis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se dispersarán; pero, si es cosa de Dios, no lograréis dispersarlos, y os expondríais a luchar contra Dios." Le dieron la razón y llamaron a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando el Evangelio de Jesucristo.
Salmo 26 R. Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida
¿quién me hará temblar? R/.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor,
sé valiente, ten ánimo,
espera en el Señor. R/.
evangelio según san Juan 6, 1-15
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: -«¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?» Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer, Felipe le contestó: - «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.» Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: - «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?» Jesús dijo: - «Decid a la gente que se siente en el suelo.» Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: -«Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.» Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: - «Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.» Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.
PARA VIVIR ESTA PALABRA
La multiplicación de los panes y los peces, además de su proyección eucarística, tiene razón de ser en sí misma. No fue un pretexto instrumental para anunciar y enmarcar el anuncio del pan de vida. Jesús hace este milagro porque ve a la gente hambrienta y sin posibilidad de alimentarse. Les hablaba continuamente de su Padre, del Reino y de la misión; pero cuando se encuentra con sus necesidades, enfermedades y carencias, deja de hablar y actúa. Vino a librarnos de la muerte, del pecado y del mal. Y males no son sólo los morales y espirituales, sino todos aquellos, estructurales o personales, que esclavizan o deshumanizan a la persona humana, como la guerra, la corrupción, la violencia, la opresión, el egoísmo, el odio, el hambre y la enfermedad.
Es cierto que tuvo necesidad de decirles: “Me buscáis porque comisteis pan hasta saciaros”, pero lo comprendía sabiendo de su humanidad.
Las personas necesitadas, los que pasan hambre –y cada vez son más-, se van cansando y van desconfiando de las palabras, aunque sean bellas, y de los discursos y teorías sobre sus problemas. Creen más en los gestos comprometidos y solidarios.
En la persona y actuación de Jesús todo es significativo. Hoy podía haber hecho el milagro sin contar con los demás, porque era el Hijo de Dios. Pero, quiso valerse de la solidaridad de aquellos que tenían, muy poco, cinco panes y dos peces. Es revelador y elocuente que pusieran a disposición de los discípulos lo poco que tenían. Y, a partir de ahí, se produce el milagro. Los panes y peces se multiplican en las manos de Jesús, y todos los presentes pueden ser alimentados.
“Que nada se desperdicie”. Y Jesús les manda recoger todas las sobras. Como un aviso para navegantes. Por lo visto, el despilfarro existía ya entonces, y sigue existiendo.
Poniendo a su disposición “los panes y peces” que tenemos, puedan surgir nuevos milagros.
LA VOZ DEL PAPA FRANCISCO
Si algo debe inquietarnos santamente y preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un horizonte de sentido y de vida… mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos
repite sin cansarse: “¡Dadles vosotros de comer!” (Mc 6,37).
jueves 1 mayo, Segunda Semana de Pascua
Hechos de los apóstoles 5,27-33
En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles a presencia del Sanedrín, y el sumo sacerdote les interrogó: -«¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.» Pedro y los apóstoles replicaron: - «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.» Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos.
Salmo 33 R. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.
El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R/.
El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor. R/.
