22 octubre 2012, lunes. XXIX semana Tiempo ordinario
Pablo a los Efesios 2,1-10:
Hubo un tiempo en que estabais muertos por vuestros delitos y pecados, cuando seguíais la corriente del mundo presente, bajo el jefe que manda en esta zona inferior, el espiritu que ahora actúa en los rebeldes contra Dios. Antes procedíamos nosotros también así; siguiendo los deseos de la carne, obedeciendo los impulsos de la carne y de la imaginación; y, naturalmente, estábamos destinados a la reprobación, como los demás. Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo por pura gracia estáis salvados , nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Somos, pues, obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos.Salmo 99,2.3.4.5 R/. El Señor nos hizo y somos suyos
Evangelio según san Lucas 12,13-21:
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»
Y dijo a la gente: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: "¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida." Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para si y no es rico ante Dios.»
DE LA PALABRA DEL DIA
Somos obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús,
para que nos dediquemos a las buenas
obras, que Él determinó practicásemos. Ef 2,10
¿Cómo vivir esta Palabra?
La liturgia diaria nos propone
durante dos semanas la lectura de la Carta
a los Efesios, una de las más atrayentes e influyentes del corpus paolinum: nos fascina con su
magnífica visión de la Iglesia universal en la que cada miembro coopera a la
unidad según el don de gracia que se le ha concedido.
Con un largo himno de bendición
(Ef 1,3-14) el autor de la Carta
nos introduce en la contemplación del misterio de la historia de la
salvación en el que el proyecto eterno de Dios se revela y se realiza en Cristo
y mediante Él, en la comunidad cristiana, destinataria de dos oraciones de
intercesión por parte del apóstol (1, 15-23; 3, 14-21) y lugar de manifestación del misterio divino
Todos juntos y cada uno en
particular, estamos envueltos en esta
manifestación de la riqueza de la misericordia y del amor de Dios que
transforma a los pecadores en santos, a los espiritualmente muertos en
espiritualmente vivos, salvados por aquella fe
que es don de Dios. Porque somos obra suya, creados en su Hijo, para
realizar aquellas obras buenas que Dios desde siempre ha
personalizado para el camino de cada criatura suya. Obras buenas que nos
acompañarán a sentarnos junto a su trono en los cielos, aquella petición que
los hermanos Santiago y Juan hicieron al
Maestro como señal de elección y de
prestigio (Mc 10,35-40), y que en cambio nos muestra la extraordinaria
riqueza de la gracia de Dios derramada
sobe todos nosotros, hijos adoptivos y herederos en Cristo Jesús, nuestra
cabeza, hermano y modelo de santidad. Con el cual no se litiga por cuestiones
de herencia y de tesoros acumulados, sino se nos enriquece junto a Dios (Lc 12, 13-21).
Grande eres,
Señor, y laudable sobremanera; grande tu poder y tu sabiduría incalculable. ¿Y pretende
alabarte el hombre, pequeña parte de tu creación, que revestido de su
mortalidad, lleva consigo la prueba de su pecado y el testimonio de que
resistes a los soberbios? Con todo, quiere alabarte el hombre. Tú mismo lo
excitas a ello, haciendo que se deleite en alabarte, porque nos has hecho para
ti, y nuestro corazón está inquieto
hasta que descanse en ti. ( San Agustín Confesiones (1,1,1).
Beato Juan Pablo II
Seamos
conscientes o no, Dios nos ha creado porque nos ama y para que le amemos a nuestra
vez. He aquí el porqué de la insuprimible nostalgia de Dios que el hombre lleva
en el corazón: “Tu ostro buscaré, Señor,
No me escondas tu rostro” (Sal 27,8).