l
1. LA ESPIRITUALIDAD EN LA FAMILIA (articulo) ir a este enlace:
http://es.scribd.com/doc/215223207/La-Espiritualidad-en-La-Familia
___________________________________________________________________________
2.
ESPIRITUALIDAD viene de ESPÍRITU, que es el Aliento de Dios en la vida. El Espíritu es invisible a los ojos del cuerpo, pero es quien hace posible que podamos ver con los "ojos del alma". Es la Luz de la vida, es fuego, es brisa, es agua, ... son símbolos. En la tradición cristiana se representa con una paloma porque en el relato de la creación se dice que la RUAH de Dios se cernía sobre las aguas. Sugiere la imagen de un ave que sobrevuela las aguas. Es femenino en hebreo (ruah), pasa al latín como neutro (spiritus) y en castellano es una palabra de género masculino (espíritu). Sin espíritu no hay vida y Jesús nos ha dado su Espíritu con quien una nueva creación está en marcha.
http://es.scribd.com/doc/215223207/La-Espiritualidad-en-La-Familia
___________________________________________________________________________
2.
ESPIRITUALIDAD viene de ESPÍRITU, que es el Aliento de Dios en la vida. El Espíritu es invisible a los ojos del cuerpo, pero es quien hace posible que podamos ver con los "ojos del alma". Es la Luz de la vida, es fuego, es brisa, es agua, ... son símbolos. En la tradición cristiana se representa con una paloma porque en el relato de la creación se dice que la RUAH de Dios se cernía sobre las aguas. Sugiere la imagen de un ave que sobrevuela las aguas. Es femenino en hebreo (ruah), pasa al latín como neutro (spiritus) y en castellano es una palabra de género masculino (espíritu). Sin espíritu no hay vida y Jesús nos ha dado su Espíritu con quien una nueva creación está en marcha.
El ser humano puede "ABRIRSE" al Espíritu o cerrarse. He ahí el misterio. Los santos y santas son los que se han abierto a su acción y le han dado toda la entrada posible en sus vidas. Es el Espíritu SANTO quien posibilita nuestra UNIÓN con DIOS mismo, porque Él es Dios y es el mismo espíritu que vive en la TRINIDAD invisible, nuestra auténtica FAMILIA a la que un día perteneceremos totalmente y disfrutaremos eternamente.
La espiritualidad salesiana es de por sí, por ser cristiana, una profunda mística y exige una sólida ascética que permite superar la tentación de la dispersión del activismo.
Como don Bosco cultivamos la unidad de la vida espiritual a través de la adquisición de una profunda mística y de una sólida ascética (templanza recomendaba él continuamente). La mística, la unión con Dios del salesiano o salesiana, es lo que alimenta el compromiso apostólico de estar con los niños y jóvenes como buenos "pastores" y es garantía de eficacia pastoral.
Don Bosco nos muestra y anima a vivir el camino de santidad salesiana con un eslogan o lema: "Da mihi animas, cetera tolle" (Dame almas, quita todo lo demás), su mismo programa de vida espiritual y apostólica que han hecho propio cada hermano y hermana de nuestra Familia: Domingo savio, María Mazzarello, don Rua, Laura Vicuña, don Rinaldi, Magdalena Morano, Artemide Zatti, María Toncatti, Luis Versiglia, Calixto Caravaglio, Eusebia Palomino, ...
Es muy importante que cada miembro de la Familia Salesiana se inspire continuamente en don Bosco: lo conozca, lo estudie, lo ame, lo imite, lo invoque, haga propia su misma pasión apostólica, que mana del corazón de Cristo y así evangelizaremos creativamente "a y con" los jóvenes, especialmente los más necesitados de todo.
Esta es la mística que don Bosco vive e invita a vivir, es prioritaria para vivir la misión salesiana:
La “muerte a sí mismo”, vivida en las vicisitudes cotidianas de la
existencia, en las relaciones con las personas, en la adaptación a las
contingencias que invitan a un desprendimiento, doloroso y a veces humillante,
de nuestros gustos, de nuestros puntos de vista (aún los más santos), desemboca
en lo que Francisco de Sales llama el “éxtasis de la vida y de las obras”.
Cuando él habla de “éxtasis de la acción” no entiende proponer simplemente una
“mística del apostolado” en contraposición a una “mística de la contemplación”;
entiende, más bien, recuperar una definición más “crística” de la mística: la kénosis del vaciamiento de sí libre y
gratuito, en lo concreto de la vida, por amor del Señor.