evangelio según san Juan 3, 31-36
El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
PARA VIVIR ESTA PALABRA
El Espíritu Santo nos hace testigos; es Él quien nos ayuda a no tener miedo, a no desconfiar y a ser capaces de denunciar las injusticias y proclamar la verdad, aunque esto traiga persecuciones y sufrimientos por el Reino. Es Dios el que lleva nuestras cargas y el que está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Comentario de San Ireneo de Lyon (c.130-c.208), obispo, teólogo y mártir
Contra la herejías, IV, 37
"El que cree en el Hijo tiene la vida eterna; el que se niega a creer no verá la vida"
Dios hizo libre al hombre… a fin de que libremente pudiese acoger la Palabra de Dios, sin que éste lo forzase. Dios, en efecto, jamás se impone a la fuerza, pues en él siempre está presente el buen consejo. Por eso concede el buen consejo a todos. Tanto a los seres humanos como a los ángeles… Y esto ni siquiera en el campo de su actividad, sino también en el dominio de la fe el Señor salvaguardó la libertad… del hombre. En efecto dijo: "Que se haga conforme a tu fe" (Mt 9,29). Esto muestra que el ser humano tiene su propia fe, porque también tiene su libre arbitrio. Y también: "Todo es posible al que cree" (Mc 9,23). Y: "Vete, que te suceda según tu fe" (Mt 8,13). Todos los textos semejantes prueban que el ser humano tiene libertad para creer. Por eso "el que cree tiene la vida eterna, mas el que no cree en el Hijo no tiene la vida eterna…”
Pero, dicen, hubiera sido necesario que no hiciese libres ni siquiera a los ángeles, para que no pudieran desobedecer; ni a los seres humanos que al momento fueron ingratos contra El, por el mismo hecho de haber sido dotados de razón, capaces de examinar y juzgar; y no son como los animales irracionales, que nada pueden hacer por propia voluntad… Mas si así fuera, (los seres humanos) ni se gozarían con el bien, ni valorarían su comunión con Dios, ni desearían hacer el bien con todas sus fuerzas, pues todo les sucedería sin su impulso, empeño y deseo propios, sino por puro mecanismo impuesto desde afuera. De este modo el bien no tendría ninguna importancia, pues todo se haría por naturaleza más que por voluntad, de modo que harían el bien de modo automático, no por propia decisión; y por la misma razón, ni podrían entender cuán hermoso es el bien, ni podrían gozarlo. Porque, en efecto, ¿cómo se puede gozar de un bien que no se conoce? ¿Y qué gloria se seguiría de algo que no se ha buscado? ¿Qué corona se les daría a quienes no la hubieran conseguido, como quienes la conquistan luchando?... Cuanto más luchamos por algo, nos parece tanto más valioso; y cuanto más valioso, más lo amamos.
Pero, dicen, hubiera sido necesario que no hiciese libres ni siquiera a los ángeles, para que no pudieran desobedecer; ni a los seres humanos que al momento fueron ingratos contra El, por el mismo hecho de haber sido dotados de razón, capaces de examinar y juzgar; y no son como los animales irracionales, que nada pueden hacer por propia voluntad… Mas si así fuera, (los seres humanos) ni se gozarían con el bien, ni valorarían su comunión con Dios, ni desearían hacer el bien con todas sus fuerzas, pues todo les sucedería sin su impulso, empeño y deseo propios, sino por puro mecanismo impuesto desde afuera. De este modo el bien no tendría ninguna importancia, pues todo se haría por naturaleza más que por voluntad, de modo que harían el bien de modo automático, no por propia decisión; y por la misma razón, ni podrían entender cuán hermoso es el bien, ni podrían gozarlo. Porque, en efecto, ¿cómo se puede gozar de un bien que no se conoce? ¿Y qué gloria se seguiría de algo que no se ha buscado? ¿Qué corona se les daría a quienes no la hubieran conseguido, como quienes la conquistan luchando?... Cuanto más luchamos por algo, nos parece tanto más valioso; y cuanto más valioso, más lo amamos.
30 abril, MIÉRCOLES de la Segunda semana de Pascua
Hechos de los apóstoles 5, 17-26
En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido -la secta de los saduceos-, llenos de envidia, mandaron prender a los apóstoles y meterlos en la cárcel común. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la celda y los sacó fuera, diciéndoles: - «ld al templo y explicadle allí al pueblo íntegramente este modo de vida.» Entonces ellos entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con los de su partido, convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos israelitas, y mandaron por los presos a la cárcel. Fueron los guardias, pero no los encontraron en la celda, y volvieron a informar: - «Hemos encontrado la cárcel cerrada, con las barras echadas, y a los centinelas guardando las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro.» El comisario del templo y los sumos sacerdotes no atinaban a explicarse qué había pasado con los presos. Uno se presentó, avisando: - «Los hombres que metisteis en la cárcel están ahí en el templo y siguen enseñando al pueblo.» El comisario salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease.
