VIVE LA PALABRA
12 julio 2012, jueves.  XIV semana Tiempo ordinario

DE LA PALABRA DEL DIA
Mateo 10,16-23: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Mirad que os mando como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas. Pero no os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. Porque os aseguro que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre.»

¿Cómo vivir esta Palabra?

Serpiente y paloma. ¿Por qué escogió Cristo esa analogía?
La serpiente es un animal muy sabio. Se queda inmóvil y atento aguardando a su presa para saltar veloz cuando está a su alcance,  se confunde con el terreno, es rápida y puede aparecer y desaparecer sin ser notada, sabe aguardar y sorprender. Detecta el peligro y  "ve" en infrarrojo.
Ser paciente, rápido cuando la oportunidad se presente, saber esperar el momento más oportuno. A veces hay que esperar inmóviles, aguardando la oportunidad para llegar con la palabra oportuna cuando se sabe reconocer el momento. Ser astuto como la serpiente es ser sagaz. Tener sagacidad. Sabiduría práctica.
La paloma es un animal con significado simbólico de  connotaciones positivas o benignas. Es  símbolo del candor, la sencillez y la inocencia, y especialmente de la paz o armonía. También del Espíritu Santo.
Según las palabras del evangelio de Mateo la tarea de “ser anuncio” no es sencilla y parece que puede hace saltar por los aires incluso vínculos o relaciones, incluidas los biológicos. Se requiere para ello de grandes dosis de perseverancia junto a la práctica de dos actitudes que aparecen como fundamentales: la sagacidad (en griego frónimos, "astuto”, esto es “discreto, sabiduría práctica, cautela”) y la sencillez o humildad. Teresa de Jesús decía  que: “la humildad es andar en verdad”.  Cuando la sagacidad camina junto a humildad tenemos  dos herramientas indispensables para la tarea de evangelizar. Ambas actitudes, sagacidad y humildad, requieren  una constante puesta en práctica, repetidos ensayos y nuevos intentos.

La voz de un sacerdote
Nuestro Señor une estas dos virtudes, de suerte que quiere que nos sirvamos de ellas en la misma ocasión; nos recomienda usarlas de igual manera y nos hace entender que la prudencia y la sencillez se ponen de acuerdo cuando son bien comprendidas.  
San Vicente de Paul  (1581-1660)