27 febrero 2012, lunes. I semana de Cuaresma
  
DE LA PALABRA DEL DIA
Fui forastero y me hospedasteis. Mt 23,43

¿Cómo vivir esta Palabra?
Jesús se identifica con el ser humano que vive necesitado de la ayuda de los demás; con las personas que tienen alguna especial carencia. Reconocer a Cristo en quien tiene hambre y sed o en las más varias  exigencias vitales está la clave. Reconocerlo y socorrerlo es salvación. No quererlo reconocer y quedarse  plácidamente en la tierra del propio ‘yo’ es ruina.
Esta situación de forastero es precisamente hoy una situación problemática para muchos, obligados, por distintas  razones, a emigrar del país nativo. Al dolor de tener que dejar el ambiente rico de afectos y recuerdos queridos, la propia lengua, las costumbres y, sobre todo, los  parientes y amigos, se añade, con demasiada frecuencia  la no-acogida, la desconfianza, la cerrazón de corazones allí donde se llega.

En mi pausa contemplativa de hoy, me detendré a reflexionar sobre este aspecto  importante de la historia  de hoy que puedo vivir,  Señor, con tu gracia, como historia sagrada.


La voz de un testigo
Tu Hijo, Uno contigo y con el Espíritu Santo,  pidió de beber  a la Samaritana y todavía hoy resuena el grito angustiosamente  dado en el Calvario, que tuvo como respuesta  hiel y vinagre, y Tú mismo Padre, estás ya cansado de llamar en vano, pidiendo un trozo de pan  que engañe tu hambre.
                                                                                             Hèlder  Camara