Salmo 33 R. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles
y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.
evangelio según san Juan 3, 16-21
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Asombra y conmueve la experiencia que aquel grupo de hombres y mujeres que de atemorizados y escondidos han dado el paso a la valentía de la fe, y se transforma en una libertad ante la que no hay fuerza humana que les detenga en su decisión y su necesidad de proclamar aquello de lo que son testigos. Esa misma experiencia es posible para cada uno de nosotros, si nos dejamos tocar realmente por el resucitado.
El ángel les dice que anuncien ESTE MODO DE VIDA. Interesante e importante notar que ser cristiano es un MODO DE VIDA. No son ideas en la cabeza o frases aprendidas para recitar, ni ritos para contentar a la divinidad, ni ... etc. Es realmente un MODO DE VIDA al modo de Jesús: amando.
Y amar es entregar. Dios Padre entrega a su Hijo. Jesús se entrega a sí mismo. María toda su colaboración y su ser a Dios.
Que la contemplación del Señor Jesús resucitado, a quien celebramos en esta prolongada fiesta pascual, sea ocasión para ir iluminando aquellos lugares o aspectos de nuestra vida que se resisten a abandonar las sombras y abrirse a la luz de su amor, a amar como él amó y ama.
LA VOZ DE SAN CLEMENTE DE ALEJANDRÍA (siglo III)
Acojamos pues las leyes de la vida, obedezcamos las enseñanzas de Dios, aprendamos a conocerlo.
29 abril, MARTES II semana de Pascua
primera carta del apóstol san Juan 1, 5-2, 2
Queridos hermanos: Os anunciamos el mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia los pecados. Sí decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
Salmo 102 R. Bendice, alma mía, al Señor.
evangelio según san Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús: -«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mí yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Dios es luz y en Él no hay tiniebla alguna. Jesús mismo dijo que Él es la Luz del mundo (Jn 8, 12). Por tanto, ¿a qué tinieblas se refiere Juan en la carta? Las tinieblas del pecado, del mal. Esas tinieblas que nos impiden estar en comunión entre nosotros mismos y con Dios; que no nos permiten caminar en la verdad e impiden que la Palabra de Dios pueda hacer su morada en nosotros. Si no conocemos y reconocemos nuestros pecados, ahogamos la vida que hay en nuestro ser y la que podamos generar. Ahora bien, no es un reconocimiento para quedarnos en la culpa y, atemorizados, lamentarnos. La Palabra de hoy nos dice que si pecamos, tenemos a Cristo que nos defiende dándonos luz, porque la misericordia del Señor dura desde siempre y por siempre y pasa de generación en generación.
El mensaje de Jesús lo entendieron en su época más la gente sencilla que los tenidos por sabios. Y Jesús reconocía en los sencillos la acción del Padre que se revela a ellos, porque hay una predisposición, una apertura al Misterio, una confianza en Dios que lleva la historia. Hoy solemos buscar explicaciones para todo y no está mal, porque Dios nos ha dado la razón para pensar y buscar, pero lo uno no quita lo otro. Es decir que hay que pensar pero hay que mantenerse abierto al Misterio de Dios; reconocer humildemente que somos criaturas y no "dioses". Ser conscientes de nuestros límites y acudir al Padre para hacer la historia con Él, queriendo hacer y colaborar en su proyecto de Amor, como lo hizo María.
LA VOZ DE SAN HILARIO DE POITIERS (siglo IV)
Creo en mi nuevo nacimiento sin comprenderlo, y en mi fe guardo lo que escapa a mi comprensión. Sé que tengo el poder de renacer, pero no sé cómo esto se realiza. El Espíritu no tiene ningún límite; habla cuando quiere, y dice lo que él quiere y donde quiere. La razón de de su partida y de su venida permanecen desconocidas para mi, pero tengo la profunda convicción de su presencia.
