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octubre 2012, miércoles. XXVIII semana Tiempo ordinario
Pablo a los Gálatas 5, 18-25
Hermanos:Si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la ley. Las obras de la carne están patentes: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, contiendas, envidias, rencores, rivalidades, partidismo, sectarismo, discordias, borracheras, orgías y cosas por el estilo. Y os prevengo, como ya os previne, que los que así obran no heredarán el reino de Dios. En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de si. Contra esto no va la ley.
Y los que son de Cristo Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y sus deseos. Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu.
Salmo 1, 1-2. 3. 4 y 6 R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R.Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. R.
No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R.
Evangelio según san Lucas 11, 42-46
En aquel tiempo, dijo el Señor:-«¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello.
¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo! » Un maestro de la Ley intervino y le dijo: -«Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.» Jesús replicó: -«¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley, que abrumáis a la gente con cargas insoportables,
mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo! »
DE
LA PALABRA DEL DIA
¡Ay
de vosotros fariseos…; ay de vosotros maestros de la Ley, ay también de
vosotros…! Lc
11, 42-46
¿Cómo vivir esta Palabra?
¡Ay!
Esta exclamación en labios de Jesús es un reproche fuerte
a todos los que cometen injusticias, tratan de aparecer superiores a todos, o se afanan por
ser estimados por los otros. ¡Ay quien
se inmiscuye en cualquier forma de
corrupción o de opresión!
¿Existe,
quizás, también en nosotros algún fallo? Jesús no ahorra palabras cuando trata de desnudar la hipocresía o la
mentira. Él mira siempre la Verdad y la conversión del corazón. Sin embargo,
Jesús mira con misericordia a los
fariseos y a todos aquellos que son
víctimas de la falsa ‘sabiduría’ que
lleva sólo a la ignorancia de Dios o tal
vez a su negación.
Son
muchos los engañados por los “sabios” de este mundo. ¿Qué hacer? Quizás el
primer paso sea entrar en el propio corazón para un encuentro sincero con
Jesús, como lo hizo Zaqueo (Lc 19, 1-10) y otras personas del Evangelio. Jesús
desea esta forma de relación con nosotros más que toda otra cosa. De este modo Él nos da la posibilidad de conocerlo mejor,
junto al deseo de remediar algún aspecto de nuestra vida que impida esta intimidad.
Señor
Jesús, ayúdame a ver la tiniebla que habita en mi corazón y me estorba el deseo
de conocerte mejor. Haz que pueda
encontrar amigos que sean de verdad buenos compañeros de camino.
La voz de un exégeta.
Estamos acostumbrados a
decir: “Jesús es el Señor”, y le aplicamos nuestras ideas sobre Dios.
Invirtiendo sujeto y predicado, deberíamos aprender a decir: “El Señor, al que
nadie nunca ha visto, es Jesús”, aquel que me ama y da la
vida por mí que le doy muerte
Silvano Fausti