Las primeras futuras Hijas de María Auxiliadora (fundadas por don Bosco en 1872), habían recibido de Don Bosco desde 1869 un
programa de vida. Tenían que estudiarlos, asimilarlos y vivirlos. Sor Petronila Mazzarello, mucho
tiempo después, los recordaba bien y los podía dictar y transmitirlos
fielmente. Por otra parte, eran principios decididamente en sintonía con
la práctica educativa de María Mazzarello y de sus primeras compañeras. Estos son los 4 principios de la mística salesiana:
1º Ejercicio
especial de la presencia de Dios, con el uso de jaculatorias frecuentes.
2º Amor al
trabajo, de modo que cada una pudiese decirse a sí misma: me mantengo con
el sudor de mi frente.
3º Trabajo
constante sobre la propia naturaleza para formarse un carácter paciente,
alegre, capaz de hacer amable la virtud y más fácil vivir juntas.
4º Verdadero
celo por la salvación de las almas: por eso, en los recreos y en las
relaciones con los externos, entrar en sus puntos de vista interesándose
prudentemente por sus cosas, para acabar después de buenas maneras con una
buena palabra; animando a los padres a mantener a sus hijas lejos de los
peligros.
Hacerse amar más
que temer por las niñas; mantener una vigilancia atenta, continua, amorosa, no
pesada, no desconfiada; mantenerlas siempre ocupadas con la oración, el trabajo,
el recreo; formarlas en una piedad verdaderamente seria, combatiendo en ellas
la mentira, la vanidad, la ligereza.
Este
texto es una summa paedagica que nos presenta los rasgos predominantes
de una espiritualidad fuertemente marcada por la VIDA EN DIOS. Y el modelo no podía ser otro que la misma Virgen María, la Maestra dada por Jesús a don Bosco.
El 30 de
octubre de 1835, el joven Juan Bosco con veinte años entraba en el Seminario
para inicial su preparación al sacerdocio. La tarde anterior, su madre Margarita
Occhiena, habló con su hijo y le dijo:
«Querido Juan (...) Cuando viniste al mundo te
consagré a la Santísima Virgen; al iniciar los estudios te recomendé la
devoción a nuestra Madre; ahora te aconsejo ser todo suyo: ama a los compañeros
devotos de María y, si llegas a ser sacerdote, recomienda y propaga siempre la devoción a María»
El mismo Don
Bosco recuerda con emoción las palabras de su madre en las Memorias del
Oratorio. Juan, con lágrimas en los ojos, le respondió:
«Madre, le agradezco cuanto ha dicho y
hecho por mí; sus palabras no han sido
dichas en vano y las conservaré como un tesoro durante toda la vida».
Y
verdaderamente así fue. Don Bosco no sólo no olvidó nunca las palabras de su
madre sino que las vivió de forma admirable en todo momento. María, la madre y
maestra estuvo siempre presente cada día
de su vida y cumplió el mandato de mamá Margarita.
Don Bosco aprendió,
en las rodillas su madre, una auténtica mujer cristiana, campesina llena de
sabiduría, a descubrir la presencia de María y supo transmitir y difundir a todos,
especialmente a sus jóvenes, una fuerte devoción filial hacia la Madre de
Jesús, haciendo vida las palabras de Jesús: «Hijo he ahí a tu madre» (Jn 19,27).
La devoción mariana de don
Bosco encontró en el título de Auxiliadora la motivación de toda una línea
espiritual y apostólica que desde tiempo atrás venía madurando y que culminó en
diciembre de 1862 con la decisión de levantar en Turín una iglesia digna y
grande en honor de María Auxiliadora,
Este es "el místico" don Bosco:
"sacerdote celoso, ansioso del bien de las almas... consagrado por entero
a la piadosa labor de arrancar del vicio, del ocio y de la ignorancia todo
aquel gran número de muchachos... (para darles) aquella instrucción que, por encima de todas las
otras disciplinas, es la única necesaria, la instrucción religiosa; él los
acostumbra a cumplir con sus deberes, a ejercitar el verdadero culto a Dios, a
convivir amigable y socialmente los unos con los otros. Junto al Oratorio, se
alzan también las escuelas... e igualmente está el aludido recinto en el que
los jóvenes... se entretienen con
sencillos juegos e innumerables diversiones... En medio de ellos, se encuentra
siempre Don Bosco, que es constantemente
para ellos maestro, compañero, modelo y amigo" (Rivoluzione
e Cclero. Oratorio di S. Francesco di Sales in Torino, in
“L’Armonia della Religione colla Cibidlta”, venerdì 4 maggio 1849, anno 2º, n.
53, pp. 211.)