28 abril, LUNES II semana de Pascua
Hechos de los apóstoles 4, 23-31
En aquellos días, puestos en libertad, Pedro y Juan volvieron al grupo de los suyos y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos. Al oírlo, todos juntos invocaron a Dios en voz alta: - «Señor, tú hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que contienen; tú inspiraste a tu siervo, nuestro padre David, para que dijera: "¿Por qué se amotinan las naciones, y los pueblos planean un fracaso? Se alían los reyes de la tierra, los príncipes conspi-ran contra el Señor y contra su Mesías, " Así fue: en esta ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y el pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, tu Ungido, para realizar cuanto tu poder y tu voluntad habían determinado. Ahora, Señor, mira cómo nos amenazan, y da a tus siervos valentía para anunciar tu palabra; mientras tu brazo realiza curaciones, signos y prodigios, por el nombre de tu santo siervo Jesús.» Al terminar la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el Espíritu Santo, y anunciaban con valentía la palabra de Dios.
Salmo 2 R. Dichosos los que se refugian en ti, Señor.
evangelio según san Juan 3,1-8
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo: - «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él.» Jesús le contestó: - «Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.» Nicodemo le pregunta: - «¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer? » Jesús le contestó: - «Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
La Palabra nos muestra como la primera comunidad cristiana tuvo que afrontar dificultades, obstáculos y sufrimientos, pero no se hundieron. Con la fuerza del Espíritu se puede mucho. Más de lo que por lógica se pudiera pensar.
Hoy se va haciendo común un discurso en la misma ciencia de la psicología, que nos dice que las dificultades son oportunidades que te impulsan y empujan a una nueva búsqueda y adaptación.
La primitiva comunidad afronta las dificultades con la oración y le pide al Señor, no que le quite las dificultades, sino VALENTÍA.
Y la valentía, el ánimo, la audacia, impulsan la creatividad. Un esfuerzo de creatividad, suele dar a luz posiciones nuevas, respuestas diferentes. De alguna manera un nuevo nacer. Que de eso también habla Jesús a Nicodemo. Y nacer, como parir, siempre es doloroso. Es el fin de un mundo para el bebé que ha vivido en el seno de su madre de modo confortable, pero no se puede quedar ahí, tiene que nacer a otro mundo que le espera, aunque sea desconocido para él. Su madre va a estar ahí con él. Así es la vida del cristiano, siendo nuestro padre-madre Dios mismo.
Nacemos de nuevo, nos renovamos, nos transformamos, nuestra vida madura y crece cuando en nosotros obra y actúa el Espíritu Santo. El Espíritu Santo obra y construye un hombre nuevo en nosotros, nos hace otro Cristo.
Nacer de nuevo en el Espíritu Santo es dejar que el Espíritu, como en María, actúe de tal manera en nosotros que engendre la presencia viva de Cristo, comenzando por tener sus mismos sentimientos, es decir, dejándonos tomar por la frecuencia cardiaca de su interioridad, hasta hacernos uno con Él y decir con el apóstol San Pablo, vivo yo pero no soy yo, es Cristo Jesús quien vive en mí.
LA VOZ DE SAN AGUSTÍN
Si queréis recibir la vida del Espíritu Santo, conservad la caridad, amad la verdad y desead la unidad para llegar a la eternidad.
27 abril, DOMINGO II de Pascua
Hechos de los apóstoles 2,42-47:
Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado por los muchos prodigios y signos que los apóstoles hacían en Jerusalén. Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y, bienes, y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos, alabando a Dios con alegría y de todo corazón; eran bien vistos de todo el pueblo, y día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando.
Salmo 117 R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia
primera carta de Pedro 1,3-9:
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final. Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de vuestra fe –de más precio que el oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego– llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación.
evangelio según san Juan 20,19-31:
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.
Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espiritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.»
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»
Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!»
La figura de Tomás, como discípulo que se resiste a creer, ha sido muy popular entre los cristianos. Sin embargo, el relato evangélico dice mucho más de este discípulo escéptico. Jesús resucitado se dirige a él con unas palabras que tienen mucho de llamada apremiante, pero también de invitación amorosa: «No seas incrédulo, sino creyente». Tomás, que lleva una semana resistiéndose a creer, responde a Jesús con la confesión de fe más solemne que podemos leer en los evangelios: «Señor mío y Dios mío».
