VIVE LA PALABRA
24 julio 2012, martes.  XVI semana Tiempo ordinario

Evangelio del día
Mateo 12,46-50: En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él.
Uno se lo avisó: «Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo.»
Pero él contestó al que le avisaba: «¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?»
Y, señalando con la mano a los discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.»


¿Cómo vivir esta Palabra?
Jesús tenía mucha gente en torno a Él para escucharle, por eso su madre y hermanos, que querían acercarse, no pueden hacerlo fácilmente. Alguno de los presentes le pasa la voz: tu madre y tus hermanos quieren verte. Jesús aprovecha la oportunidad para darnos una hermosa lección. No es que rechace a su madre, pues basta recorrer las páginas de la Escritura que se refieren a Ella para descubrir el amor profundo de Jesús hacia su Madre. Aquí, Jesús quiere recordarnos que en el reino hay lazos más fuertes que los de la sangre. La gran familia de Dios está formada por todos los que buscan la voluntad de Dios y la ponen en práctica. Los que creemos en Cristo formamos la gran familia cristiana, la sangre que corre es la fuerza del Espíritu, un amor que es más fuerte que cualquier otro amor que proceda sólo de otros sentimientos humanos, muy nobles y muy queridos por Dios, pero con límites, familiares o de sólo amistad. La gran familia cristiana no tiene fronteras, acoge a todos y trata de cumplir la voluntad de Dios que brota del mandamiento universal del Amor.
Pidamos fuerza para poder vivir así nuestro amor fraterno.
(comentario de la Hna. María Pilar Garrúes El Cid. Misionera Dominica del Rosario) 


La voz de Teofilacto 
No habla así para negar a su Madre, sino para manifestar que no sólo es digna de honra por haber engendrado a Cristo, sino también por todas sus virtudes. Catena aurea 

(Catena Aurea la obra que resulta de recopilar escritos de los "Padres de la Iglesia", siguiendo los textos completos de los Evangelios, a modo de exposición o comentario. 
Entre las varias catenas que se hicieron en la Edad Media, una de las más conocidas es la hecha por Santo Tomás de Aquino)