VIVE LA PALABRA
4 julio 2012, miércoles.  XIII semana Tiempo ordinario
DE LA PALABRA DEL DIA
Mateo 8,28-34:   En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino. Y le dijeron a gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?» Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando. Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara.» Jesús les dijo: «Id.» Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.

¿Cómo vivir esta Palabra?

En el evangelio vemos a Jesús en Gerasa, en la “otra” orilla del río Jordán. En lo que  es la actual Jordania.
Allí le salen al encuentro dos endemoniados que impedían a la gente transitar por aquel camino.  Esta palabra tiene una gran resonancia para la primitiva comunidad, cuando al ser cristiano se le llamaba precisamente “seguir el camino”, es decir haber escogido el camino de seguir a Jesucristo. Desgraciadamente, entonces y ahora, no es fácil “transitar por el camino” hay muchas voces que nos quieren apartar del Camino, que es Jesús mismo.
Y Jesús sólo dice una palabra en todo el pasaje a esos endemoniados: “Id”. Y ellos fueron. La Palabra de Jesús  es una palabra eficaz, un palabra que protege del mal, un palabra de paz en medio del miedo, de la oscuridad. Su Palabra es una palabra que aparta los males y genera la libertad.. Ahora puedes transitar por el Camino sin miedo, no hay “demonios” ni endemoniados que puedan infundirnos miedo.  Ahora puedes elegir por dónde transitar.

Señor, aleja de mi todos los miedos que me impiden transitar por el Camino que eres Tu mismo. No tengo excusas. El mal cae ante tu Palabra eficaz.   Me dejas en libertad, quiero caminar contigo. Que nada ni nadie me aleje de ti.  

La voz de un monje cisterciense
Si nos esforzamos en tenerle siempre con nosotros como compañero de camino, Él nos dará a cambio la patria. Mejor: entonces Él mismo será nuestra patria, con tal que ahora sea nuestro camino.  San Bernardo  (doctor de la Iglesia)