¿Qué ha experimentado Tomás al encontrarse con Jesús resucitado? ¿Qué es lo que ha transformado a este discípulo, hasta entonces dubitativo y vacilante? ¿Qué recorrido interior lo ha llevado del escepticismo hasta la confianza? Lo sorprendente es que, según el relato, Tomás renuncia a verificar la verdad de la resurrección tocando las heridas de Jesús. Lo que le abre a la fe es Jesús mismo con su invitación.
A lo largo de estos años hemos cambiado mucho por dentro. Nos hemos hecho más escépticos, pero también más frágiles. Nos hemos hecho más críticos, pero también más inseguros. Cada uno hemos de decidir cómo queremos vivir y cómo queremos morir. Cada uno hemos de responder a esa llamada que, tarde o temprano, de forma inesperada o como fruto de un proceso interior, nos puede llegar de Jesús: «No seas incrédulo, sino creyente».
Tal vez necesitamos despertar más nuestro deseo de verdad. Desarrollar esa sensibilidad interior que todos tenemos para percibir, más allá de lo visible y lo tangible, la presencia del Misterio que sostiene nuestras vidas. Ya no es posible vivir como personas que lo saben todo. No es verdad. Todos, creyentes y no creyentes, ateos y agnósticos, caminamos por la vida envueltos en tinieblas. Como dice Pablo de Tarso, a Dios lo buscamos «a tientas».
¿Por qué no enfrentarnos al misterio de la vida y de la muerte confiando en el Amor como última Realidad de todo? Esta es la invitación decisiva de Jesús. Más de un creyente siente hoy que su fe se ha ido convirtiendo en algo cada vez más irreal y menos fundamentado. Tal vez ahora, que no podemos ya apoyar nuestra fe en falsas seguridades, estamos aprendiendo a buscar a Dios con un corazón más humilde y sincero.
No hemos de olvidar que una persona que desea sinceramente creer, para Dios es ya creyente. Muchas veces no es posible hacer mucho más. Y Dios, que comprende nuestra impotencia y debilidad, tiene sus caminos para encontrarse con cada cual para ofrecernos su salvación. (José A. Pagola)
26 abril, SABADO DE PASCUA
Hechos de los apóstoles 4, 13-21
En aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, se sorprendieron y descubrieron que habían sido compañeros de Jesús. Pero, viendo junto a ellos al hombre que habían curado, no encontraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín, y se pusieron a deliberar: - «¿Qué vamos a hacer con esta gente? Es evidente que han hecho un milagro: lo sabe todo Jerusalén, y no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos que vuelvan a mencionar a nadie ese nombre.» Los llamaron y les prohibieron en absoluto predicar y enseñar en nombre de Jesús. Pedro y Juan replicaron: -«¿Puede aprobar Dios que os obedezcamos a vosotros en vez de a él? juzgadlo vosotros. Nosotros no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído.» Repitiendo la prohibición, los soltaron. No encontraron la manera de castigarlos, porque el pueblo entero daba gloria a Dios por lo sucedido.Salmo 117 R. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
Dad gracias al Señor porque es bueno,porque es eterna su misericordia.
El Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación. Escuchad:
hay cantos de victoria en las tiendas de los justos. R/.
Evangelio según san Marcos 16, 9-15
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron. Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca. También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: - «ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.»PARA VIVIR ESTA PALABRA
A los numerosos discípulos de Jesús, les costó creerse de verdad que Jesús había resucitado. Esta verdad, “Cristo ha resucitado”, era "demasiado" para aceptarla asi como así.
Van escuchando el testimonio de unos y de otros, pero cada uno tiene que personalizar la fe y hacerla suya. Tener su propia experiencia de Jesús resucitado. Y para esto, ellos como nosotros se tuvieron que despojar de prejuicios, miedo, incredulidad, .... ¡abrirse a la novedad de que para Dios no hay nada imposible! Nada de lo dicho por él.
