DE LA PALABRA DEL DIA
Moisés habló al pueblo diciendo:”Ahora, Israel, escucha los mandatos y
decretos que yo os enseño a cumplir, así viviréis, entraréis y tomaréis posesión
de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar”. Deut 4,1
¿Cómo vivir esta
Palabra?
Moisés invita
a Israel a escuchar, pero no en sentido general: “Ahora, Israel, escucha”, “en el hoy” de tu historia.
La escucha de la Palabra tiene lugar
siempre en el hoy de la vida, de la historia social y personal. “El hoy” es el
lugar, el tiempo, las circunstancias de
la vida, donde resuena la palabra de Dios, una palabra que crea, ilumina,
corrige y anima.
Y, fijémonos bien,
esta escucha no se hace solo con el oído, se hace con el corazón. Más aún, si
lo que se escucha no llega al corazón, corre el riesgo de desaparecer de los
pensamientos que se agolpan en la mente.
Lo que
Dios dice al corazón de Israel y a nuestro corazón
“hoy” es que Él está de tal modo cercano a nosotros, es de tal modo íntimo que
suscita admiración a cuantos nos rodean
y ven los efectos. Un Dios “próximo”,
“íntimo”, “cercano” es un Dios que
contrasta con toda filosofía y gnosis.
Hoy, al entrar en mi
corazón, pediré a Dios que me dé la memoria del corazón, que yo no
olvide aquello que mi corazón, en la intimidad con Él, escucha,
ve y experimenta.
Señor,
dame interioridad para que nada salga de mi corazón de lo que tú susurres dentro de él.
Palabras
de un monje budista poeta
Escuchar profundamente es saberse
parar y saber dejarse empapar de aquello que se escucha, convirtiéndose en uno
con ello, ya provenga del interior o del exterior de nosotros.
Thich Nhat Hanh