12 junio 2012, martes. X semana Tiempo ordinario

DE LA PALABRA DL DIA
Vosotros sois la sal de la tierra.  Pero si la sal se vuelve sosa ¿con qué la salarán? Mateo 5,13

¿Cómo vivir esta Palabra?
La imagen de la sal  es un modo original y sugestivo de describir  al discípulo fiel  del Reino. La sal, ciertamente, da sabor y preserva de la corrupción; el discípulo es la sal de la tierra y da sabor  allí donde habita, donde trabaja, por donde pasa con el testimonio de su vida.  Con la vida, antes que con las palabras, él proclama  que la cercanía de Jesús es estupenda. Es  rica de alegría,  de equilibrio, de amor hacia todos; son algunas de las virtudes que crecen desde el interior de la persona que  sigue a Jesús. Y así el discípulo llega a ser luz sobre el candelero; ilumina, irradia  vida en torno a sí. Sí,  y es la presencia dinámica  de Jesús en el corazón  la que inspira y continúa  la obra  salvadora  en el mundo  a través de cada uno  de aquellos que lo acogen  y lo custodian con corazón puro.
Pero, como la sal,  puede perder el sabor y la eficacia haciéndose insípida, y la luz sobre el candelero no iluminar, así también el discípulo  puede perderse  en la mundanidad.

Hoy,  al entrar en mi corazón, me propondré reflexionar  sobre mi vida en cuanto debe ser  “sal de la tierra “ y “luz del mundo”.

¡Señor Jesús!  Ayúdame a custodiar  los valores  de las bienaventuranzas en mi vida para poder influir  positivamente en cuantos viven junto a mí.

La voz de un monje benedictino
Por Jesús el camino hacia  su meta pasa  a través del dolor y de la muerte.  Esto vale  también  para nosotros que con Jesús  llegamos al Reino de Dios a través  de muchas dificultades. Jesús es  el príncipe de la vida. Como rey él  nos abre  el camino  hacia la vida verdadera.
                                                                                                          Anselm Grun