Aquellos hombres y mujeres fueron capaces de dejar atrás sus temores y fueron valientes el resto de sus días en proclamar a los cuatro vientos la vida, muerte y resurrección de Jesús, como la mejor noticia de todos los tiempos, aunque a muchos de ellos les costó la vida. “Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda la creación”.
LA VOZ DEL PAPA FRANCISCO
Fiel al modelo del Maestro, es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo. La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a nadie.
25 abril, VIERNES DE PASCUA
Hechos de los apóstoles 4, 1-12
En aquellos días, mientras hablaban al pueblo Pedro y Juan se les presentaron los sacerdotes, el comisario del templo y lo saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran la resurrección de los muertos por el poder de Jesús. Le echaron mano y, como ya era tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Muchos de los que habían oído el discurso, unos cinco mil hombres, abrazaron la fe. Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas; entre ellos el sumo sacerdote Anás, Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a Pedro y a Juan y los interrogaron: - «¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso?» Pedro, lleno de Espíritu Santo, respondió: - «Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»
Salmo 117 R. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia...
evangelio según san Juan 21, 1-14
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discí-pulos suyos. Simón Pedro les dice: - «Me voy a pescar.» Ellos contestan: - «Vamos también nosotros contigo.» Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: - «Muchachos, ¿tenéis pescado?» Ellos contestaron: - «No.» Él les dice: - «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: - «Es el Señor.» Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: - «Traed de los peces que acabáis de coger.» Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: - «Vamos, almorzad.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
PARA VIVIR ESTA PALABRA
Pedro y Juan, por creer y anunciar la Resurrección de Jesús, pasan su primera noche en la cárcel. No será su único testimonio, ni sus últimos problemas con las autoridades judías por Jesús y su fidelidad al Reino. Vamos viendo a Pedro, a Juan y al resto de los apóstoles, guiados por el Espíritu, cada vez más “cristianos”, más de Jesús y menos de sí mismos.
En el Evangelio, Jesús confirma una vez más la fe incipiente de los discípulos, para conseguir de ellos lo que se va viendo en los Hechos. Hoy es la pesca milagrosa, con detalles sobresalientes en el orden humano y en el espiritual.
Los discípulos están juntos. La misión siempre es comunitaria. Era de noche y, lógicamente, de noche, sin luz, sin Jesús –que es la luz-, no se puede “pescar” nada. Se pueden hacer cosas, pero sólo cosas humanas, porque “sin mí –les había dicho Jesús- no podéis hacer nada” (Jn 15,5).
Y con Jesús, todo fue nuevo, todo fue mañana, pesca abundante, luz y sentido, “aunque los discípulos no sabían todavía que era Jesús”.
“Juan –aquel discípulo a quien Jesús tanto quería- dice a Pedro: ‘Es el Señor’”. Qué lección. ¡Y seguro que entonces no se hablaba como ahora de la autoestima! Juan amaba y, lo que era más importante, se sentía amado por Jesús. Y aquella conjunción de amores le hizo tan distinto que, viendo todos lo mismo, sólo Juan distingue a Jesús. Sólo él tiene los ojos y el corazón tan limpios como para poseer aquella clarividencia. Pero, cuando Juan nos señala quién es Jesús, hay que imitar a Pedro. No basta con conocer, con saber. Hay que ser coherentes y “mojarse”, aunque estemos o nos sintamos desnudos. Hay que lanzarse al agua de la vida. Allí es donde se encuentran los demás, aquellos a quienes hemos sido enviados; y allí, en la orilla, es donde nos está esperando él, con los brazos abiertos y con la mesa puesta.
LA VOZ DE BENEDICTO XVI
La resurrección de Jesús es un estallido de luz. Se supera la muerte, el sepulcro se abre de par en par. El Resucitado mismo es Luz, la luz del mundo. Con la resurrección, el día de Dios entra en la noche de la historia. A partir de la resurrección, la luz de Dios se difunde en el mundo y en la historia. Se hace de día. Sólo esta Luz, Jesucristo, es la luz verdadera, más que el fenómeno físico de luz. Él es la pura Luz: Dios mismo, que hace surgir una nueva creación en aquella antigua, y transforma el caos en cosmos.
24 abril, JUEVES DE PASCUA
Hechos de los apóstoles 3, 11-26
En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, la gente, asombrada, acudió corriendo al pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver a la gente, les dirigió la palabra: - «Israelitas, ¿por qué os extrañáis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a éste con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Como éste que veis aquí y que conocéis ha creído en su nombre, su nombre le ha dado vigor; su fe le ha restituido completamente la salud, a vista de todos vosotros. Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta mane-ra lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; a ver si el Señor manda tiempos de consuelo, y envía a Jesús, el Mesías que os estaba destinado. Aunque tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración universal que Dios anunció por boca de los santos profetas antiguos. Moisés dijo: "El Señor Dios sacará de entre vosotros un Profeta como yo: escucharéis todo lo que os diga; y quien no escuche al profeta será excluido del pueblo." Y, desde Samuel, todos los profetas anunciaron también estos días. Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: "Tu descendencia será la bendición de todas las razas de la tierra." Dios resucitó a su siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros, para que os traiga la bendición, si os apartáis de vuestros pecados.»Salmo 8 R. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
evangelio según san Lucas 24, 35-48
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: - «Paz a vosotros.» Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: - «¿Por qué os alarmáis;" ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.» Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: - «¿Tenéis ahí algo de comer?» Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: - «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.» Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: - «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.»
PARA VIVIR ESTA PALABRA
El centro del discurso de Pedro es la fe en Cristo Jesús, muerto y resucitado, y a esta fe es a la que Pedro les invita. Les hace ver que ha sido la fe del paralítico en Jesucristo la que lo ha curado y que a esta fe ellos también tienen acceso. Así que, Pedro, que ya había experimentado el perdón del Señor después de haberlo negado, les ofrece la posibilidad de arrepentirse, de convertirse, de dejar paso al amor de Dios en sus vidas y experimentar su misericordia y bendición.
Todos somos instrumentos de la gracia de Dios para que se vea Su gloria. Así que pidámosle la fe del paralítico y la humildad de Pedro para saber que es Él el que actúa por medio nuestro
El evangelio de hoy nos relata la tercera aparición de Jesús resucitado a los apóstoles. Los discípulos de Emaús han tenido un encuentro con el resucitado. Este acontecimiento les hace volver a la comunidad a compartir su gozo, y estando en esto Jesús se hace presente en medio de ellos dándoles su Paz.
Cristo no les tiene en cuenta su abandono, ya conoce Él su debilidad. Jesús les ayuda a comprender las Escrituras, no sólo para que se afiance su fe en el Resucitado sino para que puedan transmitirlo y anunciarlo a los demás. Jesús los prepara para la misión evangelizadora. “Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis”
Pascua es un tiempo para dar testimonio, tiempo para reconocer a Cristo resucitado y darlo a conocer. También hoy Cristo nos pide a nosotros que seamos testigos de su resurrección en medio de este mundo desesperanzado. Decía Pablo VI que el mundo no necesita tanto maestros como testigos.
Pidamos al Señor su Espíritu para que seamos capaces de ser transmisores de Paz y testigos de su Amor.
ORACION EN PASCUA
Gracias, Señor, por buscarnos, por no dejarnos solos en el camino de la vida.
Nos conoces y sabes que somos presa fácil del desánimo y del abatimiento;
nos cuesta reconocerte en los acontecimientos de la vida
y
en las personas que pones a nuestro lado.
Ilumina
nuestra mente y nuestro corazón
para
que sepamos descubrirte
y
experimentar tu cercanía.
Que sepamos dar testimonio de ti a todos,
contagiar la Alegría de tu Evangelio.
Cristo resucitado, enciende el calor de nuestra fe y esperanza
de
tal manera que en esta Pascua de resurrección,
la
vivencia de la caridad sea el distintivo de nuestra vida,
Te
lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.